DS(P) nº 10/1 del 8/3/1984









Orden del Día:




1. Examen y debate de la Comunicación de la Junta de Castilla y León, remitida a estas Cortes con fecha veintitrés de Febrero de mil novecientos ochenta y cuatro, sobre política general.


Sumario:






 **  Comienza la sesión a las diez horas, treinta minutos.

 **  El Sr. Presidente de las Cortes abre la sesión.

 **  Acto de prometer el cargo de Procurador de las Cortes de Castilla y León del Sr. Pérez Barragán.

 **  El Sr. Vicesecretario (Sr. Soto Rábanos) da lectura al único punto del orden del día.

 **  El Sr. Presidente de las Cortes explica el tiempo y orden de las intervenciones.

 **  Intervención del Presidente de la Junta de Castilla y León, Sr. Madrid López.

 **  Se suspende la sesión a las 13'05 horas, siendo reanudada a las 18'15 horas.

 **  El Sr. Presidente de las Cortes reanuda la sesión.

 **  Intervención del Sr. Hernández Hernández (Independiente).

 **  Contestación del Sr. Presidente de la Junta.

 **  Réplica del Sr. Hernández Hernández.

 **  Intervención del Sr. Montoya Ramos (P.D.L.)

 **  Contestación del Sr. Presidente de la Junta.

 **  Réplica del Sr. Montoya Ramos.

 **  Contesta, nuevamente, el Sr. Presidente de la Junta al Sr. Montoya Ramos.

 **  Intervención del Sr. De Fernando Alonso (C.D.S.).

 **  Contestación del Sr. Presidente de la Junta.

 **  Réplica del Sr. De Fernando Alonso.

 **  Intervención del Sr. Posada Moreno (Grupo Popular).

 **  Contestación del Sr. Presidente de la Junta.

 **  Réplica del Sr. Posada Moreno.

 **  Contesta, de nuevo, el Sr. Presidente de la Junta al Sr. Posada Moreno.

 **  Intervención del Sr. Quijano González (Grupo Socialista).

 **  Intervención del Sr. Presidente de la Junta.

 **  El Sr. Presidente de la Cortes (Señor Llamazares Fernández) suspende la sesión hasta el día siguiente, día 9 de Marzo, a las 11 de la mañana.

Se levanta la sesión.

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Texto:


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Se abre la sesión. Con fecha dieciocho de Febrero de mil novecientos ochenta y cuatro, ha presentado la renuncia a su cargo de Procurador por Valladolid de las Cortes de Castilla y León, don Fernando Valdés Dal-Re, en razón de haber sido nombrado Letrado del Tribunal Constitucional y ser esta función incompatible con la de Procurador, por lo que, en sustitución del mismo, ha sido designado Procurador electo por el distrito de Valladolid, don José Elías Pérez Barragán, a quien procede dar posesión en este acto. Vamos a proceder a la toma de juramento del nuevo Procurador. Señor Pérez Barragán, ¿juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor acatar la Constitución como norma fundamental del Estado y el Estatuto de Autonomía de Castilla y León como norma institucional básica de nuestra Comunidad?.


EL SEÑOR PEREZ BARRAGAN:

Sí, prometo.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

De acuerdo con el artículo 20 de nuestro Reglamento provisional, os declaro en posesión de todos los derechos y prerrogativas inherentes a la condición de Procurador de estas Cortes.

Tiene la palabra el señor Secretario para dar lectura al único punto del orden del día de este Pleno.


EL SEÑOR VICESECRETARIO (SEÑOR SOTO RABANOS):

Examen y debate de la comunicación de la Junta de Castilla y León, remitida a estas Cortes con fecha veintitrés de Febrero de mil novecientos ochenta y cuatro, sobre política general.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Los acuerdos fundamentales de la Junta de Portavoces, con respecto a la ordenación del debate que va a tener lugar a partir de este momento, podrían reducirse a los dos siguientes:

Primero: se acordó dividir este Pleno en tres momentos. Un primer momento, que tendría lugar esta mañana, en que la Junta haría la exposición que estime pertinente con respecto a la comunicación que previamente ha enviado a estas Cortes. Habría luego una interrupción de un mínimo de cinco horas. A continuación tendría lugar el debate propiamente dicho, con la intervención de todos los Grupos Políticos; esta tarde por tanto, volvería a interrumpirse el Pleno de nuevo, hasta mañana por la mañana; abriéndose un plazo hasta las diez de la mañana para la presentación de mociones y propuestas de resolución.

Esto de un lado. De otro lado, se adoptó un acuerdo con carácter general, de duplicar los tiempos de intervención de los Grupos Políticos previstos en los artículos 196 y 197 de nuestro Reglamento provisional, de tal manera que, en la primera parte del debate propiamente dicho, que tendrá lugar esta tarde, los turnos serán, a consumir por los distintos Grupos Políticos, dos: Un primer turno de media hora, un segundo turno de rectificación o réplica de un cuarto de hora. Y por lo que respecta a las proposiciones, o a las propuestas de resolución o mociones del día siguiente, de mañana por la mañana, se dispondrá, con respecto a cada propuesta o moción, de un turno a favor y de un turno en contra, cada uno de ellos no de cinco minutos como se dice en el 197, sino de diez minutos.

Estos son, en resumen los acuerdos adoptados en cuanto a la ordenación del debate, repito, por parte de la Junta de Portavoces. Tiene la palabra el señor Presidente de la Junta.


EL SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA (SEÑOR MADRID LOPEZ):

Señor Presidente, señoras Procuradoras, señores Procuradores. Quiero desde esta tribuna hacer un homenaje, en el día de la mujer trabajadora, a todas las trabajadoras de España, a todas las trabajadoras universales, a todas las que han contribuido con su esfuerzo, su generosidad, a construir (y a veces madres nuestras) la situación actual de la sociedad. Y un saludo muy especial para la mujer trabajadora sacrificada de Castilla y León.

Al iniciar este debate en los términos señalados en la Comunicación que el Gobierno Regional ha remitido a esta Cámara el veintitrés de Febrero, me cabe expresar la satisfacción personal y la de la Junta por comparecer hoy ante las Cortes de Castilla y León para proceder al cumplimiento estatutario de mantener informado en todo momento a nuestro pueblo, a través de sus legítimos representantes, sobre la situación económica, social y política en la que nos encontramos. Información que la Junta de Castilla y León ha venido suministrando constantemente.

En primer lugar con las comparecencias de los señores Consejeros, por su propia iniciativa, en las Comisiones Informativas de estas Cortes, ante las cuales expusieron, en los meses de Octubre y Noviembre, los programas de actuación de los distintos departamentos. En segundo lugar, dicha información ha sido ofrecida a través de los procedimientos establecidos en el actual y provisional Reglamento de esta Asamblea con puntualidad y rigurosidad precisa, contestando las preguntas e interpelaciones que Sus Señorías han realizado en el ejercicio de sus atribuciones legítimas.

Quizá alguno se sorprenda de la iniciativa de mi Gobierno de plantear este debate antes de cumplirse un año de su toma de posesión, siendo esto un caso singular, pues, como saben Sus Señorías, en la práctica generalizada este plazo suele ser más dilatado. Y no damos mayor importancia a lo dilatado

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o no de él, pues consideramos que todo cuanto redunde en una mayor información es beneficioso ya que dinamizamos y estrechamos la relación de mi Gobierno con esta Cámara, haciendo así que los planteamientos de actuación y los programas concretos puedan ser conocidos por Sus Señorías de forma inmediata a cuando son formulados. Confío en que este debate sirva para definir en profundidad la situación de la Región, para describir y discutir sobre el estado del proyecto de desarrollo y modernización regional que el Gobierno se propone, animado, ilusionando y haciendo partícipes de ese proyecto común al conjunto de la sociedad castellano-leonesa, a través de la presencia de Sus Señorías.

Señor Presidente, a la oportunidad del momento para celebrar un debate hay que sumarle la idoneidad de centrar el mismo sobre los términos que se han comunicado, abordando el análisis de la situación y estudiando las propuestas y proyectos del Gobierno Regional. Con mis palabras estamos introduciéndonos en una sesión parlamentaria de especial importancia para nuestra Región, en la que el Ejecutivo deposita una especial confianza. El momento en que se produce este debate, al año de nuestra constitución autónoma, de la Comunidad Autónoma, a nueve meses de la formación del Gobierno y recientemente asumidas la mayor parte de las funciones y servicios que competen al mismo, es realmente oportuno. Transcurrido este tiempo al frente de la gestión del Gobierno Regional, tengo que ratificarme en la idoneidad y realismo del programa de mi Gobierno, con el que me presenté ante Sus Señorías y por el que tuve el honor de ser investido como Presidente.

No vengo a este debate con la intención de establecer un enfrentamiento, una pugna en aspectos más o menos concretos. Me gustaría que todos los Grupos vieran esta iniciativa del Gobierno como un mensaje de colaboración que contribuyera a acercar las posiciones, que sea, en suma, constructivo, y no un realce exclusivamente de las discrepancias. Porque los ciudadanos se sienten cansados de muchos enfrentamientos que no comprenden, de muchas artificialidades que esconden acuerdos de fondo globales, de debates que no conectan con los problemas que viven cada día, sumidos en graves y profundos problemas, los ciudadanos castellano-leoneses. Y esto no niega que en esta Cámara existan modelos distintos, respetables todos ellos, y reflejo de la diversidad de nuestro pueblo. Pero, tanto en esta Cámara como en nuestro pueblo, creo que hay bastantes cosas en las que estamos de acuerdo y son éstas las que, en primer lugar, debemos poner en común, en las que debemos mostrar unidad por encima de discrepancias en otros aspectos.

Cuando solicitaba de los señores Procuradores el alto honor de ser investido Presidente de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, ya quedó claro que existía un acuerdo general. En aquella ocasión se afirmaba lo adecuado de los objetivos y de los medios, aunque algunos, lógicamente, solicitasen una mayor definición. Hace escasamente cuatro meses, los señores Consejeros de la Junta han presentado ante ustedes sus programas, y, en términos generales, volvió a ocurrir otra vez el acuerdo, en lo fundamental, en cada uno de los programas sectoriales que ellos me presentaron. Mi exposición de hoy va a buscar la comprensión de Sus Señorías; quiero que contribuya al conocimiento de cuáles son las preocupaciones de mi Gobierno en estos momentos, preocupaciones que sé que sabrán compartir y transmitir a los ciudadanos. Y deseo también que compartan y transmitan las esperanzas que tenemos de sacar adelante Castilla y León.

Hace pocos días celebramos el aniversario, primer aniversario de la promulgación de nuestro Estatuto de Autonomía. La referencia temporal no es ajena. Creo sinceramente que este año ha sido importante, decisivo yo diría, en el acontecer de la Comunidad: Estatuto de Autonomía, elecciones para las Cortes de Castilla y León, nuevo Gobierno, por primera vez programas adaptados a la realidad Regional; instrumentos con los que podemos afrontar la noble tarea de modernizar, de hacer progresar nuestra tierra. Quiero, antes de entrar en la exposición propia de los problemas y de las acciones que mi Gobierno ha venido desarrollando, hacer una referencia previa al marco en el que nos desenvolvemos. Porque, a veces, la legítima obsesión por nuestra tierra nos hace olvidar que formamos parte de un mundo más amplio, más complejo. Nuestra tarea se está desarrollando en un mundo de crisis, una crisis que no es económica exclusivamente, sino que afecta a todos los órdenes de la vida social. Se están produciendo constantes transformaciones no sólo en los medios y formas de producir, con unas respuestas tecnológicas cada vez más sofisticadas, también lo hacen los sistemas de valores, las formas de participación social. Porque nuestro mundo de hoy es más interdependiente que nunca, y lo que ocurre en cualquier lugar dentro de nuestra Nación, en el País Vasco o Andalucía, nos afecta y -¿por qué no poner un ejemplo que está en la mente de todos?- la integración o no de España en la Comunidad Económica Europea puede tener, inevitablemente la tendrá, repercusiones importantes para nuestra Comunidad. Y en este mundo de crisis que día a día va desarrollando nuevos modelos de organización política y social, nuestro País también está construyendo un nuevo modelo de organización política y territorial. Y esto, que es positivo y necesario, comporta también inevitablemente sus riesgos, representa

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y presenta sus dificultades. Creemos que la mejor contribución de nuestra Comunidad a afrontarlos es ofrecer nuestra colaboración tanto al Estado de la Nación, como al resto de las Comunidades. Porque no concebimos nuestra Autonomía como un instrumento para encerrarnos en nosotros mismos, sino para poder mostrar nuestra universalidad, para poder fomentar nuestra participación, la de todos los castellano-leoneses, en la vida y en la cultura de España, y, a través de ésta, en la de Europa y en el mundo.

Conseguir esto, que no es otra cosa que incorporar nuestra Comunidad Autónoma de una manera más activa en la corriente de la modernidad, es una responsabilidad, en buena parte, nuestra; pero no exclusivamente. El proyecto de forjar Castilla y León como Comunidad que aliente de forma generosa y solidaria el progreso universal debe llevar consigo la paralela recuperación de nuestra identidad, y ello requiere el esfuerzo y la colaboración de todos los sectores de nuestro pueblo en la solución de cuantos problemas nos aquejan, siendo ésta la oportunidad y el momento probablemente idóneo para conseguirlo.

Castilla y León han mantenido una actitud positiva, generosa y solidaria en todos los trayectos históricos con todos los pueblos de España. Todos se han sentido a gusto en nuestra Comunidad. Así ha sido y así queremos que siga siendo. Hemos vaciado en otros lugares nuestra fuerza de trabajo, nuestros ahorros, el ingenio y la capacidad intelectual reconocida; hemos contribuido como pueblo al desarrollo de otros pueblos y nos sentimos orgullosos. Pero ha llegado la hora de Castilla y León. No sólo porque no puede esperar más y nuestro pueblo lo demanda, también porque tenemos la fuerza moral acumulada para exigir a otros pueblos, a otros Gobiernos regionales y al propio Gobierno del Estado la comprensión y la solidaridad con nuestra Región y con nuestro proyecto de desarrollo solidario. No vamos a caer en la tentación de eludir esta responsabilidad escudándonos en la existencia o no de competencias para solventar tal o cual cuestión, tal o cual problema. Nada de lo que ocurre en la Comunidad es ajeno a este Gobierno, y tampoco lo es, estoy seguro de ello, a esta Cámara. Por eso en nuestra condición de representantes de los castellano-leoneses, debemos afrontar la solución de todos los problemas, con independencia de contar o no en nuestras propias instituciones, con los instrumentos para solventarlos. Naturalmente que las posibilidades de actuación instrumental serán de una o de otra manera, depende de que tengamos o no esos instrumentos o esas transferencias. Lo que estoy queriendo decir es que nada de lo que ocurra en nuestra Comunidad, desde este momento, es ajeno a las instituciones que han dado, que nos han dado los castellano-leoneses.

Voy a finalizar esta introducción, en la que no quiero detenerme demasiado, realizando a Sus Señorías una petición que no dudo cumplirán gustosamente. Solicito a ustedes la colaboración con el Gobierno en una tarea que he de calificar de esencial. Es preciso que todos contribuyamos a enlazar, o coser nuestra Comunidad; que alentemos en todos los sectores sociales, en todas las asociaciones, en todas las instituciones el sentimiento de pertenencia a Castilla y León. Y que este sentimiento se traduzca en una conjunción regional de esfuerzos, en una institucinalización del hecho regional en todos los ámbitos de la vida social y económica. Debo confesar que una de las mayores satisfacciones que he tenido, en el período que llevo al frente de la Junta de Consejeros, ha sido constatar cómo se producía esta Institucionalización, cómo, desde grupos deportivos hasta asociaciones económicas y sindicales, grupos culturales o religiosos, se decidían a adoptar una organización regional. Y no estaríamos cumpliendo con nuestra responsabilidad si todos contribuimos a que esto sea un rasgo generalizado en nuestra Comunidad. Del acierto de nuestras decisiones dependerá, en gran medida, la transformación de nuestra tierra, que así será cuando se analiza objetivamente la realidad y se impone la razón. Y depende en alguna medida, y no en su totalidad, porque esta tarea no incumbe en exclusividad a los poderes regionales; su éxito sólo será posible si el proyecto es un proyecto colectivo en el que participemos todos los castellano-leoneses asumiendo y ejerciendo responsablemente cada una de nuestras funciones.

Miren Sus Señorías, yo no creo que, al menos en estos momentos, la transformación de esta tierra, del entorno cotidiano de nuestros ciudadanos, pase por opciones radicales. Esta transformación de lo que llamo entorno cotidiano de la ciudadanía no se traduce únicamente en un aumento del nivel de renta, sino que aspira a que el hombre se encuentre o pueda encontrarse lo que ya acuñadamente se llama en la sociedad: "sentirse realizado" porque sus condiciones de vida en general sean más favorables; porque el clima social en que se halle sea acogedor al haberse generado una convivencia tolerante y comprensiva en la que el anciano, el joven o el niño, el maduro o la mujer se sientan partícipes, se sientan parte integrante del desarrollo social. Sus Señorías pueden considerar esto como un horizonte, pero yo estoy convencido de que al menos ésa tiene que ser la guía de orientación, la meta de nuestras actuaciones, y también creo que es posible ilusionar con ella a la sociedad castellano-leonesa. Sería una utopía irrealizable si estuviéramos proponiendo un mundo feliz, pero

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no es así cuando el objetivo que proponemos es el de disponer de una atención sanitaria mejor, de un nivel educativo más elevado, de unas ofertas culturales más amplias, de un medio ambiente más limpio, de unas mayores posibilidades de empleo para los jóvenes. Claro está que para ello es imprescindible actuar y desarrollar nuestro marco económico, posibilitar una mejor calidad de vida a nuestros ciudadanos, ir eliminando la incertidumbre del paro; porque sin dicho desarrollo económico no podríamos abordar la prestación de servicios, no sólo ampliando la cantidad de los mismos, sino la calidad de los que actualmente se vienen prestando. Tenemos que ser capaces, y yo les aseguro que este Gobierno lo es, de imponer la racionalidad en las decisiones por encima de cualesquiera sentimientos particulares o localista. Cuando se va a realizar un proyecto, hay que valorar los beneficios sociales y sus costes económicos y decidir siempre en función del interés general comunitario. No podemos consentirnos el despilfarro de hospitales infrautilizados o de otros infradotados y así la reiteración de ejemplos que todos ustedes conocen, porque, desgraciadamente, en ocasiones han podido otros motivos por encima del interés general.

Castilla y León padece una importante crisis económica estructural, una crisis que viene arrastrándose desde hace mucho tiempo y que ha sido la causa esencial de la gran emigración, altísima emigración que ha vaciado importantes áreas de nuestra Comunidad. Y esta crisis tiene su origen en su diverso y complejo conjunto de factores, que son los que debemos contemplar y afrontar si queremos acabar con ella. Porque es posible. Nos costará trabajo y tiempo; pero con el esfuerzo de todos lograremos incorporar Castilla y León al progreso y a la modernidad.

El primer aspecto de esta crisis es la falta de articulación de nuestra economía. Los escasos núcleos industriales con los que contamos, establecidos en torno a antiguos polos de desarrollo industrial, no han conseguido crear una malla de relaciones económicas que integren la Región, que aprovechen sus recursos, Si atendemos a los sectores económicos, el panorama es el mismo: El importante peso que la agricultura tiene en Castilla y León no se ha traducido en un peso paralelo de la industria agroalimentaria, no se ha producido una imbricación entre ambos sectores, que hubiera sido lo positivo y lo correcto. Ello se ha traducido en una dependencia importante de nuestra economía, la cual permite que trasvasemos productos con poco valor añadido y recibamos los mismos con dicho valor incrementado. Y cada vez cambiamos más productos, sean patatas, sean ovejas, lo que ustedes quieran, por los mismos productos industrializados. Porque las relaciones de intercambio se deterioran y es preciso romper el círculo de dependencia.

La industria con la que contamos, pese al esperanzador dinamismo de algunos sectores en estos últimos años, se encuentra infradesarrollada y atrasada. Las exportaciones tienen una reducida importancia, existe un claro atraso tecnológico, el aparato productivo es en muchas ocasiones obsoleto e inadecuado a la nuevas circunstancias económicas. No existe además, seamos conscientes de ello, una mentalidad empresarial dinámica y creadora, y ello, también hay que decirlo, porque la pequeña y mediana empresa no cuenta con los servicios de apoyo necesarios; y la empresa pública, por su reducida presencia, no ha podido contribuir a la expansión de nuestra economía. Y todo esto, ¿en qué se traduce? Que perdemos nuestros hombres, nuestro dinero y nuestros recursos. Esta Región, que no es hoy una Región rica, pierde cada año el cincuenta por ciento de sus recursos financieros, que se destinan a la industrialización de otras Comunidades. Y esto, Señorías, tiene que cambiar. Es más, esto ya está cambiando, porque nunca como ahora destinamos nuestros esfuerzos los castellano-leoneses a conocer cómo estamos, cuáles son nuestros problemas, las soluciones posibles. Nunca como ahora contamos con una Administración volcada a resolverlos, con una perspectiva regional, comprometida con el desarrollo de nuestra Comunidad y que cree en él, en nuestras posibilidades de mejorar nuestra actual situación.

En este debate de política general no voy a hacer un repaso puntual y exhaustivo de todos y cada uno de los diferentes departamentos de mi Gobierno, aunque naturalmente no tengo inconveniente, en este o en otro debate, donde Sus Señorías deseen. Sin embargo, para una mayor comprensión, es necesario analizar algunos de los aspectos sectoriales. Aunque muchos de ustedes la conozcan, quiero señalar aquí la problemática particular de la agricultura de nuestra Comunidad. Muchas veces se ha puesto de manifiesto su crítica situación amenazada por factores como: el envejecimiento de la población, el predominio absoluto del secano sobre el regadío que conlleva baja productividad, un número reducido de alternativas de cultivo por nuestro clima continental, así como el exceso de pequeñas explotaciones con un alto grado de parcelación y una mecanización inadecuada, la escasa participación del sector productor en la industrialización y comercialización de los productos agrarios, y, en fin, una infrautilización de superficies comunales, y otras tantas que podríamos enumerar como: endeudamiento, descapitalización, deficiente sanidad, etc., etc.

Mi Gobierno frente a esta problemática tiende a actuar en cuatro frentes: reducción de costes de producción, incremento de la productividad y calidad de los productos, política de comercialización y transformación de productos agrarios, y mejora del ecosistema

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regional. Estas cuatro políticas lograrán el objetivo fundamental de elevar el nivel de vida de quienes habitan nuestro medio rural.

La reducción de costes de producción pasa por la reforma de las estructuras. Especialmente se actuará en concentración parcelaria y en concentraciones de segundo grado, cifrando los proyectos en trescientas mil hectáreas para esta legislatura, abordando el tema por áreas comarcales donde existe una problemática homogénea. Sus Señorías saben que mi Gobierno tramita en este momento las transferencias del IRYDA. El marco legal también va a ser actualizado, desarrollado y modificado en aspectos concretos de la Ley de Reforma y Desarrollo Agrario, así como otras normativas de menor rango como las nuevas unidades mínimas de cultivo. También la reducción de costes por la racionalización en el uso de los medios de producción. Sus Señorías conocen que, si bien en la maquinaria común (tractores y cosechadoras) se cuenta con un parque considerable, en lo referente a maquinaria especializada: fertilizantes y semillas de calidad, existen deficiencias importantes. Mi Gobierno se propone atender a estas necesidades mediante la investigación y el desarrollo tecnológico, tanto público como privado, así como la difusión de los instrumentos más adecuados a la producción. Respecto a ordenación de cultivos y producciones ganaderas, no cabe duda que se deben evitar tanto los excesos como los déficits productivos, puesto que ni unos ni otros son convenientes. En este sentido se está iniciando la elaboración de un Plan Regional de Orientación y Ordenación de Cultivos que encaja dentro de la ordenación de producciones que, a nivel nacional, se está realizando en su primera parte.

Pilar importante en las producciones agrícolas es la sanidad vegetal. Estamos produciendo y procediendo a reorientar las actuaciones en esta materia en el sentido de introducir nuevas técnicas y productos en los tratamientos; realizando campañas en aquellas plagas en que, por la ubicación del parásito en zonas marginales, éstas no serían abordadas por los particulares; atendiendo a problemas coyunturales que se detecten en la Región y potenciando las estaciones de Avisos.

No puedo dejar de referirme al tema de la agricultura de montaña que, como Sus Señorías saben, en la periferia de nuestra Comunidad tiene tanta importancia. Para la elaboración de planes concretos de actuación en este ámbito, así como para el establecimiento de criterios que permitan delimitar las zonas a las que alcance, estamos incluidos en las comisiones técnicas que, a nivel nacional, está desarrollando la Ley de Agricultura de Montaña.

En la ganadería, la búsqueda de una estructura y dimensión adecuada de las explotaciones es esencial para abaratar los costes. Partiendo de la dimensión fundamental y familiar de las actuales, buscamos el incremento de la cantidad y calidad de los productos obtenidos con el mismo costo en medios de producción. Es prioritario en este campo atender a la situación sanitaria, y para ello hemos dictado normas sobre sanidad animal, estableciendo un seguimiento de su ejecución y aplicando, cuando fuera preciso, las sanciones previstas. En estos momentos se está llevando a cabo una campaña de lucha contra la fiebre aftosa, por medio de la vacunación de todas las especies, y censos receptivos, que supera en alcance a las que anteriormente se planteaban. Con ello se pretende conseguir un estado inmunitario que defienda nuestra cabaña de contra brotes de la enfermedad como el que se produjo en todo el Estado el año pasado. Asimismo, y en la planificación de la campaña de saneamiento ganadero, para este año se prevé un incremento superior al cincuenta por ciento en el Presupuesto para atender las indemnizaciones por sacrificio de animales afectados de tuberculosis; incremento que se mantendrá en los próximos años con el objeto de erradicar dicha enfermedad y de intensificar la lucha contra la brucelosis por su enorme transcendencia sanitaria y económica. Dentro del ambicioso plan sanitario, los veterinarios funcionarios deben desarrollar un papel importante, por lo que es preciso atender a su reciclaje para que puedan contribuir a un mejor aprovechamiento de sus propias capacidades. En cuanto a la selección y mejora de las razas, con especial atención a las autóctonas, se está procediendo a la creación de centros de selección que habrán de servir para la cesión de ejemplares mejorantes.

Estos datos y otros muchos los pueden ustedes ir siguiendo día a día por los medios de comunicación social. No estoy hablando de posiciones o de esperanzas o de declaraciones de intenciones, sino que la mayor parte de las afirmaciones que estoy haciendo aquí son posibles seguir a través de los medios diarios de comunicación. Esta labor se verá complementada con la próxima incorporación del centro de selección y reproducción animal en León, cuya transferencia ya les hemos anunciado.

Otro aspecto que contribuye a abaratar los costes de producción es el fomento del asociacionismo. Mi Gobierno, en este sentido, actúa difundiendo y gestionando las ayudas establecidas, participando en la redacción de proyectos, y estableciendo líneas de crédito o subvenciones. Junto a ello se han tomado medidas de capacitación de personal especializado en su gerencia así como ayudas para compra y uso de maquinaria y otros medios de producción. Hablaba hace un momento de descapitalización de la empresa agraria, pues bien, las actuaciones en materia crediticia

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vendrán a suavizar el problema mediante la concesión de subvenciones y préstamos a largo plazo y bajo interés, acorde con las disponibilidades económicas y presupuestarias y con las necesidades del sector agrario. En este sentido, la gestión transparente, el seguimiento de las inversiones, y la información puntual son los pilares sobre los que se basará la política crediticia a la agricultura.

Un objetivo primordial, así lo hemos señalado, es el incremento de la productividad y calidad de los productos. En este sentido se está actuando en varias líneas. Una de ellas es promover el máximo aprovechamiento de nuestros recursos hidráulicos. En estos momentos se está elaborando el Plan de Regadíos de Castilla y León que contempla un estudio de las posibilidades de recursos hídricos, así como una programación en el tiempo de los futuros regadíos. Como Sus Señorías saben, especial hincapié estamos haciendo en agilizar la terminación del embalse de Riaño, ya que sus beneficios procedentes del riego de aproximadamente cien mil hectáreas transformarían por completo el actual panorama agrario de nuestra Comunidad. Cabe decir en este punto que ello debe de ir acompañado de una política de formación en las técnicas del regadío a los agricultores con histórica tradición de secano. Mi Gobierno considera prioritaria la investigación agraria, que tiene un carácter aplicativo y finalista. La investigación ganadera y forestal, el aprovechamiento agrario de los recursos hídricos, la contaminación y conservación del entorno natural, la agroenergética, la introducción y mejora de oleaginosas junto a las forrajeras y pratenses, son las líneas básicas de investigación.

Otro aspecto al que me he referido es el de la comercialización y transformación de productos agrarios. La actividad productiva agraria provoca en todos los pueblos desarrollados una segunda fase: la de la industrialización alimentaria, que prácticamente triplica el valor de las materias primas utilizadas. Parte de este valor añadido puede quedar en manos de los agricultores; por este motivo los intereses del país, y por lo tanto los de nuestra Comunidad, abogan por la industrialización agraria y ésta coincide, además, con los intereses del medio rural, que podría utilizar mejor todas sus fuerzas de trabajo disponible y, consecuentemente, provocar una elevación, sin ninguna duda, del nivel de nuestros conciudadanos en el mundo Rural. La promoción de las industrias agrarias es un objetivo fundamental de mi Gobierno. En este sentido se han tramitado en estos meses (y estoy hablando y sigo hablando con los hechos concretos, constatables día a día por los propios medios de comunicación y por el contacto también diario y permanente de los Consejeros de mi Gobierno), se han tramitado en estos meses más de cien expedientes para que las industrias de este tipo se puedan acoger a los beneficios del Gran Area de Expansión Industrial, y hemos presentado ante el Gobierno de la Nación la solicitud de que Castilla y León sea declarada zona de preferente localización agroalimentaria. Estimamos que este sector industrial si recibe del conjunto de los organismos públicos el respaldo necesario, contribuirá al dinamismo económico de nuestra Región de una manera notable. En el proceso de comarcalización de los productos agrarios, tanto si estos se venden directamente, como si han de experimentar alguna transformación previa para convertirse en alimentos, aparecen unos márgenes comerciales. Con el objeto de que el campesino no sea beneficiario de ellos en el mayor grado posible, tendemos al apoyo de las Cooperativas y otras entidades asociativas de comercialización, junto a una promoción de los centros de contratación de productos agrarios en origen (mercados de ganados, mercados en origen y lonjas de contratación), y a una catalogación de productos para proteger la calidad. En materia de Denominación de Origen, y aunque en este punto no se hayan recibido las transferencias, no ha sido óbice para que se haya actuado de una manera decisiva, tanto en la promoción y solicitud de Denominaciones de Origen, como en publicidad de los productos amparados en los mismos. Un ejemplo que la política de mi Administración persigue es la participación de nuestra Comunidad Autónoma en la "Expoalimentaria" a celebrar próximamente en Barcelona, y en tantos otros lugares donde nuestros productos puedan exhibirse públicamente. Debo señalar aquí la importancia que el sector forestal tiene dentro de la mejora del ecosistema de la Región. Estamos en fechas próximas para asumir las funciones y servicios del Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza; mientras tanto se está preparando la estructura que recibirá tan importante responsabilidad y tarea para nuestra Comunidad.

Mi Gobierno actúa en tres frentes interconexionados y, a la vez, bien definidos: de una parte, en la protección del medio natural; de otra, en cuestiones relacionadas con la producción forestal (en sus distintas y múltiples variantes); y en una tercera que es la socio-recreativo-cultural que los montes generan para nuestro disfrute, y que se extiende a la caza, a la pesca, a las aulas, los espacios naturales, adecuaciones recreativas, etcétera, que hacen posible el contacto del hombre con la propia naturaleza. Son, para el Ejecutivo que presido, objetivos irrenunciables, la defensa de la propiedad pública, en defensa de la propiedad pública, la creación de un patrimonio forestal por parte de la Comunidad, la lucha contra la erosión y defensa de recursos hídricos, el incremento de montes sometidos a ordenación, la protección de los diversos ecosistemas con atención especial a todo lo relativo a incendios forestales (y hablando de incendios forestales, ustedes ya conocen el efecto que producen en nuestra Región; además

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de los efectos económicos, efectos de terror para nuestras propias gentes que a veces son actos profundamente terroristas que están incidiendo no solamente en un rebaje de las condiciones económicas de nuestra Comunidad, sino muchas veces también en que nuestros conciudadanos, a través de los que hemos tenido la desgracia de haber vivido de cerca algunos de estos incendios forestales supone en el desarrollo de las propias libertades públicas, y de la propia conciencia democrática, cuando desde posiciones terroristas a veces se está produciendo este tipo de incendios forestales); por eso, el fomento también de la producción en madera y otros productos como piñón, resina, pastos; la repoblación de zonas rasas y la mejora de masas forestales autóctonas, el establecimiento de mecanismos de ayuda y asistencia técnica a los montes en régimen privado, el aprovechamiento ordenado de las riquezas cinegéticas y piscícolas, la ordenación de núcleos rurales y, en definitiva, todo aquello que redunde en la elevación del nivel de vida, sin infringir daños al medio físico.

Desde el convencimiento de que es posible un desarrollo industrial, hemos ido en estos meses trabajando en la configuración de un modelo regional industrial. Alejándonos de un voluntarismo irracional, estamos tratando las posibilidades de desarrollo industrial, analizando la situación del mismo en nuestra Región y considerando factores exógenos que resultan condicionantes imprescindibles a tener en cuenta como son los factores estatales, incluso internacionales, y muy especialmente los europeos: y también, cómo no, los del propio mercado. Para la construcción de este modelo, hemos elaborado un programa de análisis de la estructura industrial que nos llevará al conocimiento exhaustivo y pormenorizado de la demanda de todas nuestras industrias, de los aspectos relacionados con la producción y también de la situación y posibilidades de comercialización de los productos o, en su caso, de la incidencia ambiental que nuestros procesos conllevan. El Gobierno regional asume una filosofía que yo llamaría complementaria, y que he expuesto en algunas ocasiones; se trata de que allá donde no sea posible, o donde no llegue la iniciativa privada, incentivar desde la Administración los impulsos y recursos necesarios para complementarla. Este incentivo público regional, para ser económico, debe tener en cuenta además las inversiones que puedan realizar otras Administraciones. Esta actuación tendrá y tenderá a apoyar aquellos sectores en los que la acción del Estado no intervenga pero que nosotros consideramos de interés preferente, como son los ya enunciados; agroalimentarios, o el propio minero, tratando la Comunidad de gestionar, cuando la empresa en toda la dimensión de la palabra sea de interés comunitario, aquellos riesgos no soportables, no asumidos por el propio capital privado. Acción compensadora que revertirá en una participación del proyecto. Esperamos que muchas de las iniciativas que en estos momentos la actividad privada no tiene (no quiere asumir determinados riesgos), por la propia iniciativa y conjunción de las Administraciones Públicas, pueda servir de motor y arrastre y, como locomotora, lance también a un riesgo empresarial para nuestros empresarios castellano-leoneses.

El pasado mes de Febrero se han asumido las funciones y servicios traspasados en relación al Gran Area de Expansión Industrial. Con este instrumento, que ustedes conocen muy bien, vamos a influir en la política estatal de localización de puntos subvencionables, potenciando a los sectores preferentes, que son aquellos que proceden de nuestros recursos naturales hasta hoy infrautilizados, tratando de conseguir el máximo valor añadido de los productos. Como consecuencia, han sido transferidos el cien por cien de los servicios periféricos, en relación con el Gran Area, equivalente al veintiuno coma nueve de los servicios periféricos del Estado en materia de Acción Territorial.

Se han negociado, prácticamente se han cerrado ya, las competencias estatutarias que venía desarrollando el Ministerio de Industria y Energía, incluidas las transferencias provisionales realizadas en fase preautonómica; lo que representa, en esta materia y desde el punto de vista de la acción directa de la industria y energía y de la propia Consejería que también lleva su nombre, el traspaso del noventa y tres por ciento aproximado de la estructura periférica del MINER a nivel de la Comunidad Autónoma. El coeficiente de transferibilidad de la inversión de reposición se ha fijado en el treinta y ocho por ciento, y el de los costes centrales en el treinta por ciento para el máximo nivel autonómico, es decir: País Vasco, Cataluña y Galicia, y el veintisiete por ciento aproximadamente para Castilla y León. A falta de delimitación precisa de las bases de los regímenes minero y energético, a partir de las cuales la Comunidad dispone de competencias, y sin estar suficientemente establecidas la política tecnológica de la pequeña y mediana empresa industrial en relación con las Comunidades Autónomas, se han firmado sendos convenios de cooperación con el IMPI, y con el CEDETTI, de carácter anual, que contribuirán sin ninguna duda, a desarrollar las actuaciones propias de las PYMES, en relación con la innovación tecnológica. Se está en fase de negociación para establecer un convenio de la misma naturaleza con el IGME. Se han llevado a cabo, aún con ciertas dificultades, acciones de apoyo a la localización industrial, a la artesanía, a la minería, se ha mantenido un permanente servicio de ayuda y asesoramiento a las empresas, conduciéndolas o actuando directamente ante organismos o instituciones como el Fondo

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Nacional de Protección al Trabajo, Instituto Nacional de Empleo, Gran Area de Expansión Industrial, SODICAL, Bancos Oficiales, Cajas de Ahorros, Instituto Nacional de Industria, o los Ministerios de Industria y Trabajo.

No desearía, señor Presidente, señoras y señores Procuradores, abrumarles con una relación exhaustiva, porque no quisiera que este debate y este discurso tuvieran ninguna semejanza con lo que fue el de investidura, que, indudablemente, era la presentación de un programa. Es ir dando fielmente cuenta de ese programa, la parte que corresponde a su cumplimiento, y es ir también revisando un programa con que los socialistas y mi Gobierno se presentó a las elecciones. Por eso quiero que Sus Señorías tengan paciencia suficiente para ir viendo cómo se contrastan aquellas cuestiones que aparecen públicamente, o aquellas intenciones que en un momento se dijeron, y se van realizando día a día.

Se ha acudido a la ampliación de capital de SODICAL, aumentando la participación, y por lo tanto la capacidad de acción y de maniobra, y hemos pasado del 0'8 por ciento, al seis por ciento, lo que nos permite estar en la actuación ejecutiva, en definitiva, de este instrumento fundamental en el desarrollo de nuestra Comunidad. Se ha cumplido casi al cien por cien el Plan de Electrificación Rural (y no estoy hablando de promesas, señoras y señores Procuradores, se han supuesto, han supuesto una inversión aproximadamente, en electrificación rural, de mil quinientos millones de pesetas).

Pretendemos que en la Ley de Presupuesto para mil novecientos ochenta y cuatro se plasmen los distintos programas que aquí sólo enumeramos, por cuanto es a estas Cortes, naturalmente, a quien corresponde su aprobación, y que son relativos a diversificación y ahorro energético, minería, artesanía, promoción de las PYMES, localización industrial, investigación, industrialización o comercialización en actividades de especial interés, electrificación rural y plan de abastecimiento a núcleos urbanos. Por otro lado, se han comenzado los trabajos de unificación de procedimientos de tramitación que resultaba ser una anarquía, se ha elaborado un plan de regulación, simplificando y racionalizando todo aquello que se refiere a las tasas por servicios prestados, se han marcado directrices en cuanto al servicio de información y acercamiento al administrado, se han comenzado a establecer planes de inspección por muestreos selectivos, así como a fijar criterios únicos de inspección en toda la Comunidad Autónoma. Además, se han sentado las bases para operar un cambio sustancial en la forma de actuación en este campo, y pretendemos reflejar en los Presupuestos los programas relativos a: Plan informático para modernizar la gestión administrativa en cuanto se refiere a censo industrial, inspección técnica de vehículos, seguimiento presupuestario, etcétera, plan de estación ITV, laboratorios de servicios públicos, laboratorio de medio ambiente, contratación de básculas, inventario de focos contaminantes, e inventario de residuos urbanos e industriales.

En cuanto a política laboral, partiendo de la inexistencia de este área en la anterior Administración Regional, y del señalamiento de competencias estatutarias, en materias de trabajo y cooperativismo en el artículo 29, es decir, no transferibles por el momento, pero teniendo en cuenta la necesidad social de desarrollar ciertas actividades relativas a política de empleo, relaciones laborales, cooperativas y Sociedades Anónimas laborales, se han sentado los presupuestos mínimos para ejercer tales actividades. En concreto, a mediados de Noviembre como saben Sus Señorías, se creo la Dirección General de Trabajo, y en el breve espacio de tiempo transcurrido se ha perfilado su estructura orgánica mínima, y se han establecido los programas de actuación concernientes a: protección de empleo, asistencia al cooperativismo y al trabajo asociado, formación ocupacional y formación sindical, tan importante en esta Comunidad.

En el área de Comercio se está actuando en dos grandes líneas: ordenación comercial y ordenación de la demanda. La primera se ha desarrollado mediante una serie de programas cuyos objetivos últimos son el conseguir una completa, moderna, integrada y eficiente estructura de equipamientos comerciales en un intento de aumentar la competencia y reducir los costes de la distribución comercial. La segunda gran línea de actuación se estructura en un conjunto de programas que intentan concertar la política de demanda con la ordenación de la oferta, buscando la eficacia y operatividad de los mercados a nivel regional. Ambas tareas han necesitado, y lo seguirán haciendo, de una amplia colaboración tanto con el sector privado, como el sector público. Las actuaciones realizadas en el ámbito de la distribución comercial abarcan una serie de programas que van desde el crédito subvencionado, al comercio individual, cooperativo y asociado, hasta los convenios para la subvención de las inversiones de los Ayuntamientos en materia de mercados y urbanismo comercial; desde la promoción de la actividad comercial, tanto interna como externa, al diseño de una política ferial, el desarrollo de un programa de recursos de formación y asistencia técnica o la disposición de una serie de estudios sobre las estructuras y necesidades comerciales de la Región. El instrumento para tramitar y resolver el crédito subvencionado al pequeño y mediano comerciante es el IRESCO, que, con un tiempo medio de tramitación de expedientes de veinte días, ha aprobado un crédito total de mil millones de pesetas, correspondiente al

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programa de ordenación comercial. Este programa se completa con la creación de una línea de crédito de carácter intersectorial para la pequeña y mediana empresa, en la cual participa igualmente el IRESCO en su tramitación y subvención.

En lo referente a equipamientos comerciales y en colaboración con los Ayuntamientos y Diputaciones, se han realizado dos programas cuyos objetivos son el de obtener una distribución y comercialización más eficiente, competitiva y barata a través de inversiones en equipamientos colectivos de carácter social. En el área de equipamientos comerciales en origen, el programa contempla la subvención y crédito en el ámbito de los centros de contratación y distribución hortofrutícolas, redes de frío, centros de almacenamiento y regulación, etcétera. Además de estas actuaciones directas se ha concertado un acuerdo con MERCASA que permite ordenar, dirigir y funcionar conjuntamente los proyectos de esta empresa en el territorio de nuestra Comunidad, que en el próximo trienio contempla unas previsiones de inversión de dos mil trescientos diez millones, que serán subvencionados o participados por la Junta hasta un treinta por ciento.

Proyecto destacado de acción institucional y participación económica en la promoción comercial por parte de la Junta es la creación y potenciación de una Sociedad de Promoción de Exportaciones de Castilla y León (ustedes ya han leído y escuchado el EXCAL) que permita generar las ventajas de una acción coordinada y colectiva de los mercados externos. Como Sus Señorías conocen, esta iniciativa ha contado con una gran aceptación por los medios interesados, haciendo innecesario que el desembolso por su parte de la Junta supere el diez por ciento del capital social.

Excusarán Sus Señorías este rápido repaso a la política comercial del Gobierno, que no son en exclusiva las referencias que acabo de hacer las únicas que se están realizando, pero a veces a la hora de construir el propio discurso y la intervención, y a la hora de recoger las actuaciones puntuales y concretas de la acción y de la eficacia de la Junta, yo mismo me vería abrumado para, en tan poco tiempo, una realización tan importante en un desarrollo tan eficaz de la actuación de los diferentes departamentos y de las Consejerías de mi Gobierno. Por eso no quiero caer en la extensión puntual de cada una de las actuaciones. No nos vamos a permitir referirnos con esa extensión a los condicionantes financieros de que las PYMES y la Junta está abordando a través de la colaboración con las Sociedades de Garantía Recíproca, a los programas de formación propios o concertados, a las áreas de estudios y asistencia técnica, a los Gabinetes de Asesoría Comercial que deberán pasar a formarse dentro de los servicios de ordenación comercial, al importante aspecto de la política de ferias y certámenes, o a la labor desarrollada por la Comisión Regional de precios, lo cual alargaría enormemente mi intervención. Quiero, eso sí, reseñar que hemos mantenido una relación de estímulo y colaboración con las Cámaras de Comercio, Asociaciones Empresariales y Sindicales implicadas en la actuación comercial, con la seguridad de que el trabajo conjunto y coordinado será la mejor manera de alcanzar las metas propuestas, y en esta línea seguiremos actuando.

El turismo en nuestra Región se caracteriza por una demanda débil, constituida fundamentalmente por un turismo de paso. Por lo tanto, la actuación en este sentido se encamina a promocionar nuestros recursos turísticos y a provocar una incentivación de la demanda. Es para ello por lo que tenemos en marcha la campaña de concienciación de turismo interior, cuyas actuaciones comprenden (como ya todas Sus Señorías habrán podido ver): publicidad en vallas, cabinas telefónicas, la prensa, la radio. En una segunda fase, seguramente pronto, la dirigiremos al resto de las Comunidades Autónomas y en una ulterior ofreceremos esta misma oferta turística a otros países de las áreas europeas y a aquéllos donde naturalmente hay un atractivo de nuestra Nación para sus pueblos. Asimismo hemos participado activamente n ferias de importancia internacional en el mundo del turismo, como fue la FITUR, la de Milán y la de Berlín, todo ello en colaboración con el sector de hostelería. Por esta razón hemos creado folletos promocionales de la Comunidad Autónoma junto a calendarios turísticos, carteles publicitarios, tarjetas postales, etcétera, y, a veces (y quiero hacer aquí una reflexión), tendrían que ver Sus Señorías cómo este trabajo de los diferentes departamentos y Consejerías se ha ido realizando a través de la propia iniciativa privada, de aquellos agentes económicos concretos, especializados, que conocen, que demandan, y que, en una armonía impresionante (y desde aquí yo quiero agradecer), han venido trabajando con las diferentes Consejerías para llegar a actuaciones concretas para un asesoramiento común, que ha permitido que la Junta y sus instituciones, sus actuaciones, sus brazos largos como son las Consejerías y Direcciones Generales, hayan estado metidas, perfectamente integradas muchas veces, en el propio tejido social donde los intereses económicos y sociales o sectoriales se estaban produciendo en aquel momento. Se ha concluido el archivo bibliográfico, fotográfico y de diapositivas, lo mismo que el inventario de recursos turísticos recogido en un documento del que tendrán conocimiento en breve.

De común acuerdo con las Instituciones de Salamanca, hemos creado las bases para la creación del Palacio de Congresos y Exposiciones de Castilla y

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León, y en próxima fecha se presentará ante estas Cortes el proyecto de Ley que regule las bases de éstas y otras iniciativas similares que se puedan realizar en la Comunidad Autónoma. Una de las labores importantes de la actuación de mi Gobierno en esta materia ha sido la tramitación de los informes y, consiguientemente, la valoración de los expedientes de crédito turístico dirigidas a las entidades de crédito oficial. Todo ello en aras a conseguir una potenciación y promoción del turismo en nuestra Comunidad. Deseo comunicar a Sus Señorías que en corto plazo se debatirá en las Cortes el proyecto de Ley del Patronato Regional de Turismo, con el objetivo de impulsar, coordinar e integrar las actividades turísticas que desarrollan las Diputaciones, Ayuntamientos, Empresarios de hostelería, etcétera. Este Patronato permitirá también una concentración en la actividad turística, necesaria para la plasmación del programa turístico. Otra institución que se creará en breve es la Empresa Regional de Turismo, que estudiará y promoverá la creación de nueva oferta turística coordinando la iniciativa privada, o incluso tomando a su cargo la creación de nuevas empresas en aquellas áreas que se considere necesario. Como objetivo tendrá: la potenciación de las zonas menos desarrolladas a través de la incentivación a la iniciativa privada, la adecuación de lugares de interés y edificios monumentales para su preservación y uso turístico según criterios de política empresarial y función social. Se potenciarán, asimismo, cursos para estudiantes extranjeros, ya que ello lleva consigo una serie de ventajas sociales y culturales, lo que requiere la colaboración de las autoridades académicas y especialmente el contacto con las universidades extranjeras que mantengan programas de enseñanza de la lengua y literatura española.

Nos enfrentamos al reto de articular, de dar coherencia a la más extensa Región de España, a la mayor entidad territorial de la Península Ibérica y también de Europa. Sobre un territorio de noventa y cuatro mil doscientos cuarenta y siete kilómetros, que contiene prácticamente íntegra la cuenca del Duero y que participa ampliamente en las del Sil, las del Ebro, el Tajo y varios cursos de la vertiente cantábrica, viven más de dos millones quinientas mil personas. Hasta fechas no lejanas, las nueve provincias de la Comunidad han sido y han vivido volcadas sobre sí mismas, aisladas unas de otras, sufriendo los efectos de impactos extrarregionales. Hoy día estas provincias, estos dos millones y medio de castellano-leoneses, se han encontrado y desarrollan un sentimiento de identidad regional. Pero esta cohesión espiritual, estos sentimientos de identidad y solidaridad regional deben apoyarse físicamente cohesionando también el territorio, creando los factores de articulación regional que una a las diversas zonas de la Región, que faciliten y potencien las relaciones entre las gentes de Castilla y León, y, al mismo tiempo, es necesario poner en valor los recursos propios, conseguir la utilización en la propia Región de aquellos recursos de que dispone en grandes cantidades: agua, potencial hidroeléctrico, recursos mineros, tierra, potencial ganadero, etcétera, que no son pocos si se encuentran los procedimientos de utilizarlos adecuadamente. Para ello son necesarias actuaciones especiales, actuaciones que relacionen a nuestras gentes, que mejoren su calidad de vida, que permitan acceder y usar nuestros recursos, que proporcionen un argumento más para sentirse orgullosos de pertenecer a la Comunidad castellano-leonesa. Consciente de estas ideas, aceptando el reto de alcanzar la cohesión regional y de contribuir a crear una conciencia regional, la Junta de Castilla y León ha planteado sus objetivos encaminando sus actuaciones no sólo a resolver los problemas sectoriales que en el ámbito de su competencia se plantean, sino a los objetivos finales que se deducen de estas ideas.

Así, en las materias de Urbanismo y Medio Ambiente, se trata de conseguir una calidad de vida adecuada y conforme con las señas de identidad regional, de conservar estas señas de identidad en los conjuntos arquitectónicos, en los monumentos, pero también en los rasgos de nuestras calles mayores, de nuestras plazas, y en las alamedas y riberas, en los sotos y en los grandes conjuntos naturales que también forman parte de nuestra identidad regional y que empiezan a ser un bien escaso y a veces maltratado. Las actuaciones urbanísticas las hemos abordado en contacto directo con los interesados, asesorando, siguiendo y financiando los planeamientos municipales, y dedicando una especial atención a aquellos municipios que por sus propios medios tendrían dificultades para la ejecución de una política urbanística municipal. Ha sido a través de las fórmulas de convenios con Diputaciones Provinciales, o en su caso de subvenciones a los Ayuntamientos, como hemos concretado esta colaboración y apoyo. Tengo que poner de relieve que la conciencia sobre la ordenación urbanística está calando en nuestra Comunidad y que especialmente los núcleos de mayor población son también en los cuales esa conciencia se manifiesta de una forma más palpable. En concreto, y por su especial trascendencia, tengo que referirme a que hemos aprobado los Planes Generales de Valladolid y de Salamanca y la modificación del Plan General de Ponferrada. Esta especial preocupación por la ordenación urbanística también se ha extendido a la conservación y protección de zonas y comarcas en las que concurre un patrimonio ecológico y paisajista, para el que mi Gobierno es especialmente sensible. Así, las comarcas de Sanabria y de Gredos están siendo objeto de un riguroso estudio que, sobre la base de anteriores actuaciones, concluye aquellas medidas que tenemos que adoptar para revitalizarlas y protegerlas. Esta atención especial al patrimonio ecológico se extenderá también a otras zonas y lugares que requieren esa

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protección, como estamos haciendo en Río Lobos, elaborando un programa para la realización de un Plan Especial. En cuanto a la protección del medio ambiente, hemos optado por estimular y animar las acciones de protección ambiental más que por utilizar actuaciones restrictivas. Pensamos que la utilización de los recursos de la Comunidad, subvencionando instalaciones para depuradoras de vertederos, que son los focos contaminantes más importantes cuantitativamente, pueden mejorar el problema de la contaminación. Asimismo, estamos abordando la realización de estudios de impacto ambiental y de alternativas que servirán de base para un tratamiento de los espacios naturales de interés, evitando su deterioro. Estos estudios los centramos en los lugares más significativos y en las áreas más deprimidas.

La vivienda es una necesidad importante en todos los lugares, y en concreto para nuestra Región. Gran parte del parque de viviendas sufre, como saben sus Señorías, problemas de envejecimiento y una proporción nada desdeñable de abandono. Es necesario proporcionar a los castellano-leoneses viviendas dignas, conformes con la calidad de vida que se trata de proporcionarles. Pero también es necesario evitar la destrucción del patrimonio, de las señas de identidad que se mencionan, y, al mismo tiempo, evitar el despilfarro energético que supone el transporte cuando las viviendas se alejan progresivamente de los cascos históricos. Por eso la política de rehabilitación, las soluciones imaginativas al problema de la vivienda evitando actuaciones masivas que enajenan la personalidad individual, será una de las líneas de actuación más destacadas en esta materia. Con ello se trata de conseguir no sólo la conservación de la personalidad de cada familia evitando la insolidaridad de la masificación, sino su integración en comunidades vivas, que es el primer y más importante paso para la formación de un sentimiento regional auténtico.

Las posibilidades de actuación de la Administración autonómica en este campo presenta distintas situaciones en función de la complejidad del proceso de transferencias. Las correspondientes al Patronato de la Vivienda Rural, ya transferidas, deben completarse con el futuro abanico de posibilidades que las transferencias sobre promoción pública de la vivienda y apoyo a la iniciativa privada van a permitir. Esto va a suponer que la Comunidad va a contar con un mayor nivel de decisión e intervención, pero supone también asumir una pesada carga dada la complejidad y entidad del parque heredado. En efecto, la Administración Autónoma recibirá un importante patrimonio que tiene entre otros problemas unas dos mil viviendas necesitadas de una urgente reparación, urbanizaciones en estado deficiente que provocan permanentes conflictos con las Administraciones Locales, polígonos residenciales sobredimensionales, cuya ocupación implicaría el desalojo de las antiguas ciudades y, además, una importante confusión sobre la situación jurídica de grupos y polígonos. La posibilidad de poner en el mercado un paquete importante de viviendas cuyo precio esté adecuado a la posibilidad de la demanda, pasa por una política estatal de viviendas: el plan llamado cuatrienal, del que nuestra Comunidad Autónoma va a ser gestor e impulsor. De los estudios realizados se desprende que somos una de las tres Comunidades con unas perspectivas más favorables en el presente momento en lo relativo al sector de la construcción. Esta situación puede mantenerse, de acuerdo con los contactos habidos con agentes del sector, si el citado plan cuatrienal consigue afianzarse en su gestión y si las instituciones financieras le prestan su apoyo. (De hecho, en este momento, las Cajas de Ahorro de la Región han suscrito ya convenios que cubren aproximadamente el noventa por ciento de la cifra en principio necesaria para la misma). Esta política de vivienda tiene un carácter experimental en lo que respecta a la rehabilitación del patrimonio edificado. Si este es un problema considerado prioritario a nivel general, en nuestra Región tiene especial relevancia, tanto en el medio rural como en el urbano, dada la extraordinaria calidad y valor de partes importantes de nuestras ciudades. Así pues, la rehabilitación, tanto pública como privada, protegida o libre, debe pasar esta época conscientemente experimental hasta llegar a ocupar un porcentaje importante en la ocupación del sector.

Las carreteras son ejes que canalizan relaciones, que vinculan espacio, que unen pueblos y ciudades; no sólo vías de paso para foráneos. Y en esta línea se inscriben los programas de actuación, favoreciendo carreteras por y para la Región castellano-leonesa. Castilla y León, en consonancia con su extensión territorial, cuenta con una amplia red de carreteras, y en esto quisiera decirles la anécdota de pedir a la propia Consejería y a la Dirección General correspondiente y los caminos y carreteras de primera y de segunda importancia, para entendernos, aproximadamente son ochenta mil kilómetros en la red que tenemos en estos momentos, de las cuales, naturalmente forman una parte de lo que se llama la red principal, y de ésas once mil kilómetros van a ser de titularidad, a partir de ahora, regional, es decir transferidas, lo que representa aproximadamente el setenta y cinco por ciento del total de la red. Como tradicionalmente se ha expuesto, la red de comunicaciones en nuestra Región ha desarrollado un escaso papel vertebrador, ya que ha sido pensado más para atravesar la Región que para facilitar las relaciones internas de la misma. Por tanto, es objetivo prioritario articular y vertebrar nuestras comarcas, a través de la mejor utilización de las carreteras existentes, potenciando para ello los ejes transversales, lo cual habrá de redundar en un mayor acercamiento entre los hombres de nuestros pueblos y ciudades. Es obvio que esta potenciación de los ejes transversales no puede excluir la acción de la mejora del

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estado actual de nuestras carreteras, siendo, por el contrario, en muchos casos, un acicate para la mejora sustancial del estado de ellas. En otras ocasiones he manifestado el compromiso de mi Gobierno de elaborar un Plan Regional de carreteras; hoy les tengo que decir que hemos progresado en la elaboración del mismo y que ya hemos finalizado la primera de sus fases que es la de jerarquización y clasificación. Este plan, cuya ejecución se llevará a cabo en coordinación con el Plan Nacional, recoge nuestro objetivo prioritario, que es la articulación y vertebración regional que, además de servir como red de comunicación, coadyuvará también al desarrollo económico de nuestra Región.

Igual importancia le atribuimos a la coordinación y colaboración con las Corporaciones Locales, tanto en las inversiones para saneamiento de poblaciones, como en aquellos derivados de la sequía que necesitan de un programa de aprovechamiento de aguas superficiales y subterráneas. En cuanto a las inversiones para mejora y aplicación de regadíos, ya he señalado, en otro momento, cómo la inversión de mi Gobierno va a permitir finalizar la legislatura con treinta mil hectáreas de nuevo regadío. Convendrán en que estas medidas van a suponer un importante esfuerzo inversor que debe beneficiar fundamentalmente a las empresas de la Región. Por ello, los proyectos de inversión se van a realizar de forma que la pequeña y mediana empresa, mayoritaria en nuestra Región, esté en condiciones de acceder a las mismas, poniendo limitaciones y condiciones que coadyuven a ello, como el establecimiento de topes máximos de contratación, incentivando a la vez la cooperación entre las propias pequeñas y medianas empresas.

Nuestra política de transportes la hemos emprendido considerando que la comunicación con los agentes sociales implicados y una participación activa de éstos en el diseño del planteamiento era el mejor punto de partida, en la misma línea en que he hablado de otras actividades importantes que se producen sectorialmente desde la propia iniciativa, y a veces recogiendo iniciativas de sectores privados. Por eso representó para nosotros una gran satisfacción la gran participación que tuvieron las Jornadas sobre el Plan Director de Transportes de la Región que se celebraron en León a finales del pasado año. Fruto de estas Jornadas, que nos permitieron calibrar la situación del sector en la Región y evaluar su problemática, es el programa de actuaciones elaborado por mi Gobierno. Complementando estas Hornadas, y dentro de un plan global a nivel estatal, se procedió, en los meses de Octubre a Diciembre, a realizar una inspección sorpresa del transporte de mercancías por carreteras que nos permitió contar con un mayor conocimiento de aspectos como el cumplimiento de normativas vigentes o el porcentaje de vehículos que se sustraen a las reglas del mercado. En cuanto a las líneas regulares de viajeros, que tienen una problemática muy compleja por la distribución de la población en la Región, estamos concibiendo la contratación de las líneas en las comarcas de Sanabria-Aliste y el Bierzo, como un estudio piloto que nos sirva de base, para un posterior, para una posterior reordenación del sector.

Sobre las estaciones terminales de viajeros y mercancías, hemos establecido sobre las mismas una programación que nos ha permitido continuar la tramitación de los expedientes iniciados por el Estado, en los casos en los que se han determinado viables, e iniciar la tramitación de los expedientes previos a la construcción de las estaciones de autobuses de León y Segovia, que, como Sus Señorías saben, eran las únicas capitales de provincia que no contaban con ellas dentro de la propia Comunidad Autónoma. En cuanto a las existentes, se ha asumido la explotación de Avila, Palencia, Salamanca, Ciudad Rodrigo, Béjar y Valladolid, estando en construcción las de Ponferrada y Soria.

Para atender a las zonas rurales, se están construyendo marquesinas en los puntos de embarques situados en las confluencias de carreteras que permitan, al menos, resguardar a los viajeros de las inclemencias del tiempo. Y si he querido traer expresamente esta frase "sencillo hecho", de las actuaciones a donde desciende la sensibilidad de mi Gobierno, para decir que, como este hecho, podría en un discurso interminable poder ir procediendo a enumerar importantes actuaciones. Pero esta acción humilde pero importante, porque son a los humildes y a los más desprotegidos a los que van dirigidas acciones de este tipo, es un buen ejemplo de cuál es la sensibilidad, y cuál es el constante y la constante actuación de las diferentes Consejerías y de las diferentes Direcciones Generales de mi Gobierno.

Del transporte ferroviario, como ustedes saben, del que voy a hablar también, se ha firmado con la RENFE un convenio por el que se crea un grupo permanente que coordine las actuaciones en materia de transporte ferroviario que afecten a Castilla y León. En este apartado debo señalar (con toda sinceridad y preocupación) que estamos profundamente preocupados por las noticias que desde el Ministerio de Transportes y RENFE están llegando sobre un posible cierre de determinadas líneas que entendemos tienen una gran importancia en nuestra Región. Estamos acumulando, en colaboración con Ayuntamientos, Sindicatos y otros colectivos, información que nos permita poner de relieve la trascendencia de estas líneas para evitar que se produzca tal eventualidad. Pero no les quiero hacer a Sus Señorías, en este caso, la gracia de que no se conozcan desde esta tribuna y desde mi palabra cuál es la honda preocupación que en estos momentos tenemos en el Gobierno de la propia Comunidad; y yo quisiera también encontrar en Sus Señorías

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ese respaldo, para ver cómo hay cuestiones del Estado en la Región que no son matizadoras muchas veces por los aspectos programáticos e ideológicos de los Grupos Políticos.

En el transporte aéreo, al no disponer de capacidad operativa, mientras por el Estado no haya un pronunciamiento sobre cuáles son los aeropuertos de interés general, nuestra gestión se ha limitado a establecer contactos con la Dirección General de Aviación Civil para conocer sus planes y expresar nuestras ideas en aquellos que afecten al futuro de los aeropuertos de la Región.

Nuestro programa electoral que, como consecuencia del respaldo de nuestro pueblo, pasó a convertirse en programa de Gobierno con la anuencia y consideración de esta Cámara, expresaba que la política económica se ceñiría a un Plan Regional claramente definido que "permita sentar las bases de un desarrollo armónico y homogéneo a la vez que alcanzar los objetivos económicos, sociales y territoriales, tanto a medio como a largo plazo. La relación y la redacción de este plan, por su importancia para el futuro de la Región, no permite improvisaciones, y es por lo que mi Gobierno está llevando a cabo un importante trabajo que permita abordarlo con las máximas garantías de eficacia para nuestra Comunidad. Metodológicamente, el Plan Económico Regional se ajusta a los establecidos en la Comunidad Económica Europea que han servido inevitablemente de referencia a los realizados o en vías de realización por otras Comunidades Autónomas. Esta estrategia busca ajustarse a las normativas de ayuda internacional que, con la integración futura de nuestro país en la Comunidad Económica Europea, estamos en condiciones de recibir. La Junta de Castilla y León, consciente de la necesidad de contar en el más corto plazo posible con este instrumento, se compromete a enviarlo a estas Cortes antes de que finalice el presenta año para su discusión y, en su caso, aprobación por Sus Señorías. Me interesa señalar que en dicho proceso de elaboración, los agentes sociales implicados serán claramente invitados a participar con sugerencias y propuestas en el mismo, saliendo al paso de algunas manifestaciones, y adelantándose a la voluntad claramente definida y participadora del Gobierno que presido. Este Plan Económico Regional, partiendo de un diagnóstico y una estrategia definida, incorpora en sus capítulos las medidas y las inversiones públicas a realizar y los medios financieros disponibles. Cabe decir que, en su conjunto, la Junta ha ido poniendo en marcha buena parte de las medidas contempladas, y en lo referente a las inversiones, el Comité de Inversiones Públicas encargado de su diseño y coordinación actúa, desde su creación, según los criterios contemplados en el Plan. Así, mi Gobierno está actuando en función de dos niveles de prioridades en cuanto a los criterios de asignación de la inversión. Un primer nivel plantea aquellas prioridades sectoriales consideradas en el Plan y el grado de compromiso de la Junta en cada sector, dado el nivel de competencias y la inversión de otras Administraciones Públicas. Y un segundo nivel que atiende a la generación de empleo, preocupación permanente de mi Gobierno, a los efectos de arrastre sobre otros sectores y a la rentabilidad financiera de la inversión tanto interna como inducida. Estas prioridades se concretan en un plan trienal de inversiones, de carácter deslizante y abierto, que forma, junto al programa de inversiones de la Administración Central para Castilla y León, un marco definido, coherente y eficaz de la inversión pública de la Región.

En este apartado tiene una importancia crucial el Fondo de Compensación Interterritorial que constituye la mayor parte de los recursos que nuestra Comunidad puede dedicar a inversiones. En estos momentos, la autonomía de mi Gobierno, para su asignación, está mediatizada por el nivel de competencias asumidas y por la subrogación que realiza la Comunidad de todos aquellos proyectos programados y en vías de realización por organismos de reciente asunción, lo cual resta autonomía, indudablemente, a la aplicación efectiva de las prioridades dictadas por el Gobierno regional. No obstante, en los proyectos de competencia estatal y en el curso de las negociaciones realizadas en el seno del Comité de Inversiones Públicas Nacional, por primera vez se ha logrado introducir prioridades netamente regionales, y con ello el Fondo de Compensación Interregional de mil novecientos ochenta y cuatro responderá a la estrategia de desarrollo definida en el Plan y a los criterios de priorización expuestos con anterioridad.

Otro apartado de extremada importancia para mi Gobierno, en el que se concretarán nuestras líneas de actuación para el presente año, son los Presupuestos Generales para la Comunidad, de mil novecientos ochenta y cuatro, y que anuncio la próxima entrada, y que justifico. Como Sus Señorías saben, el señor Consejero ha tenido la ocasión de exponer las razones por las cuales, (creo que ha sido un acierto), no los hemos enviado antes a la Cámara. Sus Señorías sabrán comprender esas dificultades que significan al realizar unos Presupuestos que suponen multiplicar por más diez probablemente los anteriores, simultáneamente al proceso de transferencias y competencias, así como sus valoraciones definitivas y la dificultad de tener los números suficientes y precisos para poder jugar con veracidad y con rigor sobre los mismos. Es por ello que, frente a la rigidez de plazos de imposible cumplimiento, hemos optado por la cautela y la responsabilidad, por el rigor y la seriedad con que debe contar la elaboración de unos Presupuestos Generales para nuestra Comunidad en prácticamente su primer año de autonomía financiera. Ustedes saben muy bien cómo elaboramos los Presupuestos para mil novecientos ochenta y tres, intentando exclusivamente

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que la reproducción eficaz, transparente de los propios hechos contables fueran más lo que nos llevaba a hacer unos Presupuestos, y que fuimos de las pocas Comunidades que al final los hicimos para que Sus Señorías pudieran seguir como lo han venido siguiendo el gasto y la actuación presupuestaria a lo largo de mil novecientos ochenta y tres; pero desde luego no se puede decir que aquéllos fueran unos Presupuestos Generales de la Comunidad, y unos Presupuestos desde luego financieros. No olvidamos nunca, no podemos, el curso que nuestra acción de Gobierno para nuestra Región tiene el problema de la propia distribución homogénea de los recursos, es un problema muchas veces de hombres y servicios. Nuestro Estatuto de Autonomía se refiere en su artículo 31.1 a un instrumento específico para combatir las desigualdades territoriales. Este instrumento, que en forma de proyecto de Ley de Fondo de Compensación Regional, será enviado a estas Cortes a comienzos de mil novecientos ochenta y cinco establecerá, con una vocación de permanencia, una serie de criterios para la distribución de los fondos de inversión entre aquellos que se encuentren en una peor situación relativa con respecto al conjunto de la Comunidad, combatiendo con el principio de eficacia las causas del subdesarrollo en cada zona del conjunto regional.

Hemos dejado a un lado, en este apartado, lo referente a la Hacienda regional, por encontrarse sus aspectos más sustantivos en proceso de negociación con el Estado. Lo que sí puedo garantizarles desde ahora es la importancia que le atribuimos por lo que estamos organizando, para poder gestionar con éxito, el campo tributario, ya que de fallar éste difícilmente se podrán lograr nuestros objetivos.

Finalizando este apartado, voy a referirme a un tema que nos preocupa enormemente a todos los castellano-leoneses, como es el hecho de que el ahorro que se produce en la Región sea trasvasado a otras Comunidades más industrializadas. Hemos señalado que para evitar esta fuga es necesario articular un sistema financiero regional, canalizar progresivamente el ahorro regional en la financiación de inversiones públicas y privadas, y generar unas vías de financiación preferentes, de créditos a largo plazo, para los sectores claves impulsores del desarrollo del empleo en nuestra Región. La consecución de estos objetivos, a través de los instrumentos y las medidas adecuadas, está condicionado por las limitaciones que establece la Constitución al atribuir competencias exclusivas al Estado en materia de política financiera. Sin embargo, sí vamos a actuar en este terreno con los instrumentos a nuestro alcance, como son las competencias en materia de Cajas de Ahorros y Cajas Rurales, y estableciendo negociaciones con los Bancos que actúan en la Región para la financiación de proyectos concretos de inversión regional, orientados en particular hacia la pequeña y mediana empresa. Pensando también en la financiación de las pequeñas y medianas empresas, hemos potenciado nuestra presencia en las Sociedades de garantía recíproca, tanto actualizando nuestra participación en el capital, como interviniendo más activamente en sus Consejos de Administración, y vamos a apoyar su funcionamiento creando o participando, junto al Estado, en Sociedades de segundo aval.

En el análisis de la situación y perspectiva económica y social de nuestra Región, no puede faltar la consideración del factor europeo como un elemento que de inmediato se proyectará sobre nuestra realidad regional. Es verdad lo que los periódicos en sus editoriales de estos días venían manifestando: la preocupación de cómo veinte años atrás se ha venido hablando de la posible influencia y el impacto que puede producir el ingreso de España en la Comunidad, y cómo parece que llega el momento, y las estructuras, la actuación estructural (incluso ahora en el Estado de las Autonomías, de las Comunidades), que poco se preparan (quizá en un sentido de sincera autocrítica), qué poco quizá nos estamos preparando para recibir la situación, la nueva situación económica y social de nuestra entrada en la Comunidad.

Es claro que la competencia sobre las relaciones internacionales corresponde, en forma exclusiva al Estado, y sus foros y sus instituciones corresponde a la dirección de los asuntos exteriores. Sin embargo, yo he precisado ante Sus Señorías que nada de lo que ocurra, o pueda ocurrir en Castilla y León es ajeno a este Gobierno; y, por lo tanto no resulta ocioso, y por lo tanto es inevitable entrar, y de obligado interés, estudiar las consecuencias y los efectos que de la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea se deriven para nuestra Región. Y también porque, miren, en estos momentos tengo la impresión -utilizándola en unos términos ambiguos- de que en algunas ocasiones Castilla y León, esta Comunidad, ha perdido el ritmo histórico por no preocuparse, por no proyectarse hacia el futuro; y no queremos que esto pueda producirse una vez más. Nos tiramos los castellano-leoneses horas y días enteros hablando de nuestra historia, hablando de nuestro pasado, hablando de nuestras piedras, pero pocas veces pensamos en que los que estamos en estos momentos, los que somos, tenemos que construir no solamente nuestro presente, sino construir nuestro futuro, y este es un buen momento, importante momento, el que tenemos con la apuesta seria del ingreso de España en la Comunidad Económica Europea. Las consecuencias de la adhesión para la economía regional presentan sus ventajas probablemente y sus inconvenientes (y estoy haciendo un análisis desde una posición inconcreta, probablemente, porque no se tengan todavía los datos suficientes para ver

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el impacto que pueda suponer en la economía regional). La industria de la Región, poco diversificada, obsoleta y minifundista, pude sufrir un duro impacto, derivado fundamentalmente del desarme arancelario, que la sitúa en una baja competitividad internacional. La integración será favorable, si podemos adaptarnos, y sabemos, a las nuevas condiciones, y penetrar en el mercado europeo. Por lo tanto, los plazos de adaptación, en este aspecto, son fundamentales para permitir una adecuada competitividad, y más aún en nuestra Región donde, como he apuntado antes, existe un fuerte predominio de pequeñas empresas que presentan más dificultades para su adaptación a las innovaciones tecnológicas.

El sector agrario parte de previsiones probablemente más optimistas, aunque no deja de presentar problemas para el desarrollo de la Región. Serán las producciones vegetales, en líneas generales, las más favorecidas; así como entre las perjudicadas, probablemente también estará la leche de vacuno si antes desde luego no hemos conseguido mejorar el nivel y la capacidad y rentabilidad de nuestras explotaciones.

Especial relevancia tienen las regiones dentro de la Comunidad Económica Europea, ya que no es posible una integración verdadera de los estados miembros mientras persistan las grandes diferencias en los niveles de desarrollo de las mismas. Los días veintiséis, veintisiete y veintiocho del pasado mes de Enero, se expusieron en el Parlamento Europeo una serie de ponencias entre las cuales destacaba la de Mr. Hutton, referente a los desequilibrios regionales en la que yo mismo participé y expuse la idea, compartida por muchos, de la necesidad de reformar y ampliar los fondos comunitarios, no solamente del F.E.D.E.R. como instrumento de redistribución de fondos para una política de desarrollo armónico y equilibrado, sino también del F.E.O.G.A. y del F.S.E. Por lo tanto, el acceso a este tipo de instituciones comunitarias puede aportar instrumentos financieros, potencialmente interesantes para nuestra Región. El proceso de adaptación, en cualquier caso, hay que comenzarlo cuanto antes y poner en marcha una serie de medidas encaminadas a la mejora y racionalización del aparato productivo. El Gobierno, en este sentido, ha tomado una serie de medidas, se ha firmado un convenio entre la Consejería de Economía, Hacienda y Comercio y el CIHEAM (Centro Internacional de Altos Estudios Agronómicos del Mediterráneo) para la formación de especialistas castellano-leoneses en la normativa comunitaria y para iniciar los contactos pertinentes con las autoridades comunitarias antes de la adhesión; asimismo está prevista la conclusión de un acuerdo con las Cámaras de Comercio e Industria de la Región y el Centro de Documentación Europea, mediante el cual se facilitará a las empresas de la Región toda la información relevante sobre normativas y mercados existentes en la C.E.E. con el fin de que éstas, ante la nueva situación que se avecina, puedan adaptar sus procesos de producción.

Se fomentará (y lo estamos haciendo ya), el estudio de propuestas ante todas las fuerzas económicas y sociales de la Región a través del Consejo Económico de próxima creación, no sólo para definir peticiones a los negociadores españoles encargados de la incorporación, sino también para diseñar mecanismos e instrumentos que contribuyan a una mejor adaptación de la economía castellano-leonesa.

Las actividades que mi Gobierno realiza en el área del Bienestar Social, y que no voy a hacer exhaustiva ni pormenorizada, estamos realizando actuaciones, y en este área quizá más que en otras; evidentemente son realizaciones y actuaciones concretas las que estamos realizando y las que vamos a realizar. Yo quisiera fijar con claridad dónde estamos, cuáles es nuestro nivel efectivo de autonomía y, conforme a ese baremo, con qué medios podemos contar.

El Bienestar Social, como Sus Señorías saben, abarca campos tan dilatados como el de la Sanidad y la Salud, el Consumo, los Servicios Sociales, motivos todos ellos de una fundamental preocupación por su clara incidencia social y porque repercuten de una manera decisiva en el bienestar y desarrollo de nuestra Comunidad. No se pueden plantear objetivos tan claros y tan amplios sin haber conseguido unas competencias definidas, lo mismo que es prioritario para mi Gobierno, como elemento esencial de su política, la creación en su caso, o el fomento, y aplicación en el suyo de las bases mínimas exigibles en materias de Sanidad, Servicios Sociales, orientación y formación en las áreas de higiene, control de la calidad en el consumo, disciplina e inspección de productos alimentarios, etcétera. Refiriéndome al área concreta de la Sanidad y la Salud, el nivel de competencias conseguido es prácticamente total, tanto en su capacidad de desarrollo como en el de su posterior ejecución. Hemos logrado incrementar en un cincuenta por ciento el personal que se ha transferido de las Direcciones Provinciales de Salud, una vez que se finalizó la valoración definitiva de la Comisión Mixta y publicado en su Decreto correspondiente de transferencias. Para dar una respuesta a la deficiente situación sanitaria heredada, nos hemos propuesto poner en marcha, y está ya en vía de hecho, un sistema de información sanitaria con el fin de planificar y evaluar los diferentes servicios, tratando de llegar a un sistema integral de actuación primaria de la salud que se extienda a toda la población, con servicios, que entendemos básicos, como es la salud escolar, la planificación familiar, la salud mental, y los fundamentales de vigilancia epidemiológica

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y de saneamiento ambiental. Fruto de esta acción es la creación de centros de planificación familiar en todas las provincias de la Región.

En cuanto a la salud mental se refiere, y para acabar con la deficiente estructura asistencial existente, vamos a potenciar al máximo la actuación del Instituto de la Salud Mental de Castilla y León. Las actividades en salud pública se han movido en el estrecho cauce marcado por la no transferencia del INSALUD y el retraso en la elaboración de la Ley General de Sanidad. Esto, junto a la existencia en la Comunidad de graves problemas sanitarios, como son la alta presencia de enfermedades de transmisión hídrica y las zoonosis, hacen el panorama inadmisible sanitariamente y socialmente intolerable. Se han efectuado numerosas reuniones de coordinación con los responsables del INSALUD de cada provincia, al objeto de valorar esta situación administrativa del sistema sanitario en Castilla y León, y se han llegado a acuerdos de cooperación puntuales, como el caso de revisiones escolares. Por otra parte sigue abierta la línea de trabajo para la necesaria integración sanitaria, creación del mapa sanitario con la definición de zonas de salud, ubicación de los primeros centros de asistencia primaria, etcétera.

Responden a la mejora y aprovechamiento de recursos humanos los primeros cursos de reciclaje para médicos titulares que, con duración de dos meses y en diversos centros hospitalarios dependientes del INSALUD, demuestran el ejemplo de lo conseguido en materia de colaboración con la parte asistencial del sistema. Se tienen preparador igualmente otros cursos de salud pública de cuarenta horas de duración, el primero de los cuales comenzará el día quince de marzo, lo mismo que se vienen realizando cursillos intensivos sobre técnicas de laboratorio en la Dirección Provincial de la Salud.

Las circunstancias sanitarias a las que aludíamos al principio nos indujeron a dar prioridad en conseguir una correcta cloración de las aguas, especialmente en los pequeños municipios, entrando en contacto con los Ayuntamientos respectivos, mediante circulares e instrucciones, al objeto de que esta elemental medida de salubridad sea cumplida estrictamente. Quiero volver a hacer aquí otra llamada y otra reflexión para que vean Sus Señorías cómo la acción de Gobierno, en colaboración permanente (y casi yo diría, si me permiten la petulancia, perfecta con las Administraciones Locales), viene realizando esta Junta en materias de tanta sensibilidad para todos los castellano-leoneses, y sobre todo para aquellos más desprotegidos y por lo tanto con menos medios. Hemos puesto en marcha asimismo un plan de largo alcance para el control de la Hidatosis y de la Brucelosis extendida a toda la Región y que, dada su importancia, requieren una amplia gama de colaboraciones. Justamente con el Ministerio de Sanidad y Consumo, mi Gobierno ha participado en la campaña informativa sobre prevención del bocio endémico encargándose de la distribución de material informativo para médicos y sanitarios. En los próximos días comenzará el programa de revisión preventiva escolar, lo que ha supuesto la edición de manuales de revisión y la creación de una ficha informatizada para el seguimiento de niños con anomalías, en coordinación con las autoridades educativas. Igualmente, y de cara al verano, existe ya un Plan de control de sanidad de playas fluviales y zonas de ocio, como se han gestionado ciento dieciséis millones de pesetas al objeto ya de renovar los consultorios de doscientos diez municipios.

Con la publicación en un breve plazo de tiempo del Decreto de Transferencias, se atribuirán a nuestra Comunidad todas las competencias que en materia de disciplina de mercado ostentaba la Administración Central, excepto aquellas correspondientes a las medidas disciplinarias del Consejo de Ministros. Fruto de esta negociación es el contar con ochenta y nueve nuevos funcionarios dedicados a las tareas de inspección y procedimiento, duplicándose así el número de efectivos existentes. Nuestra acción está encaminada a poner a disposición de la Comunidad un conjunto de información y medios para lograr la protección de la salud y seguridad física de los consumidores con la consiguiente protección de sus intereses económicos; la formación e información de los consumidores y, en definitiva, la promoción de su participación en las tareas de la política de consumo a través de sus organizaciones. En base al acuerdo logrado con el Instituto nacional del Consumo, gestionaremos durante este año la concesión de subvenciones a las organizaciones de consumidores.

Hemos realizado, y estamos realizando, un gran esfuerzo presupuestario destinado a fomentar las ayudas a aquellos municipios que están comenzando a realizar tareas en esta materia, remitiendo circulares a los municipios, ofreciéndoles el concurso de todos los medios disponibles en este ámbito. Así mismo, hemos llegado a un acuerdo con la Secretaría General del Consumo a fin de que ésta ceda a mi Gobierno las subvenciones previstas a los Ayuntamientos. Potenciar la participación de los movimientos de consumidores desde los ámbitos regional y local, dando impulso a los órganos de participación que integren dichos movimientos, es tarea también prioritaria de mi Gobierno, que deberá acompañarse necesariamente de un esfuerzo en los servicios de inspección propios y los de los municipios, junto a su correcta coordinación. Con el fin de permitir un soporte técnico adecuado para toda la política de Consumo, que sucintamente he expuesto a Sus Señorías, debo de señalar que será necesario un esfuerzo

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inversor en materia de laboratorios y de control de calidad. En la actualidad se encuentran transferidas las nueve Direcciones Provinciales, así como las nueve del Instituto Nacional de Asistencia Social, y la práctica totalidad de centros y establecimientos dependientes de este organismo autónomo, que suman un total de cuarenta y seis. Hemos logrado asimismo servicios tan importantes y de tanta trascendencia social como son las guarderías infantiles laborales, y las de la protección de la mujer y menores. Contemplamos como tarea inmediata la reestructuración en la organización periférica de los servicios sociales, unificando las diversas competencias transferidas y de cuya gestión se encargará el Instituto de Servicios Sociales de Castilla y León que estamos creando. Nos disponemos con todo empeño a elaborar y enviar a estas Cortes, en un breve plazo, la normativa que desarrolle el derecho de los ciudadanos a los servicios sociales y ordene las competencias. Estamos elaborando un inventario de recursos sociales existentes en la Región, lo que nos permitirá la edición de una guía en la que se reflejen todos los aspectos de asistencia y servicios, y los hagan más accesibles al ciudadano. En colaboración una vez más con Ayuntamientos y Diputaciones, hemos creado centros de servicios sociales comunitarios que, con carácter polivalente, promueven y posibilitan el desarrollo del bienestar social mediante las cuatro grandes coordenadas que, como ya he señalado a Sus Señorías, son ejes motrices de esa necesaria política, y que son: la información, la orientación, la promoción y la asistencia.

En la óptica desde la que mi Gobierno contempla el hecho cultural, la actuación ideal de la Administración sería aquélla que se centrara en establecer las condiciones idóneas para hacer fecunda la creatividad, la que se preocupe de suministrar los servicios y medios que la alimentan, la que se cuidara del fomento en la pluralidad de opciones y el resurgimiento de instancias organizativas autónomas; aquella intervención, en fin, que tenga por objeto participar en la dinámica socio-cultural como fruto de la propia riqueza de la sociedad, de forma que los protagonistas de la vida cultural sean los ciudadanos, asociados o no, respetando plenamente los derechos y libertades constitucionales relacionados con la cultura, como son: la libertad de creación, de asociación y de expresión. Dentro de esta necesaria promoción socio-cultural, hemos marcado unos objetivos básicos: potenciar el asociacionismo socio-cultural de forma que se fortalezca la creatividad en nuestra Región, siendo imprescindible para ello el respeto y el fomento de la pluralidad, de su autonomía y la coordinación del movimiento socio-cultural; el aprovechamiento de todas las fuerzas que sean susceptibles de ser dinamizadas, la potenciación de los sectores de vanguardia más activos culturalmente. Con este fin hemos elaborado un fichero de los artistas plásticos y artesanos, salas de exposiciones, estudiando también en profundidad las obras que albergan nuestros museos regionales y, en la medida de lo posible, las colecciones particulares. El Gabinete de Documentación e Información puesto ya en marcha, nos va a permitir mantener informados a los artistas de todo aquello que pueda serles de utilidad en el mundo de las artes, incidiendo especialmente en la información sobre becas, bolsas y pensiones existentes, y en lo que pueda facilitarles el desarrollo de su propia obra y la ampliación de sus conocimientos. Quiero aquí, señor Presidente, señoras y señores, manifestar nuestro particular interés por la artesanía popular, estando trabajando mi Gobierno en un proyecto de protección, de forma que se mejoren las condiciones de vida y trabajo de nuestros artesanos.

En teatro, música y danza, nuestra actuación va encaminada fundamentalmente a popularizar y descentralizar la oferta, con atención especial a la formación de las futuras generaciones, insertando de manera estable estas manifestaciones populares en la vida cotidiana de los Municipios, una vez más haciendo que no sean iniciativas esporádicas sino actividades vivas y cotidianas. Es principio que la promoción de todas las actividades de todo orden cultural nos lleven también a situaciones concretas de actuaciones importantes, demandadas permanentemente por la Sociedad. Y en este sentido es necesaria la formación de una orquesta regional que acerque la música clásica a nuestros ciudadanos, haciendo de ella una embajada cultural de nuestra propia Comunidad, no solamente en su acontecer y su distribución interna de la Comunidad, sino como embajada permanente hacia otros lugares y otras Comunidades del Estado español. Llevamos a cabo una campaña de difusión cultural itinerante, especialmente con grupos musicales, teatrales, etcétera, buscando sentar las bases del proyectado Centro de Arte Dramático Castellano-leonés.

Respecto de la cinematografía, entre las actuaciones contempladas se encuentran tres que son fundamentales: la búsqueda de nuevas formas de distribución, con el fin de que nuestra Región cuente con una cinematografía de alta calidad; el estudio de convenios cinematográficos de coproducción, una de cuyas muestras prácticas, como ustedes también conocen (una vez más tengo que hacer referencia a los medios, a los cuales agradezco la atención constante, en aumento, del hecho regional y de lo que acontece), como decía, ustedes tienen conocimiento de cómo se ha producido la filmación de "El Filandón", subvencionado por la Junta, y lo que como saben Sus Señorías también, y yo supongo que el Consejero tendrá a bien hacerles la invitación correspondiente a los señores Procuradores, para su estreno en breve plazo en nuestra Comunidad. Debemos de preocuparnos

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también del intercambio con otras Comunidades y países los métodos y medios de organización de cine-clubs, fomentando por otra parte la introducción del cine en los núcleos de población menos favorecidos, asegurando a la vez, con la normativa pertinente, la garantía de una proyección de calidad en salas adecuadas. Vamos a apoyar las manifestaciones de difusión cinematográfica, como festivales, certámenes y muestras, tanto las que ya existen a nivel regional, como a las que ya tienen carácter alguna de ellas internacional.

No quiero dejar de hacer una alusión a nuestras entrañables fiestas populares, motivo todas ellas de movilización y dinamización de nuestras gentes. A su promoción, al realce de sus valores culturales, a la incorporación de otros nuevos y a su proyección a escala comarcal, nacional o internacional, debemos orientar, y estamos orientando, nuestras iniciativas.

Mi Gobierno fomenta la creación literaria mediante la concesión de becas, creación de premios, edición de materiales, apoyando fundamentalmente las labores editoriales de temática regional, como el caso que también Sus Señorías conocen de la ya aparecida edición del diccionario Madoz. En la misma línea incrementamos las manifestaciones culturales que potencien la presencia del libro en la calle, promocionando particularmente la producción literaria de los autores regionales. Yo quiero ir haciendo estas exposiciones y, al mismo tiempo, ir dando alguna imagen, y con imágenes y también querer hacer fácil para que todos nosotros podamos ver que nuestras posiciones, que nuestros planteamientos o que aquellas actuaciones de programa no se han quedado de ninguna de las maneras en puro compromiso, sino que se van realizando. Y por eso permítanme Ustedes que, en la metodología de la propia exposición, vaya haciendo la exposición general y vaya matizada con un ejemplo concreto, para decirles si se está actuando, si se está haciendo eficaz, porque sería enormemente prolijo (para mi mismo y sobre todo para ustedes) el que pudiéramos ir haciendo una relación exhaustiva de todas las actuaciones que vamos haciendo. Por lo tanto, hay que ver cómo la articulación de todo esto se efectúa a través de todas las actuaciones y, en concreto, del recientemente creado Centro de Información Cultural de Castilla y León, cuya misión además está orientada a suministrar al público en general, y a las personas interesadas en el mundo de la cultura en particular, toda aquella información en materia de lo que signifique y lo que programa nuestra propia Comunidad. Se están actuando y realizando no solamente para que el trabajo cotidiano de los actores, de los gestores y de aquéllos más interesados, de aquella sociedad más viva e interesada de la sociedad pueda beneficiarse de ello, sino para que cada vez más en círculos más ampliamente concéntricos y amplios puedan integrarse en las tareas de la cultura y en toda la acción, que en algún momento ha sido de pequeñas élites, puedan ir los castellano-leoneses en una participación progresiva. Por eso también estamos poniendo en marcha planes piloto de promoción socio-cultural en tres áreas tipo que pueden ser ulteriormente extendidas a otras zonas de nuestra geografía social; y vuelvo otra vez con un nuevo ejemplo: como el Plan "Eje del Duero", que así lo llamamos, aprovechando aquellos aspectos de su ribera que sean susceptibles de recibir una protección especial por sus fiestas, paisajes, artesanía, arquitectura, gastronomía, etcétera.

Es intención de mi Gobierno el estudio marco del artículo 6 del Estatuto de Autonomía, de dotarnos, si Sus Señorías tienen a bien, de una Ley sobre los emigrantes, que será presentada a estas Cortes, y en las que se articularán las bases de cooperación entre la Junta de Castilla y León y las casas regionales, o los colectivos de la emigración en general.

Hemos establecido los contactos precisos para la constitución de la Sociedad de "Extranjeros Amigos de Castilla y León", orientada a la promoción de nuestra Comunidad más allá de sus fronteras. Dentro de este apartado, quiero señalar a Sus Señorías la creación de la exposición cultural "Cosas de Castilla y León", compuesta por módulos, fotografías, artes plásticas, artesanía, libros y productos de nuestra Comunidad que, por su diseño, hace susceptible su uso en muy diversas formas. Es ésta una muestra permanente de nuestra Región que recorrerá nuestra Geografía, otras Comunidades del Estado, y varios países europeos fundamentalmente. Dentro de ésta, de la proyección de nuestra cultura, se encuentra el programa de la Semana de Cultura Arba, a celebrar esta primavera en la ciudad de Salamanca, que recoge el hermanamiento de ciudades, restauración conjunta de monumentos, e intercambios de lectores en las respectivas Universidades.

Tomando como punto de partida una iniciativa de centros escolares burgaleses, vamos a celebrar el Primer Encuentro de Jóvenes Investigadores de la Naturaleza, que tendrá como objeto promover el interés de nuestros escolares por el medio ambiente. Hemos puesto en marcha el Plan del Patrimonio Monumental y Paisajístico, consistente en una acción global sobre los elementos esenciales de dicho patrimonio tendente a favorecer su promoción y disfrute. Como muy saben Sus Señorías, nuestro patrimonio histórico-artístico es uno de los más importantes del mundo, y por ser testigo y legado de nuestro pasado, estamos obligados a su conservación, transmitiéndolo en las mejores condiciones a las generaciones venideras; pero es preciso reconocer también que este patrimonio se encuentra seriamente afectado y en situación de grave deterioro. Este proceso destructivo afecta con mayor intensidad al material artístico, documental y de archivos,

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que están, en general en manos de la Iglesia, Municipios y Diputaciones; instituciones éstas sobre las que, de otra parte, incide de mayor manera la carencia de medios adecuados de protección y racional catalogación.

La defensa y salvaguardia de nuestro patrimonio, al igual que su óptima protección, fomento de estudio y difusión es una responsabilidad que mi Gobierno ha acogido con el mayor entusiasmo, sin olvidar, claro está, lo difícil de dar pronta y efectiva solución a tanto desastre. La política a practicar en este área parte de un axioma claro y definido: que sin menoscabo de asegurar la difusión, protección y disfrute generalizado de nuestro patrimonio, la tarea primordial es la de salvaguardar su seguridad e integridad, entendiendo que importa más conservar para leer y usar, que restaurar y mal manipular. En esta línea de defensa hemos hecho una distribución interterritorial de las partidas económicas de la Dirección General de Bellas Artes, pero sólo no basta; es necesario recabar la ayuda de las entidades privadas o públicas, y de los propios ciudadanos, llegando incluso a las instancias internacionales, como es el caso del Consejo de Europa, al que es preciso convencer de que su ayuda es primordial para salvaguardar nuestro patrimonio. Para ello es prioritaria la labor de catalogación e inventariado, con atención especial a su actual estado, elemento por elemento, y las posibilidades de conservación que éstos ofrecen. Conscientes como somos del abandono y deshabitación de gran parte de monumentos de nuestra Comunidad, hecho que conduce irremediablemente a su ruina, hemos creado los medios que faciliten la posibilidad de consorcios económicos con entidades bancarias regionales tendentes a facilitar créditos a bajos intereses para la propiedad, en aras a su rehabilitamiento y restauración, exigiendo unas contraprestaciones razonables que faciliten al público el disfrute de los medios culturales así protegidos. En cumplimiento del artículo 15 del acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede sobre Enseñanza y Asuntos Culturales, hemos constituido la Comisión Mixta Junta de Castilla y León-Episcopado de Castilla y León, de cuyas actuaciones tienen Sus Señorías sobradas referencias.

El fomento de los estudios etnológicos y su necesaria potenciación quedan claramente expuestos en la creación del Instituto Etnológico que ya está en funcionamiento. De otra parte, debemos reorientar la política de investigación arqueológica, pues está claro que no podemos sacar a la luz aquello que por falta de medios no podamos proteger, dando así prioridad a las prospecciones metódicas, a la realización de cartas arqueológicas, disminuyendo el número de excavaciones y aumentando la calidad técnica de las que se puedan afrontar racionalmente.

Los museos de nuestra Región, algunos de los cuales, como ustedes saben, guardan obras únicas, dejan mucho, sin embargo, que desear; ya que no atienden en la mayoría de los casos las funciones para las que fueron creados, estando infradotados de medios, instalaciones y equipamientos tanto humanos como técnicos. Nuestro objetivo será, junto a su mejora en los aspectos anteriormente citados, el que divulguen aquello que acojan y la temática de la que se tratan, haciéndolos así más dinámicos culturalmente, eliminando las barreras objeto-sujeto y estableciendo actividades paralelas de divulgación, estudio y documentación, de tal manera que esos museos no sean algo muerto, sino algo vivo y enraizado y con contenido y con la ilusión y el cuidado espontáneo de la propia población y, desde luego, de las propias instituciones.

Finalmente expongo a Sus Señorías las líneas y directrices de lo que mi Gobierno entiende debe ser la política que incentive la cultura, cuyo medio más propicio como elemento difusor es el libro. Estimamos razonable el criterio de una Biblioteca Pública por población de no menos de tres mil habitantes, aunque es nuestro propósito tratar de establecerlas en todos los núcleos que, por su situación comarcal, puedan ser focos de irradiación de cultura.

Los problemas de la educación, aún sabiendo que es materia en la que nuestra Comunidad no tiene aún competencias, no deja de ser una fuente de preocupación, pues, como ya hemos advertido a lo largo de nuestra exposición, nada de lo que ocurra o no ocurra, o deje de ocurrir en nuestra Comunidad puede sernos ajenos (para mi Gobierno desde luego y estoy seguro que también para Sus Señorías). Es por ello que en contacto con el Ministerio de Educación y Cultura tratamos de llegar a acuerdos y convenios que permitan la colaboración y corresponsabilidad creciente, de tal manera que mi Gobierno, de forma progresiva, pueda preparar cuadros de técnicos y especialistas para asumir con garantías y responsabilidad esta competencia en el futuro.

La juventud, por ser uno de los grupos más afectados por la crisis que desde hace años estamos atravesando, constituye un sector de la población al que es preciso prestar una atención particular. Los objetivos que en este área nos proponemos son: conseguir que los jóvenes y sus asociaciones tengan la oportunidad de convertirse en los auténticos protagonistas de su política específica. Y yo voy a hacer en este apartado de los jóvenes, mejor dicho, no voy a hacer ningún tipo de literatura, porque los jóvenes más que nadie necesitan planteamientos directos y concretos para saber también a qué atenerse. Por lo tanto, la gestión eficaz y racional del valioso patrimonio que constituyen las instalaciones a su servicio como objetivo fundamental, la creación del Consejo Regional de la Juventud, organismo con personalidad jurídica propia,

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constituido por asociaciones juveniles y los Consejos Locales de juventud, pretendemos que, no siendo una superestructura, sea un instrumento real y efectivo de participación. Respecto a la gestión de las instalaciones puestas a disposición de los jóvenes es preciso resaltar que su carácter de servicio no debe hacernos olvidar el criterio de rentabilidad, bien que ésta no sea contemplada exclusivamente desde el criterio económico, sino fundamentalmente desde el punto de vista social. Es preciso racionalizar los gastos, organizados por la prestación de servicios en razón de la utilidad que de ellos se deriva y de manera indirecta a la sociedad. Es preciso que la propia sociedad organice todas aquellas actuaciones, facilite (desde luego sin el paternalismo a que en otras ocasiones se nos tenía acostumbrados) para que los jóvenes puedan realizar las actuaciones precisas para sus propias demandas, para organizar sus propias actividades, y para que puedan proponer al conjunto de las instituciones que forman la sociedad cuáles son realmente los intereses y para que también (por qué no decirlo) los jóvenes se sientan vinculados en la acción no solamente de organizar, sino en todo caso, incluso también, de poder gobernar las distintas instituciones que conforman nuestro entramado social castellano-leonés. Debemos de encontrar otras alternativas que las existentes, a los albergues juveniles, de forma que se asegure su rentabilidad social, haciendo en cada caso las necesarias adaptaciones en función del nuevo tipo de demanda que en ellas puedan hacer los jóvenes. Nuestras orientaciones, para estos centros pueden ser desde las que se dediquen a la realización de cursillos de conocimiento sobre nuestra Comunidad para jóvenes castellano-leoneses, hasta los dedicados a albergues de paso para jóvenes extranjeros, en comunicación y en conocimiento de nuestra propia Región. Con esta finalidad, vuelvo a hacer ejemplo, hemos firmado, de acuerdo con el Ministerio de Cultura, su inclusión en la Red Internacional de Albergues Juveniles, por entender que bien orientadas constituyen un servicio de primordial importancia; hemos creado seis oficinas de información a la juventud y es deseo de mi Gobierno el extenderlas como mínimo a una por cada provincia de la Región, potenciando sus áreas de actividad a otros campos, como información sobre albergues, actividades culturales, campos de trabajo, campamentos, publicaciones, orientación y asesoramiento en la búsqueda de empleo.

Una política realista para la juventud exige un profundo conocimiento del sector. Por ello estamos realizando un estudio que tomando en consideración los ya existentes se extienda a la totalidad de los jóvenes de nuestra Comunidad Autónoma, orientándolo a conocer sus inquietudes y opiniones en los aspectos que afectan a la áreas de competencia del Gobierno que presido. Somos conscientes de que el problema de la juventud no es sólo un problema cultural, y sí fruto de la crisis. Sólo podremos ofrecer soluciones desde un óptica que integre todos los planos que a la misma afecten. Por ello, señor Presidente, nos proponemos impulsar la coordinación de todas las acciones que puedan repercutir sobre la situación de los jóvenes en Castilla y León, constituyendo una comisión interconsejerías que abarque su temática, brindando asimismo nuestra colaboración a la Administración Central, a las Diputaciones, a los Ayuntamientos, siendo el objetivo fundamental de estas medidas el facilitar la incorporación de los jóvenes al trabajo.

En la Política Deportiva, mi Gobierno considera esenciales dos objetivos: Generalizar la práctica deportiva entre los habitantes de Castilla y León sin diferencias de edad, nivel social o lugar de residencia, lo que exige una labor tendente a concienciar a nuestros conciudadanos en el deporte. La segunda actuación sería la mejora del nivel deportivo regional en términos cualitativos, prestando la atención debida al deporte de alto y medio rendimiento, estableciendo y fomentando las competiciones regionales, respaldando y protegiendo los deportes autóctonos, como la lucha leonesa, etcétera. Todo esto requiere una política sobre instalaciones, ya que no se puede aconsejar la práctica del deporte si no se facilitan a la vez las instalaciones necesarias para poderlos practicar.

El patrimonio transferido es de veintiséis instalaciones que difieren mucho de unas a otras en el grado de utilización y su situación jurídica. La gestión de dichas instalaciones se regirá por el criterio de lograr el más alto índice posible de utilización en condiciones de igualdad para todos los ciudadanos, atendiendo preferentemente al deporte escolar. Por estar convencidos de que en muchos casos los municipios están en mejores condiciones probablemente de asegurar el mantenimiento, merced a la coordinación con el resto de sus instalaciones deportivas, estamos y estaremos siempre dispuestos a la cesión de uso, previa la firma de los oportunos convenios que garanticen los extremos antes mencionados. La contribución de mi Gobierno a la construcción de nuevas instalaciones que complementen el escaso equipamiento de la Región se canalizará básicamente a través de los planes provinciales que requieren, como Sus Señorías saben, la financiación a partes iguales con las Diputaciones, los Ayuntamientos y la Junta. Asimismo, hemos establecido, junto a Diputaciones y Ayuntamientos, un Plan de equipamiento y utilización de instalaciones a corto, medio y largo plazo, que tenga en cuenta las necesidades y las posibilidades reales.

El deporte escolar constituye una de las preocupaciones básicas de mi Gobierno por entender que la función formativa que la práctica del deporte representa debe desarrollarse fundamentalmente en los períodos en los que el individuo está modelando otros aspectos de su personalidad. Estimamos, sin embargo,

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que la fase competitiva de este área deportiva no es su aspecto fundamental; hay que reconducir el proceso prestando atención prioritaria al desarrollo cotidiano de la práctica deportiva en los propios centros, dotándolos de material e instalaciones, destinando un tiempo concreto y determinado a la jornada escolar a este fin, y proporcionar a los centros un profesorado especializado y monitores propios.

Otro importante bloque de problemas al que mi Gobierno intenta hacer frente es aquel que podemos denominar como de Administración Territorial. Nuestra Comunidad cuenta con dos mil doscientos cuarenta y cinco municipios, de los cuales el sesenta y siete como ocho tiene menos de quinientos habitantes, y el noventa y ocho coma uno menos de cinco mil habitantes. Casi el cincuenta por ciento de la población de nuestra Comunidad vive agrupado en tan sólo diecinueve municipios, y cuatro provincias tienen tan sólo un municipio -la capital- con más de diez mil habitantes. La situación de esta gran cantidad de municipios escasamente poblados es fácilmente constatable: una población envejecida por la emigración de los más jóvenes, con bajo nivel de renta y carencia casi total de servicios. En cuanto a los Ayuntamientos, sus medios son igualmente escasos, habiéndose unido a la pérdida de la población la pérdida de sus bienes comunales y de propios. Si añadimos a estos problemas otros, como la pérdida de identidad cultural, el olvido de las costumbres, del folklore, etcétera, nos encontramos con un panorama difícil y preocupante. Indudablemente afrontar la situación de estos municipios rurales pasa por una acción coordinada. Un aspecto esencial para lograr una solución efectiva del problema radica en replantearse la Administración Territorial de nuestra Comunidad. Nuestro Estatuto de Autonomía establece varias reservas de Ley en sus artículos 19 y 20 que, a través de su desarrollo, deben servir a estos fines. Sólo una eficaz coordinación entre el Gobierno Autónomo y las Diputaciones podrá lograr la racionalización de la Administración Local. Por otra parte, la ordenación comarcal debe de permitir estructurar el territorio y la población de nuestra Comunidad de una manera más coherente, más acorde con la realidad de los tiempos que vivimos; y solo esta más racional organización permitirá que nuestros recursos, lejos de dispersarse, tengan una eficacia mayor y sirvan realmente para elevar el nivel de vida colectivo de nuestro pueblo. Y afrontar éstos, que es afrontar la configuración final de nuestra Comunidad Autónoma, no permite un aplazamiento "sine die". Por ello mi Gobierno ha presentado, con celeridad, unos textos que están sirviendo ya para que este problema sea debatido, y en un plazo más o menos corto o más o menos largo consigamos llegar a un acuerdo pacífico, sereno, tranquilo y eficaz, y contar con un instrumento de primera magnitud para proceder a esta reordenación necesaria de nuestra Comunidad. Y conscientes de que para proceder a ella debemos contar con un conocimiento riguroso de la realidad, bajo una multiplicidad de puntos de vista, estamos realizando estudios que nos permitan abordarla con las mayores garantías de que la solución que finalmente se adopte sea la más beneficiosa. Pero en tanto no se logre esa nueva articulación, mi Gobierno va a continuar prestando su asistencia y ayuda a las Entidades Locales, asistencia y ayuda que se ha concretado en este período de diversas maneras a través de la modernización y normalización de libros de actas, actualización de los inventarios de bienes, realización de auditorías a petición de los propios Municipios, apoyo financiero cuando nos ha sido posible y nos ha sido demandado, etcétera. Hemos realizado multitud de contactos para alentar la unión de municipios en mancomunidades que permitan abaratar los costes e incrementar los servicios al ciudadano, contactos que comienzan a dar sus frutos. Para potenciar la creación de nuevas mancomunidades tenemos previsto publicar inmediatamente un Decreto que contemple el contenido de los Estatutos de Mancomunidades, que impulse el carácter democrático y representativo de sus órganos de Gobierno y mejore sus medios de financiación. Para lograr una mayor y mejor asistencia a mancomunidades y municipios, dentro de pocos días tendrá entrada en esta Cámara un proyecto de ley de creación del Instituto de Administración Local. Queremos que este Instituto sea el centro de perfeccionamiento de los funcionarios de la Administración Territorial y contribuya a crear un auténtico espíritu municipalista y regional entre funcionarios y políticos. Creemos que servirá también como lugar de intercambio de experiencias entre Ayuntamiento de la Región y otras Comunidades Autónomas, y sea vía de entrada a las nuevas técnicas de gestión e informatización de nuestros Ayuntamientos. (Para qué les voy a hablar de cuál es la situación real y mayoritaria de nuestros pequeños Ayuntamientos castellano-leoneses). Todas las actuaciones y proyectos que hemos ido señalando parten de una idea básica: la idea de Región, la idea de que Castilla y León conforman una Comunidad, una Comunidad con una conciencia regional que despierta cada día con más ímpetu. El Ejecutivo que presido quiere colaborar a este resurgimiento con todos los instrumentos a su alcance, fomentando su cultura, sus fiestas, sus símbolos; consiguiendo que en todos los Ayuntamientos ondee nuestra bandera, llevándola a los centros castellano-leoneses distribuidos por España y por el mundo, enseñando a nuestros hijos su forma y su significado y su amor hacia ella. A este objeto hemos dedicado el Decreto sobre regulación de símbolos (la edición oficial y la edición infantil de los mismos), la entrega de banderas, la colocación de carteles en las carreteras para recordar y fortalecer nuestra pertenencia a esta Comunidad que se llama Castilla y León.

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Los términos en que estaba redactada la comunicación que en su momento envió el Gobierno a esta Cámara, señor Presidente, señalaban cómo la construcción de nuestra Comunidad debía realizarse de una manera solidaria. Espero que ustedes, que Sus Señorías hayan podido apreciar en la exposición anterior cómo esta afirmación, lejos de ser una simple declaración de intenciones, se ha materializado en el conjunto de actividades de mi Gobierno. Porque las alusiones a convenios y colaboraciones con Ayuntamientos y Diputaciones, con la Administración Central del Estado que actúa en la Comunidad, con asociaciones y colectivos de todo tipo que viven en nuestra Comunidad, en nuestra realidad, son constantes. Esos ejemplos, esas actuaciones que hemos ido describiendo a modo de permitir fácilmente a Sus Señorías ir viendo actuaciones puntuales en cada uno de los proyectos que determina nuestro programa de Gobierno y nuestro propio Estatuto, se han visto materializados a lo largo, creo yo, de mi exposición. Y miren ustedes, cuando al principio de mi exposición señalaba como una de mis principales satisfacciones percibir el dinamismo de los grupos e instituciones sociales en su conformación regional, no me refería solamente a la veracidad y dinamismo progresivos de la conciencia regional que está fluyendo; subyacía en esta afirmación una idea que vertebra el pensamiento de mi Gobierno: nuestra Comunidad, nuestra Región y sus Instituciones, pertenecen a todos los que en ella vivimos. Y nuestro futuro depende del esfuerzo colectivo que todos realicemos en la construcción de nuestra Comunidad. Mi Gobierno ha establecido ya en estos escasos meses varios cauces que permiten esta participación del tejido social en la gestión de los asuntos regionales, sin que agote las fórmulas de colaboración y de participación en la Comunidad Autónoma.

Y antes de entrar de lleno en la consideración de lo que entiendo debe ser una actuación solidaria en la construcción de nuestra organización autonómica, quiero realizar unas breves reflexiones. No concebimos la solidaridad sólo como un valor de uso interno. Creemos, al contrario, que sería renunciar a uno de los valores básicos de esta tierra no afirmar que estamos dispuestos a ser solidarios con el resto de las Comunidades de España, y ello porque consideramos que el todo formado por las Administraciones Locales Autonómicas y Central, a través de la cooperación, la mutua participación y la integración de esfuerzos, es también la garantía de la modernidad y eficacia de la Nación Española, de cuyo futuro somos fundamentalmente partícipes. En algunos momentos de nuestra historia, sin embargo, de la anterior, la contribución generosa de Castilla y León no ha sido correspondida con una participación equitativa en el progreso vivido por nuestro país. En este momento histórico, y esta es la idea que subyace en todo mi discurso, Castilla y León tiene la ocasión, a través de los instrumentos que nos proporciona la organización democrática y autonómica del Estado Español, de incorporarse definitivamente a la corriente del progreso. Para ello, creo que, aunque reiterativo no es ocioso, todos los castellano-leoneses, y en particular nosotros que hemos sido por ellos elegidos para representar sus intereses, debemos poner en común todos nuestros esfuerzos para que esto sea una realidad. Igualmente, mi Gobierno tiene una especial responsabilidad y compromiso al enfrentarse con la creación y dirección de una Administración Regional. En mi discurso de investidura ya señalaba que para gestionar las competencias y para llevar a cabo mi programa de Gobierno era preciso construir una Administración Regional eficaz, encabezada por un Ejecutivo fuerte.

Era y es nuestro objetivo encontrar una organización de las competencias y de los medios humanos y materiales que respondiera a los fines de la Administración, que no son otros que servir al ciudadano, que prestarle un servicio eficaz. Para ello no hemos querido trasvasar el modelo de la Administración del Estado a la Administración Regional. Hemos buscado la modernización y la eficacia de la nuestra Administración. La Ley de Gobierno y Administración de Castilla y León, aprobada por Sus Señorías el veinticinco de Julio pasado, responde a estos criterios; porque no podemos buscar la modernización de Castilla y León, la eficacia de nuestro sistema productivo, si contamos con una Administración que no responde a estos objetivos. Y si nuestros conciudadanos no perciben una nueva forma de funcionar en la Administración, si no perciben las ventajas prometidas por la organización autonómica, malamente van a creer en ella y en sus Instituciones. La Administración Regional no está definitivamente perfilada, no puede estarlo hasta que finalice el proceso de transferencias, que es un proceso de transferencias de administraciones y que tiene necesariamente que sedimentarse. En un primer momento nos hemos propuesto que no se produzcan disfuncionalidades, que el ciudadano reciba un mejor servicio, y lo estamos consiguiendo. Aún más, en organismos que hemos recibido, con una herencia de expedientes atrasados de tres y cuatro años, hemos procedido a una reorganización y agilización que nos permite estar al día, ofrecer un servicio con una agilidad que desde luego no existía. Una de las ventajas que generalmente se han señalado a la nueva organización autonómica es que puede ser el vehículo para introducir las nuevas técnicas en los procesos administrativos, para proceder a la reforma de la Administración que sirva para una mayor eficacia a la par que propicie una mayor participación de los administrados, que esté en suma más cerca del ciudadano. Para el logro de estos fines buscamos una Administración objetiva y cualificada. Objetiva para diferenciar claramente las funciones políticas y las administrativas, para garantizar que el reclutamiento de los funcionarios de estas últimas, la mayoría provenientes de la Administración

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Central, se realice con criterios de cualificación profesional y preparación técnica cualificada; porque la óptima preparación de nuestros funcionarios es la garantía del buen funcionamiento de los servicios y de la mejor atención al ciudadano, con independencia de las pretensiones personales o de los grupos de poder, de querer tener personas de su confianza política en la Administración Regional. No queremos tampoco que esta nueva Administración comporte un aumento del gasto público consuntivo. No hemos creado ni un sólo puesto sin haber valorado con anterioridad su necesidad y su conveniencia. Hemos evitado toda duplicación burocrática que pudiera suponer un gasto añadido. También es cierto que el perfil definitivo que debe adoptar la Administración Regional no compete exclusivamente a este Gobierno. Es en esta Cámara, mediante un amplio acuerdo de los Grupos, donde debe aprobarse la organización territorial definitiva de la Comunidad, y definir las relaciones entre las diferentes administraciones, y no dudo que, en este sentido, están trabajando todas Sus Señorías.

Hay algo que es motivo de particular preocupación para mi Gobierno. Es el hecho de que nuestra Región sea la única que tenga presentado recursos de inconstitucionalidad sobre su ámbito territorial y desde dentro de nuestra propia Comunidad. Por mi parte, conocen ustedes mi convicción profunda de que, tanto por razones históricas como económicas, culturales y de vocación de todo tipo, constituimos una Comunidad, y que, de no ser así, no podríamos en conciencia gobernar y administrar los intereses de los castellano-leoneses. También es cierto que si esta identidad como Comunidad existe, el hecho de que nuestra cultura y nuestra lengua hayan traspasado nuestros límites y se hayan constituido en patrimonio universal ha conducido a que, hasta el momento actual, no hayamos contado con esos elementos simbólicos imprescindibles, que, sin ser en sí otra cosa que expresión de la propia identidad, contribuyen a concitar voluntades en una tarea común. Es por ello que mi Gobierno ha querido contribuir a la recuperación del elemento simbólico de nuestra Región. Y desde aquí quiero agradecer la colaboración de tantos estudiosos de nuestra historia y de nuestra cultura que tan activamente han participado en esta labor, regulando y difundiendo aquellos símbolos que durante más largo tiempo han permanecido en la conciencia colectiva de nuestro pueblo, que el artículo cuarto de nuestro Estatuto claramente contempla.

Es también una preocupación importante de mi Gobierno que se llegue a una solución en el tema de las Sedes. Como ustedes conocen, la Junta presentó un Proyecto de Ley que, entendimos, respondía a los criterios de funcionalidad que para el conjunto de nuestra labor nos habíamos marcado. Dicho proyecto no fue aprobado, al no existir la mayoría de dos tercios que señala el Estatuto. En este momento, mi Gobierno espera que los Grupos que componen esta Cámara consigan conciliar sus posiciones. Pero, mientras tanto, el Ejecutivo, que tiene que contar con unas instalaciones adecuadas y que respondan a los criterios antes señalados, ha determinado ubicarse sin perjuicio de posteriores decisiones en la ciudad de Valladolid, en la casa que es la que ustedes y la que ya todo el mundo conoce. Siendo esta decisión acompañada, a nuestro entender, de forma coherente con la necesaria proximidad del Ejecutivo y el Legislativo, al establecerse en su cercanía estas Cortes de Castilla y León. Ante estas mismas Cortes se ha convocado para próximos días un Pleno de esta Cámara, en el que se tratará del estado de las transferencias de funciones y servicios de la Administración del Estado a la Comunidad de Castilla y León. Sin embargo, considero necesario que Sus Señorías conozcan en este debate la línea general de actuación de la Junta en el proceso de negociación de dichas transferencias, y que responde a los criterios establecidos en el discurso de investidura. Los resultados de aquella estrategia no puedo por menos que considerarlos como muy positivos, a la luz de las conclusiones obtenidas a tan sólo ocho meses de gestión. En efecto, hemos avanzado hasta conocer exhaustiva, detallada y pormenorizadamente las funciones y servicios, así como los medios que previamente a la toma de posesión de este Gobierno Regional habían sido transferidas. Hemos reordenado la situación en la que se encontraban algunos de los mismos que habían sido delegados en otras Administraciones públicas. Hemos procedido al análisis de los medios y servicios transferidos, valorando sus costes y exigiendo de la Administración Central del Estado la valoración definitiva de los mismos. Por último, hemos avanzado rápidamente en la negociación de transferencias de otras funciones y servicios que aún no se habían realizado. Hago gracia a Sus Señorías de ir pormenorizadamente haciendo la precisión que en el próximo Pleno harán los miembros de la Comisión Mixta, de manera que puedan tener ustedes una puntual y exhaustiva información de lo que ha sido, durante todo este período, el trabajo de la Comisión Mixta y las transferencias que en su momento podíamos decir están por orden, en algunos casos, del ochenta y del noventa por ciento de su propia capacidad y la que establece nuestro Estatuto de Autonomía.

Señor Presidente, señoras Procuradoras, señores Procuradores, quiero terminar mi intervención agradeciendo a esta Cámara, a su Mesa, a la Junta de Portavoces, a su Presidente, la acogida dispensada a los Consejeros de mi Gobierno en sus distintas comparecencias, que, por iniciativa de la Junta, han podido informar en las respectivas Comisiones de las actividades de sus departamentos a los señores Procuradores y a la opinión pública. En esa misma línea de cooperación, he querido comparecer como Jefe del Ejecutivo, agradeciendo la atención a las señoras y señores Procuradores, para producir un debate de política general en la línea manifestada en nuestra comunicación

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al Presidente de la Cámara. Analizar el tránsito histórico de una sociedad como la española y en mayor medida la castellano-leonesa, autocrática e invertebrada, a la nueva sociedad como la que estamos construyendo, profundamente democrática y plural, en tiempos de crisis generalizada, hubiera supuesto un tiempo demasiado extenso que hubiera impedido en definitiva centrarnos en el debate para el que hemos sido convocados y que aquí nos reúne. No obstante, era preciso describir someramente el marco temporal y fijar la atención de los verdaderos y nobles intereses que nos mueven a todos los castellano-leoneses aquí representados, sin ninguna reserva, en estas Cortes legítimas de Castilla y León. Es posible, no obstante, que algunos de ustedes pidan que se solucionen problemas (o de los que no están aquí), problemas que son a veces de quinientos años, y que quieran resolverlos en nueve meses. Yo les digo sinceramente que tengan paciencia; que tengan paciencia para conocer los resultados que se están poniendo en estos momentos en marcha, y que en cada uno de los departamentos y Consejerías se están poniendo y desplegando; y que tengan ustedes paciencia unos meses para ver los resultados. Soy consciente de que hay muchos asuntos que no he tratado, porque creo que no son de un debate sobre política general, y así lo estimo; aunque Sus Señorías saben la disponibilidad de todos los miembros de la Junta para cuantas aclaraciones precisen en el marco de las Cortes de Castilla y León.

Y antes de terminar mi intervención, desearía realizar una afirmación y manifestar una constancia: mi respeto a cuantas opiniones y actitudes políticas positivas, independientemente de la coincidencia o no ideológica. La sociedad castellano-leonesa es plural y compleja y la composición de esta Cámara responde en todo caso y es representativa de esa pluralidad, alejada de monolitismos del pasado. Yo creo que hay algunas cuestiones, como decía a lo largo de mi intervención, que son absolutamente comunes a todos los Grupos: yo creo que todos los Grupos Políticos están, estamos haciendo un esfuerzo importante por conseguir que la hora de Castilla y León se acerque; porque Castilla y León tenga la oportunidad, en este momento histórico, no solamente de mirarse en un espejo retrospectivo a su propia historia, sino de crear, de crear el futuro y la propia historia. Por eso habría que acabar inevitablemente, como el poeta, diciendo aquello: "pero es muy larga ya nuestra espera / por lo tanto todo eso será / no mañana por la mañana / sino antes que el gallo empiece a cantar". Muchas gracias.

(Aplausos).


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

De conformidad con el acuerdo de la Junta de Portavoces, se interrumpe la Sesión, que se reanudará a las seis y cuarto de la tarde.

(Se reanuda la Sesión a las dieciocho horas treinta minutos).


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Silencio por favor. Se reanuda la Sesión. Por el Grupo Mixto tiene la palabra el señor Hernández.


EL SEÑOR HERNANDEZ HERNANDEZ:

Señor Presidente, señoras y señores Procuradores. He de comenzar diciendo que dudo seriamente de la oportunidad práctica de este debate, a nueve meses de la asunción de la responsabilidad de Gobierno por la actual Junta. Yo pienso que habría que haber esperado unos meses más. El deterioro social y económico de Castilla y León no permite actuaciones cara a la galería, ni por parte del Gobierno, ni por parte de la oposición, y un debate de valoración de una gestión a los nueve meses se me antoja inútil, cuando ustedes, como Gobierno, y nosotros como oposición, tenemos cosas más importantes que hacer que escribir discursos genéricos o, en otro caso, tratar de derribar ejecutivas tan pronto. Lo que es más grave, este debate, que yo entiendo inoportuno, nos va a privar de la oportunidad de hacerlo teniendo, dentro de cuatro o seis meses, los Presupuestos del año ochenta y cuatro en vigor y con un espacio de tiempo a juzgar más racional. De todas formas, ustedes, señores de la Junta, sabrán por qué lo han hecho. En todo caso, suponiendo el error (que no la mala intención), a la hora de escoger la fecha, he de agradecer al Señor Presidente su largo informe que, claro, me sigue pareciendo, aunque él no lo crea así, una declaración de intenciones más que una enumeración de realidades.

El señor Presidente dejó para el final el tema de la unidad regional y la ubicación definitiva de las sedes, y yo lo traigo rápidamente en mi consideración como un problema fundamental. Abordar con realismo el futuro de Castilla y León cuando aún está en peligro, y seriamente cuestionada, la integridad de nuestra Comunidad se me antoja, cuando menos, difícil. En este sentido, si bien la acritud, la acritud, aflora a mi mente al pensar cómo puede haber Grupos Políticos que sienten a sus representantes en las Cortes de Castilla y León, mientras fuera de ellas boicotean y recurren contra nuestra integridad territorial, yo quiero ser, en este momento, conciliador y tolerante en un tema tan crucial y hago aquí mi llamamiento para que, de una vez por todas, quienes aún duden, escuchen al pueblo Castellano-leonés y dejen ya de dudar, y todos los Grupos Políticos nos sentemos ya, sin recelos, a poner soluciones al tema de las sedes en nuestra Región. No olvidemos la debilidad económica de ella, en Castilla y León; no lo olvidemos y no hagamos gastos que luego no sirvan para nada en instalaciones. Utilicemos la historia como lección, no como obsesión, y el bienestar de nuestros conciudadanos como horizonte y no como anécdota.

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Yo, señor Presidente, bueno, pues dudo de las dificultades que su Gobierno ha tenido y tiene que afrontar, al tomar las riendas de una Región devastada por una política centralista secular que como a nadie, desde luego, ha afectado a Castilla y León, y por el caciquismo y el abuso de ciertas clases dominantes que, además, han abierto abismos singulares entre la calidad de vida de unos pocos y de la mayoría; sobre todo, en el medio rural. Yo no dudo de lo duro que tiene que resultarles, como Gobierno de la Región, el desbrozar tan insidiosa, tanta insidia acumulada, tantos desmanes y desatinos, tanta utarquía; pero, señor Presidente, no se limite usted a pactar, a sonreír, a coquetear con los que aquí siempre han mandado. Yo pienso que el pueblo Castellano-leonés le ha otorgado un mandato tras unas promesas de progresismo y usted debe cumplir sus promesas y gobernar; gobernar para el progreso, para los que hacía muchos años que no sentían sus reivindicaciones representadas en la dinámica política y ahora confiaban en que la izquierda fuese eso, al menos progresista. Señor Presidente, yo pienso que debe usted plantar cara al Gobierno Central y, en este sentido, he de aclarar que la actitud de algunos de los miembros de su Gobierno (concretamente la del Consejero de Transportes), pues, me ha parecido constructiva y digna de aplauso, cuando se ha planteado el tema, el tema tan duro y tan problemático para nuestra Comunidad, de la posible supresión de algunas líneas de ferrocarril. Yo creo, señor Presidente, que usted y su Gobierno deben ser ante todo Castellano-leoneses, antes que socialistas y ¿colaborar con el Gobierno de Madrid? Sí; pero no desde el miedo al aparato, sino desde la racionalidad. Y, desde luego, empiece usted a ser un poco más contundente ante quienes quieren seguir mangoneando, diría yo, nuestra Castilla y León como siempre hicieron, y me temo, por el momento, no han dejado de hacer. Si usted, señor Presidente, y la Junta que preside no tienen en cuenta estas dos consideraciones estará haciendo pensar y sentir a los ciudadanos que aquí no cambia nada. Y la desilusión es el peor aliado que, en este momento, nos puede llegar a nuestra tierra. Yo, dicho esto, quiero decir, también, que no intento ser duro con quienes realmente no han tenido tiempo suficiente, como he dicho al principio, como para poder ser objetivamente tratados con dureza; pero tengo que manifestar que, junto con mi admiración por la labor, esa labor de desbrozar o de limpieza del solar que han llevado a cabo, sobre todo, algunas Direcciones Generales concretas, me preocupa -y me preocupa seriamente- el andamiaje que en otras se está ya comenzando a poner en marcha y, a mi entender, de una forma demasiado improvisada. A mí me da la impresión, señor Presidente, que usted gobierna como si tuviese vergüenza por gobernar. Esta observación mía me la fundaba no hace mucho un afiliado a su partido, en los cien años de oposición de los que ustedes tanto hablan; y yo, bien, creo que esto puede ser una explicación, pero, desde luego, en ningún caso puede ser una justificación. Tenga usted en cuenta que sus cuatro años de Gobierno (que suponemos que se cumplirán), de la Región van a ser fundamentales, van a ser decisivos para la marcha del futuro de Castilla y León. Y si su Gobierno es un Gobierno, como dicen en mi pueblo, de "ni chicha ni limoná", el resultado es que Castilla y León puede cambiar algo en las formas, pero no cambiará nada en el fondo; y donde creo que todos estamos esperando el cambio, es precisamente ahí. En este sentido, a mí me preocupan, y me preocupan seriamente, los pasos descoordinados que en Castilla y León se siguen dando por las distintas Administraciones. En muchos casos, pasos contrarios a un futuro ordenado de la gestión pública; y que ustedes están permitiendo, incluso en algunos casos, aplaudiendo. No me vale el parapeto de el "aún no está transferido el tema". Usted lo ha dicho: "nada que afecte a Castilla y León debe dejar de preocupar a la Junta". Parece que esto no es cierto, señor Presidente, cuando echamos un vistazo al problema del paro en la Región, al problema de la salud pública, a las comunicaciones, a la difusión cultural, a la formación profesional universitaria, etcétera. Me parecen positivas sus iniciativas para mancomunear municipios, pero pienso de que ya es hora, ya es hora, aunque hayan pasado solamente nueve meses, de traer a esta Cámara su proyecto para la organización periférica de la Comunidad.

La actual "guerra fría" entre Diputaciones y Administración Autónoma es una lacra que sangra nuestra Región y que está haciendo ya pensar a muchos de nuestros ciudadanos, si lo de la Autonomía no será una "tomadura de pelo". Es que mientras ustedes ni coordinen, ni planifiquen, ni racionalicen, pues casi se puede decir que están, y en cierto modo estamos también los Procuradores, los miembros de esta Cámara, sobrando. Yo creo que aquí está la clave de la cuestión, señor PRESIDENTE: debe usted gobernar para la Región sin miedos ni concesiones a quienes pretenden seguir "mandando" (Entre comillas), aún sin el mandato popular, y debe la Junta, que usted preside, poner en marcha los mecanismos básicos y concretos que permitan aunar los esfuerzos de todos. Yo repito que no quiero ser duro ni hacer juicios apriorísticos tan sólo nueve meses después de que usted haya comenzado su gestión; pero, a veces, me dan ustedes la impresión (permítame que se lo diga), de ser un Gobierno de derecha moderada. Y no lo digo por decir; no lo digo por decir, sino que lo indican sus timideces en cuanto a toma de posturas de vanguardia, sus concesiones a quienes ni le han votado ni nunca les van a votar. No he querido entrar yo en detalles, desde luego, en estos cortos minutos de que dispongo, no he querido entrar en detalles puntuales, puesto que al comienzo de un mandato -y yo entiendo que al noveno mes estamos todavía en el comienzo-, me

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parecen más importantes los errores de planteamiento que los de detalle. Pero, por ponerle algún ejemplo, como usted ha puesto también algún ejemplo porque su exposición como dije ha sido genérica, también me preocupa ver, me preocupa seriamente ver las escuelas públicas de la Región (que he tenido ocasión de visitar con motivo de la pasada campaña de difusión del Estatuto de Autonomía), y verlas aún llenas de deficiencias y de carencias estructurales; ver cómo en ellas se vulnera sin que ustedes hagan nada, el principio de aconfesionalidad del Estado, recogido en nuestra Constitución, y se ofenden los derechos de los ciudadanos más jóvenes, de los niños de nuestra Región y de sus padres, privándoles de estímulos científicos, filosóficos o sociológicos, mientras los carteles confesionales lo llenan todo. Yo le puedo decir como anécdota (anécdota que para mí es importante), que se ven muchos más, infinitos más, TOTUS TOUS en las paredes de nuestras escuelas públicas que, por ejemplo, mapas de Castilla y León.

Me preocupa ver la situación de nuestros agricultores, que yo pienso no cambia nada; nuestra agricultura tan peculiarmente desfavorecida, malinformada, explotada a veces, continúa en la misma situación que continuaba, lo cual, por otra parte, a nueve meses de comienzo de gestión, pues puede que no sea extraño, pero yo creo que ustedes deben ir pensando en ello.

Me preocupa ver también cómo parecen trabajar más en esta Región quienes intentan disgregar, que ustedes que son, junto con nosotros, quienes deberíamos tener la obligación de soldar. Y la sanidad, por ejemplo, por decir otro detalle puntual, está absolutamente descoordinada, como una Consejería que, en muchos casos, está siendo menospreciada por otras Administraciones que pactan y toman acuerdos sin concurso de la Consejería de Bienestar Social de Castilla y León y, en definitiva, están propiciando que el futuro sea aún peor, a lo mejor, de lo que era el pasado.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Le quedan a Su Señoría dos minutos.


EL SEÑOR HERNANDEZ:

Muchas gracias, señor Presidente. Señor Presidente de la Junta, yo tengo que repetir que es pronto, porque yo entiendo que es pronto, que no había que haber hecho hoy este debate, sino dentro de unos meses. Yo creo que tiene usted aún tiempo de seguir en bien lo que va bien; pero mírese usted de frente en el espejo, vea lo que el pueblo le dijo en las urnas y sea usted el jefe de un Gobierno progresista de verdad. Y yo, le repito, que pienso que no es tarde aún. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Tiene la palabra el señor Presidente de la Junta. El señor Presidente de la Junta puede contestar o individualmente a cada uno o a todos juntos, luego. Como él estime pertinente.


EL SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA (SEÑOR MADRID LOPEZ):

Sí señor Presidente, muchas gracias. Señorías, creo que debo de contestar, porque probablemente otras intervenciones, legítimamente, pueden ser en otra dirección, y me da ocasión a hacer la contestación puntual. Naturalmente, advirtiendo al señor Presidente y a las señoras, señores Procuradores que el debate es un debate general, es decir, por mi parte, aunque efectivamente he hecho algunas manifestaciones expresas con algún tipo de ejemplo concreto, naturalmente, el debate que hoy nos reúne es un debate de política general, y que yo me voy a mantener, como es lógico, en este nivel. De cualquier manera, iniciar por agradecer al Procurador que me ha precedido en el uso de la palabra, no solamente los consejos -que yo sé que son bienintencionados-, la confianza que hay debajo de ellos, y lo que supone, en último término, de un paso hacia adelante. A mí me parece muy bien que nos pase por la izquierda, nos dé una pasada por la izquierda, un compañero de esta Cámara y que, desde luego, nosotros no estamos en disposición, desde luego, de ceder no solamente a lo que históricamente ha representado nuestro partido. Naturalmente, en estos momentos estamos gobernando y tenemos que contar, como es lógico, no solamente con nuestras fuerzas, desde el punto de vista de la construcción de la Comunidad, sino que tenemos que conocer cuál es en su conjunto la Comunidad; y, aunque el Gobierno se atiene a un programa y, desde luego, es lo que yo he tratado esta mañana de ir haciendo con el programa, haciendo una persecución, o de alguna manera un estudio en paralelo de nuestros compromisos electorales y, en todo caso, también de gobierno, hemos venido haciendo y vamos haciendo también suyo el compromiso de cumplirlos con todas las consecuencias.

Yo entiendo que desbrozar, como él muy bien ha dicho, la situación en estos momentos para Castilla y León, sentar unas bases democráticas de respeto dentro de nuestros pueblos y de nuestras ciudades, es, tiene un contenido -y él estará de acuerdo conmigo-, incluso prerrevolucionario. Desde un punto de vista social, quitar el miedo a los ciudadanos, dar confianza a su actitud de hombres libres en una Comunidad -y estoy de acuerdo con él históricamente-, en el que yo ya anunciaba incluso en el discurso, en una Comunidad como ésta, en una Región como ésta, las situaciones de la instalación secular de los prohombres dentro de nuestros pueblos y de nuestras Comarcas, es un aspecto -y me alegra que lo reconozca-, el desbrozar, como digo, la sociedad Castellano-leonesa, es un importante trabajo y una importante actuación política que, sin ninguna duda y en pocas fechas próximas, se empezarán a ver los resultados.

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Yo le puedo asegurar que ni yo ni mi Gobierno están gobernando con ningún tipo de vergüenza. El Gobierno está tratando, y lo ha hecho durante este tiempo, no sólo de aterrizar, sino de tomar, eso sí, con la suficiente cautela naturalmente, porque la responsabilidad del Gobierno exige, para poder tomar medidas con firmeza como ya se están tomando, exige, desde luego, tener toda la cautela del mundo para poder tomar después, inmediatamente o simultáneamente, todas las decisiones políticas para gobernar; y yo le digo al señor Hernández que tenga la seguridad de que mi Gobierno va a gobernar con firmeza y con decisión. No le va a temblar el pulso en tomar las medidas que sean necesarias, aquellas que, indudablemente, tienen el apoyo de un pueblo que decidió libremente y democráticamente en unas urnas, y no hace mucho tiempo, decidió dar la mayoría al Grupo que sostiene ahora el Gobierno y, por lo tanto, en este sentido, va a actuar con toda la firmeza que sea necesaria para llevar adelante el programa electoral. Naturalmente, él plantea situaciones que a nosotros también nos duelen, situaciones todavía no superadas por alguien que, en vez de estar tratando de coser y unir a la Comunidad, está intentando, por otro lado, no solamente sesgarla sino romper también de alguna manera lo que ya se va configurando, no solamente por la fuerza de los hechos, sino por la voluntad política de los castellano-leoneses, de lo que sea una Comunidad que signifique, en todo caso, la unión de muchos esfuerzos para conseguir, desde luego, no solamente enfrentarse a sus problemas, sino también ser interlocutor válido con el resto de las demás Comunidades y, desde luego, interlocutor válido con el Gobierno de la Nación; con el Gobierno de la nación, con el cual tenemos una relación perfectamente de colaboración y tenemos también nuestras peleas diarias. Lo que pasa es que la forma de actuar de los castellanos en general, y también de mi Gobierno, no está tanto en ir pregonando las situaciones de dificultades -que han sido enormes a la hora de hacer la negociación de las transferencias- como ir dándole soluciones; porque eso es, en definitiva, lo que nos interesa. Podíamos haber hecho, probablemente hubiera habido materias, para poder haber hecho algún tipo de escándalo que hubiera venido bien en algún momento determinado; pero preferimos, desde luego, ser eficaces y llevar adelante nuestros objetivos de Gobierno. Es verdad, aunque yo, como he dicho antes, no quiero descender a situaciones que en las propias Comisiones se han dicho (y se pueden volver a hacer en los debates cuando Sus Señorías lo deseen ) cómo aspectos de las propias escuelas que al Procurador que acaba de hacer la intervención, para agradecerle también su esfuerzo, que ha sido importante, por los pueblos y las escuelas de nuestra querida provincia de Avila; ver que, efectivamente, no solamente los símbolos externos de lo que en las paredes cuelgan de nuestras escuelas, sino a veces las propias instalaciones que no están adecuadas, cuando se contrasta con otros lugares que, desde luego, no son la escuela pública donde lo que brilla es todo lo contrario, a veces lujos, con lo cual las desigualdades entre los castellano-leoneses empiezan a ser mucho más elevadas.

El hace una mención importante en los temas de la Sanidad, y en otros temas podía hacerlo, donde todavía hay resistencias no solamente administrativas, sino institucionales o de Grupos de presión o, quizá también, por qué no decirlo, de cuerpos, que están resistiéndose claramente al reconocimiento del hecho Regional y a la autoridad inevitable que tiene el conjunto de la Junta y, desde luego, cada uno de los Departamentos de la Consejería. Tomamos buena nota y aceptamos la postura del Consejero como, desde luego, un apoyo para que nuestras decisiones no solamente sean y respeten, como es lógico, las situaciones actuales, sino que vayan en un sentido mucho más firme de lo que ha venido siendo hasta ahora.

El habla de un tema que nos preocupa, y yo ya lo he dicho, y creo que he dicho todo lo que tenía que decir con el tema de las Sedes. El tema de las Sedes será un tema que tiene que llegar, porque lo sabe el propio Procurador, por un consenso inevitable de esta Cámara; y, desde luego, haremos todos los esfuerzos -y la persona del señor Hernández puede ser también valiosa su colaboración en tratar de unir las diferencias que puede haber entre los Grupos- para llegar a una solución que sea una solución buena y que, desde luego, no creemos con estos asuntos unas polémicas que a veces son innecesarias y que llevan esfuerzos importantes, porque lo que importa es gobernar y gobernar. Yo creo que la desilusión que los castellano-leoneses podrían tener, si pasado el tiempo, efectivamente, no se toman las medidas serias. Yo lo que constato en este momento no es desilusión, sino un acercamiento cada vez más importante de los diferentes estratos de la sociedad, de los diferentes grupos sociales y humanos, de los niños y de los jóvenes; y, en estos momentos, yo le podía decir que hay un acoso permanente, en el sentido positivo, y un acercamiento y un calor del conjunto de la sociedad Castellano-leonesa a las instituciones y en conjunto al Gobierno que represento.

Para terminar, señor Presidente, agradeciendo el tono y la forma de la intervención del señor Hernández, sabiendo, como él sabe, que tiene a disposición, también, cuantas iniciativas desee como Presidente de la propia Comisión que es de Bienestar Social y cuantas personalmente desee establecer. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Tiene la palabra el señor Hernández.

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EL SEÑOR HERNANDEZ HERNANDEZ:

Señor Presidente, señoras, señores Procuradores. Fundamentalmente, como cortesía al señor Presidente de la Junta, y le tengo que decir, en primer lugar, que no pretendo pasar a nadie por ningún lado; que lo único que pretendo es colaborar a solidificar nuestra Región y a construir nuestra Región desde las bases de la justicia social. Señor Presidente, yo le tengo que ratificar, porque no le he oído a usted hacer excesivo hincapié en su contestación, la importancia de la ordenación de la Administración Periférica en nuestra Comunidad. Si no empezamos por ahí, ya podemos hacer lo que queramos que no estaremos haciendo nada. Yo también tengo que decirle que, en este momento, lo que usted ha dicho de autoridad, ha utilizado usted la palabra autoridad, bueno, pues yo en cierto modo lo echo de menos; la autoridad es una pieza fundamental dentro de la libertad y, desde luego, no es libertad ni es autonomía el que cada uno haga lo que quiera sin una organización. Por eso, repito, ese tema me parece crucial. Y, bueno, en lo que ha dicho usted del tema de las Sedes, desde luego, la colaboración no sólo mía, sino de todo el Grupo Mixto, se ha visto, yo creo que se ha visto en esta Cámara, porque fue, recuerdo, un miembro del Grupo Mixto quien hizo un llamamiento para servir, precisamente, pues, un poco de piedra de unión entre los dos Grupos políticos mayoritarios. Por último, tengo que decirle una cosa: usted ha hablado de la Comisión que yo presido de Bienestar Social y a mí se me había olvidado decir algo que considero que es muy importante para nuestra Región: en esa Comisión, por unanimidad, se tomó una decisión de apoyar una propuesta, que yo hice como Presidente en su día, para la creación de una Comisión; una Comisión que, en la propia Comisión de Bienestar Social, entendíamos muy bien qué funciones iba a tener, de apoyo, de apoyo a la Comisión de Transferencias de Castilla y León, para tratar de conseguir que el INSALUD estuviese cuanto antes como un órgano autonómico. Sorprendentemente, y es para mí muy sorprendente, después de que los dos Grupos Políticos mayoritarios apoyasen esa iniciativa de este humilde Procurador que, incluso, hiciesen constar sus Portavoces en acta la felicitación por tal iniciativa, la Mesa de las Cortes, en la cual solamente están representados esos dos Grupos mayoritarios, rechazó la tramitación de esa iniciativa. Esto es algo que yo quisiera que el señor Presidente lo tuviera en cuenta porque entiendo que es importante. Nada más, muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Tiene la palabra el señor Montoya Ramos.

El señor MONTOYA RAMOS: Señor Presidente, señoras y señores Procuradores. Podrán parecer escasos nueve meses para hacer un análisis profundo de una acción de Gobierno, pero yo creo que el señor Presidente de la Junta ha sido consciente, y yo quiero agradecérselo, que los últimos acontecimientos hacían necesario este debate. Debate que, por otra parte, estaban demandando no sólo las fuerzas políticas (recientes están las críticas públicas de miembros destacados del propio Partido Socialista a la gestión de la Junta, e incluso a la ejercida por el señor Vicepresidente al anunciar su dimisión, desconocemos que no aceptada por qué), sino los sectores más diversos, porque no sólo lo estaban pidiendo quienes hacen manifestaciones públicas de cualquier tipo, sino quienes con su silencio, con su desaliento, se apartan de colaborar en un programa que debería ser de reconstrucción Regional con la participación de todos, y que no lo están siendo porque son muchos, quizá demasiados, quienes en este momento han dejado, si alguna vez lo hicieron, de comprometerse en lo que, con una participación amplia, sería imposible sin una participación amplia, será imposible llevar adelante. Ya lo dijo aquí bien claramente nuestro Presidente de las Cortes el pasado día veinticinco: "la sintonía con el pueblo Castellano-Leonés sólo podrá lograrse si nos convertimos en auténtico portavoz suyo, si sus preocupaciones son nuestras preocupaciones y sus problemas son nuestros problemas". Hoy, nueve meses después, yo voy a retomar aquellas palabras de quien, entonces candidato a la Presidencia de la Junta, afirmaba que "sobre los verdes campos de la primavera de nuestra Región florecen ya amapolas de esperanza", para decir que, en este momento, las amapolas aparecen un tanto marchitas y los verdes campos castellano-leoneses no son hoy portadores de la cosecha que nuestro pueblo no sólo desea, sino que incluso necesita. ¿Qué ha pasado en estos nueve meses en los que hemos pasado de una esperanza que, sin ocultar cierto escepticismo, yo mismo quería aceptar, hasta la situación actual que podemos definir como de franca desorientación?

Nuestro pueblo, tan dado a los contrastes y al extremismo, está calificando, con más dureza que yo, la situación actual, la situación actual. Un pueblo que votó mayoritariamente socialista y que, por tanto, tiene que verse mejor representado que yo en este Gobierno. No es éste un momento electoral y el servicio en la Región hoy pasa más por ayudar a la Junta a enderezar su rumbo, que en destruir lo poco construido al lado de lo que la Región necesita. Y como son demasiado frecuentes las peleas políticas y las descalificaciones personales, inoportunas en un momento tan grave como el que estamos atravesando, voy a intentar hacer, sin excederme en el juicio, un análisis objetivo de nuestra situación basado en el programa de Gobierno. Y ya dijimos entonces que no era un programa, en el sentido estricto, sino una generalización de buenas intenciones que, como tales, en gran parte compartíamos; buenas intenciones puestas hoy nuevamente de manifiesto esta mañana.

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¿Cómo no íbamos a estar de acuerdo en reconstruir la Región, en articular una economía moderna, en atender al sector rural, en luchar contra el paro, en mejorar la calidad de vida, en detener la emigración y la salida de capitales, en ajustar la situación sanitaria Regional, en mejorar el medio ambiente, en evitar el crecimiento burocrático innecesario, en modernizar el sector industrial, en elevar la productividad agraria o el nivel cultural de nuestra gente? Ideas todas ellas recogidas del programa del programa de Gobierno entonces presentado. O ¿cómo no vamos a estar de acuerdo en lo que se nos ha seguido destacando en este discurso de reinvestidura, le llamo yo, más amplio más prometedor incluso, pero igual de impreciso; en el que se nos ha hablado de todo, desde la agricultura, cuya situación crítica se ha señalado y se ha reconocido, hasta la sociedad de extranjeros amigos de Castilla y León, pasando por la lucha contra la erosión, la política resinera, la construcción de marquesinas en la carretera, la creación de una orquesta regional, la generalización de la política deportiva de todos los castellano-leoneses, o la colocación de carteles en las carreteras? Pero, se nos han dejado de decir muchas cosas; por ejemplo: ¿cuántos son los kilómetros de ferrocarril que se van a suprimir en nuestra Región? Pero si entonces señalábamos que no teníamos garantía de cumplimiento, hoy incluso disculpando el escaso plazo transcurrido, nuestras garantías son menores. Y digo que nuestras garantías son menores, porque, aunque escasa, ya tenemos el contraste de una acción de Gobierno que no es alentadora, aún echando mano de todas las disculpas que el proceso dinámico de transferencias comporta. Y no sólo la mía -como he dicho, sería la menos importante-, sino de las que tenían más confianza inicial en el programa y en la capacidad de los hombres encargados de cumplirla; porque si no debemos ejercer la crítica irresponsable, tampoco sería bueno cerrar los ojos a una realidad que el partido gobernante, que el partido gobernante, debe agobiarle más directamente, pero que también nos oprime al resto de los que componemos esta Cámara y a todos los castellano-leoneses.

Ciñéndome a los cuatro puntos evocados por el Presidente en la reunión inicial de Tordesillas, y hoy ampliados, voy a señalar, según mi criterio, algunos errores que requieren corrección. La Región, la reconstrucción de la Región, basada en la eficacia y el prestigio de las Instituciones Regionales, se señalaba como el primer objetivo.

Los primeros pasos no han sido buenos: no hay un Ejecutivo fuerte como se prometió, ni una Administración de carácter gerencial ni alta profesionalización, como se dijo también. Por el contrario; se está burocratizando la Administración, se está centralizando en Valladolid de una forma exagerada, y no son los principios de capacidad y méritos consagrados en el artículo 103 de la Constitución -o por lo menos no son sólo ellos-, los que se aplican a la selección del personal. Se han criticado demasiado situaciones anteriores, se ha hecho triunfalismo sin base alguna; no podemos, después de todo eso, caer en los mismos defectos que hemos criticado, superando, incluso en algunos casos, dichos defectos. Tiene que desaparecer, tiene que desecharse la discrecionalidad en la politización de la Administración, etcétera, que son criterios que es creencia generalizada que se está produciendo.

Yo he quitado de aquí, de mi intervención, palabras más fuertes como podrían ser incompetencia, mediocridad, etcétera, porque no quiero herir a nadie. Pero sí que puedo asegurar, porque lo he constatado, que existen altos cargos que no están a la altura de la eficacia que su alto cometido requiere. Y aquí pueden radicar muchas de las diferencias entre programas de buenas intenciones, expuesto por el Presidente y hoy de nuevo traído aquí, y el resultado quizá conseguido.

Segundo objetivo: Articulación de una economía moderna. En unos momentos como estos de crisis general, de paro creciente, es más necesario el esfuerzo de una Región de recursos como la nuestra para superarla; pero ¿qué se ha hecho? No ya acercarnos a un programa liberal, de estimular la iniciativa privada, la creatividad, o atender al empresario creador de riqueza o de puestos de trabajo, ni siquiera gestionar activamente las inversiones del Fondo de Compensación Interterritorial, sobre cuyos diecinueve mil millones de pesetas, se extiende una amplia nebulosa; ni presentar en estas Cortes ese Plan de Desarrollo Regional de que se nos viene hablando y que, a pesar de la urgencia, no se ha podido gestar en estos nueve meses, harto difícil.

El programa espacial, de que entonces hablaba ¿en qué ha quedado? La dispersión de la población es quizá uno de los factores más positivos de nuestra Región, y se sigue hablando del gran número de municipios como de un factor negativo. No se permite la creación de municipios, que ya lo fueron y dejaron de serlo, al amparo de una política pasada, equivocada, de concentración. Se atienden más las demandas urbanas que las rurales. Se están frenando los equipamientos de los pequeños núcleos y se están bajando, todavía más, los índices relativos de inversión en las zonas rurales. Nuestra Región también necesita que se aceleren las transferencias de organismos agrarios para hacer una reforma agraria que deberá ser de signo contrario, probablemente, a la que se quiere llevar a cabo en Andalucía: la concentración parcelaria, la concentración de explotaciones, la repoblación forestal, la transformación de secano en regadío, el apoyo a la comercialización agraria, etcétera, son acciones que no admiten demora. Lo mismo que la industrialización agraria, que no se ha cuidado, ni, incluso, cuando se ha resentido por causas externas, como es el caso de Pradoluengo

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con la reconversión industrial. Y todo ello, como esta mañana se ha puesto de relieve, cuando estamos o deberíamos estar en el umbral del Mercado Común.

El cumplimiento de lo mandado en nuestro Estatuto es otro objetivo. Y aquí sí que estamos todavía peor. Nos hemos atascado en el artículo 3º. Lo he dicho tantas veces que no lo voy a repetir; pero sí quiero señalar la importancia que para el desarrollo autonómico tiene este punto: que la capitalidad no se haya resuelto o que esté todavía bajo recurso de territorialidad de nuestra Región.

Ya se empieza a adivinar la tormenta que va a provocar el desarrollo del artículo 20 en la relación con las Diputaciones, a pesar de la llamada a la serenidad del señor Presidente y de las miradas que esta mañana dirigía al señor Vicepresidente.

Castilla y León no pueden sacrificarse al estéril enfrentamiento que produce el bipartidismo, que en alguna provincia alcanza límites insospechados. Los dos partidos mayoritarios deben dialogar para resolver el tema de las sedes y traer, urgentemente, un nuevo proyecto de ley más acorde con el principio descentralizador que debe presidir la política del Gobierno de la Región, sin ninguna dilación, que empieza a ser suicida. Mientras no se cumplan los mandatos constituyentes y estatutarios, no será posible despertar ese espíritu regional, esa ilusión colectiva, que tanta falta está haciendo y que no conseguiremos aunque hagamos fiestas y compongamos himnos y que !ojalá existiera¡, como parecía querer dar a entender esta mañana nuestro Presidente. La falta de una oferta autonómica del Partido de la oposición mayoritaria, plasmada en un programa alternativo de Gobierno, que hoy, si se hubiera presentado una moción de censura, hubiera sido ocasión propicia para presentarlo, para conocerlo, es un motivo más de desesperanza; será de lo único que la Junta no tiene responsabilidad y contra lo que no se puede hacer nada. Pero, contando con ello, se hace más necesario que el programa de Gobierno a desarrollar lo sea para todos los castellano-leoneses.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Le quedan a Su Señoría dos minutos.


EL SEÑOR MONTOYA RAMOS:

El poco tiempo disponible me impide entrar en los múltiples aspectos de la política social y de la política cultural que, desde mi punto de vista, se ha traducido en muy pocas acciones concretas: menores ayudas para los equipamientos sociales, más desatención de la enseñanza en zonas rurales y ninguna inquietud por pasar del actual concepto de universidad centralista a otro de universidad regional, que distribuya sus centros en ciudades y no sólo en capitales de provincia de la Región, serían, para mí, los puntos más destacados. Escudarse en que en estos campos no hay transferencias no sería disculpa suficiente, cuando se está declarando, en el documento que nos ha entregado, tener vocación de representar, universalmente, los intereses Castellano-leoneses, con independencia del nivel competencial asumido formalmente.

Y para terminar, yo quería decir simplemente: la gestión realizada no es buena, pero los resultados electorales no nos permiten la esperanza de otra mejor. No nos cabe, por tanto, otra solución que perfeccionar la actual. Desde la modestia de mi posición, yo voy a seguir oponiéndome, lealmente, en la creencia de que nuestra Región lo que necesita es el desarrollo de un programa liberal, pero colaborando a la gobernabilidad sin entreguismo y con la misma generosidad que lo ha hecho hasta ahora, pero deseando que la hora de Castilla y León suene de verdad para que nuestros problemas, que se han incrementado durante estos quince años, como decía esta mañana el Presidente, no nos sirva de disculpa para seguir esperando soluciones pacientemente, porque nuestra situación está reflejada por la palabra que más ha repetido esta mañana el señor Madrid: "crisis regional" dentro de una nacional y efectiva también, y, efectivamente también, como él ha dicho, dentro de una crisis general del mundo en que vivimos, que la hace todo, que hace todavía más difícil la solución. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Tiene la palabra el señor Presidente de la Junta.


EL SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA (SEÑOR MADRID LOPEZ):

Señor Presidente. Desde la posición que el señor Montoya manifiesta en el conjunto de su intervención, de la necesidad, desde luego, de seguir apoyando a la Junta para que, evidentemente, las amapolas (aunque no sea tiempo en estos momentos en nuestra Región), en su florecimiento en los campos, yo creo que lo están siendo a pesar de, del aspecto negativo y absolutamente negro del panorama que él nos plantea, que, además, lo hace con un discurso de réplica en el que va haciendo, con el de investidura evidentemente y lo que él ha llamado de mi intervención de esta mañana de reinvestidura, va haciendo un panorama en el que tiene difíciles salidas, puesto que el Gobierno y el Partido del Gobierno es débil y la oposición no es oposición ni ejerce como tal. Es difícil, entonces, encontrar una salida para conseguir que, efectivamente, la situación en estos momentos en Castilla y León, es como si la maldición de la no salida pudiera ser la última esperanza a los castellano-leoneses. Yo, señor Montoya Ramos, soy mucho más optimista; no sé si es porque al manejar no solamente los datos de Gobierno, al tener el contacto con las personas que están responsabilizadas en la acción del Gobierno y que yo, sin embargo, a contra

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que usted, pienso que tienen una gran altura profesional, que tanto, desde luego, los Consejeros como los altos cargos están, y lo he dicho ya en alguna ocasión, más, reconocidos no solamente por lo que yo pueda decir, naturalmente, que tiene todos los aspectos partidarios y toda la carga emocional que pueda haber por ser el responsable de sus nombramientos, sino el reconocimiento de otras Comunidades y de otros medios, desde luego, fuera de nuestra Comunidad, reconociendo que el equipo de Gobierno que tiene Castilla y León es un equipo de una altura profesional, técnica y política importante.

Yo no he querido descender; porque, por otro lado, se habla de que el discurso es prolijo y que, sin embargo, se han dejado de tocar algunos temas concretos. Inevitable señor Montoya Ramos. Yo ya lo advertía en el final de mi discurso cómo, probablemente, había aspectos en los que alguno de ustedes podrían y deberían de pedir, probablemente, también explicaciones. Yo no he querido caer, en este debate, en una comparecencia más de una Comisión donde, sectorialmente, se van tratando los temas hasta llegar incluso a los detalles ínfimos y mínimos; y, desde luego, no me aparto de que así sea, pero yo he hecho una exposición general partiendo de los compromisos que en el discurso de investidura -y, desde luego, en el programa del Gobierno- se venían haciendo. Y creo que he podido demostrar una gran cantidad de realizaciones, algunas de las que estaban en marcha o de las que tenían que haber estado en marcha, pero que estaban paralizadas; otras que se han puesto "ex novo" totalmente, iniciativas importantes, una a una de las consiguientes Consejerías que en estos momentos hay, y pasando desde la Sanidad, pasando a la Agricultura o a la Educación o a cualquier otro de los sectores de mi Gobierno, se ha venido actuando ya no solamente en la contemplación teórica de los programas, sino en una realización que, probablemente, no tenga la brillantez pública, porque no ha tenido el tiempo suficiente para el desarrollo importante y para que muchos sectores de la sociedad Castellano-leonesa lo puedan ver, lo puedan también agradecer; porque las condiciones de vida, desde mi punto de vista, se presentan mucho más cerca desde un Gobierno cercano a los problemas y que, también, tiene la cercanía de los administrados a los que están administrando, para poder hacer las críticas oportunas, no solamente en momentos de solemnidad, como es la reunión de las Cortes de Castilla y León, sino en el día a día, a través de una presencia. Y, desde luego, no estoy de acuerdo con Su Señoría en la concentración administrativa en la ciudad de Valladolid, porque él sabe muy bien que las organizaciones territoriales de la Junta de Castilla y León (y también aprovecho para decírselo al señor Hernández), se van desplegando, aunque con la prudencia también suficiente, como para que los funcionarios que se van uniendo sean no solamente funcionarios que se recogen "a voz de pronto", sino que son funcionarios transferidos de la Administración Periférica, a veces, del Estado o de las Administraciones, que vienen a través de las ofertas públicas de empleo y que van nutriendo nuestras Administraciones Territoriales, nuestras Delegaciones Territoriales en cada una de las provincias.

Pensamos, por otro lado, que es inevitable (y recogemos también ese buen consejo del señor Montoya), de que tiene que haber una Administración fuerte y una Administración profesionalizada, y eso exige también la capacidad administrativa de los órganos de dirección central de la Comunidad; por lo tanto, difícilmente podemos combinar las dos situaciones: descentralizar absolutamente todo, de manera que pueda haber nueve gobiernos en cada una de las provincias de Castilla y León y, al mismo tiempo, crear un organismo central, fuerte y poderoso capaz de dirigir el conjunto del funcionamiento, no solamente administrativo, sino de los planes, de los proyectos y de las actuaciones que hay que hacer y que hay que desarrollar.

El señor Montoya sabe muy bien, porque estuvo en la reunión del Consejero de Economía, Hacienda y Comercio, sobre las dificultades de actuación para una Administración del cien por cien del Fondo de Compensación Interterritorial. El sabe mejor que nadie, o como uno más de los que estamos aquí, cuáles son los compromisos previos y cuál es la distribución que se ha hecho del Fondo de Compensación Interterritorial y, por lo tanto, el plan que se ha anunciado, en estos momentos, es un plan que se, el plan alternativo al desorden económico; es que reconocemos, señor Montoya, que, efectivamente, existe una situación de desorden económico y social, y por eso es por lo que queremos utilizar un instrumento que nos parece el oportuno para conseguir, desde luego, mejorar las condiciones del desorden económico. Decirle cuántos kilómetros de carretera van a ser suprimidos, es tanto como querer aceptar que esos kilómetros vayan a ser suprimidos; y lo que yo he dicho esta mañana es todo lo contrario, y lo que yo he pedido, incluso, en esta Cámara es todo lo contrario. Deseamos, a poder ser, que no sea suprimido ningún kilómetro, y estamos realizando todas las gestiones precisas y buscando todos los apoyos necesarios, para conseguir que los programas, si es que existen definitivamente en el Ministerio y en la propia RENFE, queden reducidos a la situación mínima o, incluso, absolutamente ninguna. Yo pienso, por otro lado, a la contra inevitablemente de usted y de su Señoría, que la gestión del Gobierno de nueve meses es una buena gestión, es una gestión importante. Eso no significa que nos demos por contentos y satisfechos y que no tengamos que superar las cuotas de eficacia administrativa y política y de gestión del Gobierno que presido. Yo le puedo asegurar, y le

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doy las seguridades al señor Montoya Ramos y con esto quiero terminar agradeciendo también el tono de su intervención, yo le puedo asegurar que la gestión que en estos momentos se está realizando, no solamente es importante, sino que está poniendo cuotas para una mayor superación constante de la Administración, a pesar de que lo que hemos tenido hasta ahora (y no lo he querido sacar), es que hemos tenido la estabilidad no de nueve meses, desde que nos hicimos cargo del Gobierno, sino realmente desde el mes, prácticamente, desde la mitad de Septiembre-Octubre es cuando se ha podido desplegar una acción de Gobierno interesante; pero yo, desde luego, no quiero utilizar esta situación, porque me parece que hay que afrontar y que nosotros cuando fuimos a las elecciones y cuando hicimos una oferta electoral, sabíamos muy bien cuál era la situación que íbamos a heredar y, por lo tanto, aceptamos claramente el punto de partida de los nueve meses aquí convenidos. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Para un turno de réplica, de cinco minutos, tiene la palabra el señor Montoya Ramos.


EL SEÑOR MONTOYA RAMOS:

Señor Presidente, señoras y señores Procuradores. Yo quiero agradecer al señor Presidente de la Junta sus aclaraciones a mi intervención, o réplica a mi intervención. Yo querría, nada más, aclarar un par de conceptos. El se ha referido, en gran medida, al aspecto negativo de mi intervención. Es posible que sí, que mi intervención haya tenido algunos aspectos negativos o muchos aspectos negativos; pero yo no sé si él ha podido ver, o ha sido capaz de ver (yo creo que sí que lo ha sido, lo que pasa es que no ha querido decirlo), que mi intervención, a pesar de este aspecto negativo, tiene un fondo de esperanza. Tiene un fondo de esperanza porque yo, cuando tantas voces se levantan por algunos de estos sitios, de estos lugares Castellano-leoneses que yo he tenido la ocasión de recorrer con cierta frecuencia, en contra de la acción de la Junta, que se levanta, yo he querido siempre mantener un espíritu de esperanza, de confianza en la Junta, de confianza en la Junta incluso en su composición actual; pero entendiendo que hay que intensificar esa acción de gobierno, hay que mejorar esa acción de gobierno, y yo he querido, incluso, señalar en qué podía radicar ese defecto de que esa acción de gobierno no se haya manifestado con esa intensidad que debería de haberlo hecho y que yo creo, y al señalar estos defectos yo he querido entender que puede ser corregida; cosa que no es una opinión que compartan todos los castellano-leoneses, yo no estoy seguro. Pero yo por esto, porque creo que esa acción de gobierno todavía puede corregirse, yo por eso he querido señalar algunos defectos, algunas causas que al hacerlo, al variarse, todavía permitirían esa corrección. Sobre el tema de la concentración en Valladolid, yo creo que se está produciendo una efectiva centralización y no sólo por parte de la Junta, sino por todo lo que arrastra la Junta que es mucho. Porque estos días estamos asistiendo a que la mayor parte de los Organismos, la mayor parte de las Organizaciones, Asociaciones, etcétera, todas están trasladando su sede a Valladolid (se me dirá que la Junta no tiene la culpa de eso y, efectivamente, y en un sentido estricto, no tiene la culpa de eso); pero es cierto también que si se viera que se estaba llevando a cabo un gobierno descentralizado, en el cual, pues, cuando ya existen aquí suficientes órganos de gobierno en estos momentos, la Junta se manifestara y se extendiera y abriera estos nuevos organismos que están llevando a cabo, todos ellos, en ciudades diferentes de nuestra Región y se vea una efectiva acción de descentralización, probablemente mucha de esa concentración derivada no se produciría. Pero se está produciendo, y, en estos momentos, la centralización que desde provincias, de provincias como la mía se advierte, es, desde mi punto de vista, excesiva.

Bueno, yo tampoco quería señalar que hoy se me dijera los kilómetros de vía que se iban a corregir; sí quería señalar el sentido (lo ponía como ejemplo), de una generalización que nos había hecho de cosas, pero que en los temas importantes no se llegaba a una concentración y yo señalaba los kilómetros de vía a suprimir como una concreción que hubiera sido como ejemplarizante o importante. Bueno, yo creo de todas formas que se van a suprimir más kilómetros de vía que las que el señor Presidente nos ha dicho, nos está diciendo esta tarde y, ¡ojalá!, lo que él nos ha dicho se cumpla. Yo ya sé que alguna vía se va a suprimir y, por lo menos, otras no se van a hacer. Y yo puse, cuando el discurso de investidura, el ejemplo de una línea que atraviesa nuestra Región de gran importancia económica no solamente para ella, sino para el resto de la Nación, como es el "Santander-Mediterráneo", que ya se ha anunciado que se va a suprimir, que no se va a seguir adelante y que se va a hacer la devolución de los terrenos a los propietarios expropiados. Nada más y muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Tiene la palabra el señor Presidente de la Junta.


EL SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA (SEÑOR MADRID LOPEZ):

Gracias señor Presidente. Desde el escaño, para agradecer ese fondo de esperanza que el señor Montoya ha introducido en la réplica en su intervención. Yo le agradezco, porque es importante, y, desde luego, creo que cualquier gesto, y creo que es un gesto importante; cualquier palabra, y creo que es una palabra importante en estos momentos, que se dé no solamente a los que día a día estamos trabajando con interés y con fuerza, sino a los ciudadanos

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de ese, de esa esperanza, no solamente ya en el presente, sino en el futuro de Castilla y León, es algo que, desde el Gobierno que presido, nos da la impresión de que es una suma positiva para conseguir, desde luego, el clima, necesario también, de confianza de los ciudadanos, de los castellano-leoneses. Yo no he querido decir que toda su intervención fuera, desde luego, negativa; pero, desde luego, su posición es, en estos momentos, las últimas palabras que acaba de pronunciar son para nosotros y para mí mismo totalmente esperanzadoras. Gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Tiene la palabra el señor De Fernando.


EL SEÑOR DE FERNANDO ALONSO:

Señor Presidente, señoras y señores Consejeros. Vaya por delante mi felicitación, señor Presidente de la Junta, por su buena forma física, que ha estado dos horas y media aguantando y aún tiene la deferencia de contestarnos individualmente en vez de por grupos; dos horas y media que para mí, de verdad, han sido mortíferas, porque yo estaba recordando y no sabía si estaba hoy en Fuensaldaña o estaba en Tordesillas. El ochenta por ciento de su discurso lo ha dedicado a temas como: vamos a hacer, vamos a promocionar, estamos estudiando, etcétera, y el veinte por ciento ha sido a las realizaciones que la Junta ha hecho en estos nueve meses. Yo creo, señor Presidente, con todos los respetos, que hoy se ha equivocado usted en el discurso que aquí nos ha traído. Hoy lo que se le pedía era un discurso de realizaciones de la Junta en los nueve meses de gobierno y eso podía usted haberlo resuelto en media hora, porque, lógicamente, nueve meses son muy pocos. Dentro de esos nueve meses usted ha tenido unas transferencias que le han venido hechas; un Convenio de Deportes y usted ha tenido que aceptarlo como venía; un convenio cultural y ha tenido que aceptarlo como venía. Sin embargo, podía habernos dicho: "he aceptado esto que venía transferido, hemos hecho esto otro...", y con media hora quizá hubiese sido más fácil para toda la Cámara el poder discutir su programa. Permítame, como le dije en Tordesillas el día de la investidura, que me tengan que dedicar más tiempo, de los pocos minutos que tengo a título de más, a referirme a lo que no ha dicho y se ha dejado, que a lo que ha dicho. Entonces tenía su explicación: tenía usted un programa electoral, se guardaba sus cartuchos para luego contestarnos. Hoy creo que no era ese el tema. Hoy tenía que habernos dicho sus realizaciones. En primer lugar, por qué nos encontramos aquí. Usted ha dicho que ha sido un gesto de la Junta. Seamos sinceros. A ningún Procurador, que nos sentamos hoy en estas Cortes, nos gusta que hoy se haga este debate. Este debate debía de haberse hecho en el mes de junio cuando ustedes lleven, como es normal y tradicional, doce meses de Gobierno. En ese debate del mes de Junio tendríamos aquí muchos más datos de los que hoy tenemos; tendríamos la liquidación del Presupuesto del ochenta y tres, tendríamos los Presupuestos del ochenta y cuatro y tendríamos muchos más datos de que hablar. Pero no hay que culpar a nadie. Este debate de hoy se ha producido por el Congreso del Partido Socialista a nivel Regional, que sacó a la calle unos temas y a la prensa, que, lógicamente, el Grupo Popular aprovechó para presentar una proposición no de Ley; proposición no de Ley en la cual, y vuelvo a decir lo mismo que en el día de hoy, yo no estoy de acuerdo. Hay que dar un margen de confianza a la Junta. Ese margen, normalmente, ha sido de doce meses y en esos doce meses haberlos presentado. Pero, en fin, no ha sido posible, pero, vuelvo a decir, no por el Grupo Popular, ni por los Procuradores del Grupo Mixto; no ha sido posible esperar a los doce meses por el propio Partido Socialista de Castilla y León. Y yo, hoy, me hubiese gustado oírle hablar, en nombre de los castellano-leoneses, de un tema que quizá a los castellano-leoneses les hubiese gustado también oírle muy bien: "Austeridad". Ni una vez he oído nombrar esa palabra. Cuando el año pasado nos presentaban los Presupuestos y se hablaba de las Delegaciones Provinciales se nos dijo que era previsible en el Presupuesto, pero no quería decir que se nombrasen todas; al ritmo que vamos se están nombrando todas las Delegaciones Provinciales, y, en algunos casos, señor Presidente, en personas que ni son funcionarios siquiera, ¡cosa insólita en la Administración española!, que para ser un Delegado Provincial tenía que ser un funcionario del Estado para poderle pagar. Ahora se están nombrando Delegados Provinciales que no son funcionarios del Estado, que no son funcionarios del Ente Autonómico, con lo cual, probablemente, habrá que pagarle de los fondos que habría que invertir en Castilla-León.

Ha nombrado usted de pasada, en su intervención, un tema que al leer la prensa se lamentaba de que se dedicaba a otras cosas: era el no hablar de la Comunidad Europea en vez de otras. Yo creo que leemos distinta prensa el señor Presidente y yo. Yo leo normalmente todos los periódicos de Madrid y "El Norte de Castilla" de Valladolid, y lo que leo estos días es distinto a lo que lee el señor Presidente. Yo estos días leo en la prensa problemas en Murcia, problemas en Castilla-La Mancha, problemas en Cantabria, problemas en Zaragoza. No leo nada de esos otros temas ni me lamento. Y todo vuelve por lo mismo: "Austeridad". El otro día se escandalizaba la prensa de Madrid de los sueldos que en Madrid iban a cobrar en la Comunidad-Autónoma. Pero ¿de qué hay que escandalizarse? Si son los mismos que cobran en todas las Comunidades Autónomas, son los mismos en todas partes. Jamás, jamás un Alcalde o Presidente de la Diputación ha cobrado lo mismo en una ciudad como Avila que en una ciudad como Madrid. Hoy día los

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Consejeros y altos cargos de las Administraciones Autónomas cobran lo mismo, estemos en Castilla y León que es una Región pobre, que en Madrid o en otra Región que sea más rica. Tengo que referirme (no me va a dar tiempo), a tocar un poco los temas que usted ha hablado a partes y parte general. Uno era, ha empezado a hablar de que Castilla-León debe de ser una Comunidad solidaria. Yo también se lo manifiesto y ése es mi deseo: una Comunidad Autónoma solidaria con las demás; pero no "prima" (entre comillas) de las demás. Y hay que hacer ver a las demás Comunidades Autónomas y al Gobierno Central que con el seis y medio por ciento de las inversiones totales en esta Región, como le dije el día que hablamos del Fondo de Compensación, jamás esta Región podrá acercarse a las demás; no digo igualarse.

Ha hablado usted del tema de Agricultura, que tengo que decirle que las intenciones son las mismas que en Tordesillas, pero por los pasos que vamos, acuérdese de aquella anécdota: "no se cambia el quince de mayo la festividad por el veintitrés de mayo que yo entonces le decía".

Ha tocado un tema de regadíos. Y no se nos ha dicho si aquellos proyectos del Estado que están incluidos en el Plan General de Obras Hidráulicas y con proyectos terminados y aprobados por el Ministerio y que afectan a esta Región van a iniciarse, o no, en el año ochenta y cuatro. Le doy pistas por si no lo sabe: la presa llamada de Mingorria: todo aprobado, incluido en el Plan General de Obras Hidráulicas, y me da la impresión de que los Presupuestos Generales del Estado tampoco se inicien en el año ochenta y cuatro, cuando es una provincia de la Comunidad Autónoma que no ha recibido ni una sola hectárea de regadío puesta por el Estado. Del ICONA y del IRYDA, lógicamente, estamos pendientes de las transferencias; en su día, cuando las reciben, podremos ver cuál es su intencionalidad.

Con respecto a la promoción empresarial voy a leerle textualmente lo que en el "Diario de Sesiones" consta que le dije en Tordesillas: "yo le recomiendo, señor Madrid, que llame a un pacto a todas las fuerzas políticas y a todas las fuerzas sociales, empresariales y sindicales, y será la única manera que, haciendo una política de acuerdo a medio y largo plazo, porque para nada puede servir, etcétera, etcétera". Estamos esperando, después de nueve meses, que usted, señor Madrid, llame a todas las fuerzas. Vuelvo a insistir en lo mismo que le dije aquel día: la industrialización y el paro de Castilla y León, o se saca entre todos o no hay partido que lo saque, porque, claro, ustedes aquí dicen que son mayoría (con el recuento de votos no tanta); en el País Vasco dicen ustedes que el P.N.V. no es mayoría. Están en la misma situación que usted. Hace falta un pacto de todos para poder sacar a esta Región adelante.

Nos habla usted de que la Junta ha tenido un gran interés en informar a estas Cortes a través de las Comisiones. Bueno, si usted tiene una buena información de las Comisiones, yo creo que habrá visto que, excepto los miembros de su Partido, nadie se fue conforme, en general, en líneas generales, de la información que los Consejeros le dieron. Y recuerdo en una que estuve (estuve en casi todas aunque no me fuese) inscrito en esa Comisión, en la de Economía. El Consejero de Economía nos habló aquel día de la Auditoría del Instituto de Economía, que estaba en Salamanca. Una Auditoría que iba a hacerse por problemas graves que había. Yo sé que esa Auditoría está terminada; pero los Procuradores no tenemos conocimiento, a no ser que, como decía alguno de Salamanca, esté hecho con la intencionalidad de cerrar el Instituto de Economía, no se abre ningún otro Organismo que lo sustituya; pero en vez de hacer estos estudios en la Universidad de Salamanca, se irán haciendo en cierta cátedra de Valladolid y, poco a poco, quedará aquí consolidado. No son palabras mías, sino de salmantinos y que no son de mi propio Partido.

Ha apuntado usted como un triunfo la electrificación rural. Yo no sé lo que será la electrificación rural en las inversiones a nivel regional. Desconozco, desconozco la inversión total. Sí le puedo decir que en Avila, en los tres últimos años, teníamos una inversión anual de doscientos millones de pesetas en electrificación rural y el año ochenta y cuatro es de noventa y seis. Si las demás provincias han tenido la misma suerte que Avila, no es para lanzar campanas al vuelo.

En el tema de Urbanismo, pues sí se están haciendo cosas; entre otras pues se aprueban los Planes Generales de Valladolid y Salamanca que son Ayuntamientos gobernados por el PSOE; pero, desde luego, no se aprueba el de Palencia, el de Avila, etcétera, etcétera, porque el Alcalde no es del PSOE. Y no cabe apuntarse los convenios de Urbanismo, porque son temas que ya estaban hechos. El MOPU tenía hechos unos convenios con Diputaciones Provinciales para Planes Generales, Normas Subsidiarias, delimitación de cascos y ustedes los han recibido y lo siguen haciendo como venían. Y es lógico, ahí no critico nada en absoluto. Si era bueno el del MOPU será bueno lo suyo y ustedes a lo largo de este año y el siguiente podrán modificarlos.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ): LE

E quedan dos minutos a Su Señoría.


EL SEÑOR DE FERNANDO ALONSO:

Muchas gracias. Finalmente, voy a pasar de pasada así, porque no me da tiempo para todo lo que tenía. Me habla usted de la canalización del ahorro. Bueno, yo diría ¡qué bonito es oírselo decir! ¡qué bonito es decírselo

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a todos los Castellano-Leoneses! Lo hemos dicho todo. Pero, señor Madrid, todos sabemos que está el señor Boyer por medio y el ahorro se lo lleva para las inversiones del INI, que en Castilla-León no invierte casi nada, y se lo lleva para la reconversión industrial, que no invierte prácticamente nada. Luego ¡ojalá sea bueno! Sin embargo, el señor Boyer sí nos recortó una partida muy grande: las inversiones de telefónica que, ¿dónde van a repercutir, señor Madrid? ¿En la telefonía rural? No vamos a tener los teléfonos en el medio rural, porque las necesidades (y vuelvo a decir que ahí soy solidario con las demás regiones, pero ¡que no se engañe a los ciudadanos!), las necesidades de reconversión industrial hacen que el dinero que iba a invertir Telefónica en la ampliación de la telefonía rural no pueda hacerse en los próximos cuatro años.

El Bienestar Social, yo le podría decir sólo dos cosas de las muchas que tenía apuntadas: usted se ha referido a que, aunque no tengan competencias, se ofrecía a interferir en todo. Yo le puedo decir que he pedido varias veces a la Consejería de Bienestar Social que intervenga en una coordinación hospitalaria en la provincia de Avila y aún estoy esperando, hasta que llegue un momento que se rompan las negociaciones con el perjuicio del sector público de la Sanidad. En Bienestar Social, también le quería decir que estamos por debajo de las cantidades del año ochenta y dos, y lo dije el día de la Comisión, porque el señor Boyer por Decreto-Ley suprimió la tasa del "juego", que eran setenta mil millones, diciendo que era una miseria y que íbamos a incrementarla, y resulta que son menos de los setenta mil millones. Luego, Castilla y León, en el año ochenta y cuatro, en atenciones a ayudas individuales y colectivas en Bienestar Social, es menor que en el año ochenta y dos.

En la Administración Regional, usted ha dicho que fuerte fiscalidad. Yo diría que fuerte, sí; pero rígida y no flexible. Que eficaz, no; es ineficaz, porque hay más carnets que "curriculum vitae" técnicos. Y ágil, no; porque es burocrática del todo. Lo he dicho antes lo de las Delegaciones Provinciales y ése es el camino que vamos a llegar.

Y, finalmente, nada más que decir: ¿qué ha traído la Junta a estas Cortes como Pleno? Pues mire usted, publicó un proyecto de Ley para la fiesta Regional que ha habido que aparcarle; dio un borrador de dos leyes, que son las más importantes que puede tener esta Comunidad, para la coordinación de las Diputaciones Provinciales y no han servido más que para discordia entre las provincias y la propia Comunidad, cuando estamos en un momento en que arrimando el hombro entre todos, y ahí tiene usted mi oferta señor PRESIDENTE: "si usted nos llama, vamos a ser muchos los que vamos a acudir a arrimar el hombro para el bien de esta Comunidad". Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Tiene la palabra el señor Presidente de la Junta.


EL SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA (SEÑOR MADRID LOPEZ):

Señor Presidente. Siento haber sido causa de la mortificación de don Daniel de Fernando, aunque este tipo de situaciones para los que tienen fe pueden ser importantes, porque acumulan algún tipo de méritos para la otra vida. Al decir que de la comparación del discurso de investidura, en el cien como número cabalístico, ochenta por ciento ha seguido escuchando promesas, para simplificarlo, es decir -"vamos a hacer"-, por un veinte por ciento de realizaciones, significaría que en nueve meses, desde un punto de vista cuantitativo, por lo menos, habría que convenir que ya hay un veinte por ciento de realizaciones del programa electoral. Cuestión que no está nada mal, que no está nada mal para tener en cuenta que de esos nueve meses, como hemos dicho antes, de Gobierno, de mi gobierno, realmente, y el señor don Daniel de Fernando lo sabe muy bien, ha sido cuatro o cinco meses en los que hemos podido realmente hacer, determinar, concretar, establecer e impulsar la acción del Gobierno, como él muy bien lo sabe.

Yo quisiera decirle a don Daniel de Fernando que su voto, naturalmente, en él, en la Ley del Gobierno, matizado -y me acuerdo perfectamente- sobre las Delegaciones Territoriales, establecía, naturalmente, y así se lo hacíamos ver en nuestras intervenciones, la necesidad de que el Gobierno de la Comunidad pudiera establecer sus propios cauces y pudiera tener su propia organización, precisamente para lo que en estos momentos dice que me parece muy importante, por ejemplo, cuando habla de la necesidad de la coordinación hospitalaria. Usted sabe muy bien, porque ha sido Presidente de una Diputación importante, porque además está desde los primeros momentos, en el proceso de pre-autonomía primero y de autonomía después, en la construcción de la Comunidad, la necesidad que tiene la Administración para poder tener capacidad política suficiente en las diferentes provincias, de sus señas; para que sus señas de identidad -y, desde luego, en colaboración, y siguiendo con el discurso del señor Montoya, en una capacidad descentralizadora-, para que los propios órganos de la Administración Central, del Gobierno que nos estamos dando, de la Administración que estamos creando, puedan tener esas señas de identidad en cada una de las provincias, precisamente, para poder llegar a situaciones, en las que estoy de acuerdo y he tomado buena nota, por ejemplo, para llegar a una situación, como ejemplo yo supongo que lo hace él, de la coordinación hospitalaria y que también, estoy de acuerdo, que si este tipo de situaciones no se atajan, en un momento

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determinado, pueda llegar un momento no solamente a pudrirse, sino a crear males mucho mayores.

Es verdad, también, que el dinero que hemos dispuesto para la Asistencia Social ha sido menor, desgraciadamente. Y a este Gobierno le hubiera gustado no solamente haber alcanzado las cuotas de años anteriores, sino incluso haberlas mejorado, porque, probablemente, las necesidades desgraciadamente han crecido, para poder tener una mayor, no solamente satisfacción en repartir ante mayores necesidades, sino para poder afrontar situaciones que a veces son duras y difíciles; pero de sobra sabe muy bien don Daniel de Fernando, cuáles son nuestros problemas de orden financiero, en un Presupuesto que ha sido un Presupuesto, el de mil novecientos ochenta y tres, inevitablemente para "andar por casa".

También sabe don Daniel de Fernando que éste no es el foro en el que yo pudiera contestar en nombre del Ministro de Hacienda, Economía y Comercio del Gobierno de la Nación. Naturalmente, nosotros sí somos solidarios con el conjunto de la situación difícil que atraviesa nuestro país y que este Gobierno, el Gobierno Socialista, ha tenido la valentía de afrontarlo, aún a costa de tomar medidas que, desde luego, son impopulares y que, probablemente, son medidas que tuvieron que tomar en otros momentos otros Gobiernos y que la mayor satisfacción para un Gobierno Socialista hubiera estado mucho más poniendo el acento en las cuestiones sociales y no en la reordenación de una economía absolutamente desordenada, como muy bien sabe don Daniel de Fernando. Lo que ha dicho, por otro lado, sobre las posibilidades de llegar a tener en cada uno de los pueblos, sobre todo los más necesitados, los que están, desde luego, más alejados del conjunto de la comunicación con las instalaciones telefónicas, yo quiero decirle -por si acaso esto le puede venir como una cierta esperanza- de que estoy en conversaciones con el Presidente de la Telefónica para poder empezar a hablar de un posible convenio. Y, desde luego, lo que no puedo adelantar es a qué plazo sería y en qué condiciones se establecería. Naturalmente, que las dificultades de la canalización de ahorro de la Comunidad Castellano-Leonesa están, como no podía ser menos, igual que en el resto de las Comunidad, condicionadas por un programa general, por la planificación general que, como muy bien sabe don Daniel de Fernando, es una reserva constitucional que hace el propio Estado, el Gobierno de la Nación, para su distribución, para determinar las políticas; pero eso no evita las posibilidades concretas y a esta Cámara vendrá, en algún momento, la explicación oportuna de algún tipo de medidas que, desde el Gobierno que presido, intentaremos hacer para conseguir, desde luego, esa canalización del ahorro, de la cual, del cual no perdemos la esperanza. Usted también sabe muy bien cómo ha habido esfuerzos importantes y los seguirá habiendo, no solamente desde la presidencia, sino desde la Consejería, para llegar a eso que usted habla, de ese pacto, de este pacto, en el cual estén presentes todas las fuerzas sociales y económicas de Castilla y León. El sabe muy bien que las relaciones de cordialidad con empresarios y sindicatos, con las propias Cámaras de Comercio (por cierto, hoy me refiero a CECALE, reunida en la ciudad de Burgos, o mañana, creo que es), en la que hay una invitación constante al conocimiento de los proyectos y de los planes de actuación, de manera que el aliento que desde el Gobierno se está realizando no solamente porque han constituido y se han constituido en organizaciones que recogen también el ámbito territorial de lo que es Castilla y León, sino la comunicación, una comunicación incluso muy fluida, de cuáles son en estos momentos los sentimientos y las necesidades de esas asociaciones, llámense organizaciones empresariales, sindicales y, desde luego, las Cámaras de Comercio, con las cuales tenemos una estrecha relación. De cualquier manera, lo que me pide don Daniel de Fernando es que explicite públicamente estos posibles acuerdos o pactos y, desde luego, no tenemos por qué dar la espalda a esta posible realidad, pero situando, don Daniel de Fernando, claramente lo digo, porque aquí no vamos a hacer un Gobierno de concentración ni de coalición, sino que la Junta sume toda la responsabilidad política de gobernar, naturalmente, contando con todos los agentes sociales y económicos que existen en Castilla y León. Y, finalmente, agradecerle, ¡cómo no!, la deferencia que ha tenido y, finalmente, la alusión inevitable, aunque yo no quisiera caer en estas cuestiones de orden provincial, para decirle que el embalse de Mingorría está dentro de los proyectos de actuación de la Junta, una presa sobre el río Adaja de Avila, como de todos es conocido, y que hay ya las actas de ocupación y que el terreno inundado pertenece, evidentemente, a Avila, reclamado por Avila la mayor parte de la superficie posible regable y la postura que tomará la Junta, naturalmente, que seguirá insistiendo, y yo saco la ficha para decirle que está, naturalmente, en los proyectos, la de impulsar su realización para que riegue las tierras, desde luego, de Castilla y León. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Para un turno de réplica, de cinco minutos, tiene la palabra el señor De Fernando.


EL SEÑOR DE FERNANDO ALONSO:

Señor Presidente, señoras y señores Procuradores. Creo que voy a gastar los cinco minutos porque el señor Presidente me ha contestado amablemente algunos temas, me ha dejado otros sin contestar y no voy a insistir. Simplemente lo que me ha dicho, cuando me ha dicho en la Ley de Gobierno de la Comunidad, lo de las Delegaciones Provinciales, yo me iba más atrás; cuando hablamos de la Ley de Presupuestos y le dijimos que no era necesario consignar nueve Delegaciones Provinciales

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en cada Provincia, se nos contestó que era una previsión, por si acaso, para pagar tres o cuatro, que, en todo caso, saldrían de los Jefes de Servicio, que es lógico que allí habría, pero yo le vuelvo a repetir que no han salido de los Jefes de Servicio, que se han nombrado Delegados Provinciales que no son funcionarios.

En la coordinación hospitalaria, le agradezco la oferta, pero yo le puedo decir que en las conversaciones que está habiendo en Avila, concretamente, y no por culpa de su Delegado Provincial, es que no se lo comunican, él no está asistiendo a nada, no está asistiendo a nada con el grave deterioro que pueda haber, y se lo vuelvo a decir; sus Delegados Provinciales, Territoriales, de la Junta de Castilla y León, no han asistido a ninguna reunión.

En la Asistencia Social, yo comprendo, señor Madrid, que todos nos lamentamos que sea menor. Mi crítica, mi crítica ha sido que ustedes, como Partido, cuando el señor Boyer presentó el Decreto-Ley lo veía muy bien: "hay que quitar las tasas de juego -dijo-, porque esto es una miseria. Hay que atender al problema social con fondos del Estado". Pues mire usted, ¡ojalá nos hubiese dejado la tasa del juego!, porque estaríamos todos mucho mejor. Yo me conformo con la tasa del juego, que se creó para eso, se autorizó el juego en España para atender a esos problemas. Es mejor dejar la tasa del juego si es más dinero. Yo comprendo que los Presupuestos del Estado tienen muchas necesidades y por eso lo he dicho que comprendo perfectamente, sin ninguna reticencia, el que los fondos del Estado vayan a una reconversión industrial; otra cosa es que esté de acuerdo o no, como se hace, en vez de para otras cosas. Pero una cosa específica que había para los marginados que se hubiese mantenido.

En Telefónica no hay que hacer ninguna conversación, señor Presidente, con el Presidente de Telefónica si los convenios están firmados. Cada Diputación tiene firmado un convenio con Telefónica. El problema es que Telefónica no puede cumplir esos convenios porque en el programa de inversiones, que me parece que se elevan a ochocientos treinta mil millones en los próximos cuatro años, le recortan como mínimo setenta mil y donde le recortan es en la telefonía rural. Es decir, no va a cumplir los convenios con Diputaciones, no sirve hacer un nuevo convenio. Me conformo con que cumpla los que tiene firmados.

Bien, me ha dicho en el tema que yo le decía de sacar adelante esta Región, con todas las fuerzas políticas, económicas y sociales, que mantiene una cordialidad extrema con todas y cada una de ellas, y lo reconozco. Tengo que reconocer la cordialidad del señor Presidente en grado sumo. Yo hablo con él en su despacho, pero no se trata el tema. No se trata que hoy CECALE le hubiese invitado. CECALE le tiene pedida hace tres meses una entrevista y aún no ha podido hacerlo. Pero aunque se la concediese, no es que el señor Presidente hable con CECALE, hable con los sindicatos y hable con los partidos. Yo creo que la Junta -y lo dije el día de Tordesillas y lo ratifico- debe gobernar la Junta porque para eso está elegida por el pueblo castellano-leonés. No obstante, los problemas importantes de esta Región, como son la industrialización y el paro, ningún partido político, por sí solo, puede sacarlo adelante y lo que yo le recomendé el día de Tordesillas, se lo recomiendo y se lo pido ahora, es que llame a todas las fuerzas políticas y sociales, para que todas, cediendo un poco de su parte, pongan en marcha un plan que saque a esta Región del paro y del subdesarrollo. Con esos dos me basta, porque, si no, me voy a extender si empiezo otro tema. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Por el Grupo Popular tiene la palabra el señor Posada.


EL SEÑOR POSADA MORENO:

Señor Presidente, señoras y señores Procuradores. El discurso del Presidente de la Junta, de esta mañana, no nos ha satisfecho. Ha sido un discurso de gran amplitud, pero, a nuestro modo de ver, de poco contenido. Nos ha hecho el efecto de que se trataba de una simple acumulación de informes de los Consejeros, que el Presidente ha leído sin elaborar y sin sacar de ahí una política general para Castilla-León. Y yo veo, quizá, una explicación a esa situación y a ese discurso, y es que, aunque formalmente este debate está promovido por la Junta, como así consta en la comunicación, nosotros pensamos que ha sido la actuación del Grupo Popular la que lo ha hecho necesario y hoy permite que se realice. Porque nosotros planteamos dos proposiciones No de Ley, ambas sucesivamente rechazadas por la Mesa, pero justo en ese instante, después del segundo rechazo, se produce por la Junta la del acuerdo de que se realice un debate, debate que, hasta ese momento, no había sido considerado necesario. Pues bien, tanto si se hubieran debatido las Proposiciones No de Ley, como en este debate que promueve la Junta, y que consideramos que es muy oportuno, nuestro espíritu es el mismo: es cumplir el artículo 13.2 de nuestro Estatuto que señala como atribución de las Cortes: "Controlar la acción política y de Gobierno de la Junta y de su Presidente". Y hemos de decir que tenemos que calificar negativamente la actuación de la Junta en estos nueve meses y no es porque su actuación, que ya es bastante, haya sido escasa y bastante desafortunada, sino por lo que es más importante: porque en este tiempo no se ha conseguido comunicar a los castellano-leoneses una idea, una ilusión, un deseo de trabajar juntos y sacar la Región adelante. Si se pregunta a gentes de nuestras

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provincias, como estoy seguro que todos ustedes han hecho: ¿cuál es, en qué influye la actuación de la Junta de Castilla-León?, verá que es muy difícil que ninguno de ellos cite un solo hecho positivo, concreto, en que haya afectado su actividad; pero, además, y esto es lo más triste, es muy difícil que cualquiera de ellos diga algún hecho futuro concreto que pueda llevar a cabo la Junta y que, realmente, esperen que les vaya a resultar muy positivo para sus actividades. Por ello, nosotros sin acritud, pero con la responsabilidad que tenemos como Grupo Mayoritario de la Oposición, tenemos que decir que la actuación de la Junta está siendo un fracaso. Y es responsabilidad de todos; de ustedes más porque son el Gobierno de la Región, pero también de nosotros que somos la oposición, el conseguir que esta política cambie, que esta actuación se enderece y con ese espíritu venimos a este debate. En la comunicación escrita que hacía la Junta se habla, por ejemplo, de un Plan de Desarrollo Regional. Hoy, el Presidente de la Junta ha vuelto a insistir y ha dicho que se presentará en, a lo largo de este año. Pero, sin embargo, han transcurrido ya nueve meses desde la investidura y allí dijo don Demetrio Madrid que era un, este Plan era un instrumento operativo central de la política económica, y ocho meses después no tenemos noticia de que instituciones políticas, sindicales, sociales, de algún tipo conozcan qué se está haciendo con ese Plan. Indudablemente, estará trabajando alguien en ese Plan, pero parece que ocho meses después, que no se haya filtrado nada y que volvamos a dar otro plazo para hacer este Plan, es, parece al menos poco serio. Yo, quizá, la explicación que veo a ese Plan, a ese retraso en el Plan es que pretenden apoyarse en el Plan que el Gobierno del PSOE va a hacer, iba a hacer, un plan cuatrienal para toda la Nación; ese Plan que antes del veintiocho de Octubre estaba en una de esas carpetas del señor Guerra, que luego resultó que estaba vacía. A los primeros meses del año ochenta y tres se trabajó mucho en ese Plan, se habló de él, se dijeron muchas cosas y, de pronto, desaparece de la circulación, nadie habla ya de ese Plan, que iba a ser entonces trienal, y nos encontramos con que ahora mismo ni los propios Ministros saben dónde está. Por este camino va a aparecer un Plan semestral, y no vamos a poder apoyar nosotros; por eso yo le recomiendo al Presidente de la Junta, y cojo las palabras de su discurso, que si queremos hacer un Plan operativo para Castilla y León, que nos llame a todos; a las fuerzas políticas, a las sindicales, a las económicas, a las sociales, a todos, y seriamente, fijándonos unos objetivos, buscando una voluntad común, podemos hacer ese Plan y que no quede esa petición de colaboración en un simple "brindis a la galería". Pero veo muy difícil, también, la elaboración de ese Plan, porque a estas alturas del año estamos sin Presupuesto. Yo he oído al Presidente las explicaciones, al Presidente de la Junta las explicaciones que daba de por qué no teníamos Presupuestos y yo lo único que digo es que se está conculcando el Estatuto y que se está, no se está cumpliendo la promesa, que el propio Presidente hizo en Tordesillas, de presentar el Presupuesto no ya en los últimos meses del año anterior, pero ni siquiera en los tres primeros meses de este año. Indudablemente, parte de la culpa, estoy convencido, será del Gobierno Central, que no da las transferencias; pero, lo que es indudable, es que por lo menos se podían haber dado unos avances para conocimiento no sólo de los Procuradores, sino de todo el pueblo castellano-leonés. ¿Cómo vamos a convencer, cómo va a convencer la Junta a los castellano-leoneses de que tiene estudiado, tiene establecido, su Plan de actuación, cuando no es capaz de hacer su Presupuesto de Ingresos y Gastos ni siquiera de forma aproximativa a los tres meses de transcurrido el año? ¿Cómo van, cómo van a promoverse actividades de los agentes privados, empresas, cooperativas, trabajadores, si no saben cuál es la política económica, si no saben cuál es la actuación que vamos a tener en el año? Pero, además, la no aprobación del Presupuesto no hace sino agravar la situación económica de la Región, porque, como también decía el Presidente en su discurso de esta mañana, indudablemente, el Fondo de Compensación Interterritorial es una de las principales bazas para el desarrollo regional. Pero nos encontramos con que ese Fondo de Compensación Interterritorial nos trata lesivamente, nos trata muy mal, y eso no son palabras mías, ni del Grupo Popular; eso mismo ha dicho el Socialista José Bono, Presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha, que, en una situación muy similar a la nuestra, ha protestado contra el Fondo de Compensación, empleando los mismos argumentos que empleamos aquí nosotros cuando presentamos aquella Proposición no de Ley, que ustedes derrotaron, aunque eso sí, en tercera votación y costándoles mucho. Y mientras, aunque no esté aprobado el Presupuesto, los gastos corrientes, los gastos que no crean inversión (como han dicho los que me han precedido en el uso de la palabra), siguen y siguen creciendo. Y el paro, el índice transcendental (y que es la máxima preocupación de todos los que estamos aquí sentados), el paro crece de una forma alarmante. Estamos ya a finales de mil novecientos ochenta y tres en ciento trece mil parados. Ha crecido más del diez por ciento en el año anterior. Ya sé que la Junta no ha actuado más que durante unos seis meses y que, por supuesto, no es culpable directa de nada de ello; pero el paro sigue creciendo y eso no lo podemos olvidar. Y, simultáneamente, se anuncia en Madrid el contrato, la firma del contrato-programa entre RENFE y el Ministerio de Transportes; y ese contrato-programa supone cerrar el cincuenta por ciento de las líneas de Castilla-León y el cerrar todas las líneas que se proponen, que son tres mil kilómetros, no significa ni siquiera el cinco por ciento del ahorro, con respecto al déficit total de RENFE; es decir, nuevamente se desarbola una Región

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para pagar unos sueldos que, probablemente, no están en esta Región sino en otra. Y ante esa actuación, (y debemos decirlo aquí con claridad), sólo se alzó la voz del Consejero de Transportes en una actitud personal pero digna y que, realmente, merece nuestro aplauso. Hoy el Presidente de la Junta de Castilla y León ha dicho que se va a oponer a este agravio que se hace a Castilla-León; que va a oponerse con todas sus fuerzas y pide nuestra colaboración. Pues bien; la tiene, y la tiene ya desde este momento para que se oponga rotundamente a una actuación que puede ser de transcendental importancia y borrarnos como Región a Castilla-León. Porque, lo que nuestros ciudadanos quieren ver en la Junta es una actuación, un preocuparse por sus problemas; por encima, totalmente por encima, de si las competencias son o no son, en ese momento, asumidas por la Junta. Es indudable que nadie puede pedir a la Junta que arregle, ni en nueve meses ni en cuatro años, los problemas que se han heredado desde hace quinientos; eso es indudable. Pero lo que sí se puede exigir a la Junta es que tome una actitud decidida, una actitud fuerte, frente a los que agravan esos problemas. Y si tomamos, y voy a tomar un solo ejemplo, porque no quiero extenderme más en esta primera parte de la comunicación, pero un ejemplo que para esta Región es básico, que es el tema de la Agricultura, tema capital más que ningún otro, vemos que nuestro Agricultor, indudablemente, no puede culpar a la Comunidad Autónoma de su situación que se arrastra desde hace mucho tiempo; pero no puede tampoco creer en todas esas medidas puntuales, que señalaba el Presidente profusamente en su intervención, que unas estaban ya preparadas de antemano, otras serán realizaciones de la Junta, y otros son simples buenos propósitos; sí, se siente abandonado; sí, se siente defraudado, porque la Junta de Castilla y León no alza la voz en temas, que -de acuerdo- no están transferidos, pero que le afectan enormemente y no le apoya y le abandona en temas como: la negociación de precios agrarios, que supone en el año ochenta y cuatro un retroceso de la renta del agricultor; la subida brutal de los costos de la Seguridad Social Agraria, una presión fiscal "inmisericordie" que está creciendo día a día; el aumento del endeudamiento agrario a extremos de incapacidad de poder ya pagar los intereses de los préstamos e, incluso, el no oponerse de una forma decidida y clara al mazazo que para nuestra Región, para muchas producciones de nuestra Región, puede ser ese documento que el Mercado Común nos ha enviado y que, si se aprobara en esos términos, sería verdaderamente definitivo para esta Región, definitivo para su desaparición. Por ello, y aquí ejemplifico (porque podría poner ejemplos de los demás sectores), nuestra, nuestras gentes, nuestros agricultores en este caso, lo que buscan sobre todo es comprensión, ayuda, estar convencidos de que la Junta está mirando por sus intereses y que está dispuesto a oponerse a aquellas actividades que defraudan a Castilla-León.

Y entramos en el segundo punto de la comunicación: "Construcción solidaria de la Comunidad". Llegamos aquí a un tema desagradable e, incluso, doloroso, que a mi Grupo querría que no se hubiera planteado nunca, pero son, porque no sólo son problemas personales sino colectivos los que aquí nos reúnen. Pero este problema tiene connotaciones políticas importantes y no puede ni debe ser soslayado como sería mi deseo. Quiero, en primer lugar, dejar muy claro que nuestro Grupo no cuestiona, bajo ningún concepto, la honorabilidad personal y empresarial del Presidente de la Junta; pero es un hecho que la situación financiera personal de don Demetrio Madrid saltó a los medios de comunicación a primeros de Enero y fue tratado de forma cada vez más frecuente y en más y mayor número de medios a medida que se acercaba el Congreso Regional Socialista de Castilla-León y ha continuado su tratamiento después. Esta situación personal que, insisto, no juzgamos en absoluto del Presidente de la Junta, sin embargo, tiene unas derivaciones políticas de las que no debemos ni podemos sustraernos. Por desgracia, y por esa desaforada cobertura informativa a un tema que no tenía esa entidad, para muchos españoles de otras Comunidades Autónomas en este tema, de forma principal, y en algunos casos incluso única, lo que conocen de la actividad política de nuestra Comunidad. Por ello, repito, quiero, desde ese punto pura y esencialmente político (y quiero reiterarlo para que quede extraordinariamente claro), hacer dos preguntas, cuya contestación creo que deben conocer los castellano-leoneses. La primera sería: ¿conocía el Partido Socialista Obrero Español de Castilla y León la situación financiera de don Demetrio Madrid, cuando le nominó como candidato a Presiente de la Junta y en la investidura el veintitrés de Mayo en Tordesillas? Segunda: ¿se puede considerar, se puede afirmar que las dificultades financieras de don Demetrio Madrid pertenecen al pasado y, por lo tanto, han quedado resueltas?

En otro tema diferente, la labor legislativa de la Junta, el envío de proyectos de ley a las Cortes para su discusión y aprobación, una de las tareas fundamentales de la Junta y quizá la tarea más fundamental que nos corresponde a nosotros como Procuradores en Cortes, ha de calificarse como de pobre, y creo que me paso positivamente en el calificativo, porque resulta cuando menos sorprendente, que en los últimos Plenos -que han estado muy espaciados- prácticamente la total actividad del Pleno haya recaído en las propuestas, bien sean preguntas, interpelaciones, proposiciones no de ley de la Oposición. Esto dice poco en favor de la actividad legislativa o de la actividad de propuesta legislativa de la Junta; pero, en algún caso, creo que ha sido mejor que haya

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sido así. Me estoy refiriendo al Anteproyecto de Ley de Coordinación de Funciones de las Diputaciones Provinciales que, en mi opinión, desconocedor de la Autonomía Provincial y desconocedor, asimismo, de la realidad municipal de Castilla y León, con muchos y muy pequeños municipios y con sólo diecinueve municipios, como decía hoy el Presidente, en los que está el cincuenta por ciento de la población, ha producido unos enormes recelos y suspicacias contra lo que se suponía era la actividad de la Junta y ha conseguido algo que parecía casi imposible de conseguir: que estuvieran en contra del Proyecto, del Anteproyecto, todos los Presidentes de la Diputación, incluidos los tres Socialistas. Y yo pienso que se podía haber hecho una Ley que reconociera el hecho Provincial y diera satisfacción a todos. Esto hubiera sido magnífico. Se podría no haber tocado el tema y haber asumido la indiferencia general. Eso hubiera sido sencillamente malo; pero no hacer nada concreto y conseguir la repulsa general, eso es calamitoso. Si además, como se dice (porque nadie ha dado explicaciones), detrás de este tema subyace la dimisión presentada por algún señor Consejero y retirada con toda celeridad, sin tampoco explicar por qué se presentaba ni por qué se retiraba, creo que es una razón de más para abandonar este proyecto y elaborar otro con una filosofía completamente diferente. Creo que para ese Anteproyecto que recoja de verdad lo que siente Castilla-León, pues, le pueden ser útiles, por un lado, las argumentaciones que dimos en la interpretación que el señor Soto Rábanos hizo sobre este tema; y, por otro, les puede ser también de mucha utilidad las declaraciones que ha hecho el Ministro de Administración Territorial, señor De la Cuadra Salcedo, que dice que: "prudencia en este tema, hasta que salga la Ley de Bases de la Administración Local". Y les sugiero que esto lo hagan cuando está todavía en fase de anteproyecto, y que no les ocurra como a su correligionario, el señor Ledesma (Ministro de Justicia), que presentó su reforma de la ley de Enjuiciamiento Criminal a la que, a pesar de toda la oposición del Grupo Popular, se consiguió aprobar y al cabo de unos meses, cuando se han disparado los delitos y cuando los comerciantes de toda España, incluidos los de Castilla y León, están con una sensación de inseguridad ciudadana tremenda, anuncia que mandará la reforma de la reforma de la Ley, esto es, la contrarreforma.

Quiero también señalar como negativa de la actuación de la Junta, desde nuestro punto de vista, la política de contratación de personal. Indudablemente, recogía hoy el Presidente unas palabras que, precisamente, si algo quieren los castellano-leoneses es ver en esa Administración Autonómica más cercana a nosotros, esa Administración Autonómica nueva, que se produzcan lacras que se decía que se producían en la Administración Centralista. Pues bien, a pesar de que nosotros hemos señalado una y otra vez, cada vez que se producían actuaciones anómalas; a pesar de que esas contrataciones basadas no en criterios de puro mérito y capacidad, en un momento en que el paro crece y crece enormemente, resulta muy hiriente, sin embargo, se han llevado a cabo. Y yo no quiero más que señalar algo que, según he leído en el periódico "El País", no ha sido desmentido; la propia Ejecutiva Regional Socialista se propone revisar, caso por caso, todas las contrataciones que ha realizado la Junta; porque piensa que ha podido haber clientelismo o amiguismo y no ha habido imparcialidad ni debida valoración de meritud.

Yo pienso que las Cortes de Castilla y León merecen, cuando menos, la misma información que tenga el Partido Socialista. Ahora se ha realizado una oferta de empleo pública. Pues bien; aparte de diversos defectos legales y jurídicos que tiene, hay una peligrosa, ha habido una aparente peligrosa tentación de vulnerar su espíritu, porque en esa oferta pública se señala que el ocupar una plaza provisionalmente es mérito preferente para ocuparla definitivamente. Si poco antes de publicarse la oferta pública se hacen una serie de nombramientos a dedo, pues resulta que ese espíritu se conculca de alguna forma. Y yo quiero decirle al Presidente de la Junta que tenía un ejemplo muy cercano que podía haber seguido, y es el procedimiento que instauró la Mesa y el Presidente de las Cortes para contratar el personal de las Cortes, que ha seguido un procedimiento verdaderamente modelo.

No quiero tampoco hurtar la contestación a las palabras que se han dicho sobre los recursos de inconstitucionalidad, palabras probablemente de las provincias de Segovia y León. No puede sostenerse, si no es con un ánimo sectario (y esto no lo digo por el Presidente de la Junta), el que los recursos presentados por el Grupo Popular sean lesivos para la constitución de nuestra Comunidad Autónoma. En un Estado de Derecho, con una Constitución y un Estatuto aprobados, no puede acusarse a nadie de utilizar aquellos caminos que la propia Constitución establece. Cerrar la vía en falso sería renunciar a ellos; por ello, el Tribunal Constitucional sentenciará, inapelablemente, ambos contenciosos, y su dictamen, que sin duda será impecable, será plena y totalmente asumido por el Grupo Popular. El dirimirá ese contencioso. Dejemos, por lo tanto, al Tribunal trabajar tranquilo.

Quiero ya entrar en el tema tercero de la comunicación del Presidente que hacía referencia a la política Autonómica, política de Transferencias. Es un temor, ya repetido muchas veces por miembros de nuestro Grupo y por miembros también de otros Grupos, que el Partido Socialista Obrero Español, que en estos momentos gobierna en España en doce o trece

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Comunidades Autónomas, se ha quedado sin política Autonómica después de la sentencia de la LOAPA. En estos momentos hay peligrosas, peligrosos síntomas de que hay un cierto retroceso en la voluntad autonómica de diversos Organismos del Estado. Eso se une a una situación, que no podemos negar, de crisis en varias Comunidades Autónomas. Tres Presidentes de Comunidades Autónomas han cesado en los últimos meses: Cantabria, de Coalición Popular, ha cesado por motivos políticos de desavenencias dentro de la Coalición. Por motivos ya diría económicos de los propios sueldos de los Consejeros y luego complicados por temas que están ya en los Tribunales, ha cesado el Socialista Hernández Rojo. Pero quizá el cese o dimisión más preocupante ha sido el cese del señor Escuredo en Andalucía. Es un hombre al que yo conozco personalmente, del que puedo asegurar (y lo aseguro ahora y lo aseguré siempre cuando tuvimos opiniones distintas, visiones distintas del proceso andaluz), aseguraré siempre que es un hombre impecablemente democrático y con un sentimiento autónomo auténtico; que verdaderamente quería para Andalucía una autonomía, como entonces se dijo, como la de los Catalanes y los Vascos. Por una serie de movimientos, que están en la prensa, resulta que un hombre así es sustituido por Rodríguez de la Borbolla, a quien también conozco, y creo que sin suponer en absoluto ningún desdoro, porque no es un calificativo banal, es un hombre típico funcionario del aparato de partido. Entonces, me pregunto, ¿Qué está pasando? ¿Qué está pasando? ¿Estamos ante una situación de retroceso autonómico? Si es así, la Junta debe de adoptar una posición firme, una posición decidida, una posición fuerte; porque, naturalmente, no nos preocupa (aunque también nos preocupe), cuál es el ritmo de transferencias que se está realizando ahora, en estos momentos, para las competencias que estamos asumiendo y que otras Comunidades, que van delante de nosotros, están asumiendo también. Es decir; pues el comercio interior, el transporte terrestre, museos, etcétera, son competencias del Estatuto y, como tales, estamos recibiéndolas lógicamente. Lo que nos preocupa es: ¿podremos edificar esa Comunidad Autónoma, sin esperar a esos cinco años que señala el Estatuto, mediante Leyes Orgánicas de Transferencia o de Delegación? Ese es el verdadero problema que se nos plantea. Esa es la auténtica situación difícil y la que tenemos que resolver. Por ello, yo quiero decir que el Grupo Popular no está satisfecho del funcionamiento de la Comisión Mixta de Transferencias; y no está satisfecho porque, transcurridos ocho meses, todavía no ha llegado a dar una comparecencia pública de qué, de cómo se está actuando. El señor Presidente ha dicho, en efecto, que la hará en los próximos días; pero quizá debía de haberse hecho antes.

Por otro lado, el funcionamiento interno de la Comisión no parece que haya sido el adecuado. Resulta que varias veces ha habido convocatorias de esa Comisión a unas horas nocturnas y en lugares no apropiados, sin que nadie conociera lo que se iba a debatir. Hubo, incluso, una reunión en el propio Ministerio de Administración Territorial en la cual ni los participantes de la Sección de Castilla-León, ni los del Grupo Popular, ni los del Grupo Socialista conocían los temas que se iban a tratar. Allí salieron unos anteproyectos de transferencias distintos a los que tenía el Ministro y parece ser, parece ser, que el propio Ministro se levantó un tanto airado de esa reunión. No nos gusta su funcionamiento, no nos gusta; pero, sin embargo, estamos dispuestos a seguir ahí y a apoyarlo con toda nuestra fuerza, porque, indudablemente, estamos construyendo Castilla y León y se trata de superar cualquier desavenencia en pos de ese punto. Por ello, y acabo ya con esto, señor Presidente de la Junta y señores Consejeros, la actuación de la Junta en estos ocho meses no ha sido buena. No ha existido mayor eficacia en la tramitación de los asuntos. No se ha llevado a cabo ni una parte mínima del programa de investidura. Y no se ha transmitido, y eso es lo más importante, insisto en ello, al pueblo Castellano-Leonés la idea de que con la Autonomía las cosas van a ir mejor; y eso ha sido porque la política aplicada no ha sido acertada. Y por ello, nosotros le sugerimos, les pedimos, que la cambien. Abandonen la arrogancia, la creencia de que tienen la solución de los problemas, de todos los problemas, y de que no necesitan a nadie. Den un cambio total a esa política. Todos somos necesarios para construir Castilla y León; todos somos necesarios. Miren menos a sus recetas, quizá de programa de partido, que son legítimas y que con las cuales les eligieron y es lógico que las tengan en cuenta, pero hay muchos problemas que exigen una solución quizá más de andar por casa y más realista. Ustedes obtuvieron la casi mayoría absoluta y deben gobernar. Yo estoy de acuerdo con las palabras que usted ha dicho antes, de que deben de gobernar sin gobiernos de coalición. Deben hacerlo, naturalmente que deben hacerlo; pero deben, al mismo tiempo, buscar la colaboración en los temas importantes. Y ¿cómo pueden buscar esa colaboración? Pues tienen una forma muy sencilla, que es que esas ofertas, esas peticiones de colaboración que usted ha hecho aquí y que ha hecho reiteradas veces, que se lleven a efecto; y que se lleven a efecto no sólo por el Presidente, de cuya buena voluntad en ese aspecto no dudo, sino por los Consejeros, por los Directores Generales, por los funcionarios, es decir, por todo el aparato de la Junta que de verdad estemos continuamente todos, todos actuando. Por ello, y este es, para eso necesitarán, tendrán siempre el apoyo del Grupo Popular. Esta es nuestra síntesis. Ustedes están llevando una política equivocada: cámbienla. Porque recuerden ustedes

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que Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva. Muchas gracias.

(Aplausos).


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES):

Tiene la palabra el señor Presidente de la Junta.


EL SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA (SEÑOR MADRID LOPEZ):

Gracias, señor Presidente, señor Posada, que en nombre del Grupo Popular ha intervenido, considera y califica de negativa y escasa e incluso desafortunada, no habiendo conseguido, desde luego, convencer a sus correligionarios mi propia intervención. Situación que en el juego democrático, como ustedes pueden comprender, nosotros naturalmente contábamos con que esto pudiera ser así. A pesar de que, efectivamente, la terminación de su exposición y de su discurso coincide totalmente con la llamada a la colaboración a todos los Grupos Políticos, para decir también, y decirlo claramente desde esta tribuna, que este Presidente ha tenido importantes reuniones con sus Portavoces para intentar conseguir, aunque desde luego hay que decirlo, y sobre todo se desprende de sus palabras, que no hemos conectado lo suficientemente como para determinar que las funciones en un Estado de Derecho y en una Sociedad democrática, como aquí se ha dicho, con un partido que ha ganado las elecciones y tiene que gobernar, los diferentes planos de actuación del Ejecutivo y del Legislativo se corresponden, naturalmente, a unas posiciones a veces de oposición clara y rotunda en otras, cuando se trata de construir el Estado de las Autonomías de Castilla y León, y le recuerdo al señor Posada que construir Castilla y León en un pulso permanente con el gobierno del Estado no nos tiene que llevar, desde luego, a destruir España, sino todo lo contrario, no hemos conseguido esa conexión que yo en otras ocasiones y siempre que tengo oportunidad estoy pidiendo, porque soy totalmente consciente de que es necesario los esfuerzos comunes en aquellas cuestiones que se han llamado de Estado y que no solamente no impiden, sino que sería de desear, desde luego, que hubiera no solamente esa colaboración crítica, sino esa otra colaboración positiva y que, desde luego, en el discurso que yo esta mañana, en la intervención que hacía esta mañana, estaba invitando y me alegro de que así se haya recogido. Me alegro también del tono empleado en la intervención del señor Posada, que es un tono no solamente conciliatorio, sino es un tono de buscar de verdad las posiciones, no solamente en la colaboración en las cuestiones de actuación o de gobierno, de mejorar las condiciones de gobierno, sino también de crear la Autonomía, de crear lo que yo creo que él ha dicho (aunque no lo haya expresado con estas palabras), la propia conciencia Regional. Y tengo que decirle claramente que también se ayuda a no tener dudas públicas, como es inevitablemente, (y yo lo he dicho de la forma más suave posible esta mañana para que ese sentido todavía, aunque legítimo, desde luego), de tener presentados al Tribunal Constitucional los contenciosos correspondientes, puede significar, y lo tiene que reconocer el señor Parlamentario, que pueden llevar a la propia confusión de los ciudadanos en orden a terminar ya de una vez para siempre, de que Castilla y León son nueve provincias hermanas, que desean inequívocamente hacer la andadura necesaria para construir su propio futuro.

Cuando él hace y determina con sus opiniones que el descontento generalizado de los Castellano-Leoneses, me da la impresión de que esté recogiendo los resultados de un sondeo científico al que llega, con esa precisión tan exacta, diciendo que no hay ni un sólo Castellano-Leonés que tenga ilusión en ninguna de las cosas que está haciendo la Junta y se atreve a decir ni siquiera de las que se va a hacer en el propio futuro. Yo creo que eso es pasarse y decir demasiado que es lógico, en los instrumentos normales parlamentarios dialécticos, que pueda emplear este tipo de apoyos; pero yo creo que él tampoco se lo cree tal como lo dice. Es verdad que hemos planteado, y lo hice ya en el discurso de investidura, el proyecto para para la realización del Plan para el Desarrollo Regional. El Consejero de Economía y Hacienda, a una pregunta de Don Juan Seisdedos, tuvo ocasión de extenderse profundamente en los contenidos, en los calendarios, para determinar también que esa representación, que esa no representación, mejor dicho de la que habla el señor Posada, está absolutamente asegurada y cubierta en el Consejo Económico y Social, donde estarán representados sin ninguna duda. Hemos explicado en Comisión, hemos escrito en preguntas para contestación también, por escrito y oralmente, por qué no están presentados los Presupuestos. Y hemos dicho y lo hemos repetido, no solamente con el voluntarismo normal de explicar las cosas, sino con los datos suficientes en la manos, para decir que era un respeto importante a la Comunidad y a esta Cámara el hecho de que no hayamos presentado hasta estos momentos los Presupuestos Generales, los Presupuestos de la Comunidad. y Lo hemos hecho porque nos parecía mucho más importante para el propio seguimiento de esta Cámara de los resultados y de cómo se está, partida por partida, cuando ese Presupuesto tiene, como es lógico, todas las características técnicas necesarias para poder ser seguido, para que, a lo largo de todo este año, Sus Señorías pudieran hacer el seguimiento preciso sin ninguna necesidad inequívoca de que la realización técnica de los Presupuestos y su realización, también práctica, en el orden del gasto pudiera ser llevada y fiscalizada desde luego por esta Cámara.

Del Fondo de Compensación Interterritorial hemos dicho también, y ha habido otro debate en esta Cámara, las razones de cómo se han venido, históricamente ya, se puede hablar, la construcción desde

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las Cortes Generales para la determinación del Fondo de Compensación Interterritorial. Y nosotros creemos que es insuficiente la cantidad que en estos momentos se destina en general, no solamente a Castilla y León, sino para el Fondo de Compensación Interterritorial; que vamos a seguir intentando, no solamente que el volumen general de este Fondo aumente, sino que la participación, la cuota de participación de los Castellano-leoneses, siga incrementándose, como así ha ocurrido del año ochenta y tres al año ochenta y cuatro. Nosotros estamos intentando también, señor Posada, luchando en lo posible y dentro de las dificultades normales, no solamente que existen dentro del conjunto de España, sino de nuestra Comunidad, que el paro sea un elemento que desaparezca de la preocupación de los Castellano-Leoneses, de la preocupación de Sus Señorías y de la preocupación, desde luego, sobre todo, de los parados. Por lo tanto, estamos, desde cada una de las Consejerías, realizando actuaciones, proyectos que nos den como resultado las posibilidades de crear puestos de trabajo: de una forma directa o de una forma indirecta, añadiendo confianza a los agentes económicos, teniendo las conversaciones precisas, utilizando los instrumentos que tiene la Junta para conseguir desde que la política de empleo, desde que la actuación del desarrollo de las competencias que en estos momentos vamos asumiendo pueda, a través de ahí, de una forma directa o indirecta, en la creación de nuevos puestos de trabajo y nuevos puestos de trabajo estables. Por eso hablamos con, a veces preocupación, de cómo las posibilidades potenciales de nuestra Comunidad, desde las financieras hasta el desarrollo de lo que es la industrialización de nuestra actividad más importante hoy por hoy, probablemente que sea la Agroalimentaria, no suficientemente desarrollada; por eso, queremos, (y nuestros proyectos pasan por ahí), para que nuestros productos del campo, de la agricultura y de la ganadería, puedan ser transformados en nuestra Comunidad. Y ahí están trabajando, se lo aseguro, y están trabajando con firmeza cada uno de los Departamentos y cada una de las Consejerías, que, en estos momentos, tienen como horizonte claramente el desarrollo de todas las potencialidades. Y eso significa crear puestos de trabajo, y eso significa que en nuestra Comunidad el valor añadido de nuestros productos quede inevitablemente en nuestra Comunidad, para conseguir de verdad el asentamiento económico y el desarrollo se pueda realizar mucho más compensado con la realidad de nuestra propia Comunidad.

Por eso también agradezco, al mismo tiempo, la comprensión que tiene para las dificultades, para reconocer, como él muy bien ha dicho, las dificultades que en estos momentos existen en nuestra Región y en toda España, para la creación de puestos de trabajo y, desde luego, con los instrumentos que en estos momentos tenemos en el Gobierno, para conseguir que, efectivamente, esta buena disposición no sea sólo una buena disposición y declaración de buenas intenciones, sino que pueda hacerse realidad. En lo que llama él la segunda parte, agradezco enormemente la delicadeza con la que trata el aspecto personal, dándole la implicación política y desde el marco de la oposición, para que pueda entender que con esa misma delicadeza y con esa misma atención yo quisiera tratar inevitable este tema. Usted sabe que en un partido democrático, como sin ninguna duda tiene conocimiento en su funcionamiento interno, el Partido Socialista Obrero Español, evidentemente, tenía un Congreso Extraordinario convocado por su Secretario General que era yo mismo. En un Congreso Extraordinario, naturalmente, existe ese período llamado precongresual que, lógicamente, pues, es el lugar donde todos y cada uno de los compañeros, en esa legítima posición democrática, permanente, pero que se agudiza naturalmente en las situaciones pre-congresuales, las situaciones de todo tipo son absolutamente legítimas, independientemente que después de los resultados de ese Congreso, el Partido Socialista cierre filas y acepte sin ninguna fisura cuál han sido esos resultados.

Usted me hace, como un Tribunal casi inquisitorial desde esta tribuna, que yo haga declaraciones personales acerca de mi propia situación anterior y mi propia situación presente. Quizá habría que hacer también al conjunto de los aquí representados esa misma pregunta. Yo le puedo decir que he tenido, naturalmente, en una situación personal y que por fin alguien en la vida política no ha utilizado sus propias posibilidades, sino todo lo contrario, ha seguido siendo un ciudadano de "a pie", que ha tenido problemas y que, desde luego, ha tratado de solucionarlos por sus propios medios, desde luego, para no interferir y no contaminar de ninguna manera ni a las instituciones, ni al Partido, ni a nadie que no sea su propio ámbito personal, familiar, para dar respuesta a los problemas personales que cada uno puede tener en un momento determinado de suerte o de desgracia en la propia vida.

Yo no estoy de acuerdo, por otro lado, entrando en la tercera parte, de que la labor legislativa haya sido una labor negativa, sino todo lo contrario. Fíjese usted que llevamos realmente, de vida parlamentaria, los últimos 4 meses del año de mil novecientos ochenta y tres. Es muy poco tiempo para el rodaje inevitable, no ya solamente del Gobierno, sino de esta propia Cámara. Es un tiempo en el que unos y otros nos hemos aprestado a organizarnos internamente. La propia Junta no ha querido ser tan insensata de dedicarse a una producción "in extenso" y una producción indiscriminada de proyectos de Ley que hubieran hecho que incluso estas propias Cortes y su organización hubieran tenido dificultades y que incluso los propios Grupos Parlamentarios no hubieran tenido el tiempo suficiente de sedimento natural para que su propia

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organización se desarrollara, como yo espero que se desarrolle en el futuro. Los propios Grupos Políticos y los propios Grupos Parlamentarios han pasado también por esta misma necesidad de sedimento y de organización interna y ahora sí que estamos y lo sabe el Presidente de su Grupo Parlamentario, Portavoz señor Bosque Hita, a quien en estos momentos no tengo la oportunidad de ver, sabe cuál es el calendario legislativo propuesto en los próximos seis meses, que es del orden de trece proyectos de Ley, para que ya de una vez organizada esta Cámara, pueda tener toda la capacidad necesaria a través de sus propias organizaciones de las Comisiones de Trabajo, del nombramiento de las Ponencias y de una continua presencia y permanencia de los Procuradores en el Pleno de las Cortes de Castilla y León.

Por lo tanto, no se preocupe Su Señoría que en los próximos seis meses tendrá por el orden de doce o trece proyectos de Ley que producirá, desde luego, la Junta de Castilla y León, que ya están en fase de discusión en Junta de Consejeros y que vendrán aquí, indudablemente, para que Sus Señorías puedan tener un trabajo importante de colaboración y se sientan partícipes en la construcción de la Comunidad de Castilla y León, a través de las discusiones lógicas y a través de todas las aportaciones que deseen realizar. Hace algunas incursiones, en su discurso, de vez en cuando, a las críticas inevitables que se corresponden, y que la conocemos, que su propio Grupo Parlamentario del Estado hace en el Congreso de los Diputados y en el Senado. Y es una pena que no haya en estos momentos la suficiente comunicación, a través de lo que pueda estar pasando en el Senado, en el trámite de una Ley tan importante que se está haciendo y que la colaboración, desde luego, del Grupo Popular, yo creo que algunos compañeros de su propio partido que ya lo han mostrado por lo menos de la propia Coalición, están también poniéndose colorados.

En la política de transferencias, tengo que decirle claramente que nosotros estamos orgullosos de cómo se ha producido y cuál han sido las presiones profundas. Y tengo que volver a decir los mismos argumentos que ya dije en otro momento. Hemos tenido a veces dificultades y hasta enfrentamientos técnicos en la discusión con la Administración Central, para la determinación de las transferencias y, lo que es más importante muchas veces, su valoración, lo que se llaman los anexos y los flecos. No hemos querido hacer gala de este enfrentamiento porque nos parecía que eran situaciones puramente técnicas, posibles de soluciones, como así ha sido. Pero, fíjese usted; le voy a dar un simple dato: hace seis meses, hace cinco meses, las transferencias tenían un valor para Castilla y León de aproximadamente dos mil millones; hoy, le puedo decir que el montante de las transferencias supone trece mil millones de pesetas para la Comunidad de Castilla y León. Y esto hay que negociarlo, Y esto haya que hablarlo. Y esto hay que discutirlo. Y hay que hacer muchos viajes a Madrid. Y hay que templar muchas gaitas. Y hay que estudiar persona por persona. Y le puedo decir que tenemos ya, aproximadamente, siete mil cien funcionarios transferidos que han tenido que ser discutidos muchas veces con nombres y apellidos; y que ha tendido que ser discutido con la suficiente delicadeza no solamente para la construcción de Castilla y León, sino para no desmembrar, y en eso Ustedes creo que son muy sensibles, la propia capacidad del Estado Español, de España como una unidad; de manera que hemos sido lo suficientemente sensibles para también comprender que a veces la propia Administración Central del Estado tenga que tener su propio aparato de funcionamiento, pero que, desde luego, no se solapen los esfuerzos que se pueden hacer entre las diferentes Administraciones. Por eso, yo le digo que en el tema y en la Política de Transferencias y en cómo se ha llevado, yo tengo que decir que todos los Consejeros, y tengo que también felicitar a la Comisión Mixta porque, desde luego, se han llevado con una celeridad tan importante que, en estos momentos, concluido en los próximos meses el IRYDA y el ICONA, estamos muy cerca de tener del noventa al noventa y cinco por ciento de lo que establece nuestro Estatuto. Pero usted no para aquí y se le ve cuál ha sido, en todo caso, sus propios orígenes políticos o geográficos, y está pidiendo mucho más; está pidiendo no solamente que se llegue al tope de la capacidad de nuestro Estatuto, sino que, sin esperar a los cinco años, se pueda por Leyes Orgánicas poder conseguir algún tipo de transferencia, que supongo que usted está apuntando a Educación o al INSALUD quizás, poder tener una mayor capacidad de autogobierno. Yo me alegro profundamente de que usted confíe tanto en esta Junta, que desee para ella no solamente la capacidad de autogobierno actual, sino mucho más; eso es porque está usted confiando claramente en el Gobierno que me honro presidir. Y esta es una buena ocasión para agradecerle a usted esta confianza que deposita al querer abarcar y abrir más, mucho más, el abanico de autogobierno que, en estos momentos, yo tengo el honor de representar.

Habla en un momento determinado de una situación que también ha salido públicamente (y como aquí no hay que hurtar a nadie el debate político) sobre los funcionarios contratados por el Gobierno de la Comunidad, y, en general, por la situación del personal que está al servicio de la Comunidad Autónoma; yo diría al servicio, no de la Junta, sino de la Comunidad de Castilla y León. En estos momentos, como lo decía, aproximadamente, y sin aproximadamente, con exactitud plena, hay siete mil trescientos dieciocho funcionarios, siete mil trescientos dieciocho funcionarios transferidos que han sido, naturalmente, las dotaciones, con sus dotaciones económicas, que uno a uno

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se han tenido que hacer muchas veces en el contacto normal, no solamente en la Comisión Mixta de una manera global, sino a través de las reuniones, de las reuniones de los Consejeros, de las reuniones sectoriales, en innumerables esfuerzos, donde esos Consejeros que, además de tener que atender cada día su Departamento y su Consejería, tenían que estar perfectamente en el cañón, para que la dotación que nos venía acompañada fuera lo suficiente, para después poder hacer una buena gobernación de los asuntos de Castilla y León. Y hay que decir que en estos momentos, en los Servicios Centrales, además de los siete mil trescientos dieciocho funcionarios transferidos, hay trescientas veinte personas en los Servicios Centrales, de las cuales, altos cargos son veinticinco, y esos veinticinco, funcionarios; no funcionarios hay veintitrés; en total, cuarenta y ocho altos cargos.

Nosotros hemos recibido de la situación del extinto Consejo, aproximadamente ciento veinte funcionarios, a los que nos parecía que no había ninguna razón, ni de tipo ideológico, ni cargar sobre su suerte y su situación, y pendientes de esas ofertas transparentes, poderles ofrecer en igualdad de condiciones, para poder, si tenían esa capacidad técnica suficiente, para optar lógicamente a un puesto de trabajo estable en la Comunidad; y sólo aproximadamente sesenta personas, la mayor parte en los Gabinetes de los Consejeros, y en otros puestos como ya he dicho inevitables, y que era imprescindible en aquel momento poder tener una presencia de colaboraciones, hay unos contratos, que no significa de ninguna de las maneras que esa situación sea irreversible, que esas personas van a tener que concursar en su día como cualquier otro ciudadano más en el conjunto de las ofertas normales que saldrán de empleo de la Junta, para que todos los ciudadanos Castellano-Leoneses, y todos los españoles en definitiva, puedan tener la igualdad de oportunidades en un puesto de trabajo en la Administración de Castilla y León.

Es probable que me quede sin contestar alguna de las sugerencias, o alguna de las críticas que usted acaba de hacer en nombre de su propio Grupo. Yo quiero decirle que aquí no se acaba, de ninguna manera, el debate. Yo quiero decirle que nosotros estamos cada día mucho más en condiciones (siempre hemos tenido la voluntad de comparecer, pero cada día más), estamos en condiciones de comparecer cuantas veces sean necesarias; ustedes saben muy bien que el mayor número de comparecientes ante esta Cámara es un motivo, a veces, de duplicar el esfuerzo y el trabajo de los altos cargos y de los Consejeros, que no tienen que desatender sus funciones ordinarias de Gobierno; pero vendremos con mucho gusto cuantas veces, por la presidencia de esta Cámara o de los propios Grupos, y a propia iniciativa del Gobierno, tengamos que comparecer para discutir éstos y otros muchos aspectos que, sin ninguna duda, nos faltan en el recorrido inevitable que tenemos que hacer para construir nuestra Comunidad de Castilla y León.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Para un turno de réplica de quince minutos, tiene la palabra el señor Posada.


EL SEÑOR POSADA:

Señor Presidente, señoras y señores Procuradores. Es lógico que el Presidente de la Junta considere natural que no nos haya gustado su discurso y que hayamos calificado la actuación de la Junta negativa, de escasa y desafortunada. Pero puedo asegurarle que no es sólo y eso podría ser una primera explicación, pero no es sólo por el funcionamiento político del Gobierno y oposición; es que realmente la consideramos negativa, escasa y desafortunada.

Indudablemente en su discurso de esta mañana había una llamada a la colaboración. Yo la he recogido y la he vuelto a lanzar. Por supuesto que el Grupo Popular está dispuesto a colaborar; ahora bien, yo quiero decirle, señor Presidente, que usted ha hecho esta llamada otras veces, que nosotros siempre hemos dicho que sí, que cuando llegan los momentos culminantes es cuando se rompe, y, normalmente, tiene más poder, más posibilidades, aquél que tiene el Gobierno, que el que está en la Oposición. No se trata, por tanto, de que nosotros continuamente tengamos que ofrecer colaboración; lo que hay que hacer es que esas ofertas generales, esas ofertas que se dicen para pactar temas importantes, que luego culminen y lleguen a esos temas, que no se contraponga una oferta de colaboración global con, luego, situaciones de ruptura en cada caso particular. Entonces, esa colaboración, indudablemente, se necesita en los grandes temas; pero se necesita también que eso se aplique luego a los pequeños temas que se derivan de ese gran tema general. Entonces, en ese aspecto, yo insisto en que nuestra colaboración, colaboración que unas veces será crítica y otras veces será total, está ahí; pero exige unas contrapartidas, y exige un poder que es consciente de que está colaborando.

Por otro lado, en cuanto a lo que vuelve a insistir en lo del Tribunal Constitucional, debo decirle que los recursos y los caminos que la Constitución establece están para algo. Indudablemente, nunca detrás de una actuación de éstas deja de haber un grupo social. Indudablemente es mucho más importante que aparquemos ese tema; lleva su propio camino jurídico, dejemos que el Tribunal Constitucional decida, y lo que él decida lo aceptaremos todos; no utilicemos este tema como dificultad, puesto que no está ya en nuestro ámbito, sino que es en el ámbito del Tribunal en donde debe decidirse.

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En cuanto a las palabras que me atribuye de que no hay ningún Castellano-Leonés que le guste la actuación de la Junta, y no las he dicho porque me parece que todas las generalizaciones son malas, incluida ésta, la que acabo de decir. Pienso que la mayoría, o un grupo muy importante, o una gran cantidad de personas, no piensa que la actuación de la Junta está siendo útil; ni siquiera digo buena o mala, útil para ellos. Y eso he dicho en mis palabras, que ustedes lo habrán hecho, porque estoy convencido de que todos los que aquí nos sentamos, y los Procuradores de su Grupo, se habrán preocupado muchas veces de preguntar a los que le rodean, unos serán militantes de su Partido, otros simpatizantes, otros votantes y otros ni siquiera nada de eso, pero estoy convencido que preguntan, inquieren, y a mí me gustaría saber si de esa encuesta, no científica indudablemente, pero que todos hacemos, qué están derivando, qué se deriva de sus preguntas.

En cuanto a lo que me dice del Plan de Desarrollo, bien, era una forma de darle un acicate, porque un Plan de Desarrollo, para que sea eficaz, necesita ejecutarse entre todos, y efectuarse con una cierta rapidez; si no, se convierte en algo que siempre se hace (pero de eso estamos llenos en Castilla y León) que son unas estanterías llenas de libros en que son: estudio de la ganadería en la Comarca de tal. Bueno, pero el Plan es algo más, es mucho más, y si no tenemos unas ideas claras, no nos ponemos unos objetivos y no sabemos quienes lo estamos haciendo, que debe ser toda la Región, tendremos al final unos trabajos valiosos, como otros que ya hay, pero no tendremos un Plan de Desarrollo Regional.

Respecto al Presupuesto, indudablemente, yo le agradezco esa cortesía con la Cámara de no enviarlo hasta tenerlo perfecto. Pero quizá también los Procuradores hubiéramos agradecido, si no se puede mandar un proyecto de Ley, que en efecto ese sería el Presupuesto, unos avances de anteproyecto de Presupuestos, en el cual por lo menos conociéramos algo de lo que puede estarse ejecutando. En cuanto al Fondo de Compensación Interterritorial, naturalmente que ese tema, ya sé que ustedes les parecía insuficiente, y a usted, ya sé que ustedes querían más; pero, sin embargo, ese día primó en usted, cosa loable en el Estado Democrático que estamos construyendo, la disciplina de partido y votaron como su partido lo hacía en el Congreso y en el Senado, me parece bien, pero ustedes votar así cuando, insisto, este socialista, José Bono, considera que no se estaba favoreciendo a nuestra Región.

El paro es un tema que en efecto he citado y que indudablemente preocupa a todos. Por supuesto, estoy convencido también, de que en la Junta la preocupación máxima es el paro. Lo he dado por hecho y se estará actuando; lo que se trata es de actuar eficazmente. Pero, indudablemente, no, como he dicho también, tampoco pienso que se le pueda imputar, ni lo he hecho, a la Junta la situación del paro en Castilla-León.

En cuanto al tema personal suyo, yo acepto las explicaciones que habla de la situación precongresual; rechazo totalmente el que yo me hubiera considerado en ningún momento en un tribunal inquisitorial haciendo esas preguntas; preguntas que sí me hubiera gustado ver contestadas, porque creo que son interesantes y que zanjan definitivamente el tema, que es quizá lo más interesante para todos desde el momento de prestigiar las instituciones, zanjar ese tema contestando a esas preguntas, preguntas que, insisto, en modo alguno tienen carácter inquisitorial y que, si así han sido recibidas, pido disculpas porque no tenían ese carácter.

En cuanto a la labor legislativa, hombre, yo creo que entre la labor legislativa que se ha hecho, y la de inundarnos con proyectos de Ley que no hubiéramos sido capaces de sacar adelante, hay término medio que sería haber utilizado, por ejemplo, los tres o cuatro últimos Plenos en estudiar algún proyecto de Ley. Es decir, no quería una situación de avalancha, que a lo mejor ahora se produce y es tremenda; pero que creo que entre la avalancha y muy poquito hay un tema intermedio que hubiera sido el punto óptimo.

En cuanto a mis críticas que dice que hago a otras Cámaras como el Congreso y el Senado, bueno es; él hace luego otra al Senado. Y yo estoy, le contestaría una cosa: estoy convencido de que si hubiera buena voluntad por parte del Grupo al que él pertenece, por supuesto en Madrid habría un pacto escolar, que es lo que todos necesitamos.

Celebro, y celebro enormemente, que no me haya hablado del anteproyecto de Ley de funciones de las Diputaciones. Ojalá que se le haya olvidado, vamos que no se le haya olvidado, sino que simplemente lo haya abandonado y que vamos a ver si hacemos otra cosa; eso sería magnífico. Piénselo, de verdad, porque eso sería estupendo.

No se ha hecho gala, dice el Presidente, en el tema de las transferencias autonómicas de enfrentamientos. A mí me parece muy bien. Por supuesto, creo que a nosotros se nos pueden decir muchas cosas, pero indudablemente no que queremos destruir España; eso pienso que nadie puede pensarlo de nosotros. Ahora bien; no destruir España no quiere decir que, si tenemos una Constitución, no se organice un Estado Autonómico; porque España es algo y mucho más que el simple Estado Centralista que teníamos, es algo más. Y, por eso, cuando yo digo que quiero transferencias de las del otro, de las del capítulo del Estatuto que tienen que darse por Delegación o transcurridos cinco años, no me importa en absoluto

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que la Junta esté gobernada por los socialista. Creo, como he dicho antes, que su labor es negativa; pero, sin embargo, considero que la Comunidad Autónoma Castellano-Leonesa está muy por encima de los Gobiernos que democráticamente se irán dando (y yo tengo la esperanza de que esas competencias las gestionemos nosotros más tiempo que el Partido Socialista). Ahora bien, la satisfacción que tiene el Presidente de cómo ha ido la política de transferencias no creo que deba llevarle a considerar que la Comisión Mixta de Transferencias ha funcionado maravillosamente, porque los detalles que yo he contado de esa Comisión, son detalles que conoce a través de los representantes de su propio partido, y no parece que sea un modelo de funcionamiento. En cuanto al tema de funcionarios de la Comunidad celebro que se den unos datos y que se conozcan. Pero, aunque este número sea más o menos reducido, el tema sigue siendo el mismo: que no se puede crear en un momento de paro, en una situación de paro tan hiriente, no se puede crear la sensación (que a lo mejor se crea con un solo caso, con dos casos, con tres casos), de que está primando el clientelismo o el amiguismo sobre los méritos y sobre la capacidad. Y para eso hay una cosa muy clara que es la publicidad, la claridad, la transparencia, e, indudablemente, estas personas, que serán muy dignas y a quien no conozco, y no tengo nada contra ellas, no han accedido a sus puestos (esas sesenta personas contratadas en los Gabinetes) ni con publicidad, no con claridad ni con transparencia.

Finalmente, quiero decir que repito nuestra oferta de colaboración recogiendo las palabras del Presidente. Creo que debe darse un cambio a la Política de la Junta; noto que hay una cierta tendencia a admitir que ese cambio es necesario; creo que eso sería una gran cosa para todos en Castilla y León. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Tiene la palabra el señor Presidente de la Junta.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR MADRID LOPEZ):

Muchas gracias señor Presidente. Telegráficamente, señor Posada:

La oferta de colaboración, naturalmente, es aceptada por el Grupo Popular a iniciativa de la Junta de Castilla y León, y yo creo que, por la buena pedagogía política, y porque los ciudadanos entiendan muy bien cuál es el Estado de Derecho y el papel de los partidos políticos y de los Grupos, tendremos que incrementar cada uno naturalmente en el sitio donde está, cuál es el grado en las situaciones concretas en las cuales, no solamente desde unas posiciones teóricas sino prácticas, se podría buscar esos puntos de colaboración, e insistiendo, una vez más, que yo regularmente he tenido reuniones con los diferentes representantes de los Grupos Parlamentarios, buscando puntos de coincidencia para realizar algún tipo de acción de gobierno de Estado, en la cual, naturalmente, tendrían que estar de alguna manera vinculados todos los Grupos aquí representados. Si no hablé antes del proyecto de Ley de las Diputaciones, como usted lo nombró, es porque ya dije en el discurso que era un instrumento que habíamos producido, que desde la Consejería de Gobierno Interior se había producido, un instrumento importante, un borrador, o un anteproyecto en todo caso, que significara lo que usted está pidiendo. Y ha tenido ese efecto, ha tenido el efecto de que, sin entrar lógicamente en la Cámara donde haya sido, como es lógico, sellado como un documento a debatir, está teniendo ya la eficacia de que Presidentes de la Diputación de un signo o de otro, están en estos momentos reuniéndose, aunque sea para rechazarlo, aunque sea para proponer textos alternativos, aunque sea para poner enmiendas, para que efectivamente un texto tan importante que cose y arma nuestra Comunidad pueda venir de alguna manera ya a las Cortes, si no en su totalidad consensuado, sí por lo menos acercándose las posiciones diferentes, con lo cual yo creo que ha cumplido un papel absolutamente muy importante.

Me alegro también de la explicación que usted hace, -y perdone la interpretación que yo hacía de la generalización-, en cuanto al concepto de los ciudadanos respecto de la política de la Junta. Y la verdad es que debemos de hablar con personas diferentes unos y otros, porque desde luego, no solamente con las personas y comisiones importantes y crecientes que yo tengo la ocasión de hablar, o de escuchar, o de leer, yo lo que noto es que hay un creciente interés por las cuestiones regionales de maestros, de padres de los niños, de los empresarios, de los sindicatos, de las asociaciones en general, del mundo deportivo, del mundo cultural, del mundo de la cultura, y yo podría seguir en un etcétera interminable de expectación y de confianza en estos momentos. Yo diría, fíjese, para no ser petulante, no solamente en la Junta, sino esperanza en las Instituciones Castellano-Leonesas, que son su mayor exponente: esta propia Cámara.

Yo no quiero entrar, y menos en este tono ya, a hacer ningún tipo de sesgo que pudiera herir a usted o a su Grupo. Pero cuando usted está pidiendo tan insistentemente ese contenido, que por otro lado como usted bien lo sabe, esa bandera de la Autonomía su Grupo nunca se ha destacado excesivamente, hasta incluso haber manifestado públicamente el deseo de modificar el Título Octavo, yo les voy a decir a ustedes que la situación de nuestro Grupo, del Gobierno de Castilla y León y del Grupo que lo sustenta, está intentando conseguir el máximo de capacidad de autogobierno para Castilla y León; porque, yo también estoy de acuerdo con usted: desde aquí podemos, con seguridad, o tenemos el derecho y la obligación de administrar

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mucho más los intereses de los Castellanos-Leoneses. Para decir también que la Comisión Mixta no solamente es ese grupo de personas, que también son las Comisiones Sectoriales; y han funcionado, y le aseguro que me siento y se lo vuelvo a decir, profundamente orgulloso. Ustedes están hablando de un..., apropiándose, naturalmente, en este tono ya distendido a mí no me importa que ustedes se apropien de algo que nosotros levantamos como bandera en unas elecciones, que es el cambio; el cambio se está produciendo, el cambio se produce día a día, y esté usted seguro y tranquilo que le vamos a dar todas las posibilidades y larga vida de deseo para que pueda ver el cambio que se produce con un Gobierno largo del Partido Socialista para Castilla y León. Gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor Quijano.


EL SEÑOR QUIJANO GONZALEZ:

Señor Presidente, señoras y señores Procuradores. Yo, ante todo, creo que debo de reconocer que, en este tipo de debates, la última intervención, que por norma reglamentaria le corresponde al portavoz del Grupo mayoritario, pues no diría que está carente de sentido, pero que de algún modo el debate se establece, no tanto entre Grupos, sino entre determinados Grupos: los que están en la oposición y la Junta, el Ejecutivo, que es en este caso concreto quien toma la iniciativa y se somete al debate. De ahí que por un lado, me encuentre con que muchas de las cosas que podría decir, pues evidentemente a estas alturas de la tarde, como vulgarmente se dice, me han sido pisadas; pero, por otro lado, también creo que me encuentro en unas condiciones de sintetizar determinadas cuestiones que se han ido produciendo a lo largo del debate y que, por tanto, el hecho de hablar al final (alguna ventaja tiene que tener) me permite tener delante todos esos datos a efectos de poder hacer una valoración general sobre lo que el debate ha significado. Y eso es justamente lo que voy a tratar de hacer.

Yo quiero, desde luego, comenzar mi intervención reconociendo y, en cierto modo, congratulándome de lo que yo creo que podemos denominar un tono general de ofertas de colaboración que ha ido siendo desgranado a lo largo de todas las intervenciones durante este debate, señalándose de una forma muy concreta que ese tono de colaboración se mantiene. Todos hemos hecho gala de él a lo largo del tiempo transcurrido; pero es positivo el que cada vez que hay oportunidad se mantenga esa afirmación de que existe un tono de colaboración, incluso por encima de las legítimas discrepancias que existen entre los Grupos. Me parece que eso es una muestra patente y evidente de la responsabilidad y de la seriedad de los Grupos Políticos representativos en esta Región y que están presentes en esta Cámara, y además me parece que a partir de ahí, se centra, con una cierta exactitud, cuál ha sido el tono y cuál era el objetivo del debate. Porque desde luego, si alguien pensaba, como podría haber ocurrido, que este tipo de debates pues necesariamente tienen que producir sangre, por decirlo también en un término vulgar, o por lo menos un enfrentamiento abierto entre las distintas posiciones, me parece que se ha equivocado al menos en esta ocasión en concreto. Yo creo, por tanto, que ese tono de colaboración que se ha manifestado debe mantenerse y, desde luego, mi Grupo sigue empeñado en este momento, por la expresión concreta que yo hago de ese estado de ánimo, en el sentido de la colaboración, de llevarla adelante. Decía por eso el representante del Grupo Popular que me precedió en el uso de la palabra, que a veces no se entiende muy bien por qué existiendo una oferta general de colaboración, esa oferta se quiebra en situaciones concretas y se rompe ante los asuntos concretos que hay que ir resolviendo. Yo no sé si eso es verdad o no, porque evidentemente quienes pueden estar en condiciones de constatarlo son ellos, que al fin y al cabo son quienes hacen la alegación. Pero yo también creo que esa oración puede volverse por pasiva, porque también puede ocurrir que a veces un apoyo formal constructivo, o aparentemente constructivo, global o verbal -pues tampoco se entiende muy bien-, que en la práctica luego resulte que de ahí se deduce una oposición permanente, una oposición a veces frontal, una oposición muy constante y, desde luego, una oposición en temas concretos. Por tanto, realmente, si el mensaje sigue siendo el de colaboración, apliquemos todos el principio de que la colaboración, o se manifiesta en ese sentido, o desde luego el, el principio puede volverse por pasiva en frente de unos o en frente de otros. Eso yo creo que es algo que conviene tener en cuenta desde un primer momento. Creo que, luego, hay que hacer una valoración absolutamente serena de cuál es el proceso en virtud del cual se produce este debate, porque me parece que, frente a un debate de estas características, no basta sólo con tratar de hacer valoraciones o sacar consecuencias de cuál es su resultado. Todo debate tiene, o al menos debe de tener, un sentido, y mucho más un debate parlamentario de estas características. Y me parece que por eso no está de más el tratar, aunque sea de una forma muy breve, de fijar cuál es el proceso a través del cual se ha llegado a este debate, porque en función de eso, evidentemente el debate tiene un sentido. Creo que hay que comenzar, en esa línea, reconociendo que el debate se ha producido a iniciativa de la Junta. Eso es un hecho incontestable que, desde luego, hay que afirmar, que nos congratulamos absolutamente de ello, porque me parece que es una manifestación concreta de que nuestra disponibilidad, nuestra intención y nuestra voluntad, y también nuestra actitud, de desarrollar una política transparente y participada ( y eso en términos parlamentarios

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implica debate, evidentemente), es cierta y es contrastable en la práctica. Por eso yo creo que también debo, y me parece que legítimamente puedo hacerlo, mostrar una cierta extrañeza por cuál fue el pretendido sesgo que el debate hubiera podido tener en otras circunstancias, porque todos sabemos que hubo otras posibilidades, o existían otras posibilidades también reglamentarias de haber llegado a este debate; posibilidades, por ejemplo, a través de la presentación de una alternativa por parte de la oposición, y eso parlamentariamente se llama Moción de Censura, que, evidentemente, se podía hacer y que no se hizo, y yo no voy a entrar a valorar el por qué no se hizo o el por qué se dejó de hacer o el por qué no se consideró conveniente, pero desde luego se podía hacer y, evidentemente, el debate hubiera tenido otro sentido, desde el momento en que una Moción de Censura permite discutir la alternativa de la oposición mucho más que el programa del Gobierno que en este momento está en el ejercicio de sus funciones. Se sustituyó esa posibilidad, que desde luego existía, por unas proposiciones no de Ley que, hay que decirlo con toda claridad, causan extrañeza si son contempladas desde el punto de vista reglamentario. De un lado porque, a través de ese mecanismo, desde luego, no se conseguía o no se hubiera conseguido llegar a un debate de estas características, eso hay que dejarlo bien claro; porque el procedimiento de tramitación de una proposición no de Ley es mucho más restrictivo de lo que un debate de estas características puede propiciar. Y desde otro punto de vista, porque el efecto que se pretendía conseguir con esas proposiciones no de Ley, directa o indirectamente, era un efecto desde luego incorrecto desde el punto de vista del procedimiento que se plantea. Por eso, quiero decir con claridad que este debate tiene su origen único y exclusivo en la voluntad de la Junta de culminar un proceso de información, que los Consejeros han ido poniendo en marcha a lo largo del tiempo, con un debate de política general; y no debe de buscarse otro origen distinto a este debate, porque los pretendidos orígenes que el debate pudiera tener por las razones que indicaba, a mi juicio y a juicio de mi Grupo, eran procedimientos invalidados de antemano, unos porque no se quisieron utilizar y otros porque a mi entender se utilizaron indebidamente. Hay más todavía, yo creo, en relación con este proceso previo al debate y el sentido que este proceso tiene. Y hay que decir con claridad que del tiempo transcurrido hasta el momento, si se tienen en cuenta, de forma estricta y de forma absolutamente objetiva, las circunstancias que han venido concurriendo, no se puede llegar a la conclusión, bajo ningún punto de vista, de que la valoración política que hasta ahora se ha realizado, de la gestión que hasta ahora se ha realizado, pues pueda concretarse en calificativos como: desafortunada, inexistente, nula, inválida en general, etcétera. Eso es, entiendo yo, una pretendida descalificación global, que a veces tampoco se compagina muy bien con la oferta de colaboración, desde luego; no hay que olvidar que han transcurrido nueve meses, días arriba, días abajo, aproximadamente nueve meses; ni siquiera ha transcurrido el plazo de gracia que normalmente se concede a todo Gobierno en una institución, que es de un año. Más diría yo, ese plazo de gracia se concede habitualmente a Gobiernos que acceden a una institución que ya estaba en funcionamiento; mucho más cuando, en este caso, no sólo hay el acceso de personas nuevas a una institución ya en funcionamiento, sino, además hay que crear la institución porque antes no existía. Por tanto me parece que, desde ese punto de vista, pretender que en ese período de tiempo, y bajo esas circunstancias, se puedan efectuar valoraciones globales negativas, me parece, desde mi punto de vista, que está absolutamente fuera de lugar; salvo que lo que se pretenda -y por eso decía que hay otros procedimientos más hábiles para conseguirlo-, pues sea el de simplemente desgastar, sin ofrecer una alternativa suficiente consolidada; o sea el de aprovechar una dinámica ajena, que, pretendidamente, en un momento determinado, puede ser utilizada por quien quiere obtener un beneficio político de ello. Y digo que ese tiempo transcurrido es escaso, y que además las circunstancias que han concurrido son especiales, porque hay una serie de hechos que son absolutamente innegables, y que yo creo que todos tenemos que reconocer porque hay cosas respecto de las que no cabe la discusión. No hay que olvidar que esta Junta se encuentra, cuando toma posesión de sus cargos en Junio de mil ochocientos ochenta y tres, con un Presupuesto elaborado por la anterior Administración preautonómica (no en mil novecientos ochenta y tres sino en mil novecientos ochenta y dos), y que esta Administración preautonómica prorroga a lo largo del año ochenta y tres. Esta Junta se ve por tanto en la necesidad, necesidad en el sentido estrictamente valorativo del término, no necesidad imperiosa porque podía haber continuado con el Presupuesto prorrogado, se encuentra en la necesidad, desde el punto de vista político, de hacer un Presupuesto nuevo para el año ochenta y tres, circunstancia que, por cierto, no se ha producido en otras muchas Comunidades Autónomas. Presupuesto que se elabora, también hay que decirlo, que se aprueba, en un tiempo record, como es el plazo prácticamente de un mes o mes y medio. Evidentemente, ése -todos lo sabemos-, es un Presupuesto de mantenimiento de la Institución; un Presupuesto que no tiene incorporadas todas las valoraciones definitivas de las transferencias, y que además en su gestión, para un plazo de tiempo relativamente corto, y por las necesidades que la nueva estructura que la Junta tiene, se ve afectado por una nueva dificultad, que, valórela cada uno como quiera, pero objetivamente es una dificultad: la necesidad de trasladar las instituciones y, por tanto, la necesidad de emplear un determinado tiempo y unas determinadas

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energías en poner a punto una Administración Regional. Esa es la pura realidad de lo que hasta ahora ha venido ocurriendo; al menos esos son datos tan absolutamente incontestables que yo entiendo están fuera de toda discusión. Si se tiene en cuenta, por otro lado, que las transferencias que en ese momento existen son unas transferencias que hay que calificar, sin ningún tipo de ambajes, de insuficientes, de inmaduras, de mal valoradas, de mal recibidas y de peor gestionadas, entre otras cosas porque muchas de ellas ni siquiera las gestionaba el órgano preautonómico, se tendrá todavía una dificultad añadida más; y es que hay que añadir a todos esos procesos y dificultades anteriormente señalados, el que se hace necesario buscar nuevas transferencias para ir llenando de competencias el Estatuto y para ir dando cumplimiento a las propias previsiones del Estatuto en la materia, y eso hay que hacerlo simultáneamente con una renegociación de las transferencias que ya existían. El panorama, leído objetivamente, podría ser, pues, un cierto modo dramático, y así se podría calificar desde el punto de vista de cuál ha sido el cúmulo auténtico de dificultades que han existido. Por tanto, si con todo este cúmulo de dificultades, leídas con absoluta objetividad, se puede hacer una valoración de la política realizada hasta ahora, yo, cuando menos, creo que esa valoración no puede ser, si no se tiene en cuenta esas dificultades, sería, o al menos no puede ser creíble. De ahí que el interés que este debate tiene, precisamente haya que ponerle en relación con todas estas circunstancias que he ido relatando anteriormente. Porque, de un lado, me parece que este tipo de debates tienen interés y tienen sentido en todo caso y en todo momento; otra cosa es que exista una conveniencia política de espaciar los debates en el tiempo, cosa perfectamente lógica; pero, en todo momento en que los representantes de una Comunidad Autónoma, como somos todos los que aquí nos sentamos, hacemos una especie de alto en la tarea parlamentaria habitual y ordinaria, y reflexionamos a propósito de la información que proporciona el Ejecutivo sobre el estado de la Región y sobre los proyectos políticos que ese Ejecutivo tiene, y que, por tanto, piensa realizar, me parece que eso, por definición, es una tarea objetiva, sobre todo (y es una tarea con interés), sobre todo si se tiene en cuenta que las dificultades señaladas, en cierto modo, entiendo yo, imposibilitan el poder hacer un debate de política general no antes de este momento. Se podía haber hecho más adelante; no pasa nada, en ese sentido, porque se haya adelantado, se haya anticipado en un tiempo que de algún modo rompa la regla general de esperar un año, y desde ese punto de vista, el debate no pierde absolutamente ningún interés.

Y finalmente, me parece que hay también otra circunstancia que resaltar sobre cuál ha sido el tono general del debate, y es el reconocer que de la intervención de esta mañana (y entre paréntesis digo que reconozco que las intervenciones de ese tipo son siempre difíciles, porque o uno se queda en líneas generales y es acusado de falta de compromisos concretos, o establece demasiados compromisos concretos y se dice que no tiene objetivos generales; eso ya sabemos todos cómo cada uno interpreta las técnicas parlamentarias en ese sentido), pero hay que reconocer que el programa que esta mañana se expuso es, desde luego, un programa completo. Yo voy a confesar, y cada uno lo interprete como quiera, que pocas veces he oído un diagnóstico general de la situación de la Región tan exhaustivo, tan completo, con soluciones tan medidas para los problemas particulares, como el que esta mañana se ha leído desde esta tribuna. Porque ese programa, desde luego, tenía no sólo objetivos generales a medio y largo plazo, que un programa debe de tener si realmente quiere serlo, sino además medidas sectoriales perfectamente organizadas y coordinadas entre sí, que es otro aspecto; el corto plazo, que también un programa para ser verdadero tiene que tener. Era, en definitiva, un inventario completo de problemas y de medidas organizadamente, por epígrafes generales, lo cual permite establecer una valoración global sobre él. Me parece que eso hay que reconocerlo y todo lo demás: el tratar de pretender que existía pues más o menos recetas sin ningún sentido concreto, o que faltaban las grandes líneas de planteamiento, etcétera, yo creo que son argumentos perfectamente

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hábiles y perfectamente utilizables, pero que no responden, al menos en este caso, a la realidad.

Quiero, desde luego, terminar reiterando que esa oferta general de colaboración, que desde todos los ámbitos y desde todos los ángulos de la Cámara ha venido siendo explicitada, la asumimos de una forma total y la expresamos de una forma inequívoca, de una forma absolutamente plena. A esa oferta nos apuntamos cuantas veces sea necesario. Desde luego, eso no va a suponer en ningún caso, y me interesa dejarlo igual de claro, una renuncia a aplicar un determinado programa que la mayoría de la población ha respaldado con su voto, porque entendemos que son dos circunstancias perfectamente compatibles; de tal manera que no se podría pretender legítimamente, entiendo yo, que el llevar adelante esa oferta de colaboración supusiera la renuncia a aplicar un determinado programa que ha recibido el respaldo mayoritario de la población. Eso quiero dejarlo igualmente claro.

Finalmente, señalar que, desde luego, en función del programa que esta mañana ha sido planteado, no sólo de realizaciones, sino de objetivos a corto, medio y largo plazo, el respaldo del Grupo Parlamentario que representa a la Junta es inequívoco, tanto a la gestión realizada como a los proyectos que aquí han venido siendo esbozados. Y, desde luego, si alguien hubiera pensado, como en algún momento del debate se

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ha podido traslucir, que la ejecución de ese programa en concreto puede llevar a situaciones de pretendida desestabilización a otros niveles del ejercicio de la política, etcétera, en ese aspecto, desde luego, se ha equivocado radicalmente por lo que a mi Grupo Parlamentario respecta. Muchas Gracias.

(Aplausos).


EL SEÑOR PRESIDENTE DE LAS CORTES (D. DIONISIO LLAMAZARES FERNANDEZ):

Tiene la palabra el señor Presidente de la Junta.


EL SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA (SEÑOR MADRID LOPEZ):

Señor Presidente, señoras Procuradoras, señores Procuradores. Si tuviera que comenzar de nuevo el debate, probablemente, de la intervención de esta mañana no tendría que quitar ni poner ninguna de las partes importantes de los contenidos que traté de expresar a Sus Señorías. Sigo pensando que la valoración general es una valoración ampliamente positiva; que no hay en mis palabras, ni en mis gestos, ni en el de mi Gobierno, ningún tipo de arrogancia de manera que pueda conducir a equívocos en el conjunto de esta Cámara y de los ciudadanos Castellano-Leoneses; y que hay interés en trabajar, trabajar con intensidad desde la colaboración, pero (y para tranquilizar a todos y agradecer al Grupo que sostiene al Gobierno, al Grupo Socialista) para realizar el programa con el cual nos presentamos a unas elecciones y que se ha convertido en el programa de Gobierno. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

De conformidad con el acuerdo de Junta de Portavoces, el plazo para presentar propuestas de resolución termina mañana a las diez de la mañana. Se va a interrumpir ahora la sesión, y se les convoca a ustedes para reanudarla mañana a las once de la mañana. Se levanta la sesión.


DS(P) nº 10/1 del 8/3/1984

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Diario de Sesiones de las Cortes de Castilla y León
I Legislatura
Pleno de las Cortes
DS(P) nº 10/1 del 8/3/1984
CVE: DSPLN-01-000010

DS(P) nº 10/1 del 8/3/1984. Pleno de las Cortes
Sesión Celebrada el día 08 de marzo de 1984, en FUENSALDAÑA
Bajo la Presidencia de: Dionisio Llamazares Fernández
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ORDEN DEL DÍA:

1. Examen y debate de la Comunicación de la Junta de Castilla y León, remitida a estas Cortes con fecha veintitrés de Febrero de mil novecientos ochenta y cuatro, sobre política general.

SUMARIO:

 **  Comienza la sesión a las diez horas, treinta minutos.

 **  El Sr. Presidente de las Cortes abre la sesión.

 **  Acto de prometer el cargo de Procurador de las Cortes de Castilla y León del Sr. Pérez Barragán.

 **  El Sr. Vicesecretario (Sr. Soto Rábanos) da lectura al único punto del orden del día.

 **  El Sr. Presidente de las Cortes explica el tiempo y orden de las intervenciones.

 **  Intervención del Presidente de la Junta de Castilla y León, Sr. Madrid López.

 **  Se suspende la sesión a las 13'05 horas, siendo reanudada a las 18'15 horas.

 **  El Sr. Presidente de las Cortes reanuda la sesión.

 **  Intervención del Sr. Hernández Hernández (Independiente).

 **  Contestación del Sr. Presidente de la Junta.

 **  Réplica del Sr. Hernández Hernández.

 **  Intervención del Sr. Montoya Ramos (P.D.L.)

 **  Contestación del Sr. Presidente de la Junta.

 **  Réplica del Sr. Montoya Ramos.

 **  Contesta, nuevamente, el Sr. Presidente de la Junta al Sr. Montoya Ramos.

 **  Intervención del Sr. De Fernando Alonso (C.D.S.).

 **  Contestación del Sr. Presidente de la Junta.

 **  Réplica del Sr. De Fernando Alonso.

 **  Intervención del Sr. Posada Moreno (Grupo Popular).

 **  Contestación del Sr. Presidente de la Junta.

 **  Réplica del Sr. Posada Moreno.

 **  Contesta, de nuevo, el Sr. Presidente de la Junta al Sr. Posada Moreno.

 **  Intervención del Sr. Quijano González (Grupo Socialista).

 **  Intervención del Sr. Presidente de la Junta.

 **  El Sr. Presidente de la Cortes (Señor Llamazares Fernández) suspende la sesión hasta el día siguiente, día 9 de Marzo, a las 11 de la mañana.

Se levanta la sesión.

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TEXTO:


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Se abre la sesión. Con fecha dieciocho de Febrero de mil novecientos ochenta y cuatro, ha presentado la renuncia a su cargo de Procurador por Valladolid de las Cortes de Castilla y León, don Fernando Valdés Dal-Re, en razón de haber sido nombrado Letrado del Tribunal Constitucional y ser esta función incompatible con la de Procurador, por lo que, en sustitución del mismo, ha sido designado Procurador electo por el distrito de Valladolid, don José Elías Pérez Barragán, a quien procede dar posesión en este acto. Vamos a proceder a la toma de juramento del nuevo Procurador. Señor Pérez Barragán, ¿juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor acatar la Constitución como norma fundamental del Estado y el Estatuto de Autonomía de Castilla y León como norma institucional básica de nuestra Comunidad?.


EL SEÑOR PEREZ BARRAGAN:

Sí, prometo.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

De acuerdo con el artículo 20 de nuestro Reglamento provisional, os declaro en posesión de todos los derechos y prerrogativas inherentes a la condición de Procurador de estas Cortes.

Tiene la palabra el señor Secretario para dar lectura al único punto del orden del día de este Pleno.


EL SEÑOR VICESECRETARIO (SEÑOR SOTO RABANOS):

Examen y debate de la comunicación de la Junta de Castilla y León, remitida a estas Cortes con fecha veintitrés de Febrero de mil novecientos ochenta y cuatro, sobre política general.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Los acuerdos fundamentales de la Junta de Portavoces, con respecto a la ordenación del debate que va a tener lugar a partir de este momento, podrían reducirse a los dos siguientes:

Primero: se acordó dividir este Pleno en tres momentos. Un primer momento, que tendría lugar esta mañana, en que la Junta haría la exposición que estime pertinente con respecto a la comunicación que previamente ha enviado a estas Cortes. Habría luego una interrupción de un mínimo de cinco horas. A continuación tendría lugar el debate propiamente dicho, con la intervención de todos los Grupos Políticos; esta tarde por tanto, volvería a interrumpirse el Pleno de nuevo, hasta mañana por la mañana; abriéndose un plazo hasta las diez de la mañana para la presentación de mociones y propuestas de resolución.

Esto de un lado. De otro lado, se adoptó un acuerdo con carácter general, de duplicar los tiempos de intervención de los Grupos Políticos previstos en los artículos 196 y 197 de nuestro Reglamento provisional, de tal manera que, en la primera parte del debate propiamente dicho, que tendrá lugar esta tarde, los turnos serán, a consumir por los distintos Grupos Políticos, dos: Un primer turno de media hora, un segundo turno de rectificación o réplica de un cuarto de hora. Y por lo que respecta a las proposiciones, o a las propuestas de resolución o mociones del día siguiente, de mañana por la mañana, se dispondrá, con respecto a cada propuesta o moción, de un turno a favor y de un turno en contra, cada uno de ellos no de cinco minutos como se dice en el 197, sino de diez minutos.

Estos son, en resumen los acuerdos adoptados en cuanto a la ordenación del debate, repito, por parte de la Junta de Portavoces. Tiene la palabra el señor Presidente de la Junta.


EL SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA (SEÑOR MADRID LOPEZ):

Señor Presidente, señoras Procuradoras, señores Procuradores. Quiero desde esta tribuna hacer un homenaje, en el día de la mujer trabajadora, a todas las trabajadoras de España, a todas las trabajadoras universales, a todas las que han contribuido con su esfuerzo, su generosidad, a construir (y a veces madres nuestras) la situación actual de la sociedad. Y un saludo muy especial para la mujer trabajadora sacrificada de Castilla y León.

Al iniciar este debate en los términos señalados en la Comunicación que el Gobierno Regional ha remitido a esta Cámara el veintitrés de Febrero, me cabe expresar la satisfacción personal y la de la Junta por comparecer hoy ante las Cortes de Castilla y León para proceder al cumplimiento estatutario de mantener informado en todo momento a nuestro pueblo, a través de sus legítimos representantes, sobre la situación económica, social y política en la que nos encontramos. Información que la Junta de Castilla y León ha venido suministrando constantemente.

En primer lugar con las comparecencias de los señores Consejeros, por su propia iniciativa, en las Comisiones Informativas de estas Cortes, ante las cuales expusieron, en los meses de Octubre y Noviembre, los programas de actuación de los distintos departamentos. En segundo lugar, dicha información ha sido ofrecida a través de los procedimientos establecidos en el actual y provisional Reglamento de esta Asamblea con puntualidad y rigurosidad precisa, contestando las preguntas e interpelaciones que Sus Señorías han realizado en el ejercicio de sus atribuciones legítimas.

Quizá alguno se sorprenda de la iniciativa de mi Gobierno de plantear este debate antes de cumplirse un año de su toma de posesión, siendo esto un caso singular, pues, como saben Sus Señorías, en la práctica generalizada este plazo suele ser más dilatado. Y no damos mayor importancia a lo dilatado

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o no de él, pues consideramos que todo cuanto redunde en una mayor información es beneficioso ya que dinamizamos y estrechamos la relación de mi Gobierno con esta Cámara, haciendo así que los planteamientos de actuación y los programas concretos puedan ser conocidos por Sus Señorías de forma inmediata a cuando son formulados. Confío en que este debate sirva para definir en profundidad la situación de la Región, para describir y discutir sobre el estado del proyecto de desarrollo y modernización regional que el Gobierno se propone, animado, ilusionando y haciendo partícipes de ese proyecto común al conjunto de la sociedad castellano-leonesa, a través de la presencia de Sus Señorías.

Señor Presidente, a la oportunidad del momento para celebrar un debate hay que sumarle la idoneidad de centrar el mismo sobre los términos que se han comunicado, abordando el análisis de la situación y estudiando las propuestas y proyectos del Gobierno Regional. Con mis palabras estamos introduciéndonos en una sesión parlamentaria de especial importancia para nuestra Región, en la que el Ejecutivo deposita una especial confianza. El momento en que se produce este debate, al año de nuestra constitución autónoma, de la Comunidad Autónoma, a nueve meses de la formación del Gobierno y recientemente asumidas la mayor parte de las funciones y servicios que competen al mismo, es realmente oportuno. Transcurrido este tiempo al frente de la gestión del Gobierno Regional, tengo que ratificarme en la idoneidad y realismo del programa de mi Gobierno, con el que me presenté ante Sus Señorías y por el que tuve el honor de ser investido como Presidente.

No vengo a este debate con la intención de establecer un enfrentamiento, una pugna en aspectos más o menos concretos. Me gustaría que todos los Grupos vieran esta iniciativa del Gobierno como un mensaje de colaboración que contribuyera a acercar las posiciones, que sea, en suma, constructivo, y no un realce exclusivamente de las discrepancias. Porque los ciudadanos se sienten cansados de muchos enfrentamientos que no comprenden, de muchas artificialidades que esconden acuerdos de fondo globales, de debates que no conectan con los problemas que viven cada día, sumidos en graves y profundos problemas, los ciudadanos castellano-leoneses. Y esto no niega que en esta Cámara existan modelos distintos, respetables todos ellos, y reflejo de la diversidad de nuestro pueblo. Pero, tanto en esta Cámara como en nuestro pueblo, creo que hay bastantes cosas en las que estamos de acuerdo y son éstas las que, en primer lugar, debemos poner en común, en las que debemos mostrar unidad por encima de discrepancias en otros aspectos.

Cuando solicitaba de los señores Procuradores el alto honor de ser investido Presidente de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, ya quedó claro que existía un acuerdo general. En aquella ocasión se afirmaba lo adecuado de los objetivos y de los medios, aunque algunos, lógicamente, solicitasen una mayor definición. Hace escasamente cuatro meses, los señores Consejeros de la Junta han presentado ante ustedes sus programas, y, en términos generales, volvió a ocurrir otra vez el acuerdo, en lo fundamental, en cada uno de los programas sectoriales que ellos me presentaron. Mi exposición de hoy va a buscar la comprensión de Sus Señorías; quiero que contribuya al conocimiento de cuáles son las preocupaciones de mi Gobierno en estos momentos, preocupaciones que sé que sabrán compartir y transmitir a los ciudadanos. Y deseo también que compartan y transmitan las esperanzas que tenemos de sacar adelante Castilla y León.

Hace pocos días celebramos el aniversario, primer aniversario de la promulgación de nuestro Estatuto de Autonomía. La referencia temporal no es ajena. Creo sinceramente que este año ha sido importante, decisivo yo diría, en el acontecer de la Comunidad: Estatuto de Autonomía, elecciones para las Cortes de Castilla y León, nuevo Gobierno, por primera vez programas adaptados a la realidad Regional; instrumentos con los que podemos afrontar la noble tarea de modernizar, de hacer progresar nuestra tierra. Quiero, antes de entrar en la exposición propia de los problemas y de las acciones que mi Gobierno ha venido desarrollando, hacer una referencia previa al marco en el que nos desenvolvemos. Porque, a veces, la legítima obsesión por nuestra tierra nos hace olvidar que formamos parte de un mundo más amplio, más complejo. Nuestra tarea se está desarrollando en un mundo de crisis, una crisis que no es económica exclusivamente, sino que afecta a todos los órdenes de la vida social. Se están produciendo constantes transformaciones no sólo en los medios y formas de producir, con unas respuestas tecnológicas cada vez más sofisticadas, también lo hacen los sistemas de valores, las formas de participación social. Porque nuestro mundo de hoy es más interdependiente que nunca, y lo que ocurre en cualquier lugar dentro de nuestra Nación, en el País Vasco o Andalucía, nos afecta y -¿por qué no poner un ejemplo que está en la mente de todos?- la integración o no de España en la Comunidad Económica Europea puede tener, inevitablemente la tendrá, repercusiones importantes para nuestra Comunidad. Y en este mundo de crisis que día a día va desarrollando nuevos modelos de organización política y social, nuestro País también está construyendo un nuevo modelo de organización política y territorial. Y esto, que es positivo y necesario, comporta también inevitablemente sus riesgos, representa

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y presenta sus dificultades. Creemos que la mejor contribución de nuestra Comunidad a afrontarlos es ofrecer nuestra colaboración tanto al Estado de la Nación, como al resto de las Comunidades. Porque no concebimos nuestra Autonomía como un instrumento para encerrarnos en nosotros mismos, sino para poder mostrar nuestra universalidad, para poder fomentar nuestra participación, la de todos los castellano-leoneses, en la vida y en la cultura de España, y, a través de ésta, en la de Europa y en el mundo.

Conseguir esto, que no es otra cosa que incorporar nuestra Comunidad Autónoma de una manera más activa en la corriente de la modernidad, es una responsabilidad, en buena parte, nuestra; pero no exclusivamente. El proyecto de forjar Castilla y León como Comunidad que aliente de forma generosa y solidaria el progreso universal debe llevar consigo la paralela recuperación de nuestra identidad, y ello requiere el esfuerzo y la colaboración de todos los sectores de nuestro pueblo en la solución de cuantos problemas nos aquejan, siendo ésta la oportunidad y el momento probablemente idóneo para conseguirlo.

Castilla y León han mantenido una actitud positiva, generosa y solidaria en todos los trayectos históricos con todos los pueblos de España. Todos se han sentido a gusto en nuestra Comunidad. Así ha sido y así queremos que siga siendo. Hemos vaciado en otros lugares nuestra fuerza de trabajo, nuestros ahorros, el ingenio y la capacidad intelectual reconocida; hemos contribuido como pueblo al desarrollo de otros pueblos y nos sentimos orgullosos. Pero ha llegado la hora de Castilla y León. No sólo porque no puede esperar más y nuestro pueblo lo demanda, también porque tenemos la fuerza moral acumulada para exigir a otros pueblos, a otros Gobiernos regionales y al propio Gobierno del Estado la comprensión y la solidaridad con nuestra Región y con nuestro proyecto de desarrollo solidario. No vamos a caer en la tentación de eludir esta responsabilidad escudándonos en la existencia o no de competencias para solventar tal o cual cuestión, tal o cual problema. Nada de lo que ocurre en la Comunidad es ajeno a este Gobierno, y tampoco lo es, estoy seguro de ello, a esta Cámara. Por eso en nuestra condición de representantes de los castellano-leoneses, debemos afrontar la solución de todos los problemas, con independencia de contar o no en nuestras propias instituciones, con los instrumentos para solventarlos. Naturalmente que las posibilidades de actuación instrumental serán de una o de otra manera, depende de que tengamos o no esos instrumentos o esas transferencias. Lo que estoy queriendo decir es que nada de lo que ocurra en nuestra Comunidad, desde este momento, es ajeno a las instituciones que han dado, que nos han dado los castellano-leoneses.

Voy a finalizar esta introducción, en la que no quiero detenerme demasiado, realizando a Sus Señorías una petición que no dudo cumplirán gustosamente. Solicito a ustedes la colaboración con el Gobierno en una tarea que he de calificar de esencial. Es preciso que todos contribuyamos a enlazar, o coser nuestra Comunidad; que alentemos en todos los sectores sociales, en todas las asociaciones, en todas las instituciones el sentimiento de pertenencia a Castilla y León. Y que este sentimiento se traduzca en una conjunción regional de esfuerzos, en una institucinalización del hecho regional en todos los ámbitos de la vida social y económica. Debo confesar que una de las mayores satisfacciones que he tenido, en el período que llevo al frente de la Junta de Consejeros, ha sido constatar cómo se producía esta Institucionalización, cómo, desde grupos deportivos hasta asociaciones económicas y sindicales, grupos culturales o religiosos, se decidían a adoptar una organización regional. Y no estaríamos cumpliendo con nuestra responsabilidad si todos contribuimos a que esto sea un rasgo generalizado en nuestra Comunidad. Del acierto de nuestras decisiones dependerá, en gran medida, la transformación de nuestra tierra, que así será cuando se analiza objetivamente la realidad y se impone la razón. Y depende en alguna medida, y no en su totalidad, porque esta tarea no incumbe en exclusividad a los poderes regionales; su éxito sólo será posible si el proyecto es un proyecto colectivo en el que participemos todos los castellano-leoneses asumiendo y ejerciendo responsablemente cada una de nuestras funciones.

Miren Sus Señorías, yo no creo que, al menos en estos momentos, la transformación de esta tierra, del entorno cotidiano de nuestros ciudadanos, pase por opciones radicales. Esta transformación de lo que llamo entorno cotidiano de la ciudadanía no se traduce únicamente en un aumento del nivel de renta, sino que aspira a que el hombre se encuentre o pueda encontrarse lo que ya acuñadamente se llama en la sociedad: "sentirse realizado" porque sus condiciones de vida en general sean más favorables; porque el clima social en que se halle sea acogedor al haberse generado una convivencia tolerante y comprensiva en la que el anciano, el joven o el niño, el maduro o la mujer se sientan partícipes, se sientan parte integrante del desarrollo social. Sus Señorías pueden considerar esto como un horizonte, pero yo estoy convencido de que al menos ésa tiene que ser la guía de orientación, la meta de nuestras actuaciones, y también creo que es posible ilusionar con ella a la sociedad castellano-leonesa. Sería una utopía irrealizable si estuviéramos proponiendo un mundo feliz, pero

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no es así cuando el objetivo que proponemos es el de disponer de una atención sanitaria mejor, de un nivel educativo más elevado, de unas ofertas culturales más amplias, de un medio ambiente más limpio, de unas mayores posibilidades de empleo para los jóvenes. Claro está que para ello es imprescindible actuar y desarrollar nuestro marco económico, posibilitar una mejor calidad de vida a nuestros ciudadanos, ir eliminando la incertidumbre del paro; porque sin dicho desarrollo económico no podríamos abordar la prestación de servicios, no sólo ampliando la cantidad de los mismos, sino la calidad de los que actualmente se vienen prestando. Tenemos que ser capaces, y yo les aseguro que este Gobierno lo es, de imponer la racionalidad en las decisiones por encima de cualesquiera sentimientos particulares o localista. Cuando se va a realizar un proyecto, hay que valorar los beneficios sociales y sus costes económicos y decidir siempre en función del interés general comunitario. No podemos consentirnos el despilfarro de hospitales infrautilizados o de otros infradotados y así la reiteración de ejemplos que todos ustedes conocen, porque, desgraciadamente, en ocasiones han podido otros motivos por encima del interés general.

Castilla y León padece una importante crisis económica estructural, una crisis que viene arrastrándose desde hace mucho tiempo y que ha sido la causa esencial de la gran emigración, altísima emigración que ha vaciado importantes áreas de nuestra Comunidad. Y esta crisis tiene su origen en su diverso y complejo conjunto de factores, que son los que debemos contemplar y afrontar si queremos acabar con ella. Porque es posible. Nos costará trabajo y tiempo; pero con el esfuerzo de todos lograremos incorporar Castilla y León al progreso y a la modernidad.

El primer aspecto de esta crisis es la falta de articulación de nuestra economía. Los escasos núcleos industriales con los que contamos, establecidos en torno a antiguos polos de desarrollo industrial, no han conseguido crear una malla de relaciones económicas que integren la Región, que aprovechen sus recursos, Si atendemos a los sectores económicos, el panorama es el mismo: El importante peso que la agricultura tiene en Castilla y León no se ha traducido en un peso paralelo de la industria agroalimentaria, no se ha producido una imbricación entre ambos sectores, que hubiera sido lo positivo y lo correcto. Ello se ha traducido en una dependencia importante de nuestra economía, la cual permite que trasvasemos productos con poco valor añadido y recibamos los mismos con dicho valor incrementado. Y cada vez cambiamos más productos, sean patatas, sean ovejas, lo que ustedes quieran, por los mismos productos industrializados. Porque las relaciones de intercambio se deterioran y es preciso romper el círculo de dependencia.

La industria con la que contamos, pese al esperanzador dinamismo de algunos sectores en estos últimos años, se encuentra infradesarrollada y atrasada. Las exportaciones tienen una reducida importancia, existe un claro atraso tecnológico, el aparato productivo es en muchas ocasiones obsoleto e inadecuado a la nuevas circunstancias económicas. No existe además, seamos conscientes de ello, una mentalidad empresarial dinámica y creadora, y ello, también hay que decirlo, porque la pequeña y mediana empresa no cuenta con los servicios de apoyo necesarios; y la empresa pública, por su reducida presencia, no ha podido contribuir a la expansión de nuestra economía. Y todo esto, ¿en qué se traduce? Que perdemos nuestros hombres, nuestro dinero y nuestros recursos. Esta Región, que no es hoy una Región rica, pierde cada año el cincuenta por ciento de sus recursos financieros, que se destinan a la industrialización de otras Comunidades. Y esto, Señorías, tiene que cambiar. Es más, esto ya está cambiando, porque nunca como ahora destinamos nuestros esfuerzos los castellano-leoneses a conocer cómo estamos, cuáles son nuestros problemas, las soluciones posibles. Nunca como ahora contamos con una Administración volcada a resolverlos, con una perspectiva regional, comprometida con el desarrollo de nuestra Comunidad y que cree en él, en nuestras posibilidades de mejorar nuestra actual situación.

En este debate de política general no voy a hacer un repaso puntual y exhaustivo de todos y cada uno de los diferentes departamentos de mi Gobierno, aunque naturalmente no tengo inconveniente, en este o en otro debate, donde Sus Señorías deseen. Sin embargo, para una mayor comprensión, es necesario analizar algunos de los aspectos sectoriales. Aunque muchos de ustedes la conozcan, quiero señalar aquí la problemática particular de la agricultura de nuestra Comunidad. Muchas veces se ha puesto de manifiesto su crítica situación amenazada por factores como: el envejecimiento de la población, el predominio absoluto del secano sobre el regadío que conlleva baja productividad, un número reducido de alternativas de cultivo por nuestro clima continental, así como el exceso de pequeñas explotaciones con un alto grado de parcelación y una mecanización inadecuada, la escasa participación del sector productor en la industrialización y comercialización de los productos agrarios, y, en fin, una infrautilización de superficies comunales, y otras tantas que podríamos enumerar como: endeudamiento, descapitalización, deficiente sanidad, etc., etc.

Mi Gobierno frente a esta problemática tiende a actuar en cuatro frentes: reducción de costes de producción, incremento de la productividad y calidad de los productos, política de comercialización y transformación de productos agrarios, y mejora del ecosistema

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regional. Estas cuatro políticas lograrán el objetivo fundamental de elevar el nivel de vida de quienes habitan nuestro medio rural.

La reducción de costes de producción pasa por la reforma de las estructuras. Especialmente se actuará en concentración parcelaria y en concentraciones de segundo grado, cifrando los proyectos en trescientas mil hectáreas para esta legislatura, abordando el tema por áreas comarcales donde existe una problemática homogénea. Sus Señorías saben que mi Gobierno tramita en este momento las transferencias del IRYDA. El marco legal también va a ser actualizado, desarrollado y modificado en aspectos concretos de la Ley de Reforma y Desarrollo Agrario, así como otras normativas de menor rango como las nuevas unidades mínimas de cultivo. También la reducción de costes por la racionalización en el uso de los medios de producción. Sus Señorías conocen que, si bien en la maquinaria común (tractores y cosechadoras) se cuenta con un parque considerable, en lo referente a maquinaria especializada: fertilizantes y semillas de calidad, existen deficiencias importantes. Mi Gobierno se propone atender a estas necesidades mediante la investigación y el desarrollo tecnológico, tanto público como privado, así como la difusión de los instrumentos más adecuados a la producción. Respecto a ordenación de cultivos y producciones ganaderas, no cabe duda que se deben evitar tanto los excesos como los déficits productivos, puesto que ni unos ni otros son convenientes. En este sentido se está iniciando la elaboración de un Plan Regional de Orientación y Ordenación de Cultivos que encaja dentro de la ordenación de producciones que, a nivel nacional, se está realizando en su primera parte.

Pilar importante en las producciones agrícolas es la sanidad vegetal. Estamos produciendo y procediendo a reorientar las actuaciones en esta materia en el sentido de introducir nuevas técnicas y productos en los tratamientos; realizando campañas en aquellas plagas en que, por la ubicación del parásito en zonas marginales, éstas no serían abordadas por los particulares; atendiendo a problemas coyunturales que se detecten en la Región y potenciando las estaciones de Avisos.

No puedo dejar de referirme al tema de la agricultura de montaña que, como Sus Señorías saben, en la periferia de nuestra Comunidad tiene tanta importancia. Para la elaboración de planes concretos de actuación en este ámbito, así como para el establecimiento de criterios que permitan delimitar las zonas a las que alcance, estamos incluidos en las comisiones técnicas que, a nivel nacional, está desarrollando la Ley de Agricultura de Montaña.

En la ganadería, la búsqueda de una estructura y dimensión adecuada de las explotaciones es esencial para abaratar los costes. Partiendo de la dimensión fundamental y familiar de las actuales, buscamos el incremento de la cantidad y calidad de los productos obtenidos con el mismo costo en medios de producción. Es prioritario en este campo atender a la situación sanitaria, y para ello hemos dictado normas sobre sanidad animal, estableciendo un seguimiento de su ejecución y aplicando, cuando fuera preciso, las sanciones previstas. En estos momentos se está llevando a cabo una campaña de lucha contra la fiebre aftosa, por medio de la vacunación de todas las especies, y censos receptivos, que supera en alcance a las que anteriormente se planteaban. Con ello se pretende conseguir un estado inmunitario que defienda nuestra cabaña de contra brotes de la enfermedad como el que se produjo en todo el Estado el año pasado. Asimismo, y en la planificación de la campaña de saneamiento ganadero, para este año se prevé un incremento superior al cincuenta por ciento en el Presupuesto para atender las indemnizaciones por sacrificio de animales afectados de tuberculosis; incremento que se mantendrá en los próximos años con el objeto de erradicar dicha enfermedad y de intensificar la lucha contra la brucelosis por su enorme transcendencia sanitaria y económica. Dentro del ambicioso plan sanitario, los veterinarios funcionarios deben desarrollar un papel importante, por lo que es preciso atender a su reciclaje para que puedan contribuir a un mejor aprovechamiento de sus propias capacidades. En cuanto a la selección y mejora de las razas, con especial atención a las autóctonas, se está procediendo a la creación de centros de selección que habrán de servir para la cesión de ejemplares mejorantes.

Estos datos y otros muchos los pueden ustedes ir siguiendo día a día por los medios de comunicación social. No estoy hablando de posiciones o de esperanzas o de declaraciones de intenciones, sino que la mayor parte de las afirmaciones que estoy haciendo aquí son posibles seguir a través de los medios diarios de comunicación. Esta labor se verá complementada con la próxima incorporación del centro de selección y reproducción animal en León, cuya transferencia ya les hemos anunciado.

Otro aspecto que contribuye a abaratar los costes de producción es el fomento del asociacionismo. Mi Gobierno, en este sentido, actúa difundiendo y gestionando las ayudas establecidas, participando en la redacción de proyectos, y estableciendo líneas de crédito o subvenciones. Junto a ello se han tomado medidas de capacitación de personal especializado en su gerencia así como ayudas para compra y uso de maquinaria y otros medios de producción. Hablaba hace un momento de descapitalización de la empresa agraria, pues bien, las actuaciones en materia crediticia

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vendrán a suavizar el problema mediante la concesión de subvenciones y préstamos a largo plazo y bajo interés, acorde con las disponibilidades económicas y presupuestarias y con las necesidades del sector agrario. En este sentido, la gestión transparente, el seguimiento de las inversiones, y la información puntual son los pilares sobre los que se basará la política crediticia a la agricultura.

Un objetivo primordial, así lo hemos señalado, es el incremento de la productividad y calidad de los productos. En este sentido se está actuando en varias líneas. Una de ellas es promover el máximo aprovechamiento de nuestros recursos hidráulicos. En estos momentos se está elaborando el Plan de Regadíos de Castilla y León que contempla un estudio de las posibilidades de recursos hídricos, así como una programación en el tiempo de los futuros regadíos. Como Sus Señorías saben, especial hincapié estamos haciendo en agilizar la terminación del embalse de Riaño, ya que sus beneficios procedentes del riego de aproximadamente cien mil hectáreas transformarían por completo el actual panorama agrario de nuestra Comunidad. Cabe decir en este punto que ello debe de ir acompañado de una política de formación en las técnicas del regadío a los agricultores con histórica tradición de secano. Mi Gobierno considera prioritaria la investigación agraria, que tiene un carácter aplicativo y finalista. La investigación ganadera y forestal, el aprovechamiento agrario de los recursos hídricos, la contaminación y conservación del entorno natural, la agroenergética, la introducción y mejora de oleaginosas junto a las forrajeras y pratenses, son las líneas básicas de investigación.

Otro aspecto al que me he referido es el de la comercialización y transformación de productos agrarios. La actividad productiva agraria provoca en todos los pueblos desarrollados una segunda fase: la de la industrialización alimentaria, que prácticamente triplica el valor de las materias primas utilizadas. Parte de este valor añadido puede quedar en manos de los agricultores; por este motivo los intereses del país, y por lo tanto los de nuestra Comunidad, abogan por la industrialización agraria y ésta coincide, además, con los intereses del medio rural, que podría utilizar mejor todas sus fuerzas de trabajo disponible y, consecuentemente, provocar una elevación, sin ninguna duda, del nivel de nuestros conciudadanos en el mundo Rural. La promoción de las industrias agrarias es un objetivo fundamental de mi Gobierno. En este sentido se han tramitado en estos meses (y estoy hablando y sigo hablando con los hechos concretos, constatables día a día por los propios medios de comunicación y por el contacto también diario y permanente de los Consejeros de mi Gobierno), se han tramitado en estos meses más de cien expedientes para que las industrias de este tipo se puedan acoger a los beneficios del Gran Area de Expansión Industrial, y hemos presentado ante el Gobierno de la Nación la solicitud de que Castilla y León sea declarada zona de preferente localización agroalimentaria. Estimamos que este sector industrial si recibe del conjunto de los organismos públicos el respaldo necesario, contribuirá al dinamismo económico de nuestra Región de una manera notable. En el proceso de comarcalización de los productos agrarios, tanto si estos se venden directamente, como si han de experimentar alguna transformación previa para convertirse en alimentos, aparecen unos márgenes comerciales. Con el objeto de que el campesino no sea beneficiario de ellos en el mayor grado posible, tendemos al apoyo de las Cooperativas y otras entidades asociativas de comercialización, junto a una promoción de los centros de contratación de productos agrarios en origen (mercados de ganados, mercados en origen y lonjas de contratación), y a una catalogación de productos para proteger la calidad. En materia de Denominación de Origen, y aunque en este punto no se hayan recibido las transferencias, no ha sido óbice para que se haya actuado de una manera decisiva, tanto en la promoción y solicitud de Denominaciones de Origen, como en publicidad de los productos amparados en los mismos. Un ejemplo que la política de mi Administración persigue es la participación de nuestra Comunidad Autónoma en la "Expoalimentaria" a celebrar próximamente en Barcelona, y en tantos otros lugares donde nuestros productos puedan exhibirse públicamente. Debo señalar aquí la importancia que el sector forestal tiene dentro de la mejora del ecosistema de la Región. Estamos en fechas próximas para asumir las funciones y servicios del Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza; mientras tanto se está preparando la estructura que recibirá tan importante responsabilidad y tarea para nuestra Comunidad.

Mi Gobierno actúa en tres frentes interconexionados y, a la vez, bien definidos: de una parte, en la protección del medio natural; de otra, en cuestiones relacionadas con la producción forestal (en sus distintas y múltiples variantes); y en una tercera que es la socio-recreativo-cultural que los montes generan para nuestro disfrute, y que se extiende a la caza, a la pesca, a las aulas, los espacios naturales, adecuaciones recreativas, etcétera, que hacen posible el contacto del hombre con la propia naturaleza. Son, para el Ejecutivo que presido, objetivos irrenunciables, la defensa de la propiedad pública, en defensa de la propiedad pública, la creación de un patrimonio forestal por parte de la Comunidad, la lucha contra la erosión y defensa de recursos hídricos, el incremento de montes sometidos a ordenación, la protección de los diversos ecosistemas con atención especial a todo lo relativo a incendios forestales (y hablando de incendios forestales, ustedes ya conocen el efecto que producen en nuestra Región; además

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de los efectos económicos, efectos de terror para nuestras propias gentes que a veces son actos profundamente terroristas que están incidiendo no solamente en un rebaje de las condiciones económicas de nuestra Comunidad, sino muchas veces también en que nuestros conciudadanos, a través de los que hemos tenido la desgracia de haber vivido de cerca algunos de estos incendios forestales supone en el desarrollo de las propias libertades públicas, y de la propia conciencia democrática, cuando desde posiciones terroristas a veces se está produciendo este tipo de incendios forestales); por eso, el fomento también de la producción en madera y otros productos como piñón, resina, pastos; la repoblación de zonas rasas y la mejora de masas forestales autóctonas, el establecimiento de mecanismos de ayuda y asistencia técnica a los montes en régimen privado, el aprovechamiento ordenado de las riquezas cinegéticas y piscícolas, la ordenación de núcleos rurales y, en definitiva, todo aquello que redunde en la elevación del nivel de vida, sin infringir daños al medio físico.

Desde el convencimiento de que es posible un desarrollo industrial, hemos ido en estos meses trabajando en la configuración de un modelo regional industrial. Alejándonos de un voluntarismo irracional, estamos tratando las posibilidades de desarrollo industrial, analizando la situación del mismo en nuestra Región y considerando factores exógenos que resultan condicionantes imprescindibles a tener en cuenta como son los factores estatales, incluso internacionales, y muy especialmente los europeos: y también, cómo no, los del propio mercado. Para la construcción de este modelo, hemos elaborado un programa de análisis de la estructura industrial que nos llevará al conocimiento exhaustivo y pormenorizado de la demanda de todas nuestras industrias, de los aspectos relacionados con la producción y también de la situación y posibilidades de comercialización de los productos o, en su caso, de la incidencia ambiental que nuestros procesos conllevan. El Gobierno regional asume una filosofía que yo llamaría complementaria, y que he expuesto en algunas ocasiones; se trata de que allá donde no sea posible, o donde no llegue la iniciativa privada, incentivar desde la Administración los impulsos y recursos necesarios para complementarla. Este incentivo público regional, para ser económico, debe tener en cuenta además las inversiones que puedan realizar otras Administraciones. Esta actuación tendrá y tenderá a apoyar aquellos sectores en los que la acción del Estado no intervenga pero que nosotros consideramos de interés preferente, como son los ya enunciados; agroalimentarios, o el propio minero, tratando la Comunidad de gestionar, cuando la empresa en toda la dimensión de la palabra sea de interés comunitario, aquellos riesgos no soportables, no asumidos por el propio capital privado. Acción compensadora que revertirá en una participación del proyecto. Esperamos que muchas de las iniciativas que en estos momentos la actividad privada no tiene (no quiere asumir determinados riesgos), por la propia iniciativa y conjunción de las Administraciones Públicas, pueda servir de motor y arrastre y, como locomotora, lance también a un riesgo empresarial para nuestros empresarios castellano-leoneses.

El pasado mes de Febrero se han asumido las funciones y servicios traspasados en relación al Gran Area de Expansión Industrial. Con este instrumento, que ustedes conocen muy bien, vamos a influir en la política estatal de localización de puntos subvencionables, potenciando a los sectores preferentes, que son aquellos que proceden de nuestros recursos naturales hasta hoy infrautilizados, tratando de conseguir el máximo valor añadido de los productos. Como consecuencia, han sido transferidos el cien por cien de los servicios periféricos, en relación con el Gran Area, equivalente al veintiuno coma nueve de los servicios periféricos del Estado en materia de Acción Territorial.

Se han negociado, prácticamente se han cerrado ya, las competencias estatutarias que venía desarrollando el Ministerio de Industria y Energía, incluidas las transferencias provisionales realizadas en fase preautonómica; lo que representa, en esta materia y desde el punto de vista de la acción directa de la industria y energía y de la propia Consejería que también lleva su nombre, el traspaso del noventa y tres por ciento aproximado de la estructura periférica del MINER a nivel de la Comunidad Autónoma. El coeficiente de transferibilidad de la inversión de reposición se ha fijado en el treinta y ocho por ciento, y el de los costes centrales en el treinta por ciento para el máximo nivel autonómico, es decir: País Vasco, Cataluña y Galicia, y el veintisiete por ciento aproximadamente para Castilla y León. A falta de delimitación precisa de las bases de los regímenes minero y energético, a partir de las cuales la Comunidad dispone de competencias, y sin estar suficientemente establecidas la política tecnológica de la pequeña y mediana empresa industrial en relación con las Comunidades Autónomas, se han firmado sendos convenios de cooperación con el IMPI, y con el CEDETTI, de carácter anual, que contribuirán sin ninguna duda, a desarrollar las actuaciones propias de las PYMES, en relación con la innovación tecnológica. Se está en fase de negociación para establecer un convenio de la misma naturaleza con el IGME. Se han llevado a cabo, aún con ciertas dificultades, acciones de apoyo a la localización industrial, a la artesanía, a la minería, se ha mantenido un permanente servicio de ayuda y asesoramiento a las empresas, conduciéndolas o actuando directamente ante organismos o instituciones como el Fondo

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Nacional de Protección al Trabajo, Instituto Nacional de Empleo, Gran Area de Expansión Industrial, SODICAL, Bancos Oficiales, Cajas de Ahorros, Instituto Nacional de Industria, o los Ministerios de Industria y Trabajo.

No desearía, señor Presidente, señoras y señores Procuradores, abrumarles con una relación exhaustiva, porque no quisiera que este debate y este discurso tuvieran ninguna semejanza con lo que fue el de investidura, que, indudablemente, era la presentación de un programa. Es ir dando fielmente cuenta de ese programa, la parte que corresponde a su cumplimiento, y es ir también revisando un programa con que los socialistas y mi Gobierno se presentó a las elecciones. Por eso quiero que Sus Señorías tengan paciencia suficiente para ir viendo cómo se contrastan aquellas cuestiones que aparecen públicamente, o aquellas intenciones que en un momento se dijeron, y se van realizando día a día.

Se ha acudido a la ampliación de capital de SODICAL, aumentando la participación, y por lo tanto la capacidad de acción y de maniobra, y hemos pasado del 0'8 por ciento, al seis por ciento, lo que nos permite estar en la actuación ejecutiva, en definitiva, de este instrumento fundamental en el desarrollo de nuestra Comunidad. Se ha cumplido casi al cien por cien el Plan de Electrificación Rural (y no estoy hablando de promesas, señoras y señores Procuradores, se han supuesto, han supuesto una inversión aproximadamente, en electrificación rural, de mil quinientos millones de pesetas).

Pretendemos que en la Ley de Presupuesto para mil novecientos ochenta y cuatro se plasmen los distintos programas que aquí sólo enumeramos, por cuanto es a estas Cortes, naturalmente, a quien corresponde su aprobación, y que son relativos a diversificación y ahorro energético, minería, artesanía, promoción de las PYMES, localización industrial, investigación, industrialización o comercialización en actividades de especial interés, electrificación rural y plan de abastecimiento a núcleos urbanos. Por otro lado, se han comenzado los trabajos de unificación de procedimientos de tramitación que resultaba ser una anarquía, se ha elaborado un plan de regulación, simplificando y racionalizando todo aquello que se refiere a las tasas por servicios prestados, se han marcado directrices en cuanto al servicio de información y acercamiento al administrado, se han comenzado a establecer planes de inspección por muestreos selectivos, así como a fijar criterios únicos de inspección en toda la Comunidad Autónoma. Además, se han sentado las bases para operar un cambio sustancial en la forma de actuación en este campo, y pretendemos reflejar en los Presupuestos los programas relativos a: Plan informático para modernizar la gestión administrativa en cuanto se refiere a censo industrial, inspección técnica de vehículos, seguimiento presupuestario, etcétera, plan de estación ITV, laboratorios de servicios públicos, laboratorio de medio ambiente, contratación de básculas, inventario de focos contaminantes, e inventario de residuos urbanos e industriales.

En cuanto a política laboral, partiendo de la inexistencia de este área en la anterior Administración Regional, y del señalamiento de competencias estatutarias, en materias de trabajo y cooperativismo en el artículo 29, es decir, no transferibles por el momento, pero teniendo en cuenta la necesidad social de desarrollar ciertas actividades relativas a política de empleo, relaciones laborales, cooperativas y Sociedades Anónimas laborales, se han sentado los presupuestos mínimos para ejercer tales actividades. En concreto, a mediados de Noviembre como saben Sus Señorías, se creo la Dirección General de Trabajo, y en el breve espacio de tiempo transcurrido se ha perfilado su estructura orgánica mínima, y se han establecido los programas de actuación concernientes a: protección de empleo, asistencia al cooperativismo y al trabajo asociado, formación ocupacional y formación sindical, tan importante en esta Comunidad.

En el área de Comercio se está actuando en dos grandes líneas: ordenación comercial y ordenación de la demanda. La primera se ha desarrollado mediante una serie de programas cuyos objetivos últimos son el conseguir una completa, moderna, integrada y eficiente estructura de equipamientos comerciales en un intento de aumentar la competencia y reducir los costes de la distribución comercial. La segunda gran línea de actuación se estructura en un conjunto de programas que intentan concertar la política de demanda con la ordenación de la oferta, buscando la eficacia y operatividad de los mercados a nivel regional. Ambas tareas han necesitado, y lo seguirán haciendo, de una amplia colaboración tanto con el sector privado, como el sector público. Las actuaciones realizadas en el ámbito de la distribución comercial abarcan una serie de programas que van desde el crédito subvencionado, al comercio individual, cooperativo y asociado, hasta los convenios para la subvención de las inversiones de los Ayuntamientos en materia de mercados y urbanismo comercial; desde la promoción de la actividad comercial, tanto interna como externa, al diseño de una política ferial, el desarrollo de un programa de recursos de formación y asistencia técnica o la disposición de una serie de estudios sobre las estructuras y necesidades comerciales de la Región. El instrumento para tramitar y resolver el crédito subvencionado al pequeño y mediano comerciante es el IRESCO, que, con un tiempo medio de tramitación de expedientes de veinte días, ha aprobado un crédito total de mil millones de pesetas, correspondiente al

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programa de ordenación comercial. Este programa se completa con la creación de una línea de crédito de carácter intersectorial para la pequeña y mediana empresa, en la cual participa igualmente el IRESCO en su tramitación y subvención.

En lo referente a equipamientos comerciales y en colaboración con los Ayuntamientos y Diputaciones, se han realizado dos programas cuyos objetivos son el de obtener una distribución y comercialización más eficiente, competitiva y barata a través de inversiones en equipamientos colectivos de carácter social. En el área de equipamientos comerciales en origen, el programa contempla la subvención y crédito en el ámbito de los centros de contratación y distribución hortofrutícolas, redes de frío, centros de almacenamiento y regulación, etcétera. Además de estas actuaciones directas se ha concertado un acuerdo con MERCASA que permite ordenar, dirigir y funcionar conjuntamente los proyectos de esta empresa en el territorio de nuestra Comunidad, que en el próximo trienio contempla unas previsiones de inversión de dos mil trescientos diez millones, que serán subvencionados o participados por la Junta hasta un treinta por ciento.

Proyecto destacado de acción institucional y participación económica en la promoción comercial por parte de la Junta es la creación y potenciación de una Sociedad de Promoción de Exportaciones de Castilla y León (ustedes ya han leído y escuchado el EXCAL) que permita generar las ventajas de una acción coordinada y colectiva de los mercados externos. Como Sus Señorías conocen, esta iniciativa ha contado con una gran aceptación por los medios interesados, haciendo innecesario que el desembolso por su parte de la Junta supere el diez por ciento del capital social.

Excusarán Sus Señorías este rápido repaso a la política comercial del Gobierno, que no son en exclusiva las referencias que acabo de hacer las únicas que se están realizando, pero a veces a la hora de construir el propio discurso y la intervención, y a la hora de recoger las actuaciones puntuales y concretas de la acción y de la eficacia de la Junta, yo mismo me vería abrumado para, en tan poco tiempo, una realización tan importante en un desarrollo tan eficaz de la actuación de los diferentes departamentos y de las Consejerías de mi Gobierno. Por eso no quiero caer en la extensión puntual de cada una de las actuaciones. No nos vamos a permitir referirnos con esa extensión a los condicionantes financieros de que las PYMES y la Junta está abordando a través de la colaboración con las Sociedades de Garantía Recíproca, a los programas de formación propios o concertados, a las áreas de estudios y asistencia técnica, a los Gabinetes de Asesoría Comercial que deberán pasar a formarse dentro de los servicios de ordenación comercial, al importante aspecto de la política de ferias y certámenes, o a la labor desarrollada por la Comisión Regional de precios, lo cual alargaría enormemente mi intervención. Quiero, eso sí, reseñar que hemos mantenido una relación de estímulo y colaboración con las Cámaras de Comercio, Asociaciones Empresariales y Sindicales implicadas en la actuación comercial, con la seguridad de que el trabajo conjunto y coordinado será la mejor manera de alcanzar las metas propuestas, y en esta línea seguiremos actuando.

El turismo en nuestra Región se caracteriza por una demanda débil, constituida fundamentalmente por un turismo de paso. Por lo tanto, la actuación en este sentido se encamina a promocionar nuestros recursos turísticos y a provocar una incentivación de la demanda. Es para ello por lo que tenemos en marcha la campaña de concienciación de turismo interior, cuyas actuaciones comprenden (como ya todas Sus Señorías habrán podido ver): publicidad en vallas, cabinas telefónicas, la prensa, la radio. En una segunda fase, seguramente pronto, la dirigiremos al resto de las Comunidades Autónomas y en una ulterior ofreceremos esta misma oferta turística a otros países de las áreas europeas y a aquéllos donde naturalmente hay un atractivo de nuestra Nación para sus pueblos. Asimismo hemos participado activamente n ferias de importancia internacional en el mundo del turismo, como fue la FITUR, la de Milán y la de Berlín, todo ello en colaboración con el sector de hostelería. Por esta razón hemos creado folletos promocionales de la Comunidad Autónoma junto a calendarios turísticos, carteles publicitarios, tarjetas postales, etcétera, y, a veces (y quiero hacer aquí una reflexión), tendrían que ver Sus Señorías cómo este trabajo de los diferentes departamentos y Consejerías se ha ido realizando a través de la propia iniciativa privada, de aquellos agentes económicos concretos, especializados, que conocen, que demandan, y que, en una armonía impresionante (y desde aquí yo quiero agradecer), han venido trabajando con las diferentes Consejerías para llegar a actuaciones concretas para un asesoramiento común, que ha permitido que la Junta y sus instituciones, sus actuaciones, sus brazos largos como son las Consejerías y Direcciones Generales, hayan estado metidas, perfectamente integradas muchas veces, en el propio tejido social donde los intereses económicos y sociales o sectoriales se estaban produciendo en aquel momento. Se ha concluido el archivo bibliográfico, fotográfico y de diapositivas, lo mismo que el inventario de recursos turísticos recogido en un documento del que tendrán conocimiento en breve.

De común acuerdo con las Instituciones de Salamanca, hemos creado las bases para la creación del Palacio de Congresos y Exposiciones de Castilla y

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León, y en próxima fecha se presentará ante estas Cortes el proyecto de Ley que regule las bases de éstas y otras iniciativas similares que se puedan realizar en la Comunidad Autónoma. Una de las labores importantes de la actuación de mi Gobierno en esta materia ha sido la tramitación de los informes y, consiguientemente, la valoración de los expedientes de crédito turístico dirigidas a las entidades de crédito oficial. Todo ello en aras a conseguir una potenciación y promoción del turismo en nuestra Comunidad. Deseo comunicar a Sus Señorías que en corto plazo se debatirá en las Cortes el proyecto de Ley del Patronato Regional de Turismo, con el objetivo de impulsar, coordinar e integrar las actividades turísticas que desarrollan las Diputaciones, Ayuntamientos, Empresarios de hostelería, etcétera. Este Patronato permitirá también una concentración en la actividad turística, necesaria para la plasmación del programa turístico. Otra institución que se creará en breve es la Empresa Regional de Turismo, que estudiará y promoverá la creación de nueva oferta turística coordinando la iniciativa privada, o incluso tomando a su cargo la creación de nuevas empresas en aquellas áreas que se considere necesario. Como objetivo tendrá: la potenciación de las zonas menos desarrolladas a través de la incentivación a la iniciativa privada, la adecuación de lugares de interés y edificios monumentales para su preservación y uso turístico según criterios de política empresarial y función social. Se potenciarán, asimismo, cursos para estudiantes extranjeros, ya que ello lleva consigo una serie de ventajas sociales y culturales, lo que requiere la colaboración de las autoridades académicas y especialmente el contacto con las universidades extranjeras que mantengan programas de enseñanza de la lengua y literatura española.

Nos enfrentamos al reto de articular, de dar coherencia a la más extensa Región de España, a la mayor entidad territorial de la Península Ibérica y también de Europa. Sobre un territorio de noventa y cuatro mil doscientos cuarenta y siete kilómetros, que contiene prácticamente íntegra la cuenca del Duero y que participa ampliamente en las del Sil, las del Ebro, el Tajo y varios cursos de la vertiente cantábrica, viven más de dos millones quinientas mil personas. Hasta fechas no lejanas, las nueve provincias de la Comunidad han sido y han vivido volcadas sobre sí mismas, aisladas unas de otras, sufriendo los efectos de impactos extrarregionales. Hoy día estas provincias, estos dos millones y medio de castellano-leoneses, se han encontrado y desarrollan un sentimiento de identidad regional. Pero esta cohesión espiritual, estos sentimientos de identidad y solidaridad regional deben apoyarse físicamente cohesionando también el territorio, creando los factores de articulación regional que una a las diversas zonas de la Región, que faciliten y potencien las relaciones entre las gentes de Castilla y León, y, al mismo tiempo, es necesario poner en valor los recursos propios, conseguir la utilización en la propia Región de aquellos recursos de que dispone en grandes cantidades: agua, potencial hidroeléctrico, recursos mineros, tierra, potencial ganadero, etcétera, que no son pocos si se encuentran los procedimientos de utilizarlos adecuadamente. Para ello son necesarias actuaciones especiales, actuaciones que relacionen a nuestras gentes, que mejoren su calidad de vida, que permitan acceder y usar nuestros recursos, que proporcionen un argumento más para sentirse orgullosos de pertenecer a la Comunidad castellano-leonesa. Consciente de estas ideas, aceptando el reto de alcanzar la cohesión regional y de contribuir a crear una conciencia regional, la Junta de Castilla y León ha planteado sus objetivos encaminando sus actuaciones no sólo a resolver los problemas sectoriales que en el ámbito de su competencia se plantean, sino a los objetivos finales que se deducen de estas ideas.

Así, en las materias de Urbanismo y Medio Ambiente, se trata de conseguir una calidad de vida adecuada y conforme con las señas de identidad regional, de conservar estas señas de identidad en los conjuntos arquitectónicos, en los monumentos, pero también en los rasgos de nuestras calles mayores, de nuestras plazas, y en las alamedas y riberas, en los sotos y en los grandes conjuntos naturales que también forman parte de nuestra identidad regional y que empiezan a ser un bien escaso y a veces maltratado. Las actuaciones urbanísticas las hemos abordado en contacto directo con los interesados, asesorando, siguiendo y financiando los planeamientos municipales, y dedicando una especial atención a aquellos municipios que por sus propios medios tendrían dificultades para la ejecución de una política urbanística municipal. Ha sido a través de las fórmulas de convenios con Diputaciones Provinciales, o en su caso de subvenciones a los Ayuntamientos, como hemos concretado esta colaboración y apoyo. Tengo que poner de relieve que la conciencia sobre la ordenación urbanística está calando en nuestra Comunidad y que especialmente los núcleos de mayor población son también en los cuales esa conciencia se manifiesta de una forma más palpable. En concreto, y por su especial trascendencia, tengo que referirme a que hemos aprobado los Planes Generales de Valladolid y de Salamanca y la modificación del Plan General de Ponferrada. Esta especial preocupación por la ordenación urbanística también se ha extendido a la conservación y protección de zonas y comarcas en las que concurre un patrimonio ecológico y paisajista, para el que mi Gobierno es especialmente sensible. Así, las comarcas de Sanabria y de Gredos están siendo objeto de un riguroso estudio que, sobre la base de anteriores actuaciones, concluye aquellas medidas que tenemos que adoptar para revitalizarlas y protegerlas. Esta atención especial al patrimonio ecológico se extenderá también a otras zonas y lugares que requieren esa

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protección, como estamos haciendo en Río Lobos, elaborando un programa para la realización de un Plan Especial. En cuanto a la protección del medio ambiente, hemos optado por estimular y animar las acciones de protección ambiental más que por utilizar actuaciones restrictivas. Pensamos que la utilización de los recursos de la Comunidad, subvencionando instalaciones para depuradoras de vertederos, que son los focos contaminantes más importantes cuantitativamente, pueden mejorar el problema de la contaminación. Asimismo, estamos abordando la realización de estudios de impacto ambiental y de alternativas que servirán de base para un tratamiento de los espacios naturales de interés, evitando su deterioro. Estos estudios los centramos en los lugares más significativos y en las áreas más deprimidas.

La vivienda es una necesidad importante en todos los lugares, y en concreto para nuestra Región. Gran parte del parque de viviendas sufre, como saben sus Señorías, problemas de envejecimiento y una proporción nada desdeñable de abandono. Es necesario proporcionar a los castellano-leoneses viviendas dignas, conformes con la calidad de vida que se trata de proporcionarles. Pero también es necesario evitar la destrucción del patrimonio, de las señas de identidad que se mencionan, y, al mismo tiempo, evitar el despilfarro energético que supone el transporte cuando las viviendas se alejan progresivamente de los cascos históricos. Por eso la política de rehabilitación, las soluciones imaginativas al problema de la vivienda evitando actuaciones masivas que enajenan la personalidad individual, será una de las líneas de actuación más destacadas en esta materia. Con ello se trata de conseguir no sólo la conservación de la personalidad de cada familia evitando la insolidaridad de la masificación, sino su integración en comunidades vivas, que es el primer y más importante paso para la formación de un sentimiento regional auténtico.

Las posibilidades de actuación de la Administración autonómica en este campo presenta distintas situaciones en función de la complejidad del proceso de transferencias. Las correspondientes al Patronato de la Vivienda Rural, ya transferidas, deben completarse con el futuro abanico de posibilidades que las transferencias sobre promoción pública de la vivienda y apoyo a la iniciativa privada van a permitir. Esto va a suponer que la Comunidad va a contar con un mayor nivel de decisión e intervención, pero supone también asumir una pesada carga dada la complejidad y entidad del parque heredado. En efecto, la Administración Autónoma recibirá un importante patrimonio que tiene entre otros problemas unas dos mil viviendas necesitadas de una urgente reparación, urbanizaciones en estado deficiente que provocan permanentes conflictos con las Administraciones Locales, polígonos residenciales sobredimensionales, cuya ocupación implicaría el desalojo de las antiguas ciudades y, además, una importante confusión sobre la situación jurídica de grupos y polígonos. La posibilidad de poner en el mercado un paquete importante de viviendas cuyo precio esté adecuado a la posibilidad de la demanda, pasa por una política estatal de viviendas: el plan llamado cuatrienal, del que nuestra Comunidad Autónoma va a ser gestor e impulsor. De los estudios realizados se desprende que somos una de las tres Comunidades con unas perspectivas más favorables en el presente momento en lo relativo al sector de la construcción. Esta situación puede mantenerse, de acuerdo con los contactos habidos con agentes del sector, si el citado plan cuatrienal consigue afianzarse en su gestión y si las instituciones financieras le prestan su apoyo. (De hecho, en este momento, las Cajas de Ahorro de la Región han suscrito ya convenios que cubren aproximadamente el noventa por ciento de la cifra en principio necesaria para la misma). Esta política de vivienda tiene un carácter experimental en lo que respecta a la rehabilitación del patrimonio edificado. Si este es un problema considerado prioritario a nivel general, en nuestra Región tiene especial relevancia, tanto en el medio rural como en el urbano, dada la extraordinaria calidad y valor de partes importantes de nuestras ciudades. Así pues, la rehabilitación, tanto pública como privada, protegida o libre, debe pasar esta época conscientemente experimental hasta llegar a ocupar un porcentaje importante en la ocupación del sector.

Las carreteras son ejes que canalizan relaciones, que vinculan espacio, que unen pueblos y ciudades; no sólo vías de paso para foráneos. Y en esta línea se inscriben los programas de actuación, favoreciendo carreteras por y para la Región castellano-leonesa. Castilla y León, en consonancia con su extensión territorial, cuenta con una amplia red de carreteras, y en esto quisiera decirles la anécdota de pedir a la propia Consejería y a la Dirección General correspondiente y los caminos y carreteras de primera y de segunda importancia, para entendernos, aproximadamente son ochenta mil kilómetros en la red que tenemos en estos momentos, de las cuales, naturalmente forman una parte de lo que se llama la red principal, y de ésas once mil kilómetros van a ser de titularidad, a partir de ahora, regional, es decir transferidas, lo que representa aproximadamente el setenta y cinco por ciento del total de la red. Como tradicionalmente se ha expuesto, la red de comunicaciones en nuestra Región ha desarrollado un escaso papel vertebrador, ya que ha sido pensado más para atravesar la Región que para facilitar las relaciones internas de la misma. Por tanto, es objetivo prioritario articular y vertebrar nuestras comarcas, a través de la mejor utilización de las carreteras existentes, potenciando para ello los ejes transversales, lo cual habrá de redundar en un mayor acercamiento entre los hombres de nuestros pueblos y ciudades. Es obvio que esta potenciación de los ejes transversales no puede excluir la acción de la mejora del

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estado actual de nuestras carreteras, siendo, por el contrario, en muchos casos, un acicate para la mejora sustancial del estado de ellas. En otras ocasiones he manifestado el compromiso de mi Gobierno de elaborar un Plan Regional de carreteras; hoy les tengo que decir que hemos progresado en la elaboración del mismo y que ya hemos finalizado la primera de sus fases que es la de jerarquización y clasificación. Este plan, cuya ejecución se llevará a cabo en coordinación con el Plan Nacional, recoge nuestro objetivo prioritario, que es la articulación y vertebración regional que, además de servir como red de comunicación, coadyuvará también al desarrollo económico de nuestra Región.

Igual importancia le atribuimos a la coordinación y colaboración con las Corporaciones Locales, tanto en las inversiones para saneamiento de poblaciones, como en aquellos derivados de la sequía que necesitan de un programa de aprovechamiento de aguas superficiales y subterráneas. En cuanto a las inversiones para mejora y aplicación de regadíos, ya he señalado, en otro momento, cómo la inversión de mi Gobierno va a permitir finalizar la legislatura con treinta mil hectáreas de nuevo regadío. Convendrán en que estas medidas van a suponer un importante esfuerzo inversor que debe beneficiar fundamentalmente a las empresas de la Región. Por ello, los proyectos de inversión se van a realizar de forma que la pequeña y mediana empresa, mayoritaria en nuestra Región, esté en condiciones de acceder a las mismas, poniendo limitaciones y condiciones que coadyuven a ello, como el establecimiento de topes máximos de contratación, incentivando a la vez la cooperación entre las propias pequeñas y medianas empresas.

Nuestra política de transportes la hemos emprendido considerando que la comunicación con los agentes sociales implicados y una participación activa de éstos en el diseño del planteamiento era el mejor punto de partida, en la misma línea en que he hablado de otras actividades importantes que se producen sectorialmente desde la propia iniciativa, y a veces recogiendo iniciativas de sectores privados. Por eso representó para nosotros una gran satisfacción la gran participación que tuvieron las Jornadas sobre el Plan Director de Transportes de la Región que se celebraron en León a finales del pasado año. Fruto de estas Jornadas, que nos permitieron calibrar la situación del sector en la Región y evaluar su problemática, es el programa de actuaciones elaborado por mi Gobierno. Complementando estas Hornadas, y dentro de un plan global a nivel estatal, se procedió, en los meses de Octubre a Diciembre, a realizar una inspección sorpresa del transporte de mercancías por carreteras que nos permitió contar con un mayor conocimiento de aspectos como el cumplimiento de normativas vigentes o el porcentaje de vehículos que se sustraen a las reglas del mercado. En cuanto a las líneas regulares de viajeros, que tienen una problemática muy compleja por la distribución de la población en la Región, estamos concibiendo la contratación de las líneas en las comarcas de Sanabria-Aliste y el Bierzo, como un estudio piloto que nos sirva de base, para un posterior, para una posterior reordenación del sector.

Sobre las estaciones terminales de viajeros y mercancías, hemos establecido sobre las mismas una programación que nos ha permitido continuar la tramitación de los expedientes iniciados por el Estado, en los casos en los que se han determinado viables, e iniciar la tramitación de los expedientes previos a la construcción de las estaciones de autobuses de León y Segovia, que, como Sus Señorías saben, eran las únicas capitales de provincia que no contaban con ellas dentro de la propia Comunidad Autónoma. En cuanto a las existentes, se ha asumido la explotación de Avila, Palencia, Salamanca, Ciudad Rodrigo, Béjar y Valladolid, estando en construcción las de Ponferrada y Soria.

Para atender a las zonas rurales, se están construyendo marquesinas en los puntos de embarques situados en las confluencias de carreteras que permitan, al menos, resguardar a los viajeros de las inclemencias del tiempo. Y si he querido traer expresamente esta frase "sencillo hecho", de las actuaciones a donde desciende la sensibilidad de mi Gobierno, para decir que, como este hecho, podría en un discurso interminable poder ir procediendo a enumerar importantes actuaciones. Pero esta acción humilde pero importante, porque son a los humildes y a los más desprotegidos a los que van dirigidas acciones de este tipo, es un buen ejemplo de cuál es la sensibilidad, y cuál es el constante y la constante actuación de las diferentes Consejerías y de las diferentes Direcciones Generales de mi Gobierno.

Del transporte ferroviario, como ustedes saben, del que voy a hablar también, se ha firmado con la RENFE un convenio por el que se crea un grupo permanente que coordine las actuaciones en materia de transporte ferroviario que afecten a Castilla y León. En este apartado debo señalar (con toda sinceridad y preocupación) que estamos profundamente preocupados por las noticias que desde el Ministerio de Transportes y RENFE están llegando sobre un posible cierre de determinadas líneas que entendemos tienen una gran importancia en nuestra Región. Estamos acumulando, en colaboración con Ayuntamientos, Sindicatos y otros colectivos, información que nos permita poner de relieve la trascendencia de estas líneas para evitar que se produzca tal eventualidad. Pero no les quiero hacer a Sus Señorías, en este caso, la gracia de que no se conozcan desde esta tribuna y desde mi palabra cuál es la honda preocupación que en estos momentos tenemos en el Gobierno de la propia Comunidad; y yo quisiera también encontrar en Sus Señorías

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ese respaldo, para ver cómo hay cuestiones del Estado en la Región que no son matizadoras muchas veces por los aspectos programáticos e ideológicos de los Grupos Políticos.

En el transporte aéreo, al no disponer de capacidad operativa, mientras por el Estado no haya un pronunciamiento sobre cuáles son los aeropuertos de interés general, nuestra gestión se ha limitado a establecer contactos con la Dirección General de Aviación Civil para conocer sus planes y expresar nuestras ideas en aquellos que afecten al futuro de los aeropuertos de la Región.

Nuestro programa electoral que, como consecuencia del respaldo de nuestro pueblo, pasó a convertirse en programa de Gobierno con la anuencia y consideración de esta Cámara, expresaba que la política económica se ceñiría a un Plan Regional claramente definido que "permita sentar las bases de un desarrollo armónico y homogéneo a la vez que alcanzar los objetivos económicos, sociales y territoriales, tanto a medio como a largo plazo. La relación y la redacción de este plan, por su importancia para el futuro de la Región, no permite improvisaciones, y es por lo que mi Gobierno está llevando a cabo un importante trabajo que permita abordarlo con las máximas garantías de eficacia para nuestra Comunidad. Metodológicamente, el Plan Económico Regional se ajusta a los establecidos en la Comunidad Económica Europea que han servido inevitablemente de referencia a los realizados o en vías de realización por otras Comunidades Autónomas. Esta estrategia busca ajustarse a las normativas de ayuda internacional que, con la integración futura de nuestro país en la Comunidad Económica Europea, estamos en condiciones de recibir. La Junta de Castilla y León, consciente de la necesidad de contar en el más corto plazo posible con este instrumento, se compromete a enviarlo a estas Cortes antes de que finalice el presenta año para su discusión y, en su caso, aprobación por Sus Señorías. Me interesa señalar que en dicho proceso de elaboración, los agentes sociales implicados serán claramente invitados a participar con sugerencias y propuestas en el mismo, saliendo al paso de algunas manifestaciones, y adelantándose a la voluntad claramente definida y participadora del Gobierno que presido. Este Plan Económico Regional, partiendo de un diagnóstico y una estrategia definida, incorpora en sus capítulos las medidas y las inversiones públicas a realizar y los medios financieros disponibles. Cabe decir que, en su conjunto, la Junta ha ido poniendo en marcha buena parte de las medidas contempladas, y en lo referente a las inversiones, el Comité de Inversiones Públicas encargado de su diseño y coordinación actúa, desde su creación, según los criterios contemplados en el Plan. Así, mi Gobierno está actuando en función de dos niveles de prioridades en cuanto a los criterios de asignación de la inversión. Un primer nivel plantea aquellas prioridades sectoriales consideradas en el Plan y el grado de compromiso de la Junta en cada sector, dado el nivel de competencias y la inversión de otras Administraciones Públicas. Y un segundo nivel que atiende a la generación de empleo, preocupación permanente de mi Gobierno, a los efectos de arrastre sobre otros sectores y a la rentabilidad financiera de la inversión tanto interna como inducida. Estas prioridades se concretan en un plan trienal de inversiones, de carácter deslizante y abierto, que forma, junto al programa de inversiones de la Administración Central para Castilla y León, un marco definido, coherente y eficaz de la inversión pública de la Región.

En este apartado tiene una importancia crucial el Fondo de Compensación Interterritorial que constituye la mayor parte de los recursos que nuestra Comunidad puede dedicar a inversiones. En estos momentos, la autonomía de mi Gobierno, para su asignación, está mediatizada por el nivel de competencias asumidas y por la subrogación que realiza la Comunidad de todos aquellos proyectos programados y en vías de realización por organismos de reciente asunción, lo cual resta autonomía, indudablemente, a la aplicación efectiva de las prioridades dictadas por el Gobierno regional. No obstante, en los proyectos de competencia estatal y en el curso de las negociaciones realizadas en el seno del Comité de Inversiones Públicas Nacional, por primera vez se ha logrado introducir prioridades netamente regionales, y con ello el Fondo de Compensación Interregional de mil novecientos ochenta y cuatro responderá a la estrategia de desarrollo definida en el Plan y a los criterios de priorización expuestos con anterioridad.

Otro apartado de extremada importancia para mi Gobierno, en el que se concretarán nuestras líneas de actuación para el presente año, son los Presupuestos Generales para la Comunidad, de mil novecientos ochenta y cuatro, y que anuncio la próxima entrada, y que justifico. Como Sus Señorías saben, el señor Consejero ha tenido la ocasión de exponer las razones por las cuales, (creo que ha sido un acierto), no los hemos enviado antes a la Cámara. Sus Señorías sabrán comprender esas dificultades que significan al realizar unos Presupuestos que suponen multiplicar por más diez probablemente los anteriores, simultáneamente al proceso de transferencias y competencias, así como sus valoraciones definitivas y la dificultad de tener los números suficientes y precisos para poder jugar con veracidad y con rigor sobre los mismos. Es por ello que, frente a la rigidez de plazos de imposible cumplimiento, hemos optado por la cautela y la responsabilidad, por el rigor y la seriedad con que debe contar la elaboración de unos Presupuestos Generales para nuestra Comunidad en prácticamente su primer año de autonomía financiera. Ustedes saben muy bien cómo elaboramos los Presupuestos para mil novecientos ochenta y tres, intentando exclusivamente

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que la reproducción eficaz, transparente de los propios hechos contables fueran más lo que nos llevaba a hacer unos Presupuestos, y que fuimos de las pocas Comunidades que al final los hicimos para que Sus Señorías pudieran seguir como lo han venido siguiendo el gasto y la actuación presupuestaria a lo largo de mil novecientos ochenta y tres; pero desde luego no se puede decir que aquéllos fueran unos Presupuestos Generales de la Comunidad, y unos Presupuestos desde luego financieros. No olvidamos nunca, no podemos, el curso que nuestra acción de Gobierno para nuestra Región tiene el problema de la propia distribución homogénea de los recursos, es un problema muchas veces de hombres y servicios. Nuestro Estatuto de Autonomía se refiere en su artículo 31.1 a un instrumento específico para combatir las desigualdades territoriales. Este instrumento, que en forma de proyecto de Ley de Fondo de Compensación Regional, será enviado a estas Cortes a comienzos de mil novecientos ochenta y cinco establecerá, con una vocación de permanencia, una serie de criterios para la distribución de los fondos de inversión entre aquellos que se encuentren en una peor situación relativa con respecto al conjunto de la Comunidad, combatiendo con el principio de eficacia las causas del subdesarrollo en cada zona del conjunto regional.

Hemos dejado a un lado, en este apartado, lo referente a la Hacienda regional, por encontrarse sus aspectos más sustantivos en proceso de negociación con el Estado. Lo que sí puedo garantizarles desde ahora es la importancia que le atribuimos por lo que estamos organizando, para poder gestionar con éxito, el campo tributario, ya que de fallar éste difícilmente se podrán lograr nuestros objetivos.

Finalizando este apartado, voy a referirme a un tema que nos preocupa enormemente a todos los castellano-leoneses, como es el hecho de que el ahorro que se produce en la Región sea trasvasado a otras Comunidades más industrializadas. Hemos señalado que para evitar esta fuga es necesario articular un sistema financiero regional, canalizar progresivamente el ahorro regional en la financiación de inversiones públicas y privadas, y generar unas vías de financiación preferentes, de créditos a largo plazo, para los sectores claves impulsores del desarrollo del empleo en nuestra Región. La consecución de estos objetivos, a través de los instrumentos y las medidas adecuadas, está condicionado por las limitaciones que establece la Constitución al atribuir competencias exclusivas al Estado en materia de política financiera. Sin embargo, sí vamos a actuar en este terreno con los instrumentos a nuestro alcance, como son las competencias en materia de Cajas de Ahorros y Cajas Rurales, y estableciendo negociaciones con los Bancos que actúan en la Región para la financiación de proyectos concretos de inversión regional, orientados en particular hacia la pequeña y mediana empresa. Pensando también en la financiación de las pequeñas y medianas empresas, hemos potenciado nuestra presencia en las Sociedades de garantía recíproca, tanto actualizando nuestra participación en el capital, como interviniendo más activamente en sus Consejos de Administración, y vamos a apoyar su funcionamiento creando o participando, junto al Estado, en Sociedades de segundo aval.

En el análisis de la situación y perspectiva económica y social de nuestra Región, no puede faltar la consideración del factor europeo como un elemento que de inmediato se proyectará sobre nuestra realidad regional. Es verdad lo que los periódicos en sus editoriales de estos días venían manifestando: la preocupación de cómo veinte años atrás se ha venido hablando de la posible influencia y el impacto que puede producir el ingreso de España en la Comunidad, y cómo parece que llega el momento, y las estructuras, la actuación estructural (incluso ahora en el Estado de las Autonomías, de las Comunidades), que poco se preparan (quizá en un sentido de sincera autocrítica), qué poco quizá nos estamos preparando para recibir la situación, la nueva situación económica y social de nuestra entrada en la Comunidad.

Es claro que la competencia sobre las relaciones internacionales corresponde, en forma exclusiva al Estado, y sus foros y sus instituciones corresponde a la dirección de los asuntos exteriores. Sin embargo, yo he precisado ante Sus Señorías que nada de lo que ocurra, o pueda ocurrir en Castilla y León es ajeno a este Gobierno; y, por lo tanto no resulta ocioso, y por lo tanto es inevitable entrar, y de obligado interés, estudiar las consecuencias y los efectos que de la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea se deriven para nuestra Región. Y también porque, miren, en estos momentos tengo la impresión -utilizándola en unos términos ambiguos- de que en algunas ocasiones Castilla y León, esta Comunidad, ha perdido el ritmo histórico por no preocuparse, por no proyectarse hacia el futuro; y no queremos que esto pueda producirse una vez más. Nos tiramos los castellano-leoneses horas y días enteros hablando de nuestra historia, hablando de nuestro pasado, hablando de nuestras piedras, pero pocas veces pensamos en que los que estamos en estos momentos, los que somos, tenemos que construir no solamente nuestro presente, sino construir nuestro futuro, y este es un buen momento, importante momento, el que tenemos con la apuesta seria del ingreso de España en la Comunidad Económica Europea. Las consecuencias de la adhesión para la economía regional presentan sus ventajas probablemente y sus inconvenientes (y estoy haciendo un análisis desde una posición inconcreta, probablemente, porque no se tengan todavía los datos suficientes para ver

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el impacto que pueda suponer en la economía regional). La industria de la Región, poco diversificada, obsoleta y minifundista, pude sufrir un duro impacto, derivado fundamentalmente del desarme arancelario, que la sitúa en una baja competitividad internacional. La integración será favorable, si podemos adaptarnos, y sabemos, a las nuevas condiciones, y penetrar en el mercado europeo. Por lo tanto, los plazos de adaptación, en este aspecto, son fundamentales para permitir una adecuada competitividad, y más aún en nuestra Región donde, como he apuntado antes, existe un fuerte predominio de pequeñas empresas que presentan más dificultades para su adaptación a las innovaciones tecnológicas.

El sector agrario parte de previsiones probablemente más optimistas, aunque no deja de presentar problemas para el desarrollo de la Región. Serán las producciones vegetales, en líneas generales, las más favorecidas; así como entre las perjudicadas, probablemente también estará la leche de vacuno si antes desde luego no hemos conseguido mejorar el nivel y la capacidad y rentabilidad de nuestras explotaciones.

Especial relevancia tienen las regiones dentro de la Comunidad Económica Europea, ya que no es posible una integración verdadera de los estados miembros mientras persistan las grandes diferencias en los niveles de desarrollo de las mismas. Los días veintiséis, veintisiete y veintiocho del pasado mes de Enero, se expusieron en el Parlamento Europeo una serie de ponencias entre las cuales destacaba la de Mr. Hutton, referente a los desequilibrios regionales en la que yo mismo participé y expuse la idea, compartida por muchos, de la necesidad de reformar y ampliar los fondos comunitarios, no solamente del F.E.D.E.R. como instrumento de redistribución de fondos para una política de desarrollo armónico y equilibrado, sino también del F.E.O.G.A. y del F.S.E. Por lo tanto, el acceso a este tipo de instituciones comunitarias puede aportar instrumentos financieros, potencialmente interesantes para nuestra Región. El proceso de adaptación, en cualquier caso, hay que comenzarlo cuanto antes y poner en marcha una serie de medidas encaminadas a la mejora y racionalización del aparato productivo. El Gobierno, en este sentido, ha tomado una serie de medidas, se ha firmado un convenio entre la Consejería de Economía, Hacienda y Comercio y el CIHEAM (Centro Internacional de Altos Estudios Agronómicos del Mediterráneo) para la formación de especialistas castellano-leoneses en la normativa comunitaria y para iniciar los contactos pertinentes con las autoridades comunitarias antes de la adhesión; asimismo está prevista la conclusión de un acuerdo con las Cámaras de Comercio e Industria de la Región y el Centro de Documentación Europea, mediante el cual se facilitará a las empresas de la Región toda la información relevante sobre normativas y mercados existentes en la C.E.E. con el fin de que éstas, ante la nueva situación que se avecina, puedan adaptar sus procesos de producción.

Se fomentará (y lo estamos haciendo ya), el estudio de propuestas ante todas las fuerzas económicas y sociales de la Región a través del Consejo Económico de próxima creación, no sólo para definir peticiones a los negociadores españoles encargados de la incorporación, sino también para diseñar mecanismos e instrumentos que contribuyan a una mejor adaptación de la economía castellano-leonesa.

Las actividades que mi Gobierno realiza en el área del Bienestar Social, y que no voy a hacer exhaustiva ni pormenorizada, estamos realizando actuaciones, y en este área quizá más que en otras; evidentemente son realizaciones y actuaciones concretas las que estamos realizando y las que vamos a realizar. Yo quisiera fijar con claridad dónde estamos, cuáles es nuestro nivel efectivo de autonomía y, conforme a ese baremo, con qué medios podemos contar.

El Bienestar Social, como Sus Señorías saben, abarca campos tan dilatados como el de la Sanidad y la Salud, el Consumo, los Servicios Sociales, motivos todos ellos de una fundamental preocupación por su clara incidencia social y porque repercuten de una manera decisiva en el bienestar y desarrollo de nuestra Comunidad. No se pueden plantear objetivos tan claros y tan amplios sin haber conseguido unas competencias definidas, lo mismo que es prioritario para mi Gobierno, como elemento esencial de su política, la creación en su caso, o el fomento, y aplicación en el suyo de las bases mínimas exigibles en materias de Sanidad, Servicios Sociales, orientación y formación en las áreas de higiene, control de la calidad en el consumo, disciplina e inspección de productos alimentarios, etcétera. Refiriéndome al área concreta de la Sanidad y la Salud, el nivel de competencias conseguido es prácticamente total, tanto en su capacidad de desarrollo como en el de su posterior ejecución. Hemos logrado incrementar en un cincuenta por ciento el personal que se ha transferido de las Direcciones Provinciales de Salud, una vez que se finalizó la valoración definitiva de la Comisión Mixta y publicado en su Decreto correspondiente de transferencias. Para dar una respuesta a la deficiente situación sanitaria heredada, nos hemos propuesto poner en marcha, y está ya en vía de hecho, un sistema de información sanitaria con el fin de planificar y evaluar los diferentes servicios, tratando de llegar a un sistema integral de actuación primaria de la salud que se extienda a toda la población, con servicios, que entendemos básicos, como es la salud escolar, la planificación familiar, la salud mental, y los fundamentales de vigilancia epidemiológica

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y de saneamiento ambiental. Fruto de esta acción es la creación de centros de planificación familiar en todas las provincias de la Región.

En cuanto a la salud mental se refiere, y para acabar con la deficiente estructura asistencial existente, vamos a potenciar al máximo la actuación del Instituto de la Salud Mental de Castilla y León. Las actividades en salud pública se han movido en el estrecho cauce marcado por la no transferencia del INSALUD y el retraso en la elaboración de la Ley General de Sanidad. Esto, junto a la existencia en la Comunidad de graves problemas sanitarios, como son la alta presencia de enfermedades de transmisión hídrica y las zoonosis, hacen el panorama inadmisible sanitariamente y socialmente intolerable. Se han efectuado numerosas reuniones de coordinación con los responsables del INSALUD de cada provincia, al objeto de valorar esta situación administrativa del sistema sanitario en Castilla y León, y se han llegado a acuerdos de cooperación puntuales, como el caso de revisiones escolares. Por otra parte sigue abierta la línea de trabajo para la necesaria integración sanitaria, creación del mapa sanitario con la definición de zonas de salud, ubicación de los primeros centros de asistencia primaria, etcétera.

Responden a la mejora y aprovechamiento de recursos humanos los primeros cursos de reciclaje para médicos titulares que, con duración de dos meses y en diversos centros hospitalarios dependientes del INSALUD, demuestran el ejemplo de lo conseguido en materia de colaboración con la parte asistencial del sistema. Se tienen preparador igualmente otros cursos de salud pública de cuarenta horas de duración, el primero de los cuales comenzará el día quince de marzo, lo mismo que se vienen realizando cursillos intensivos sobre técnicas de laboratorio en la Dirección Provincial de la Salud.

Las circunstancias sanitarias a las que aludíamos al principio nos indujeron a dar prioridad en conseguir una correcta cloración de las aguas, especialmente en los pequeños municipios, entrando en contacto con los Ayuntamientos respectivos, mediante circulares e instrucciones, al objeto de que esta elemental medida de salubridad sea cumplida estrictamente. Quiero volver a hacer aquí otra llamada y otra reflexión para que vean Sus Señorías cómo la acción de Gobierno, en colaboración permanente (y casi yo diría, si me permiten la petulancia, perfecta con las Administraciones Locales), viene realizando esta Junta en materias de tanta sensibilidad para todos los castellano-leoneses, y sobre todo para aquellos más desprotegidos y por lo tanto con menos medios. Hemos puesto en marcha asimismo un plan de largo alcance para el control de la Hidatosis y de la Brucelosis extendida a toda la Región y que, dada su importancia, requieren una amplia gama de colaboraciones. Justamente con el Ministerio de Sanidad y Consumo, mi Gobierno ha participado en la campaña informativa sobre prevención del bocio endémico encargándose de la distribución de material informativo para médicos y sanitarios. En los próximos días comenzará el programa de revisión preventiva escolar, lo que ha supuesto la edición de manuales de revisión y la creación de una ficha informatizada para el seguimiento de niños con anomalías, en coordinación con las autoridades educativas. Igualmente, y de cara al verano, existe ya un Plan de control de sanidad de playas fluviales y zonas de ocio, como se han gestionado ciento dieciséis millones de pesetas al objeto ya de renovar los consultorios de doscientos diez municipios.

Con la publicación en un breve plazo de tiempo del Decreto de Transferencias, se atribuirán a nuestra Comunidad todas las competencias que en materia de disciplina de mercado ostentaba la Administración Central, excepto aquellas correspondientes a las medidas disciplinarias del Consejo de Ministros. Fruto de esta negociación es el contar con ochenta y nueve nuevos funcionarios dedicados a las tareas de inspección y procedimiento, duplicándose así el número de efectivos existentes. Nuestra acción está encaminada a poner a disposición de la Comunidad un conjunto de información y medios para lograr la protección de la salud y seguridad física de los consumidores con la consiguiente protección de sus intereses económicos; la formación e información de los consumidores y, en definitiva, la promoción de su participación en las tareas de la política de consumo a través de sus organizaciones. En base al acuerdo logrado con el Instituto nacional del Consumo, gestionaremos durante este año la concesión de subvenciones a las organizaciones de consumidores.

Hemos realizado, y estamos realizando, un gran esfuerzo presupuestario destinado a fomentar las ayudas a aquellos municipios que están comenzando a realizar tareas en esta materia, remitiendo circulares a los municipios, ofreciéndoles el concurso de todos los medios disponibles en este ámbito. Así mismo, hemos llegado a un acuerdo con la Secretaría General del Consumo a fin de que ésta ceda a mi Gobierno las subvenciones previstas a los Ayuntamientos. Potenciar la participación de los movimientos de consumidores desde los ámbitos regional y local, dando impulso a los órganos de participación que integren dichos movimientos, es tarea también prioritaria de mi Gobierno, que deberá acompañarse necesariamente de un esfuerzo en los servicios de inspección propios y los de los municipios, junto a su correcta coordinación. Con el fin de permitir un soporte técnico adecuado para toda la política de Consumo, que sucintamente he expuesto a Sus Señorías, debo de señalar que será necesario un esfuerzo

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inversor en materia de laboratorios y de control de calidad. En la actualidad se encuentran transferidas las nueve Direcciones Provinciales, así como las nueve del Instituto Nacional de Asistencia Social, y la práctica totalidad de centros y establecimientos dependientes de este organismo autónomo, que suman un total de cuarenta y seis. Hemos logrado asimismo servicios tan importantes y de tanta trascendencia social como son las guarderías infantiles laborales, y las de la protección de la mujer y menores. Contemplamos como tarea inmediata la reestructuración en la organización periférica de los servicios sociales, unificando las diversas competencias transferidas y de cuya gestión se encargará el Instituto de Servicios Sociales de Castilla y León que estamos creando. Nos disponemos con todo empeño a elaborar y enviar a estas Cortes, en un breve plazo, la normativa que desarrolle el derecho de los ciudadanos a los servicios sociales y ordene las competencias. Estamos elaborando un inventario de recursos sociales existentes en la Región, lo que nos permitirá la edición de una guía en la que se reflejen todos los aspectos de asistencia y servicios, y los hagan más accesibles al ciudadano. En colaboración una vez más con Ayuntamientos y Diputaciones, hemos creado centros de servicios sociales comunitarios que, con carácter polivalente, promueven y posibilitan el desarrollo del bienestar social mediante las cuatro grandes coordenadas que, como ya he señalado a Sus Señorías, son ejes motrices de esa necesaria política, y que son: la información, la orientación, la promoción y la asistencia.

En la óptica desde la que mi Gobierno contempla el hecho cultural, la actuación ideal de la Administración sería aquélla que se centrara en establecer las condiciones idóneas para hacer fecunda la creatividad, la que se preocupe de suministrar los servicios y medios que la alimentan, la que se cuidara del fomento en la pluralidad de opciones y el resurgimiento de instancias organizativas autónomas; aquella intervención, en fin, que tenga por objeto participar en la dinámica socio-cultural como fruto de la propia riqueza de la sociedad, de forma que los protagonistas de la vida cultural sean los ciudadanos, asociados o no, respetando plenamente los derechos y libertades constitucionales relacionados con la cultura, como son: la libertad de creación, de asociación y de expresión. Dentro de esta necesaria promoción socio-cultural, hemos marcado unos objetivos básicos: potenciar el asociacionismo socio-cultural de forma que se fortalezca la creatividad en nuestra Región, siendo imprescindible para ello el respeto y el fomento de la pluralidad, de su autonomía y la coordinación del movimiento socio-cultural; el aprovechamiento de todas las fuerzas que sean susceptibles de ser dinamizadas, la potenciación de los sectores de vanguardia más activos culturalmente. Con este fin hemos elaborado un fichero de los artistas plásticos y artesanos, salas de exposiciones, estudiando también en profundidad las obras que albergan nuestros museos regionales y, en la medida de lo posible, las colecciones particulares. El Gabinete de Documentación e Información puesto ya en marcha, nos va a permitir mantener informados a los artistas de todo aquello que pueda serles de utilidad en el mundo de las artes, incidiendo especialmente en la información sobre becas, bolsas y pensiones existentes, y en lo que pueda facilitarles el desarrollo de su propia obra y la ampliación de sus conocimientos. Quiero aquí, señor Presidente, señoras y señores, manifestar nuestro particular interés por la artesanía popular, estando trabajando mi Gobierno en un proyecto de protección, de forma que se mejoren las condiciones de vida y trabajo de nuestros artesanos.

En teatro, música y danza, nuestra actuación va encaminada fundamentalmente a popularizar y descentralizar la oferta, con atención especial a la formación de las futuras generaciones, insertando de manera estable estas manifestaciones populares en la vida cotidiana de los Municipios, una vez más haciendo que no sean iniciativas esporádicas sino actividades vivas y cotidianas. Es principio que la promoción de todas las actividades de todo orden cultural nos lleven también a situaciones concretas de actuaciones importantes, demandadas permanentemente por la Sociedad. Y en este sentido es necesaria la formación de una orquesta regional que acerque la música clásica a nuestros ciudadanos, haciendo de ella una embajada cultural de nuestra propia Comunidad, no solamente en su acontecer y su distribución interna de la Comunidad, sino como embajada permanente hacia otros lugares y otras Comunidades del Estado español. Llevamos a cabo una campaña de difusión cultural itinerante, especialmente con grupos musicales, teatrales, etcétera, buscando sentar las bases del proyectado Centro de Arte Dramático Castellano-leonés.

Respecto de la cinematografía, entre las actuaciones contempladas se encuentran tres que son fundamentales: la búsqueda de nuevas formas de distribución, con el fin de que nuestra Región cuente con una cinematografía de alta calidad; el estudio de convenios cinematográficos de coproducción, una de cuyas muestras prácticas, como ustedes también conocen (una vez más tengo que hacer referencia a los medios, a los cuales agradezco la atención constante, en aumento, del hecho regional y de lo que acontece), como decía, ustedes tienen conocimiento de cómo se ha producido la filmación de "El Filandón", subvencionado por la Junta, y lo que como saben Sus Señorías también, y yo supongo que el Consejero tendrá a bien hacerles la invitación correspondiente a los señores Procuradores, para su estreno en breve plazo en nuestra Comunidad. Debemos de preocuparnos

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también del intercambio con otras Comunidades y países los métodos y medios de organización de cine-clubs, fomentando por otra parte la introducción del cine en los núcleos de población menos favorecidos, asegurando a la vez, con la normativa pertinente, la garantía de una proyección de calidad en salas adecuadas. Vamos a apoyar las manifestaciones de difusión cinematográfica, como festivales, certámenes y muestras, tanto las que ya existen a nivel regional, como a las que ya tienen carácter alguna de ellas internacional.

No quiero dejar de hacer una alusión a nuestras entrañables fiestas populares, motivo todas ellas de movilización y dinamización de nuestras gentes. A su promoción, al realce de sus valores culturales, a la incorporación de otros nuevos y a su proyección a escala comarcal, nacional o internacional, debemos orientar, y estamos orientando, nuestras iniciativas.

Mi Gobierno fomenta la creación literaria mediante la concesión de becas, creación de premios, edición de materiales, apoyando fundamentalmente las labores editoriales de temática regional, como el caso que también Sus Señorías conocen de la ya aparecida edición del diccionario Madoz. En la misma línea incrementamos las manifestaciones culturales que potencien la presencia del libro en la calle, promocionando particularmente la producción literaria de los autores regionales. Yo quiero ir haciendo estas exposiciones y, al mismo tiempo, ir dando alguna imagen, y con imágenes y también querer hacer fácil para que todos nosotros podamos ver que nuestras posiciones, que nuestros planteamientos o que aquellas actuaciones de programa no se han quedado de ninguna de las maneras en puro compromiso, sino que se van realizando. Y por eso permítanme Ustedes que, en la metodología de la propia exposición, vaya haciendo la exposición general y vaya matizada con un ejemplo concreto, para decirles si se está actuando, si se está haciendo eficaz, porque sería enormemente prolijo (para mi mismo y sobre todo para ustedes) el que pudiéramos ir haciendo una relación exhaustiva de todas las actuaciones que vamos haciendo. Por lo tanto, hay que ver cómo la articulación de todo esto se efectúa a través de todas las actuaciones y, en concreto, del recientemente creado Centro de Información Cultural de Castilla y León, cuya misión además está orientada a suministrar al público en general, y a las personas interesadas en el mundo de la cultura en particular, toda aquella información en materia de lo que signifique y lo que programa nuestra propia Comunidad. Se están actuando y realizando no solamente para que el trabajo cotidiano de los actores, de los gestores y de aquéllos más interesados, de aquella sociedad más viva e interesada de la sociedad pueda beneficiarse de ello, sino para que cada vez más en círculos más ampliamente concéntricos y amplios puedan integrarse en las tareas de la cultura y en toda la acción, que en algún momento ha sido de pequeñas élites, puedan ir los castellano-leoneses en una participación progresiva. Por eso también estamos poniendo en marcha planes piloto de promoción socio-cultural en tres áreas tipo que pueden ser ulteriormente extendidas a otras zonas de nuestra geografía social; y vuelvo otra vez con un nuevo ejemplo: como el Plan "Eje del Duero", que así lo llamamos, aprovechando aquellos aspectos de su ribera que sean susceptibles de recibir una protección especial por sus fiestas, paisajes, artesanía, arquitectura, gastronomía, etcétera.

Es intención de mi Gobierno el estudio marco del artículo 6 del Estatuto de Autonomía, de dotarnos, si Sus Señorías tienen a bien, de una Ley sobre los emigrantes, que será presentada a estas Cortes, y en las que se articularán las bases de cooperación entre la Junta de Castilla y León y las casas regionales, o los colectivos de la emigración en general.

Hemos establecido los contactos precisos para la constitución de la Sociedad de "Extranjeros Amigos de Castilla y León", orientada a la promoción de nuestra Comunidad más allá de sus fronteras. Dentro de este apartado, quiero señalar a Sus Señorías la creación de la exposición cultural "Cosas de Castilla y León", compuesta por módulos, fotografías, artes plásticas, artesanía, libros y productos de nuestra Comunidad que, por su diseño, hace susceptible su uso en muy diversas formas. Es ésta una muestra permanente de nuestra Región que recorrerá nuestra Geografía, otras Comunidades del Estado, y varios países europeos fundamentalmente. Dentro de ésta, de la proyección de nuestra cultura, se encuentra el programa de la Semana de Cultura Arba, a celebrar esta primavera en la ciudad de Salamanca, que recoge el hermanamiento de ciudades, restauración conjunta de monumentos, e intercambios de lectores en las respectivas Universidades.

Tomando como punto de partida una iniciativa de centros escolares burgaleses, vamos a celebrar el Primer Encuentro de Jóvenes Investigadores de la Naturaleza, que tendrá como objeto promover el interés de nuestros escolares por el medio ambiente. Hemos puesto en marcha el Plan del Patrimonio Monumental y Paisajístico, consistente en una acción global sobre los elementos esenciales de dicho patrimonio tendente a favorecer su promoción y disfrute. Como muy saben Sus Señorías, nuestro patrimonio histórico-artístico es uno de los más importantes del mundo, y por ser testigo y legado de nuestro pasado, estamos obligados a su conservación, transmitiéndolo en las mejores condiciones a las generaciones venideras; pero es preciso reconocer también que este patrimonio se encuentra seriamente afectado y en situación de grave deterioro. Este proceso destructivo afecta con mayor intensidad al material artístico, documental y de archivos,

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que están, en general en manos de la Iglesia, Municipios y Diputaciones; instituciones éstas sobre las que, de otra parte, incide de mayor manera la carencia de medios adecuados de protección y racional catalogación.

La defensa y salvaguardia de nuestro patrimonio, al igual que su óptima protección, fomento de estudio y difusión es una responsabilidad que mi Gobierno ha acogido con el mayor entusiasmo, sin olvidar, claro está, lo difícil de dar pronta y efectiva solución a tanto desastre. La política a practicar en este área parte de un axioma claro y definido: que sin menoscabo de asegurar la difusión, protección y disfrute generalizado de nuestro patrimonio, la tarea primordial es la de salvaguardar su seguridad e integridad, entendiendo que importa más conservar para leer y usar, que restaurar y mal manipular. En esta línea de defensa hemos hecho una distribución interterritorial de las partidas económicas de la Dirección General de Bellas Artes, pero sólo no basta; es necesario recabar la ayuda de las entidades privadas o públicas, y de los propios ciudadanos, llegando incluso a las instancias internacionales, como es el caso del Consejo de Europa, al que es preciso convencer de que su ayuda es primordial para salvaguardar nuestro patrimonio. Para ello es prioritaria la labor de catalogación e inventariado, con atención especial a su actual estado, elemento por elemento, y las posibilidades de conservación que éstos ofrecen. Conscientes como somos del abandono y deshabitación de gran parte de monumentos de nuestra Comunidad, hecho que conduce irremediablemente a su ruina, hemos creado los medios que faciliten la posibilidad de consorcios económicos con entidades bancarias regionales tendentes a facilitar créditos a bajos intereses para la propiedad, en aras a su rehabilitamiento y restauración, exigiendo unas contraprestaciones razonables que faciliten al público el disfrute de los medios culturales así protegidos. En cumplimiento del artículo 15 del acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede sobre Enseñanza y Asuntos Culturales, hemos constituido la Comisión Mixta Junta de Castilla y León-Episcopado de Castilla y León, de cuyas actuaciones tienen Sus Señorías sobradas referencias.

El fomento de los estudios etnológicos y su necesaria potenciación quedan claramente expuestos en la creación del Instituto Etnológico que ya está en funcionamiento. De otra parte, debemos reorientar la política de investigación arqueológica, pues está claro que no podemos sacar a la luz aquello que por falta de medios no podamos proteger, dando así prioridad a las prospecciones metódicas, a la realización de cartas arqueológicas, disminuyendo el número de excavaciones y aumentando la calidad técnica de las que se puedan afrontar racionalmente.

Los museos de nuestra Región, algunos de los cuales, como ustedes saben, guardan obras únicas, dejan mucho, sin embargo, que desear; ya que no atienden en la mayoría de los casos las funciones para las que fueron creados, estando infradotados de medios, instalaciones y equipamientos tanto humanos como técnicos. Nuestro objetivo será, junto a su mejora en los aspectos anteriormente citados, el que divulguen aquello que acojan y la temática de la que se tratan, haciéndolos así más dinámicos culturalmente, eliminando las barreras objeto-sujeto y estableciendo actividades paralelas de divulgación, estudio y documentación, de tal manera que esos museos no sean algo muerto, sino algo vivo y enraizado y con contenido y con la ilusión y el cuidado espontáneo de la propia población y, desde luego, de las propias instituciones.

Finalmente expongo a Sus Señorías las líneas y directrices de lo que mi Gobierno entiende debe ser la política que incentive la cultura, cuyo medio más propicio como elemento difusor es el libro. Estimamos razonable el criterio de una Biblioteca Pública por población de no menos de tres mil habitantes, aunque es nuestro propósito tratar de establecerlas en todos los núcleos que, por su situación comarcal, puedan ser focos de irradiación de cultura.

Los problemas de la educación, aún sabiendo que es materia en la que nuestra Comunidad no tiene aún competencias, no deja de ser una fuente de preocupación, pues, como ya hemos advertido a lo largo de nuestra exposición, nada de lo que ocurra o no ocurra, o deje de ocurrir en nuestra Comunidad puede sernos ajenos (para mi Gobierno desde luego y estoy seguro que también para Sus Señorías). Es por ello que en contacto con el Ministerio de Educación y Cultura tratamos de llegar a acuerdos y convenios que permitan la colaboración y corresponsabilidad creciente, de tal manera que mi Gobierno, de forma progresiva, pueda preparar cuadros de técnicos y especialistas para asumir con garantías y responsabilidad esta competencia en el futuro.

La juventud, por ser uno de los grupos más afectados por la crisis que desde hace años estamos atravesando, constituye un sector de la población al que es preciso prestar una atención particular. Los objetivos que en este área nos proponemos son: conseguir que los jóvenes y sus asociaciones tengan la oportunidad de convertirse en los auténticos protagonistas de su política específica. Y yo voy a hacer en este apartado de los jóvenes, mejor dicho, no voy a hacer ningún tipo de literatura, porque los jóvenes más que nadie necesitan planteamientos directos y concretos para saber también a qué atenerse. Por lo tanto, la gestión eficaz y racional del valioso patrimonio que constituyen las instalaciones a su servicio como objetivo fundamental, la creación del Consejo Regional de la Juventud, organismo con personalidad jurídica propia,

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constituido por asociaciones juveniles y los Consejos Locales de juventud, pretendemos que, no siendo una superestructura, sea un instrumento real y efectivo de participación. Respecto a la gestión de las instalaciones puestas a disposición de los jóvenes es preciso resaltar que su carácter de servicio no debe hacernos olvidar el criterio de rentabilidad, bien que ésta no sea contemplada exclusivamente desde el criterio económico, sino fundamentalmente desde el punto de vista social. Es preciso racionalizar los gastos, organizados por la prestación de servicios en razón de la utilidad que de ellos se deriva y de manera indirecta a la sociedad. Es preciso que la propia sociedad organice todas aquellas actuaciones, facilite (desde luego sin el paternalismo a que en otras ocasiones se nos tenía acostumbrados) para que los jóvenes puedan realizar las actuaciones precisas para sus propias demandas, para organizar sus propias actividades, y para que puedan proponer al conjunto de las instituciones que forman la sociedad cuáles son realmente los intereses y para que también (por qué no decirlo) los jóvenes se sientan vinculados en la acción no solamente de organizar, sino en todo caso, incluso también, de poder gobernar las distintas instituciones que conforman nuestro entramado social castellano-leonés. Debemos de encontrar otras alternativas que las existentes, a los albergues juveniles, de forma que se asegure su rentabilidad social, haciendo en cada caso las necesarias adaptaciones en función del nuevo tipo de demanda que en ellas puedan hacer los jóvenes. Nuestras orientaciones, para estos centros pueden ser desde las que se dediquen a la realización de cursillos de conocimiento sobre nuestra Comunidad para jóvenes castellano-leoneses, hasta los dedicados a albergues de paso para jóvenes extranjeros, en comunicación y en conocimiento de nuestra propia Región. Con esta finalidad, vuelvo a hacer ejemplo, hemos firmado, de acuerdo con el Ministerio de Cultura, su inclusión en la Red Internacional de Albergues Juveniles, por entender que bien orientadas constituyen un servicio de primordial importancia; hemos creado seis oficinas de información a la juventud y es deseo de mi Gobierno el extenderlas como mínimo a una por cada provincia de la Región, potenciando sus áreas de actividad a otros campos, como información sobre albergues, actividades culturales, campos de trabajo, campamentos, publicaciones, orientación y asesoramiento en la búsqueda de empleo.

Una política realista para la juventud exige un profundo conocimiento del sector. Por ello estamos realizando un estudio que tomando en consideración los ya existentes se extienda a la totalidad de los jóvenes de nuestra Comunidad Autónoma, orientándolo a conocer sus inquietudes y opiniones en los aspectos que afectan a la áreas de competencia del Gobierno que presido. Somos conscientes de que el problema de la juventud no es sólo un problema cultural, y sí fruto de la crisis. Sólo podremos ofrecer soluciones desde un óptica que integre todos los planos que a la misma afecten. Por ello, señor Presidente, nos proponemos impulsar la coordinación de todas las acciones que puedan repercutir sobre la situación de los jóvenes en Castilla y León, constituyendo una comisión interconsejerías que abarque su temática, brindando asimismo nuestra colaboración a la Administración Central, a las Diputaciones, a los Ayuntamientos, siendo el objetivo fundamental de estas medidas el facilitar la incorporación de los jóvenes al trabajo.

En la Política Deportiva, mi Gobierno considera esenciales dos objetivos: Generalizar la práctica deportiva entre los habitantes de Castilla y León sin diferencias de edad, nivel social o lugar de residencia, lo que exige una labor tendente a concienciar a nuestros conciudadanos en el deporte. La segunda actuación sería la mejora del nivel deportivo regional en términos cualitativos, prestando la atención debida al deporte de alto y medio rendimiento, estableciendo y fomentando las competiciones regionales, respaldando y protegiendo los deportes autóctonos, como la lucha leonesa, etcétera. Todo esto requiere una política sobre instalaciones, ya que no se puede aconsejar la práctica del deporte si no se facilitan a la vez las instalaciones necesarias para poderlos practicar.

El patrimonio transferido es de veintiséis instalaciones que difieren mucho de unas a otras en el grado de utilización y su situación jurídica. La gestión de dichas instalaciones se regirá por el criterio de lograr el más alto índice posible de utilización en condiciones de igualdad para todos los ciudadanos, atendiendo preferentemente al deporte escolar. Por estar convencidos de que en muchos casos los municipios están en mejores condiciones probablemente de asegurar el mantenimiento, merced a la coordinación con el resto de sus instalaciones deportivas, estamos y estaremos siempre dispuestos a la cesión de uso, previa la firma de los oportunos convenios que garanticen los extremos antes mencionados. La contribución de mi Gobierno a la construcción de nuevas instalaciones que complementen el escaso equipamiento de la Región se canalizará básicamente a través de los planes provinciales que requieren, como Sus Señorías saben, la financiación a partes iguales con las Diputaciones, los Ayuntamientos y la Junta. Asimismo, hemos establecido, junto a Diputaciones y Ayuntamientos, un Plan de equipamiento y utilización de instalaciones a corto, medio y largo plazo, que tenga en cuenta las necesidades y las posibilidades reales.

El deporte escolar constituye una de las preocupaciones básicas de mi Gobierno por entender que la función formativa que la práctica del deporte representa debe desarrollarse fundamentalmente en los períodos en los que el individuo está modelando otros aspectos de su personalidad. Estimamos, sin embargo,

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que la fase competitiva de este área deportiva no es su aspecto fundamental; hay que reconducir el proceso prestando atención prioritaria al desarrollo cotidiano de la práctica deportiva en los propios centros, dotándolos de material e instalaciones, destinando un tiempo concreto y determinado a la jornada escolar a este fin, y proporcionar a los centros un profesorado especializado y monitores propios.

Otro importante bloque de problemas al que mi Gobierno intenta hacer frente es aquel que podemos denominar como de Administración Territorial. Nuestra Comunidad cuenta con dos mil doscientos cuarenta y cinco municipios, de los cuales el sesenta y siete como ocho tiene menos de quinientos habitantes, y el noventa y ocho coma uno menos de cinco mil habitantes. Casi el cincuenta por ciento de la población de nuestra Comunidad vive agrupado en tan sólo diecinueve municipios, y cuatro provincias tienen tan sólo un municipio -la capital- con más de diez mil habitantes. La situación de esta gran cantidad de municipios escasamente poblados es fácilmente constatable: una población envejecida por la emigración de los más jóvenes, con bajo nivel de renta y carencia casi total de servicios. En cuanto a los Ayuntamientos, sus medios son igualmente escasos, habiéndose unido a la pérdida de la población la pérdida de sus bienes comunales y de propios. Si añadimos a estos problemas otros, como la pérdida de identidad cultural, el olvido de las costumbres, del folklore, etcétera, nos encontramos con un panorama difícil y preocupante. Indudablemente afrontar la situación de estos municipios rurales pasa por una acción coordinada. Un aspecto esencial para lograr una solución efectiva del problema radica en replantearse la Administración Territorial de nuestra Comunidad. Nuestro Estatuto de Autonomía establece varias reservas de Ley en sus artículos 19 y 20 que, a través de su desarrollo, deben servir a estos fines. Sólo una eficaz coordinación entre el Gobierno Autónomo y las Diputaciones podrá lograr la racionalización de la Administración Local. Por otra parte, la ordenación comarcal debe de permitir estructurar el territorio y la población de nuestra Comunidad de una manera más coherente, más acorde con la realidad de los tiempos que vivimos; y solo esta más racional organización permitirá que nuestros recursos, lejos de dispersarse, tengan una eficacia mayor y sirvan realmente para elevar el nivel de vida colectivo de nuestro pueblo. Y afrontar éstos, que es afrontar la configuración final de nuestra Comunidad Autónoma, no permite un aplazamiento "sine die". Por ello mi Gobierno ha presentado, con celeridad, unos textos que están sirviendo ya para que este problema sea debatido, y en un plazo más o menos corto o más o menos largo consigamos llegar a un acuerdo pacífico, sereno, tranquilo y eficaz, y contar con un instrumento de primera magnitud para proceder a esta reordenación necesaria de nuestra Comunidad. Y conscientes de que para proceder a ella debemos contar con un conocimiento riguroso de la realidad, bajo una multiplicidad de puntos de vista, estamos realizando estudios que nos permitan abordarla con las mayores garantías de que la solución que finalmente se adopte sea la más beneficiosa. Pero en tanto no se logre esa nueva articulación, mi Gobierno va a continuar prestando su asistencia y ayuda a las Entidades Locales, asistencia y ayuda que se ha concretado en este período de diversas maneras a través de la modernización y normalización de libros de actas, actualización de los inventarios de bienes, realización de auditorías a petición de los propios Municipios, apoyo financiero cuando nos ha sido posible y nos ha sido demandado, etcétera. Hemos realizado multitud de contactos para alentar la unión de municipios en mancomunidades que permitan abaratar los costes e incrementar los servicios al ciudadano, contactos que comienzan a dar sus frutos. Para potenciar la creación de nuevas mancomunidades tenemos previsto publicar inmediatamente un Decreto que contemple el contenido de los Estatutos de Mancomunidades, que impulse el carácter democrático y representativo de sus órganos de Gobierno y mejore sus medios de financiación. Para lograr una mayor y mejor asistencia a mancomunidades y municipios, dentro de pocos días tendrá entrada en esta Cámara un proyecto de ley de creación del Instituto de Administración Local. Queremos que este Instituto sea el centro de perfeccionamiento de los funcionarios de la Administración Territorial y contribuya a crear un auténtico espíritu municipalista y regional entre funcionarios y políticos. Creemos que servirá también como lugar de intercambio de experiencias entre Ayuntamiento de la Región y otras Comunidades Autónomas, y sea vía de entrada a las nuevas técnicas de gestión e informatización de nuestros Ayuntamientos. (Para qué les voy a hablar de cuál es la situación real y mayoritaria de nuestros pequeños Ayuntamientos castellano-leoneses). Todas las actuaciones y proyectos que hemos ido señalando parten de una idea básica: la idea de Región, la idea de que Castilla y León conforman una Comunidad, una Comunidad con una conciencia regional que despierta cada día con más ímpetu. El Ejecutivo que presido quiere colaborar a este resurgimiento con todos los instrumentos a su alcance, fomentando su cultura, sus fiestas, sus símbolos; consiguiendo que en todos los Ayuntamientos ondee nuestra bandera, llevándola a los centros castellano-leoneses distribuidos por España y por el mundo, enseñando a nuestros hijos su forma y su significado y su amor hacia ella. A este objeto hemos dedicado el Decreto sobre regulación de símbolos (la edición oficial y la edición infantil de los mismos), la entrega de banderas, la colocación de carteles en las carreteras para recordar y fortalecer nuestra pertenencia a esta Comunidad que se llama Castilla y León.

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Los términos en que estaba redactada la comunicación que en su momento envió el Gobierno a esta Cámara, señor Presidente, señalaban cómo la construcción de nuestra Comunidad debía realizarse de una manera solidaria. Espero que ustedes, que Sus Señorías hayan podido apreciar en la exposición anterior cómo esta afirmación, lejos de ser una simple declaración de intenciones, se ha materializado en el conjunto de actividades de mi Gobierno. Porque las alusiones a convenios y colaboraciones con Ayuntamientos y Diputaciones, con la Administración Central del Estado que actúa en la Comunidad, con asociaciones y colectivos de todo tipo que viven en nuestra Comunidad, en nuestra realidad, son constantes. Esos ejemplos, esas actuaciones que hemos ido describiendo a modo de permitir fácilmente a Sus Señorías ir viendo actuaciones puntuales en cada uno de los proyectos que determina nuestro programa de Gobierno y nuestro propio Estatuto, se han visto materializados a lo largo, creo yo, de mi exposición. Y miren ustedes, cuando al principio de mi exposición señalaba como una de mis principales satisfacciones percibir el dinamismo de los grupos e instituciones sociales en su conformación regional, no me refería solamente a la veracidad y dinamismo progresivos de la conciencia regional que está fluyendo; subyacía en esta afirmación una idea que vertebra el pensamiento de mi Gobierno: nuestra Comunidad, nuestra Región y sus Instituciones, pertenecen a todos los que en ella vivimos. Y nuestro futuro depende del esfuerzo colectivo que todos realicemos en la construcción de nuestra Comunidad. Mi Gobierno ha establecido ya en estos escasos meses varios cauces que permiten esta participación del tejido social en la gestión de los asuntos regionales, sin que agote las fórmulas de colaboración y de participación en la Comunidad Autónoma.

Y antes de entrar de lleno en la consideración de lo que entiendo debe ser una actuación solidaria en la construcción de nuestra organización autonómica, quiero realizar unas breves reflexiones. No concebimos la solidaridad sólo como un valor de uso interno. Creemos, al contrario, que sería renunciar a uno de los valores básicos de esta tierra no afirmar que estamos dispuestos a ser solidarios con el resto de las Comunidades de España, y ello porque consideramos que el todo formado por las Administraciones Locales Autonómicas y Central, a través de la cooperación, la mutua participación y la integración de esfuerzos, es también la garantía de la modernidad y eficacia de la Nación Española, de cuyo futuro somos fundamentalmente partícipes. En algunos momentos de nuestra historia, sin embargo, de la anterior, la contribución generosa de Castilla y León no ha sido correspondida con una participación equitativa en el progreso vivido por nuestro país. En este momento histórico, y esta es la idea que subyace en todo mi discurso, Castilla y León tiene la ocasión, a través de los instrumentos que nos proporciona la organización democrática y autonómica del Estado Español, de incorporarse definitivamente a la corriente del progreso. Para ello, creo que, aunque reiterativo no es ocioso, todos los castellano-leoneses, y en particular nosotros que hemos sido por ellos elegidos para representar sus intereses, debemos poner en común todos nuestros esfuerzos para que esto sea una realidad. Igualmente, mi Gobierno tiene una especial responsabilidad y compromiso al enfrentarse con la creación y dirección de una Administración Regional. En mi discurso de investidura ya señalaba que para gestionar las competencias y para llevar a cabo mi programa de Gobierno era preciso construir una Administración Regional eficaz, encabezada por un Ejecutivo fuerte.

Era y es nuestro objetivo encontrar una organización de las competencias y de los medios humanos y materiales que respondiera a los fines de la Administración, que no son otros que servir al ciudadano, que prestarle un servicio eficaz. Para ello no hemos querido trasvasar el modelo de la Administración del Estado a la Administración Regional. Hemos buscado la modernización y la eficacia de la nuestra Administración. La Ley de Gobierno y Administración de Castilla y León, aprobada por Sus Señorías el veinticinco de Julio pasado, responde a estos criterios; porque no podemos buscar la modernización de Castilla y León, la eficacia de nuestro sistema productivo, si contamos con una Administración que no responde a estos objetivos. Y si nuestros conciudadanos no perciben una nueva forma de funcionar en la Administración, si no perciben las ventajas prometidas por la organización autonómica, malamente van a creer en ella y en sus Instituciones. La Administración Regional no está definitivamente perfilada, no puede estarlo hasta que finalice el proceso de transferencias, que es un proceso de transferencias de administraciones y que tiene necesariamente que sedimentarse. En un primer momento nos hemos propuesto que no se produzcan disfuncionalidades, que el ciudadano reciba un mejor servicio, y lo estamos consiguiendo. Aún más, en organismos que hemos recibido, con una herencia de expedientes atrasados de tres y cuatro años, hemos procedido a una reorganización y agilización que nos permite estar al día, ofrecer un servicio con una agilidad que desde luego no existía. Una de las ventajas que generalmente se han señalado a la nueva organización autonómica es que puede ser el vehículo para introducir las nuevas técnicas en los procesos administrativos, para proceder a la reforma de la Administración que sirva para una mayor eficacia a la par que propicie una mayor participación de los administrados, que esté en suma más cerca del ciudadano. Para el logro de estos fines buscamos una Administración objetiva y cualificada. Objetiva para diferenciar claramente las funciones políticas y las administrativas, para garantizar que el reclutamiento de los funcionarios de estas últimas, la mayoría provenientes de la Administración

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Central, se realice con criterios de cualificación profesional y preparación técnica cualificada; porque la óptima preparación de nuestros funcionarios es la garantía del buen funcionamiento de los servicios y de la mejor atención al ciudadano, con independencia de las pretensiones personales o de los grupos de poder, de querer tener personas de su confianza política en la Administración Regional. No queremos tampoco que esta nueva Administración comporte un aumento del gasto público consuntivo. No hemos creado ni un sólo puesto sin haber valorado con anterioridad su necesidad y su conveniencia. Hemos evitado toda duplicación burocrática que pudiera suponer un gasto añadido. También es cierto que el perfil definitivo que debe adoptar la Administración Regional no compete exclusivamente a este Gobierno. Es en esta Cámara, mediante un amplio acuerdo de los Grupos, donde debe aprobarse la organización territorial definitiva de la Comunidad, y definir las relaciones entre las diferentes administraciones, y no dudo que, en este sentido, están trabajando todas Sus Señorías.

Hay algo que es motivo de particular preocupación para mi Gobierno. Es el hecho de que nuestra Región sea la única que tenga presentado recursos de inconstitucionalidad sobre su ámbito territorial y desde dentro de nuestra propia Comunidad. Por mi parte, conocen ustedes mi convicción profunda de que, tanto por razones históricas como económicas, culturales y de vocación de todo tipo, constituimos una Comunidad, y que, de no ser así, no podríamos en conciencia gobernar y administrar los intereses de los castellano-leoneses. También es cierto que si esta identidad como Comunidad existe, el hecho de que nuestra cultura y nuestra lengua hayan traspasado nuestros límites y se hayan constituido en patrimonio universal ha conducido a que, hasta el momento actual, no hayamos contado con esos elementos simbólicos imprescindibles, que, sin ser en sí otra cosa que expresión de la propia identidad, contribuyen a concitar voluntades en una tarea común. Es por ello que mi Gobierno ha querido contribuir a la recuperación del elemento simbólico de nuestra Región. Y desde aquí quiero agradecer la colaboración de tantos estudiosos de nuestra historia y de nuestra cultura que tan activamente han participado en esta labor, regulando y difundiendo aquellos símbolos que durante más largo tiempo han permanecido en la conciencia colectiva de nuestro pueblo, que el artículo cuarto de nuestro Estatuto claramente contempla.

Es también una preocupación importante de mi Gobierno que se llegue a una solución en el tema de las Sedes. Como ustedes conocen, la Junta presentó un Proyecto de Ley que, entendimos, respondía a los criterios de funcionalidad que para el conjunto de nuestra labor nos habíamos marcado. Dicho proyecto no fue aprobado, al no existir la mayoría de dos tercios que señala el Estatuto. En este momento, mi Gobierno espera que los Grupos que componen esta Cámara consigan conciliar sus posiciones. Pero, mientras tanto, el Ejecutivo, que tiene que contar con unas instalaciones adecuadas y que respondan a los criterios antes señalados, ha determinado ubicarse sin perjuicio de posteriores decisiones en la ciudad de Valladolid, en la casa que es la que ustedes y la que ya todo el mundo conoce. Siendo esta decisión acompañada, a nuestro entender, de forma coherente con la necesaria proximidad del Ejecutivo y el Legislativo, al establecerse en su cercanía estas Cortes de Castilla y León. Ante estas mismas Cortes se ha convocado para próximos días un Pleno de esta Cámara, en el que se tratará del estado de las transferencias de funciones y servicios de la Administración del Estado a la Comunidad de Castilla y León. Sin embargo, considero necesario que Sus Señorías conozcan en este debate la línea general de actuación de la Junta en el proceso de negociación de dichas transferencias, y que responde a los criterios establecidos en el discurso de investidura. Los resultados de aquella estrategia no puedo por menos que considerarlos como muy positivos, a la luz de las conclusiones obtenidas a tan sólo ocho meses de gestión. En efecto, hemos avanzado hasta conocer exhaustiva, detallada y pormenorizadamente las funciones y servicios, así como los medios que previamente a la toma de posesión de este Gobierno Regional habían sido transferidas. Hemos reordenado la situación en la que se encontraban algunos de los mismos que habían sido delegados en otras Administraciones públicas. Hemos procedido al análisis de los medios y servicios transferidos, valorando sus costes y exigiendo de la Administración Central del Estado la valoración definitiva de los mismos. Por último, hemos avanzado rápidamente en la negociación de transferencias de otras funciones y servicios que aún no se habían realizado. Hago gracia a Sus Señorías de ir pormenorizadamente haciendo la precisión que en el próximo Pleno harán los miembros de la Comisión Mixta, de manera que puedan tener ustedes una puntual y exhaustiva información de lo que ha sido, durante todo este período, el trabajo de la Comisión Mixta y las transferencias que en su momento podíamos decir están por orden, en algunos casos, del ochenta y del noventa por ciento de su propia capacidad y la que establece nuestro Estatuto de Autonomía.

Señor Presidente, señoras Procuradoras, señores Procuradores, quiero terminar mi intervención agradeciendo a esta Cámara, a su Mesa, a la Junta de Portavoces, a su Presidente, la acogida dispensada a los Consejeros de mi Gobierno en sus distintas comparecencias, que, por iniciativa de la Junta, han podido informar en las respectivas Comisiones de las actividades de sus departamentos a los señores Procuradores y a la opinión pública. En esa misma línea de cooperación, he querido comparecer como Jefe del Ejecutivo, agradeciendo la atención a las señoras y señores Procuradores, para producir un debate de política general en la línea manifestada en nuestra comunicación

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al Presidente de la Cámara. Analizar el tránsito histórico de una sociedad como la española y en mayor medida la castellano-leonesa, autocrática e invertebrada, a la nueva sociedad como la que estamos construyendo, profundamente democrática y plural, en tiempos de crisis generalizada, hubiera supuesto un tiempo demasiado extenso que hubiera impedido en definitiva centrarnos en el debate para el que hemos sido convocados y que aquí nos reúne. No obstante, era preciso describir someramente el marco temporal y fijar la atención de los verdaderos y nobles intereses que nos mueven a todos los castellano-leoneses aquí representados, sin ninguna reserva, en estas Cortes legítimas de Castilla y León. Es posible, no obstante, que algunos de ustedes pidan que se solucionen problemas (o de los que no están aquí), problemas que son a veces de quinientos años, y que quieran resolverlos en nueve meses. Yo les digo sinceramente que tengan paciencia; que tengan paciencia para conocer los resultados que se están poniendo en estos momentos en marcha, y que en cada uno de los departamentos y Consejerías se están poniendo y desplegando; y que tengan ustedes paciencia unos meses para ver los resultados. Soy consciente de que hay muchos asuntos que no he tratado, porque creo que no son de un debate sobre política general, y así lo estimo; aunque Sus Señorías saben la disponibilidad de todos los miembros de la Junta para cuantas aclaraciones precisen en el marco de las Cortes de Castilla y León.

Y antes de terminar mi intervención, desearía realizar una afirmación y manifestar una constancia: mi respeto a cuantas opiniones y actitudes políticas positivas, independientemente de la coincidencia o no ideológica. La sociedad castellano-leonesa es plural y compleja y la composición de esta Cámara responde en todo caso y es representativa de esa pluralidad, alejada de monolitismos del pasado. Yo creo que hay algunas cuestiones, como decía a lo largo de mi intervención, que son absolutamente comunes a todos los Grupos: yo creo que todos los Grupos Políticos están, estamos haciendo un esfuerzo importante por conseguir que la hora de Castilla y León se acerque; porque Castilla y León tenga la oportunidad, en este momento histórico, no solamente de mirarse en un espejo retrospectivo a su propia historia, sino de crear, de crear el futuro y la propia historia. Por eso habría que acabar inevitablemente, como el poeta, diciendo aquello: "pero es muy larga ya nuestra espera / por lo tanto todo eso será / no mañana por la mañana / sino antes que el gallo empiece a cantar". Muchas gracias.

(Aplausos).


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

De conformidad con el acuerdo de la Junta de Portavoces, se interrumpe la Sesión, que se reanudará a las seis y cuarto de la tarde.

(Se reanuda la Sesión a las dieciocho horas treinta minutos).


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Silencio por favor. Se reanuda la Sesión. Por el Grupo Mixto tiene la palabra el señor Hernández.


EL SEÑOR HERNANDEZ HERNANDEZ:

Señor Presidente, señoras y señores Procuradores. He de comenzar diciendo que dudo seriamente de la oportunidad práctica de este debate, a nueve meses de la asunción de la responsabilidad de Gobierno por la actual Junta. Yo pienso que habría que haber esperado unos meses más. El deterioro social y económico de Castilla y León no permite actuaciones cara a la galería, ni por parte del Gobierno, ni por parte de la oposición, y un debate de valoración de una gestión a los nueve meses se me antoja inútil, cuando ustedes, como Gobierno, y nosotros como oposición, tenemos cosas más importantes que hacer que escribir discursos genéricos o, en otro caso, tratar de derribar ejecutivas tan pronto. Lo que es más grave, este debate, que yo entiendo inoportuno, nos va a privar de la oportunidad de hacerlo teniendo, dentro de cuatro o seis meses, los Presupuestos del año ochenta y cuatro en vigor y con un espacio de tiempo a juzgar más racional. De todas formas, ustedes, señores de la Junta, sabrán por qué lo han hecho. En todo caso, suponiendo el error (que no la mala intención), a la hora de escoger la fecha, he de agradecer al Señor Presidente su largo informe que, claro, me sigue pareciendo, aunque él no lo crea así, una declaración de intenciones más que una enumeración de realidades.

El señor Presidente dejó para el final el tema de la unidad regional y la ubicación definitiva de las sedes, y yo lo traigo rápidamente en mi consideración como un problema fundamental. Abordar con realismo el futuro de Castilla y León cuando aún está en peligro, y seriamente cuestionada, la integridad de nuestra Comunidad se me antoja, cuando menos, difícil. En este sentido, si bien la acritud, la acritud, aflora a mi mente al pensar cómo puede haber Grupos Políticos que sienten a sus representantes en las Cortes de Castilla y León, mientras fuera de ellas boicotean y recurren contra nuestra integridad territorial, yo quiero ser, en este momento, conciliador y tolerante en un tema tan crucial y hago aquí mi llamamiento para que, de una vez por todas, quienes aún duden, escuchen al pueblo Castellano-leonés y dejen ya de dudar, y todos los Grupos Políticos nos sentemos ya, sin recelos, a poner soluciones al tema de las sedes en nuestra Región. No olvidemos la debilidad económica de ella, en Castilla y León; no lo olvidemos y no hagamos gastos que luego no sirvan para nada en instalaciones. Utilicemos la historia como lección, no como obsesión, y el bienestar de nuestros conciudadanos como horizonte y no como anécdota.

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Yo, señor Presidente, bueno, pues dudo de las dificultades que su Gobierno ha tenido y tiene que afrontar, al tomar las riendas de una Región devastada por una política centralista secular que como a nadie, desde luego, ha afectado a Castilla y León, y por el caciquismo y el abuso de ciertas clases dominantes que, además, han abierto abismos singulares entre la calidad de vida de unos pocos y de la mayoría; sobre todo, en el medio rural. Yo no dudo de lo duro que tiene que resultarles, como Gobierno de la Región, el desbrozar tan insidiosa, tanta insidia acumulada, tantos desmanes y desatinos, tanta utarquía; pero, señor Presidente, no se limite usted a pactar, a sonreír, a coquetear con los que aquí siempre han mandado. Yo pienso que el pueblo Castellano-leonés le ha otorgado un mandato tras unas promesas de progresismo y usted debe cumplir sus promesas y gobernar; gobernar para el progreso, para los que hacía muchos años que no sentían sus reivindicaciones representadas en la dinámica política y ahora confiaban en que la izquierda fuese eso, al menos progresista. Señor Presidente, yo pienso que debe usted plantar cara al Gobierno Central y, en este sentido, he de aclarar que la actitud de algunos de los miembros de su Gobierno (concretamente la del Consejero de Transportes), pues, me ha parecido constructiva y digna de aplauso, cuando se ha planteado el tema, el tema tan duro y tan problemático para nuestra Comunidad, de la posible supresión de algunas líneas de ferrocarril. Yo creo, señor Presidente, que usted y su Gobierno deben ser ante todo Castellano-leoneses, antes que socialistas y ¿colaborar con el Gobierno de Madrid? Sí; pero no desde el miedo al aparato, sino desde la racionalidad. Y, desde luego, empiece usted a ser un poco más contundente ante quienes quieren seguir mangoneando, diría yo, nuestra Castilla y León como siempre hicieron, y me temo, por el momento, no han dejado de hacer. Si usted, señor Presidente, y la Junta que preside no tienen en cuenta estas dos consideraciones estará haciendo pensar y sentir a los ciudadanos que aquí no cambia nada. Y la desilusión es el peor aliado que, en este momento, nos puede llegar a nuestra tierra. Yo, dicho esto, quiero decir, también, que no intento ser duro con quienes realmente no han tenido tiempo suficiente, como he dicho al principio, como para poder ser objetivamente tratados con dureza; pero tengo que manifestar que, junto con mi admiración por la labor, esa labor de desbrozar o de limpieza del solar que han llevado a cabo, sobre todo, algunas Direcciones Generales concretas, me preocupa -y me preocupa seriamente- el andamiaje que en otras se está ya comenzando a poner en marcha y, a mi entender, de una forma demasiado improvisada. A mí me da la impresión, señor Presidente, que usted gobierna como si tuviese vergüenza por gobernar. Esta observación mía me la fundaba no hace mucho un afiliado a su partido, en los cien años de oposición de los que ustedes tanto hablan; y yo, bien, creo que esto puede ser una explicación, pero, desde luego, en ningún caso puede ser una justificación. Tenga usted en cuenta que sus cuatro años de Gobierno (que suponemos que se cumplirán), de la Región van a ser fundamentales, van a ser decisivos para la marcha del futuro de Castilla y León. Y si su Gobierno es un Gobierno, como dicen en mi pueblo, de "ni chicha ni limoná", el resultado es que Castilla y León puede cambiar algo en las formas, pero no cambiará nada en el fondo; y donde creo que todos estamos esperando el cambio, es precisamente ahí. En este sentido, a mí me preocupan, y me preocupan seriamente, los pasos descoordinados que en Castilla y León se siguen dando por las distintas Administraciones. En muchos casos, pasos contrarios a un futuro ordenado de la gestión pública; y que ustedes están permitiendo, incluso en algunos casos, aplaudiendo. No me vale el parapeto de el "aún no está transferido el tema". Usted lo ha dicho: "nada que afecte a Castilla y León debe dejar de preocupar a la Junta". Parece que esto no es cierto, señor Presidente, cuando echamos un vistazo al problema del paro en la Región, al problema de la salud pública, a las comunicaciones, a la difusión cultural, a la formación profesional universitaria, etcétera. Me parecen positivas sus iniciativas para mancomunear municipios, pero pienso de que ya es hora, ya es hora, aunque hayan pasado solamente nueve meses, de traer a esta Cámara su proyecto para la organización periférica de la Comunidad.

La actual "guerra fría" entre Diputaciones y Administración Autónoma es una lacra que sangra nuestra Región y que está haciendo ya pensar a muchos de nuestros ciudadanos, si lo de la Autonomía no será una "tomadura de pelo". Es que mientras ustedes ni coordinen, ni planifiquen, ni racionalicen, pues casi se puede decir que están, y en cierto modo estamos también los Procuradores, los miembros de esta Cámara, sobrando. Yo creo que aquí está la clave de la cuestión, señor PRESIDENTE: debe usted gobernar para la Región sin miedos ni concesiones a quienes pretenden seguir "mandando" (Entre comillas), aún sin el mandato popular, y debe la Junta, que usted preside, poner en marcha los mecanismos básicos y concretos que permitan aunar los esfuerzos de todos. Yo repito que no quiero ser duro ni hacer juicios apriorísticos tan sólo nueve meses después de que usted haya comenzado su gestión; pero, a veces, me dan ustedes la impresión (permítame que se lo diga), de ser un Gobierno de derecha moderada. Y no lo digo por decir; no lo digo por decir, sino que lo indican sus timideces en cuanto a toma de posturas de vanguardia, sus concesiones a quienes ni le han votado ni nunca les van a votar. No he querido entrar yo en detalles, desde luego, en estos cortos minutos de que dispongo, no he querido entrar en detalles puntuales, puesto que al comienzo de un mandato -y yo entiendo que al noveno mes estamos todavía en el comienzo-, me

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parecen más importantes los errores de planteamiento que los de detalle. Pero, por ponerle algún ejemplo, como usted ha puesto también algún ejemplo porque su exposición como dije ha sido genérica, también me preocupa ver, me preocupa seriamente ver las escuelas públicas de la Región (que he tenido ocasión de visitar con motivo de la pasada campaña de difusión del Estatuto de Autonomía), y verlas aún llenas de deficiencias y de carencias estructurales; ver cómo en ellas se vulnera sin que ustedes hagan nada, el principio de aconfesionalidad del Estado, recogido en nuestra Constitución, y se ofenden los derechos de los ciudadanos más jóvenes, de los niños de nuestra Región y de sus padres, privándoles de estímulos científicos, filosóficos o sociológicos, mientras los carteles confesionales lo llenan todo. Yo le puedo decir como anécdota (anécdota que para mí es importante), que se ven muchos más, infinitos más, TOTUS TOUS en las paredes de nuestras escuelas públicas que, por ejemplo, mapas de Castilla y León.

Me preocupa ver la situación de nuestros agricultores, que yo pienso no cambia nada; nuestra agricultura tan peculiarmente desfavorecida, malinformada, explotada a veces, continúa en la misma situación que continuaba, lo cual, por otra parte, a nueve meses de comienzo de gestión, pues puede que no sea extraño, pero yo creo que ustedes deben ir pensando en ello.

Me preocupa ver también cómo parecen trabajar más en esta Región quienes intentan disgregar, que ustedes que son, junto con nosotros, quienes deberíamos tener la obligación de soldar. Y la sanidad, por ejemplo, por decir otro detalle puntual, está absolutamente descoordinada, como una Consejería que, en muchos casos, está siendo menospreciada por otras Administraciones que pactan y toman acuerdos sin concurso de la Consejería de Bienestar Social de Castilla y León y, en definitiva, están propiciando que el futuro sea aún peor, a lo mejor, de lo que era el pasado.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Le quedan a Su Señoría dos minutos.


EL SEÑOR HERNANDEZ:

Muchas gracias, señor Presidente. Señor Presidente de la Junta, yo tengo que repetir que es pronto, porque yo entiendo que es pronto, que no había que haber hecho hoy este debate, sino dentro de unos meses. Yo creo que tiene usted aún tiempo de seguir en bien lo que va bien; pero mírese usted de frente en el espejo, vea lo que el pueblo le dijo en las urnas y sea usted el jefe de un Gobierno progresista de verdad. Y yo, le repito, que pienso que no es tarde aún. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Tiene la palabra el señor Presidente de la Junta. El señor Presidente de la Junta puede contestar o individualmente a cada uno o a todos juntos, luego. Como él estime pertinente.


EL SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA (SEÑOR MADRID LOPEZ):

Sí señor Presidente, muchas gracias. Señorías, creo que debo de contestar, porque probablemente otras intervenciones, legítimamente, pueden ser en otra dirección, y me da ocasión a hacer la contestación puntual. Naturalmente, advirtiendo al señor Presidente y a las señoras, señores Procuradores que el debate es un debate general, es decir, por mi parte, aunque efectivamente he hecho algunas manifestaciones expresas con algún tipo de ejemplo concreto, naturalmente, el debate que hoy nos reúne es un debate de política general, y que yo me voy a mantener, como es lógico, en este nivel. De cualquier manera, iniciar por agradecer al Procurador que me ha precedido en el uso de la palabra, no solamente los consejos -que yo sé que son bienintencionados-, la confianza que hay debajo de ellos, y lo que supone, en último término, de un paso hacia adelante. A mí me parece muy bien que nos pase por la izquierda, nos dé una pasada por la izquierda, un compañero de esta Cámara y que, desde luego, nosotros no estamos en disposición, desde luego, de ceder no solamente a lo que históricamente ha representado nuestro partido. Naturalmente, en estos momentos estamos gobernando y tenemos que contar, como es lógico, no solamente con nuestras fuerzas, desde el punto de vista de la construcción de la Comunidad, sino que tenemos que conocer cuál es en su conjunto la Comunidad; y, aunque el Gobierno se atiene a un programa y, desde luego, es lo que yo he tratado esta mañana de ir haciendo con el programa, haciendo una persecución, o de alguna manera un estudio en paralelo de nuestros compromisos electorales y, en todo caso, también de gobierno, hemos venido haciendo y vamos haciendo también suyo el compromiso de cumplirlos con todas las consecuencias.

Yo entiendo que desbrozar, como él muy bien ha dicho, la situación en estos momentos para Castilla y León, sentar unas bases democráticas de respeto dentro de nuestros pueblos y de nuestras ciudades, es, tiene un contenido -y él estará de acuerdo conmigo-, incluso prerrevolucionario. Desde un punto de vista social, quitar el miedo a los ciudadanos, dar confianza a su actitud de hombres libres en una Comunidad -y estoy de acuerdo con él históricamente-, en el que yo ya anunciaba incluso en el discurso, en una Comunidad como ésta, en una Región como ésta, las situaciones de la instalación secular de los prohombres dentro de nuestros pueblos y de nuestras Comarcas, es un aspecto -y me alegra que lo reconozca-, el desbrozar, como digo, la sociedad Castellano-leonesa, es un importante trabajo y una importante actuación política que, sin ninguna duda y en pocas fechas próximas, se empezarán a ver los resultados.

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Yo le puedo asegurar que ni yo ni mi Gobierno están gobernando con ningún tipo de vergüenza. El Gobierno está tratando, y lo ha hecho durante este tiempo, no sólo de aterrizar, sino de tomar, eso sí, con la suficiente cautela naturalmente, porque la responsabilidad del Gobierno exige, para poder tomar medidas con firmeza como ya se están tomando, exige, desde luego, tener toda la cautela del mundo para poder tomar después, inmediatamente o simultáneamente, todas las decisiones políticas para gobernar; y yo le digo al señor Hernández que tenga la seguridad de que mi Gobierno va a gobernar con firmeza y con decisión. No le va a temblar el pulso en tomar las medidas que sean necesarias, aquellas que, indudablemente, tienen el apoyo de un pueblo que decidió libremente y democráticamente en unas urnas, y no hace mucho tiempo, decidió dar la mayoría al Grupo que sostiene ahora el Gobierno y, por lo tanto, en este sentido, va a actuar con toda la firmeza que sea necesaria para llevar adelante el programa electoral. Naturalmente, él plantea situaciones que a nosotros también nos duelen, situaciones todavía no superadas por alguien que, en vez de estar tratando de coser y unir a la Comunidad, está intentando, por otro lado, no solamente sesgarla sino romper también de alguna manera lo que ya se va configurando, no solamente por la fuerza de los hechos, sino por la voluntad política de los castellano-leoneses, de lo que sea una Comunidad que signifique, en todo caso, la unión de muchos esfuerzos para conseguir, desde luego, no solamente enfrentarse a sus problemas, sino también ser interlocutor válido con el resto de las demás Comunidades y, desde luego, interlocutor válido con el Gobierno de la Nación; con el Gobierno de la nación, con el cual tenemos una relación perfectamente de colaboración y tenemos también nuestras peleas diarias. Lo que pasa es que la forma de actuar de los castellanos en general, y también de mi Gobierno, no está tanto en ir pregonando las situaciones de dificultades -que han sido enormes a la hora de hacer la negociación de las transferencias- como ir dándole soluciones; porque eso es, en definitiva, lo que nos interesa. Podíamos haber hecho, probablemente hubiera habido materias, para poder haber hecho algún tipo de escándalo que hubiera venido bien en algún momento determinado; pero preferimos, desde luego, ser eficaces y llevar adelante nuestros objetivos de Gobierno. Es verdad, aunque yo, como he dicho antes, no quiero descender a situaciones que en las propias Comisiones se han dicho (y se pueden volver a hacer en los debates cuando Sus Señorías lo deseen ) cómo aspectos de las propias escuelas que al Procurador que acaba de hacer la intervención, para agradecerle también su esfuerzo, que ha sido importante, por los pueblos y las escuelas de nuestra querida provincia de Avila; ver que, efectivamente, no solamente los símbolos externos de lo que en las paredes cuelgan de nuestras escuelas, sino a veces las propias instalaciones que no están adecuadas, cuando se contrasta con otros lugares que, desde luego, no son la escuela pública donde lo que brilla es todo lo contrario, a veces lujos, con lo cual las desigualdades entre los castellano-leoneses empiezan a ser mucho más elevadas.

El hace una mención importante en los temas de la Sanidad, y en otros temas podía hacerlo, donde todavía hay resistencias no solamente administrativas, sino institucionales o de Grupos de presión o, quizá también, por qué no decirlo, de cuerpos, que están resistiéndose claramente al reconocimiento del hecho Regional y a la autoridad inevitable que tiene el conjunto de la Junta y, desde luego, cada uno de los Departamentos de la Consejería. Tomamos buena nota y aceptamos la postura del Consejero como, desde luego, un apoyo para que nuestras decisiones no solamente sean y respeten, como es lógico, las situaciones actuales, sino que vayan en un sentido mucho más firme de lo que ha venido siendo hasta ahora.

El habla de un tema que nos preocupa, y yo ya lo he dicho, y creo que he dicho todo lo que tenía que decir con el tema de las Sedes. El tema de las Sedes será un tema que tiene que llegar, porque lo sabe el propio Procurador, por un consenso inevitable de esta Cámara; y, desde luego, haremos todos los esfuerzos -y la persona del señor Hernández puede ser también valiosa su colaboración en tratar de unir las diferencias que puede haber entre los Grupos- para llegar a una solución que sea una solución buena y que, desde luego, no creemos con estos asuntos unas polémicas que a veces son innecesarias y que llevan esfuerzos importantes, porque lo que importa es gobernar y gobernar. Yo creo que la desilusión que los castellano-leoneses podrían tener, si pasado el tiempo, efectivamente, no se toman las medidas serias. Yo lo que constato en este momento no es desilusión, sino un acercamiento cada vez más importante de los diferentes estratos de la sociedad, de los diferentes grupos sociales y humanos, de los niños y de los jóvenes; y, en estos momentos, yo le podía decir que hay un acoso permanente, en el sentido positivo, y un acercamiento y un calor del conjunto de la sociedad Castellano-leonesa a las instituciones y en conjunto al Gobierno que represento.

Para terminar, señor Presidente, agradeciendo el tono y la forma de la intervención del señor Hernández, sabiendo, como él sabe, que tiene a disposición, también, cuantas iniciativas desee como Presidente de la propia Comisión que es de Bienestar Social y cuantas personalmente desee establecer. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Tiene la palabra el señor Hernández.

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EL SEÑOR HERNANDEZ HERNANDEZ:

Señor Presidente, señoras, señores Procuradores. Fundamentalmente, como cortesía al señor Presidente de la Junta, y le tengo que decir, en primer lugar, que no pretendo pasar a nadie por ningún lado; que lo único que pretendo es colaborar a solidificar nuestra Región y a construir nuestra Región desde las bases de la justicia social. Señor Presidente, yo le tengo que ratificar, porque no le he oído a usted hacer excesivo hincapié en su contestación, la importancia de la ordenación de la Administración Periférica en nuestra Comunidad. Si no empezamos por ahí, ya podemos hacer lo que queramos que no estaremos haciendo nada. Yo también tengo que decirle que, en este momento, lo que usted ha dicho de autoridad, ha utilizado usted la palabra autoridad, bueno, pues yo en cierto modo lo echo de menos; la autoridad es una pieza fundamental dentro de la libertad y, desde luego, no es libertad ni es autonomía el que cada uno haga lo que quiera sin una organización. Por eso, repito, ese tema me parece crucial. Y, bueno, en lo que ha dicho usted del tema de las Sedes, desde luego, la colaboración no sólo mía, sino de todo el Grupo Mixto, se ha visto, yo creo que se ha visto en esta Cámara, porque fue, recuerdo, un miembro del Grupo Mixto quien hizo un llamamiento para servir, precisamente, pues, un poco de piedra de unión entre los dos Grupos políticos mayoritarios. Por último, tengo que decirle una cosa: usted ha hablado de la Comisión que yo presido de Bienestar Social y a mí se me había olvidado decir algo que considero que es muy importante para nuestra Región: en esa Comisión, por unanimidad, se tomó una decisión de apoyar una propuesta, que yo hice como Presidente en su día, para la creación de una Comisión; una Comisión que, en la propia Comisión de Bienestar Social, entendíamos muy bien qué funciones iba a tener, de apoyo, de apoyo a la Comisión de Transferencias de Castilla y León, para tratar de conseguir que el INSALUD estuviese cuanto antes como un órgano autonómico. Sorprendentemente, y es para mí muy sorprendente, después de que los dos Grupos Políticos mayoritarios apoyasen esa iniciativa de este humilde Procurador que, incluso, hiciesen constar sus Portavoces en acta la felicitación por tal iniciativa, la Mesa de las Cortes, en la cual solamente están representados esos dos Grupos mayoritarios, rechazó la tramitación de esa iniciativa. Esto es algo que yo quisiera que el señor Presidente lo tuviera en cuenta porque entiendo que es importante. Nada más, muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Tiene la palabra el señor Montoya Ramos.

El señor MONTOYA RAMOS: Señor Presidente, señoras y señores Procuradores. Podrán parecer escasos nueve meses para hacer un análisis profundo de una acción de Gobierno, pero yo creo que el señor Presidente de la Junta ha sido consciente, y yo quiero agradecérselo, que los últimos acontecimientos hacían necesario este debate. Debate que, por otra parte, estaban demandando no sólo las fuerzas políticas (recientes están las críticas públicas de miembros destacados del propio Partido Socialista a la gestión de la Junta, e incluso a la ejercida por el señor Vicepresidente al anunciar su dimisión, desconocemos que no aceptada por qué), sino los sectores más diversos, porque no sólo lo estaban pidiendo quienes hacen manifestaciones públicas de cualquier tipo, sino quienes con su silencio, con su desaliento, se apartan de colaborar en un programa que debería ser de reconstrucción Regional con la participación de todos, y que no lo están siendo porque son muchos, quizá demasiados, quienes en este momento han dejado, si alguna vez lo hicieron, de comprometerse en lo que, con una participación amplia, sería imposible sin una participación amplia, será imposible llevar adelante. Ya lo dijo aquí bien claramente nuestro Presidente de las Cortes el pasado día veinticinco: "la sintonía con el pueblo Castellano-Leonés sólo podrá lograrse si nos convertimos en auténtico portavoz suyo, si sus preocupaciones son nuestras preocupaciones y sus problemas son nuestros problemas". Hoy, nueve meses después, yo voy a retomar aquellas palabras de quien, entonces candidato a la Presidencia de la Junta, afirmaba que "sobre los verdes campos de la primavera de nuestra Región florecen ya amapolas de esperanza", para decir que, en este momento, las amapolas aparecen un tanto marchitas y los verdes campos castellano-leoneses no son hoy portadores de la cosecha que nuestro pueblo no sólo desea, sino que incluso necesita. ¿Qué ha pasado en estos nueve meses en los que hemos pasado de una esperanza que, sin ocultar cierto escepticismo, yo mismo quería aceptar, hasta la situación actual que podemos definir como de franca desorientación?

Nuestro pueblo, tan dado a los contrastes y al extremismo, está calificando, con más dureza que yo, la situación actual, la situación actual. Un pueblo que votó mayoritariamente socialista y que, por tanto, tiene que verse mejor representado que yo en este Gobierno. No es éste un momento electoral y el servicio en la Región hoy pasa más por ayudar a la Junta a enderezar su rumbo, que en destruir lo poco construido al lado de lo que la Región necesita. Y como son demasiado frecuentes las peleas políticas y las descalificaciones personales, inoportunas en un momento tan grave como el que estamos atravesando, voy a intentar hacer, sin excederme en el juicio, un análisis objetivo de nuestra situación basado en el programa de Gobierno. Y ya dijimos entonces que no era un programa, en el sentido estricto, sino una generalización de buenas intenciones que, como tales, en gran parte compartíamos; buenas intenciones puestas hoy nuevamente de manifiesto esta mañana.

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¿Cómo no íbamos a estar de acuerdo en reconstruir la Región, en articular una economía moderna, en atender al sector rural, en luchar contra el paro, en mejorar la calidad de vida, en detener la emigración y la salida de capitales, en ajustar la situación sanitaria Regional, en mejorar el medio ambiente, en evitar el crecimiento burocrático innecesario, en modernizar el sector industrial, en elevar la productividad agraria o el nivel cultural de nuestra gente? Ideas todas ellas recogidas del programa del programa de Gobierno entonces presentado. O ¿cómo no vamos a estar de acuerdo en lo que se nos ha seguido destacando en este discurso de reinvestidura, le llamo yo, más amplio más prometedor incluso, pero igual de impreciso; en el que se nos ha hablado de todo, desde la agricultura, cuya situación crítica se ha señalado y se ha reconocido, hasta la sociedad de extranjeros amigos de Castilla y León, pasando por la lucha contra la erosión, la política resinera, la construcción de marquesinas en la carretera, la creación de una orquesta regional, la generalización de la política deportiva de todos los castellano-leoneses, o la colocación de carteles en las carreteras? Pero, se nos han dejado de decir muchas cosas; por ejemplo: ¿cuántos son los kilómetros de ferrocarril que se van a suprimir en nuestra Región? Pero si entonces señalábamos que no teníamos garantía de cumplimiento, hoy incluso disculpando el escaso plazo transcurrido, nuestras garantías son menores. Y digo que nuestras garantías son menores, porque, aunque escasa, ya tenemos el contraste de una acción de Gobierno que no es alentadora, aún echando mano de todas las disculpas que el proceso dinámico de transferencias comporta. Y no sólo la mía -como he dicho, sería la menos importante-, sino de las que tenían más confianza inicial en el programa y en la capacidad de los hombres encargados de cumplirla; porque si no debemos ejercer la crítica irresponsable, tampoco sería bueno cerrar los ojos a una realidad que el partido gobernante, que el partido gobernante, debe agobiarle más directamente, pero que también nos oprime al resto de los que componemos esta Cámara y a todos los castellano-leoneses.

Ciñéndome a los cuatro puntos evocados por el Presidente en la reunión inicial de Tordesillas, y hoy ampliados, voy a señalar, según mi criterio, algunos errores que requieren corrección. La Región, la reconstrucción de la Región, basada en la eficacia y el prestigio de las Instituciones Regionales, se señalaba como el primer objetivo.

Los primeros pasos no han sido buenos: no hay un Ejecutivo fuerte como se prometió, ni una Administración de carácter gerencial ni alta profesionalización, como se dijo también. Por el contrario; se está burocratizando la Administración, se está centralizando en Valladolid de una forma exagerada, y no son los principios de capacidad y méritos consagrados en el artículo 103 de la Constitución -o por lo menos no son sólo ellos-, los que se aplican a la selección del personal. Se han criticado demasiado situaciones anteriores, se ha hecho triunfalismo sin base alguna; no podemos, después de todo eso, caer en los mismos defectos que hemos criticado, superando, incluso en algunos casos, dichos defectos. Tiene que desaparecer, tiene que desecharse la discrecionalidad en la politización de la Administración, etcétera, que son criterios que es creencia generalizada que se está produciendo.

Yo he quitado de aquí, de mi intervención, palabras más fuertes como podrían ser incompetencia, mediocridad, etcétera, porque no quiero herir a nadie. Pero sí que puedo asegurar, porque lo he constatado, que existen altos cargos que no están a la altura de la eficacia que su alto cometido requiere. Y aquí pueden radicar muchas de las diferencias entre programas de buenas intenciones, expuesto por el Presidente y hoy de nuevo traído aquí, y el resultado quizá conseguido.

Segundo objetivo: Articulación de una economía moderna. En unos momentos como estos de crisis general, de paro creciente, es más necesario el esfuerzo de una Región de recursos como la nuestra para superarla; pero ¿qué se ha hecho? No ya acercarnos a un programa liberal, de estimular la iniciativa privada, la creatividad, o atender al empresario creador de riqueza o de puestos de trabajo, ni siquiera gestionar activamente las inversiones del Fondo de Compensación Interterritorial, sobre cuyos diecinueve mil millones de pesetas, se extiende una amplia nebulosa; ni presentar en estas Cortes ese Plan de Desarrollo Regional de que se nos viene hablando y que, a pesar de la urgencia, no se ha podido gestar en estos nueve meses, harto difícil.

El programa espacial, de que entonces hablaba ¿en qué ha quedado? La dispersión de la población es quizá uno de los factores más positivos de nuestra Región, y se sigue hablando del gran número de municipios como de un factor negativo. No se permite la creación de municipios, que ya lo fueron y dejaron de serlo, al amparo de una política pasada, equivocada, de concentración. Se atienden más las demandas urbanas que las rurales. Se están frenando los equipamientos de los pequeños núcleos y se están bajando, todavía más, los índices relativos de inversión en las zonas rurales. Nuestra Región también necesita que se aceleren las transferencias de organismos agrarios para hacer una reforma agraria que deberá ser de signo contrario, probablemente, a la que se quiere llevar a cabo en Andalucía: la concentración parcelaria, la concentración de explotaciones, la repoblación forestal, la transformación de secano en regadío, el apoyo a la comercialización agraria, etcétera, son acciones que no admiten demora. Lo mismo que la industrialización agraria, que no se ha cuidado, ni, incluso, cuando se ha resentido por causas externas, como es el caso de Pradoluengo

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con la reconversión industrial. Y todo ello, como esta mañana se ha puesto de relieve, cuando estamos o deberíamos estar en el umbral del Mercado Común.

El cumplimiento de lo mandado en nuestro Estatuto es otro objetivo. Y aquí sí que estamos todavía peor. Nos hemos atascado en el artículo 3º. Lo he dicho tantas veces que no lo voy a repetir; pero sí quiero señalar la importancia que para el desarrollo autonómico tiene este punto: que la capitalidad no se haya resuelto o que esté todavía bajo recurso de territorialidad de nuestra Región.

Ya se empieza a adivinar la tormenta que va a provocar el desarrollo del artículo 20 en la relación con las Diputaciones, a pesar de la llamada a la serenidad del señor Presidente y de las miradas que esta mañana dirigía al señor Vicepresidente.

Castilla y León no pueden sacrificarse al estéril enfrentamiento que produce el bipartidismo, que en alguna provincia alcanza límites insospechados. Los dos partidos mayoritarios deben dialogar para resolver el tema de las sedes y traer, urgentemente, un nuevo proyecto de ley más acorde con el principio descentralizador que debe presidir la política del Gobierno de la Región, sin ninguna dilación, que empieza a ser suicida. Mientras no se cumplan los mandatos constituyentes y estatutarios, no será posible despertar ese espíritu regional, esa ilusión colectiva, que tanta falta está haciendo y que no conseguiremos aunque hagamos fiestas y compongamos himnos y que !ojalá existiera¡, como parecía querer dar a entender esta mañana nuestro Presidente. La falta de una oferta autonómica del Partido de la oposición mayoritaria, plasmada en un programa alternativo de Gobierno, que hoy, si se hubiera presentado una moción de censura, hubiera sido ocasión propicia para presentarlo, para conocerlo, es un motivo más de desesperanza; será de lo único que la Junta no tiene responsabilidad y contra lo que no se puede hacer nada. Pero, contando con ello, se hace más necesario que el programa de Gobierno a desarrollar lo sea para todos los castellano-leoneses.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Le quedan a Su Señoría dos minutos.


EL SEÑOR MONTOYA RAMOS:

El poco tiempo disponible me impide entrar en los múltiples aspectos de la política social y de la política cultural que, desde mi punto de vista, se ha traducido en muy pocas acciones concretas: menores ayudas para los equipamientos sociales, más desatención de la enseñanza en zonas rurales y ninguna inquietud por pasar del actual concepto de universidad centralista a otro de universidad regional, que distribuya sus centros en ciudades y no sólo en capitales de provincia de la Región, serían, para mí, los puntos más destacados. Escudarse en que en estos campos no hay transferencias no sería disculpa suficiente, cuando se está declarando, en el documento que nos ha entregado, tener vocación de representar, universalmente, los intereses Castellano-leoneses, con independencia del nivel competencial asumido formalmente.

Y para terminar, yo quería decir simplemente: la gestión realizada no es buena, pero los resultados electorales no nos permiten la esperanza de otra mejor. No nos cabe, por tanto, otra solución que perfeccionar la actual. Desde la modestia de mi posición, yo voy a seguir oponiéndome, lealmente, en la creencia de que nuestra Región lo que necesita es el desarrollo de un programa liberal, pero colaborando a la gobernabilidad sin entreguismo y con la misma generosidad que lo ha hecho hasta ahora, pero deseando que la hora de Castilla y León suene de verdad para que nuestros problemas, que se han incrementado durante estos quince años, como decía esta mañana el Presidente, no nos sirva de disculpa para seguir esperando soluciones pacientemente, porque nuestra situación está reflejada por la palabra que más ha repetido esta mañana el señor Madrid: "crisis regional" dentro de una nacional y efectiva también, y, efectivamente también, como él ha dicho, dentro de una crisis general del mundo en que vivimos, que la hace todo, que hace todavía más difícil la solución. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Tiene la palabra el señor Presidente de la Junta.


EL SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA (SEÑOR MADRID LOPEZ):

Señor Presidente. Desde la posición que el señor Montoya manifiesta en el conjunto de su intervención, de la necesidad, desde luego, de seguir apoyando a la Junta para que, evidentemente, las amapolas (aunque no sea tiempo en estos momentos en nuestra Región), en su florecimiento en los campos, yo creo que lo están siendo a pesar de, del aspecto negativo y absolutamente negro del panorama que él nos plantea, que, además, lo hace con un discurso de réplica en el que va haciendo, con el de investidura evidentemente y lo que él ha llamado de mi intervención de esta mañana de reinvestidura, va haciendo un panorama en el que tiene difíciles salidas, puesto que el Gobierno y el Partido del Gobierno es débil y la oposición no es oposición ni ejerce como tal. Es difícil, entonces, encontrar una salida para conseguir que, efectivamente, la situación en estos momentos en Castilla y León, es como si la maldición de la no salida pudiera ser la última esperanza a los castellano-leoneses. Yo, señor Montoya Ramos, soy mucho más optimista; no sé si es porque al manejar no solamente los datos de Gobierno, al tener el contacto con las personas que están responsabilizadas en la acción del Gobierno y que yo, sin embargo, a contra

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que usted, pienso que tienen una gran altura profesional, que tanto, desde luego, los Consejeros como los altos cargos están, y lo he dicho ya en alguna ocasión, más, reconocidos no solamente por lo que yo pueda decir, naturalmente, que tiene todos los aspectos partidarios y toda la carga emocional que pueda haber por ser el responsable de sus nombramientos, sino el reconocimiento de otras Comunidades y de otros medios, desde luego, fuera de nuestra Comunidad, reconociendo que el equipo de Gobierno que tiene Castilla y León es un equipo de una altura profesional, técnica y política importante.

Yo no he querido descender; porque, por otro lado, se habla de que el discurso es prolijo y que, sin embargo, se han dejado de tocar algunos temas concretos. Inevitable señor Montoya Ramos. Yo ya lo advertía en el final de mi discurso cómo, probablemente, había aspectos en los que alguno de ustedes podrían y deberían de pedir, probablemente, también explicaciones. Yo no he querido caer, en este debate, en una comparecencia más de una Comisión donde, sectorialmente, se van tratando los temas hasta llegar incluso a los detalles ínfimos y mínimos; y, desde luego, no me aparto de que así sea, pero yo he hecho una exposición general partiendo de los compromisos que en el discurso de investidura -y, desde luego, en el programa del Gobierno- se venían haciendo. Y creo que he podido demostrar una gran cantidad de realizaciones, algunas de las que estaban en marcha o de las que tenían que haber estado en marcha, pero que estaban paralizadas; otras que se han puesto "ex novo" totalmente, iniciativas importantes, una a una de las consiguientes Consejerías que en estos momentos hay, y pasando desde la Sanidad, pasando a la Agricultura o a la Educación o a cualquier otro de los sectores de mi Gobierno, se ha venido actuando ya no solamente en la contemplación teórica de los programas, sino en una realización que, probablemente, no tenga la brillantez pública, porque no ha tenido el tiempo suficiente para el desarrollo importante y para que muchos sectores de la sociedad Castellano-leonesa lo puedan ver, lo puedan también agradecer; porque las condiciones de vida, desde mi punto de vista, se presentan mucho más cerca desde un Gobierno cercano a los problemas y que, también, tiene la cercanía de los administrados a los que están administrando, para poder hacer las críticas oportunas, no solamente en momentos de solemnidad, como es la reunión de las Cortes de Castilla y León, sino en el día a día, a través de una presencia. Y, desde luego, no estoy de acuerdo con Su Señoría en la concentración administrativa en la ciudad de Valladolid, porque él sabe muy bien que las organizaciones territoriales de la Junta de Castilla y León (y también aprovecho para decírselo al señor Hernández), se van desplegando, aunque con la prudencia también suficiente, como para que los funcionarios que se van uniendo sean no solamente funcionarios que se recogen "a voz de pronto", sino que son funcionarios transferidos de la Administración Periférica, a veces, del Estado o de las Administraciones, que vienen a través de las ofertas públicas de empleo y que van nutriendo nuestras Administraciones Territoriales, nuestras Delegaciones Territoriales en cada una de las provincias.

Pensamos, por otro lado, que es inevitable (y recogemos también ese buen consejo del señor Montoya), de que tiene que haber una Administración fuerte y una Administración profesionalizada, y eso exige también la capacidad administrativa de los órganos de dirección central de la Comunidad; por lo tanto, difícilmente podemos combinar las dos situaciones: descentralizar absolutamente todo, de manera que pueda haber nueve gobiernos en cada una de las provincias de Castilla y León y, al mismo tiempo, crear un organismo central, fuerte y poderoso capaz de dirigir el conjunto del funcionamiento, no solamente administrativo, sino de los planes, de los proyectos y de las actuaciones que hay que hacer y que hay que desarrollar.

El señor Montoya sabe muy bien, porque estuvo en la reunión del Consejero de Economía, Hacienda y Comercio, sobre las dificultades de actuación para una Administración del cien por cien del Fondo de Compensación Interterritorial. El sabe mejor que nadie, o como uno más de los que estamos aquí, cuáles son los compromisos previos y cuál es la distribución que se ha hecho del Fondo de Compensación Interterritorial y, por lo tanto, el plan que se ha anunciado, en estos momentos, es un plan que se, el plan alternativo al desorden económico; es que reconocemos, señor Montoya, que, efectivamente, existe una situación de desorden económico y social, y por eso es por lo que queremos utilizar un instrumento que nos parece el oportuno para conseguir, desde luego, mejorar las condiciones del desorden económico. Decirle cuántos kilómetros de carretera van a ser suprimidos, es tanto como querer aceptar que esos kilómetros vayan a ser suprimidos; y lo que yo he dicho esta mañana es todo lo contrario, y lo que yo he pedido, incluso, en esta Cámara es todo lo contrario. Deseamos, a poder ser, que no sea suprimido ningún kilómetro, y estamos realizando todas las gestiones precisas y buscando todos los apoyos necesarios, para conseguir que los programas, si es que existen definitivamente en el Ministerio y en la propia RENFE, queden reducidos a la situación mínima o, incluso, absolutamente ninguna. Yo pienso, por otro lado, a la contra inevitablemente de usted y de su Señoría, que la gestión del Gobierno de nueve meses es una buena gestión, es una gestión importante. Eso no significa que nos demos por contentos y satisfechos y que no tengamos que superar las cuotas de eficacia administrativa y política y de gestión del Gobierno que presido. Yo le puedo asegurar, y le

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doy las seguridades al señor Montoya Ramos y con esto quiero terminar agradeciendo también el tono de su intervención, yo le puedo asegurar que la gestión que en estos momentos se está realizando, no solamente es importante, sino que está poniendo cuotas para una mayor superación constante de la Administración, a pesar de que lo que hemos tenido hasta ahora (y no lo he querido sacar), es que hemos tenido la estabilidad no de nueve meses, desde que nos hicimos cargo del Gobierno, sino realmente desde el mes, prácticamente, desde la mitad de Septiembre-Octubre es cuando se ha podido desplegar una acción de Gobierno interesante; pero yo, desde luego, no quiero utilizar esta situación, porque me parece que hay que afrontar y que nosotros cuando fuimos a las elecciones y cuando hicimos una oferta electoral, sabíamos muy bien cuál era la situación que íbamos a heredar y, por lo tanto, aceptamos claramente el punto de partida de los nueve meses aquí convenidos. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Para un turno de réplica, de cinco minutos, tiene la palabra el señor Montoya Ramos.


EL SEÑOR MONTOYA RAMOS:

Señor Presidente, señoras y señores Procuradores. Yo quiero agradecer al señor Presidente de la Junta sus aclaraciones a mi intervención, o réplica a mi intervención. Yo querría, nada más, aclarar un par de conceptos. El se ha referido, en gran medida, al aspecto negativo de mi intervención. Es posible que sí, que mi intervención haya tenido algunos aspectos negativos o muchos aspectos negativos; pero yo no sé si él ha podido ver, o ha sido capaz de ver (yo creo que sí que lo ha sido, lo que pasa es que no ha querido decirlo), que mi intervención, a pesar de este aspecto negativo, tiene un fondo de esperanza. Tiene un fondo de esperanza porque yo, cuando tantas voces se levantan por algunos de estos sitios, de estos lugares Castellano-leoneses que yo he tenido la ocasión de recorrer con cierta frecuencia, en contra de la acción de la Junta, que se levanta, yo he querido siempre mantener un espíritu de esperanza, de confianza en la Junta, de confianza en la Junta incluso en su composición actual; pero entendiendo que hay que intensificar esa acción de gobierno, hay que mejorar esa acción de gobierno, y yo he querido, incluso, señalar en qué podía radicar ese defecto de que esa acción de gobierno no se haya manifestado con esa intensidad que debería de haberlo hecho y que yo creo, y al señalar estos defectos yo he querido entender que puede ser corregida; cosa que no es una opinión que compartan todos los castellano-leoneses, yo no estoy seguro. Pero yo por esto, porque creo que esa acción de gobierno todavía puede corregirse, yo por eso he querido señalar algunos defectos, algunas causas que al hacerlo, al variarse, todavía permitirían esa corrección. Sobre el tema de la concentración en Valladolid, yo creo que se está produciendo una efectiva centralización y no sólo por parte de la Junta, sino por todo lo que arrastra la Junta que es mucho. Porque estos días estamos asistiendo a que la mayor parte de los Organismos, la mayor parte de las Organizaciones, Asociaciones, etcétera, todas están trasladando su sede a Valladolid (se me dirá que la Junta no tiene la culpa de eso y, efectivamente, y en un sentido estricto, no tiene la culpa de eso); pero es cierto también que si se viera que se estaba llevando a cabo un gobierno descentralizado, en el cual, pues, cuando ya existen aquí suficientes órganos de gobierno en estos momentos, la Junta se manifestara y se extendiera y abriera estos nuevos organismos que están llevando a cabo, todos ellos, en ciudades diferentes de nuestra Región y se vea una efectiva acción de descentralización, probablemente mucha de esa concentración derivada no se produciría. Pero se está produciendo, y, en estos momentos, la centralización que desde provincias, de provincias como la mía se advierte, es, desde mi punto de vista, excesiva.

Bueno, yo tampoco quería señalar que hoy se me dijera los kilómetros de vía que se iban a corregir; sí quería señalar el sentido (lo ponía como ejemplo), de una generalización que nos había hecho de cosas, pero que en los temas importantes no se llegaba a una concentración y yo señalaba los kilómetros de vía a suprimir como una concreción que hubiera sido como ejemplarizante o importante. Bueno, yo creo de todas formas que se van a suprimir más kilómetros de vía que las que el señor Presidente nos ha dicho, nos está diciendo esta tarde y, ¡ojalá!, lo que él nos ha dicho se cumpla. Yo ya sé que alguna vía se va a suprimir y, por lo menos, otras no se van a hacer. Y yo puse, cuando el discurso de investidura, el ejemplo de una línea que atraviesa nuestra Región de gran importancia económica no solamente para ella, sino para el resto de la Nación, como es el "Santander-Mediterráneo", que ya se ha anunciado que se va a suprimir, que no se va a seguir adelante y que se va a hacer la devolución de los terrenos a los propietarios expropiados. Nada más y muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Tiene la palabra el señor Presidente de la Junta.


EL SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA (SEÑOR MADRID LOPEZ):

Gracias señor Presidente. Desde el escaño, para agradecer ese fondo de esperanza que el señor Montoya ha introducido en la réplica en su intervención. Yo le agradezco, porque es importante, y, desde luego, creo que cualquier gesto, y creo que es un gesto importante; cualquier palabra, y creo que es una palabra importante en estos momentos, que se dé no solamente a los que día a día estamos trabajando con interés y con fuerza, sino a los ciudadanos

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de ese, de esa esperanza, no solamente ya en el presente, sino en el futuro de Castilla y León, es algo que, desde el Gobierno que presido, nos da la impresión de que es una suma positiva para conseguir, desde luego, el clima, necesario también, de confianza de los ciudadanos, de los castellano-leoneses. Yo no he querido decir que toda su intervención fuera, desde luego, negativa; pero, desde luego, su posición es, en estos momentos, las últimas palabras que acaba de pronunciar son para nosotros y para mí mismo totalmente esperanzadoras. Gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Tiene la palabra el señor De Fernando.


EL SEÑOR DE FERNANDO ALONSO:

Señor Presidente, señoras y señores Consejeros. Vaya por delante mi felicitación, señor Presidente de la Junta, por su buena forma física, que ha estado dos horas y media aguantando y aún tiene la deferencia de contestarnos individualmente en vez de por grupos; dos horas y media que para mí, de verdad, han sido mortíferas, porque yo estaba recordando y no sabía si estaba hoy en Fuensaldaña o estaba en Tordesillas. El ochenta por ciento de su discurso lo ha dedicado a temas como: vamos a hacer, vamos a promocionar, estamos estudiando, etcétera, y el veinte por ciento ha sido a las realizaciones que la Junta ha hecho en estos nueve meses. Yo creo, señor Presidente, con todos los respetos, que hoy se ha equivocado usted en el discurso que aquí nos ha traído. Hoy lo que se le pedía era un discurso de realizaciones de la Junta en los nueve meses de gobierno y eso podía usted haberlo resuelto en media hora, porque, lógicamente, nueve meses son muy pocos. Dentro de esos nueve meses usted ha tenido unas transferencias que le han venido hechas; un Convenio de Deportes y usted ha tenido que aceptarlo como venía; un convenio cultural y ha tenido que aceptarlo como venía. Sin embargo, podía habernos dicho: "he aceptado esto que venía transferido, hemos hecho esto otro...", y con media hora quizá hubiese sido más fácil para toda la Cámara el poder discutir su programa. Permítame, como le dije en Tordesillas el día de la investidura, que me tengan que dedicar más tiempo, de los pocos minutos que tengo a título de más, a referirme a lo que no ha dicho y se ha dejado, que a lo que ha dicho. Entonces tenía su explicación: tenía usted un programa electoral, se guardaba sus cartuchos para luego contestarnos. Hoy creo que no era ese el tema. Hoy tenía que habernos dicho sus realizaciones. En primer lugar, por qué nos encontramos aquí. Usted ha dicho que ha sido un gesto de la Junta. Seamos sinceros. A ningún Procurador, que nos sentamos hoy en estas Cortes, nos gusta que hoy se haga este debate. Este debate debía de haberse hecho en el mes de junio cuando ustedes lleven, como es normal y tradicional, doce meses de Gobierno. En ese debate del mes de Junio tendríamos aquí muchos más datos de los que hoy tenemos; tendríamos la liquidación del Presupuesto del ochenta y tres, tendríamos los Presupuestos del ochenta y cuatro y tendríamos muchos más datos de que hablar. Pero no hay que culpar a nadie. Este debate de hoy se ha producido por el Congreso del Partido Socialista a nivel Regional, que sacó a la calle unos temas y a la prensa, que, lógicamente, el Grupo Popular aprovechó para presentar una proposición no de Ley; proposición no de Ley en la cual, y vuelvo a decir lo mismo que en el día de hoy, yo no estoy de acuerdo. Hay que dar un margen de confianza a la Junta. Ese margen, normalmente, ha sido de doce meses y en esos doce meses haberlos presentado. Pero, en fin, no ha sido posible, pero, vuelvo a decir, no por el Grupo Popular, ni por los Procuradores del Grupo Mixto; no ha sido posible esperar a los doce meses por el propio Partido Socialista de Castilla y León. Y yo, hoy, me hubiese gustado oírle hablar, en nombre de los castellano-leoneses, de un tema que quizá a los castellano-leoneses les hubiese gustado también oírle muy bien: "Austeridad". Ni una vez he oído nombrar esa palabra. Cuando el año pasado nos presentaban los Presupuestos y se hablaba de las Delegaciones Provinciales se nos dijo que era previsible en el Presupuesto, pero no quería decir que se nombrasen todas; al ritmo que vamos se están nombrando todas las Delegaciones Provinciales, y, en algunos casos, señor Presidente, en personas que ni son funcionarios siquiera, ¡cosa insólita en la Administración española!, que para ser un Delegado Provincial tenía que ser un funcionario del Estado para poderle pagar. Ahora se están nombrando Delegados Provinciales que no son funcionarios del Estado, que no son funcionarios del Ente Autonómico, con lo cual, probablemente, habrá que pagarle de los fondos que habría que invertir en Castilla-León.

Ha nombrado usted de pasada, en su intervención, un tema que al leer la prensa se lamentaba de que se dedicaba a otras cosas: era el no hablar de la Comunidad Europea en vez de otras. Yo creo que leemos distinta prensa el señor Presidente y yo. Yo leo normalmente todos los periódicos de Madrid y "El Norte de Castilla" de Valladolid, y lo que leo estos días es distinto a lo que lee el señor Presidente. Yo estos días leo en la prensa problemas en Murcia, problemas en Castilla-La Mancha, problemas en Cantabria, problemas en Zaragoza. No leo nada de esos otros temas ni me lamento. Y todo vuelve por lo mismo: "Austeridad". El otro día se escandalizaba la prensa de Madrid de los sueldos que en Madrid iban a cobrar en la Comunidad-Autónoma. Pero ¿de qué hay que escandalizarse? Si son los mismos que cobran en todas las Comunidades Autónomas, son los mismos en todas partes. Jamás, jamás un Alcalde o Presidente de la Diputación ha cobrado lo mismo en una ciudad como Avila que en una ciudad como Madrid. Hoy día los

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Consejeros y altos cargos de las Administraciones Autónomas cobran lo mismo, estemos en Castilla y León que es una Región pobre, que en Madrid o en otra Región que sea más rica. Tengo que referirme (no me va a dar tiempo), a tocar un poco los temas que usted ha hablado a partes y parte general. Uno era, ha empezado a hablar de que Castilla-León debe de ser una Comunidad solidaria. Yo también se lo manifiesto y ése es mi deseo: una Comunidad Autónoma solidaria con las demás; pero no "prima" (entre comillas) de las demás. Y hay que hacer ver a las demás Comunidades Autónomas y al Gobierno Central que con el seis y medio por ciento de las inversiones totales en esta Región, como le dije el día que hablamos del Fondo de Compensación, jamás esta Región podrá acercarse a las demás; no digo igualarse.

Ha hablado usted del tema de Agricultura, que tengo que decirle que las intenciones son las mismas que en Tordesillas, pero por los pasos que vamos, acuérdese de aquella anécdota: "no se cambia el quince de mayo la festividad por el veintitrés de mayo que yo entonces le decía".

Ha tocado un tema de regadíos. Y no se nos ha dicho si aquellos proyectos del Estado que están incluidos en el Plan General de Obras Hidráulicas y con proyectos terminados y aprobados por el Ministerio y que afectan a esta Región van a iniciarse, o no, en el año ochenta y cuatro. Le doy pistas por si no lo sabe: la presa llamada de Mingorria: todo aprobado, incluido en el Plan General de Obras Hidráulicas, y me da la impresión de que los Presupuestos Generales del Estado tampoco se inicien en el año ochenta y cuatro, cuando es una provincia de la Comunidad Autónoma que no ha recibido ni una sola hectárea de regadío puesta por el Estado. Del ICONA y del IRYDA, lógicamente, estamos pendientes de las transferencias; en su día, cuando las reciben, podremos ver cuál es su intencionalidad.

Con respecto a la promoción empresarial voy a leerle textualmente lo que en el "Diario de Sesiones" consta que le dije en Tordesillas: "yo le recomiendo, señor Madrid, que llame a un pacto a todas las fuerzas políticas y a todas las fuerzas sociales, empresariales y sindicales, y será la única manera que, haciendo una política de acuerdo a medio y largo plazo, porque para nada puede servir, etcétera, etcétera". Estamos esperando, después de nueve meses, que usted, señor Madrid, llame a todas las fuerzas. Vuelvo a insistir en lo mismo que le dije aquel día: la industrialización y el paro de Castilla y León, o se saca entre todos o no hay partido que lo saque, porque, claro, ustedes aquí dicen que son mayoría (con el recuento de votos no tanta); en el País Vasco dicen ustedes que el P.N.V. no es mayoría. Están en la misma situación que usted. Hace falta un pacto de todos para poder sacar a esta Región adelante.

Nos habla usted de que la Junta ha tenido un gran interés en informar a estas Cortes a través de las Comisiones. Bueno, si usted tiene una buena información de las Comisiones, yo creo que habrá visto que, excepto los miembros de su Partido, nadie se fue conforme, en general, en líneas generales, de la información que los Consejeros le dieron. Y recuerdo en una que estuve (estuve en casi todas aunque no me fuese) inscrito en esa Comisión, en la de Economía. El Consejero de Economía nos habló aquel día de la Auditoría del Instituto de Economía, que estaba en Salamanca. Una Auditoría que iba a hacerse por problemas graves que había. Yo sé que esa Auditoría está terminada; pero los Procuradores no tenemos conocimiento, a no ser que, como decía alguno de Salamanca, esté hecho con la intencionalidad de cerrar el Instituto de Economía, no se abre ningún otro Organismo que lo sustituya; pero en vez de hacer estos estudios en la Universidad de Salamanca, se irán haciendo en cierta cátedra de Valladolid y, poco a poco, quedará aquí consolidado. No son palabras mías, sino de salmantinos y que no son de mi propio Partido.

Ha apuntado usted como un triunfo la electrificación rural. Yo no sé lo que será la electrificación rural en las inversiones a nivel regional. Desconozco, desconozco la inversión total. Sí le puedo decir que en Avila, en los tres últimos años, teníamos una inversión anual de doscientos millones de pesetas en electrificación rural y el año ochenta y cuatro es de noventa y seis. Si las demás provincias han tenido la misma suerte que Avila, no es para lanzar campanas al vuelo.

En el tema de Urbanismo, pues sí se están haciendo cosas; entre otras pues se aprueban los Planes Generales de Valladolid y Salamanca que son Ayuntamientos gobernados por el PSOE; pero, desde luego, no se aprueba el de Palencia, el de Avila, etcétera, etcétera, porque el Alcalde no es del PSOE. Y no cabe apuntarse los convenios de Urbanismo, porque son temas que ya estaban hechos. El MOPU tenía hechos unos convenios con Diputaciones Provinciales para Planes Generales, Normas Subsidiarias, delimitación de cascos y ustedes los han recibido y lo siguen haciendo como venían. Y es lógico, ahí no critico nada en absoluto. Si era bueno el del MOPU será bueno lo suyo y ustedes a lo largo de este año y el siguiente podrán modificarlos.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ): LE

E quedan dos minutos a Su Señoría.


EL SEÑOR DE FERNANDO ALONSO:

Muchas gracias. Finalmente, voy a pasar de pasada así, porque no me da tiempo para todo lo que tenía. Me habla usted de la canalización del ahorro. Bueno, yo diría ¡qué bonito es oírselo decir! ¡qué bonito es decírselo

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a todos los Castellano-Leoneses! Lo hemos dicho todo. Pero, señor Madrid, todos sabemos que está el señor Boyer por medio y el ahorro se lo lleva para las inversiones del INI, que en Castilla-León no invierte casi nada, y se lo lleva para la reconversión industrial, que no invierte prácticamente nada. Luego ¡ojalá sea bueno! Sin embargo, el señor Boyer sí nos recortó una partida muy grande: las inversiones de telefónica que, ¿dónde van a repercutir, señor Madrid? ¿En la telefonía rural? No vamos a tener los teléfonos en el medio rural, porque las necesidades (y vuelvo a decir que ahí soy solidario con las demás regiones, pero ¡que no se engañe a los ciudadanos!), las necesidades de reconversión industrial hacen que el dinero que iba a invertir Telefónica en la ampliación de la telefonía rural no pueda hacerse en los próximos cuatro años.

El Bienestar Social, yo le podría decir sólo dos cosas de las muchas que tenía apuntadas: usted se ha referido a que, aunque no tengan competencias, se ofrecía a interferir en todo. Yo le puedo decir que he pedido varias veces a la Consejería de Bienestar Social que intervenga en una coordinación hospitalaria en la provincia de Avila y aún estoy esperando, hasta que llegue un momento que se rompan las negociaciones con el perjuicio del sector público de la Sanidad. En Bienestar Social, también le quería decir que estamos por debajo de las cantidades del año ochenta y dos, y lo dije el día de la Comisión, porque el señor Boyer por Decreto-Ley suprimió la tasa del "juego", que eran setenta mil millones, diciendo que era una miseria y que íbamos a incrementarla, y resulta que son menos de los setenta mil millones. Luego, Castilla y León, en el año ochenta y cuatro, en atenciones a ayudas individuales y colectivas en Bienestar Social, es menor que en el año ochenta y dos.

En la Administración Regional, usted ha dicho que fuerte fiscalidad. Yo diría que fuerte, sí; pero rígida y no flexible. Que eficaz, no; es ineficaz, porque hay más carnets que "curriculum vitae" técnicos. Y ágil, no; porque es burocrática del todo. Lo he dicho antes lo de las Delegaciones Provinciales y ése es el camino que vamos a llegar.

Y, finalmente, nada más que decir: ¿qué ha traído la Junta a estas Cortes como Pleno? Pues mire usted, publicó un proyecto de Ley para la fiesta Regional que ha habido que aparcarle; dio un borrador de dos leyes, que son las más importantes que puede tener esta Comunidad, para la coordinación de las Diputaciones Provinciales y no han servido más que para discordia entre las provincias y la propia Comunidad, cuando estamos en un momento en que arrimando el hombro entre todos, y ahí tiene usted mi oferta señor PRESIDENTE: "si usted nos llama, vamos a ser muchos los que vamos a acudir a arrimar el hombro para el bien de esta Comunidad". Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Tiene la palabra el señor Presidente de la Junta.


EL SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA (SEÑOR MADRID LOPEZ):

Señor Presidente. Siento haber sido causa de la mortificación de don Daniel de Fernando, aunque este tipo de situaciones para los que tienen fe pueden ser importantes, porque acumulan algún tipo de méritos para la otra vida. Al decir que de la comparación del discurso de investidura, en el cien como número cabalístico, ochenta por ciento ha seguido escuchando promesas, para simplificarlo, es decir -"vamos a hacer"-, por un veinte por ciento de realizaciones, significaría que en nueve meses, desde un punto de vista cuantitativo, por lo menos, habría que convenir que ya hay un veinte por ciento de realizaciones del programa electoral. Cuestión que no está nada mal, que no está nada mal para tener en cuenta que de esos nueve meses, como hemos dicho antes, de Gobierno, de mi gobierno, realmente, y el señor don Daniel de Fernando lo sabe muy bien, ha sido cuatro o cinco meses en los que hemos podido realmente hacer, determinar, concretar, establecer e impulsar la acción del Gobierno, como él muy bien lo sabe.

Yo quisiera decirle a don Daniel de Fernando que su voto, naturalmente, en él, en la Ley del Gobierno, matizado -y me acuerdo perfectamente- sobre las Delegaciones Territoriales, establecía, naturalmente, y así se lo hacíamos ver en nuestras intervenciones, la necesidad de que el Gobierno de la Comunidad pudiera establecer sus propios cauces y pudiera tener su propia organización, precisamente para lo que en estos momentos dice que me parece muy importante, por ejemplo, cuando habla de la necesidad de la coordinación hospitalaria. Usted sabe muy bien, porque ha sido Presidente de una Diputación importante, porque además está desde los primeros momentos, en el proceso de pre-autonomía primero y de autonomía después, en la construcción de la Comunidad, la necesidad que tiene la Administración para poder tener capacidad política suficiente en las diferentes provincias, de sus señas; para que sus señas de identidad -y, desde luego, en colaboración, y siguiendo con el discurso del señor Montoya, en una capacidad descentralizadora-, para que los propios órganos de la Administración Central, del Gobierno que nos estamos dando, de la Administración que estamos creando, puedan tener esas señas de identidad en cada una de las provincias, precisamente, para poder llegar a situaciones, en las que estoy de acuerdo y he tomado buena nota, por ejemplo, para llegar a una situación, como ejemplo yo supongo que lo hace él, de la coordinación hospitalaria y que también, estoy de acuerdo, que si este tipo de situaciones no se atajan, en un momento

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determinado, pueda llegar un momento no solamente a pudrirse, sino a crear males mucho mayores.

Es verdad, también, que el dinero que hemos dispuesto para la Asistencia Social ha sido menor, desgraciadamente. Y a este Gobierno le hubiera gustado no solamente haber alcanzado las cuotas de años anteriores, sino incluso haberlas mejorado, porque, probablemente, las necesidades desgraciadamente han crecido, para poder tener una mayor, no solamente satisfacción en repartir ante mayores necesidades, sino para poder afrontar situaciones que a veces son duras y difíciles; pero de sobra sabe muy bien don Daniel de Fernando, cuáles son nuestros problemas de orden financiero, en un Presupuesto que ha sido un Presupuesto, el de mil novecientos ochenta y tres, inevitablemente para "andar por casa".

También sabe don Daniel de Fernando que éste no es el foro en el que yo pudiera contestar en nombre del Ministro de Hacienda, Economía y Comercio del Gobierno de la Nación. Naturalmente, nosotros sí somos solidarios con el conjunto de la situación difícil que atraviesa nuestro país y que este Gobierno, el Gobierno Socialista, ha tenido la valentía de afrontarlo, aún a costa de tomar medidas que, desde luego, son impopulares y que, probablemente, son medidas que tuvieron que tomar en otros momentos otros Gobiernos y que la mayor satisfacción para un Gobierno Socialista hubiera estado mucho más poniendo el acento en las cuestiones sociales y no en la reordenación de una economía absolutamente desordenada, como muy bien sabe don Daniel de Fernando. Lo que ha dicho, por otro lado, sobre las posibilidades de llegar a tener en cada uno de los pueblos, sobre todo los más necesitados, los que están, desde luego, más alejados del conjunto de la comunicación con las instalaciones telefónicas, yo quiero decirle -por si acaso esto le puede venir como una cierta esperanza- de que estoy en conversaciones con el Presidente de la Telefónica para poder empezar a hablar de un posible convenio. Y, desde luego, lo que no puedo adelantar es a qué plazo sería y en qué condiciones se establecería. Naturalmente, que las dificultades de la canalización de ahorro de la Comunidad Castellano-Leonesa están, como no podía ser menos, igual que en el resto de las Comunidad, condicionadas por un programa general, por la planificación general que, como muy bien sabe don Daniel de Fernando, es una reserva constitucional que hace el propio Estado, el Gobierno de la Nación, para su distribución, para determinar las políticas; pero eso no evita las posibilidades concretas y a esta Cámara vendrá, en algún momento, la explicación oportuna de algún tipo de medidas que, desde el Gobierno que presido, intentaremos hacer para conseguir, desde luego, esa canalización del ahorro, de la cual, del cual no perdemos la esperanza. Usted también sabe muy bien cómo ha habido esfuerzos importantes y los seguirá habiendo, no solamente desde la presidencia, sino desde la Consejería, para llegar a eso que usted habla, de ese pacto, de este pacto, en el cual estén presentes todas las fuerzas sociales y económicas de Castilla y León. El sabe muy bien que las relaciones de cordialidad con empresarios y sindicatos, con las propias Cámaras de Comercio (por cierto, hoy me refiero a CECALE, reunida en la ciudad de Burgos, o mañana, creo que es), en la que hay una invitación constante al conocimiento de los proyectos y de los planes de actuación, de manera que el aliento que desde el Gobierno se está realizando no solamente porque han constituido y se han constituido en organizaciones que recogen también el ámbito territorial de lo que es Castilla y León, sino la comunicación, una comunicación incluso muy fluida, de cuáles son en estos momentos los sentimientos y las necesidades de esas asociaciones, llámense organizaciones empresariales, sindicales y, desde luego, las Cámaras de Comercio, con las cuales tenemos una estrecha relación. De cualquier manera, lo que me pide don Daniel de Fernando es que explicite públicamente estos posibles acuerdos o pactos y, desde luego, no tenemos por qué dar la espalda a esta posible realidad, pero situando, don Daniel de Fernando, claramente lo digo, porque aquí no vamos a hacer un Gobierno de concentración ni de coalición, sino que la Junta sume toda la responsabilidad política de gobernar, naturalmente, contando con todos los agentes sociales y económicos que existen en Castilla y León. Y, finalmente, agradecerle, ¡cómo no!, la deferencia que ha tenido y, finalmente, la alusión inevitable, aunque yo no quisiera caer en estas cuestiones de orden provincial, para decirle que el embalse de Mingorría está dentro de los proyectos de actuación de la Junta, una presa sobre el río Adaja de Avila, como de todos es conocido, y que hay ya las actas de ocupación y que el terreno inundado pertenece, evidentemente, a Avila, reclamado por Avila la mayor parte de la superficie posible regable y la postura que tomará la Junta, naturalmente, que seguirá insistiendo, y yo saco la ficha para decirle que está, naturalmente, en los proyectos, la de impulsar su realización para que riegue las tierras, desde luego, de Castilla y León. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Para un turno de réplica, de cinco minutos, tiene la palabra el señor De Fernando.


EL SEÑOR DE FERNANDO ALONSO:

Señor Presidente, señoras y señores Procuradores. Creo que voy a gastar los cinco minutos porque el señor Presidente me ha contestado amablemente algunos temas, me ha dejado otros sin contestar y no voy a insistir. Simplemente lo que me ha dicho, cuando me ha dicho en la Ley de Gobierno de la Comunidad, lo de las Delegaciones Provinciales, yo me iba más atrás; cuando hablamos de la Ley de Presupuestos y le dijimos que no era necesario consignar nueve Delegaciones Provinciales

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en cada Provincia, se nos contestó que era una previsión, por si acaso, para pagar tres o cuatro, que, en todo caso, saldrían de los Jefes de Servicio, que es lógico que allí habría, pero yo le vuelvo a repetir que no han salido de los Jefes de Servicio, que se han nombrado Delegados Provinciales que no son funcionarios.

En la coordinación hospitalaria, le agradezco la oferta, pero yo le puedo decir que en las conversaciones que está habiendo en Avila, concretamente, y no por culpa de su Delegado Provincial, es que no se lo comunican, él no está asistiendo a nada, no está asistiendo a nada con el grave deterioro que pueda haber, y se lo vuelvo a decir; sus Delegados Provinciales, Territoriales, de la Junta de Castilla y León, no han asistido a ninguna reunión.

En la Asistencia Social, yo comprendo, señor Madrid, que todos nos lamentamos que sea menor. Mi crítica, mi crítica ha sido que ustedes, como Partido, cuando el señor Boyer presentó el Decreto-Ley lo veía muy bien: "hay que quitar las tasas de juego -dijo-, porque esto es una miseria. Hay que atender al problema social con fondos del Estado". Pues mire usted, ¡ojalá nos hubiese dejado la tasa del juego!, porque estaríamos todos mucho mejor. Yo me conformo con la tasa del juego, que se creó para eso, se autorizó el juego en España para atender a esos problemas. Es mejor dejar la tasa del juego si es más dinero. Yo comprendo que los Presupuestos del Estado tienen muchas necesidades y por eso lo he dicho que comprendo perfectamente, sin ninguna reticencia, el que los fondos del Estado vayan a una reconversión industrial; otra cosa es que esté de acuerdo o no, como se hace, en vez de para otras cosas. Pero una cosa específica que había para los marginados que se hubiese mantenido.

En Telefónica no hay que hacer ninguna conversación, señor Presidente, con el Presidente de Telefónica si los convenios están firmados. Cada Diputación tiene firmado un convenio con Telefónica. El problema es que Telefónica no puede cumplir esos convenios porque en el programa de inversiones, que me parece que se elevan a ochocientos treinta mil millones en los próximos cuatro años, le recortan como mínimo setenta mil y donde le recortan es en la telefonía rural. Es decir, no va a cumplir los convenios con Diputaciones, no sirve hacer un nuevo convenio. Me conformo con que cumpla los que tiene firmados.

Bien, me ha dicho en el tema que yo le decía de sacar adelante esta Región, con todas las fuerzas políticas, económicas y sociales, que mantiene una cordialidad extrema con todas y cada una de ellas, y lo reconozco. Tengo que reconocer la cordialidad del señor Presidente en grado sumo. Yo hablo con él en su despacho, pero no se trata el tema. No se trata que hoy CECALE le hubiese invitado. CECALE le tiene pedida hace tres meses una entrevista y aún no ha podido hacerlo. Pero aunque se la concediese, no es que el señor Presidente hable con CECALE, hable con los sindicatos y hable con los partidos. Yo creo que la Junta -y lo dije el día de Tordesillas y lo ratifico- debe gobernar la Junta porque para eso está elegida por el pueblo castellano-leonés. No obstante, los problemas importantes de esta Región, como son la industrialización y el paro, ningún partido político, por sí solo, puede sacarlo adelante y lo que yo le recomendé el día de Tordesillas, se lo recomiendo y se lo pido ahora, es que llame a todas las fuerzas políticas y sociales, para que todas, cediendo un poco de su parte, pongan en marcha un plan que saque a esta Región del paro y del subdesarrollo. Con esos dos me basta, porque, si no, me voy a extender si empiezo otro tema. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Por el Grupo Popular tiene la palabra el señor Posada.


EL SEÑOR POSADA MORENO:

Señor Presidente, señoras y señores Procuradores. El discurso del Presidente de la Junta, de esta mañana, no nos ha satisfecho. Ha sido un discurso de gran amplitud, pero, a nuestro modo de ver, de poco contenido. Nos ha hecho el efecto de que se trataba de una simple acumulación de informes de los Consejeros, que el Presidente ha leído sin elaborar y sin sacar de ahí una política general para Castilla-León. Y yo veo, quizá, una explicación a esa situación y a ese discurso, y es que, aunque formalmente este debate está promovido por la Junta, como así consta en la comunicación, nosotros pensamos que ha sido la actuación del Grupo Popular la que lo ha hecho necesario y hoy permite que se realice. Porque nosotros planteamos dos proposiciones No de Ley, ambas sucesivamente rechazadas por la Mesa, pero justo en ese instante, después del segundo rechazo, se produce por la Junta la del acuerdo de que se realice un debate, debate que, hasta ese momento, no había sido considerado necesario. Pues bien, tanto si se hubieran debatido las Proposiciones No de Ley, como en este debate que promueve la Junta, y que consideramos que es muy oportuno, nuestro espíritu es el mismo: es cumplir el artículo 13.2 de nuestro Estatuto que señala como atribución de las Cortes: "Controlar la acción política y de Gobierno de la Junta y de su Presidente". Y hemos de decir que tenemos que calificar negativamente la actuación de la Junta en estos nueve meses y no es porque su actuación, que ya es bastante, haya sido escasa y bastante desafortunada, sino por lo que es más importante: porque en este tiempo no se ha conseguido comunicar a los castellano-leoneses una idea, una ilusión, un deseo de trabajar juntos y sacar la Región adelante. Si se pregunta a gentes de nuestras

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provincias, como estoy seguro que todos ustedes han hecho: ¿cuál es, en qué influye la actuación de la Junta de Castilla-León?, verá que es muy difícil que ninguno de ellos cite un solo hecho positivo, concreto, en que haya afectado su actividad; pero, además, y esto es lo más triste, es muy difícil que cualquiera de ellos diga algún hecho futuro concreto que pueda llevar a cabo la Junta y que, realmente, esperen que les vaya a resultar muy positivo para sus actividades. Por ello, nosotros sin acritud, pero con la responsabilidad que tenemos como Grupo Mayoritario de la Oposición, tenemos que decir que la actuación de la Junta está siendo un fracaso. Y es responsabilidad de todos; de ustedes más porque son el Gobierno de la Región, pero también de nosotros que somos la oposición, el conseguir que esta política cambie, que esta actuación se enderece y con ese espíritu venimos a este debate. En la comunicación escrita que hacía la Junta se habla, por ejemplo, de un Plan de Desarrollo Regional. Hoy, el Presidente de la Junta ha vuelto a insistir y ha dicho que se presentará en, a lo largo de este año. Pero, sin embargo, han transcurrido ya nueve meses desde la investidura y allí dijo don Demetrio Madrid que era un, este Plan era un instrumento operativo central de la política económica, y ocho meses después no tenemos noticia de que instituciones políticas, sindicales, sociales, de algún tipo conozcan qué se está haciendo con ese Plan. Indudablemente, estará trabajando alguien en ese Plan, pero parece que ocho meses después, que no se haya filtrado nada y que volvamos a dar otro plazo para hacer este Plan, es, parece al menos poco serio. Yo, quizá, la explicación que veo a ese Plan, a ese retraso en el Plan es que pretenden apoyarse en el Plan que el Gobierno del PSOE va a hacer, iba a hacer, un plan cuatrienal para toda la Nación; ese Plan que antes del veintiocho de Octubre estaba en una de esas carpetas del señor Guerra, que luego resultó que estaba vacía. A los primeros meses del año ochenta y tres se trabajó mucho en ese Plan, se habló de él, se dijeron muchas cosas y, de pronto, desaparece de la circulación, nadie habla ya de ese Plan, que iba a ser entonces trienal, y nos encontramos con que ahora mismo ni los propios Ministros saben dónde está. Por este camino va a aparecer un Plan semestral, y no vamos a poder apoyar nosotros; por eso yo le recomiendo al Presidente de la Junta, y cojo las palabras de su discurso, que si queremos hacer un Plan operativo para Castilla y León, que nos llame a todos; a las fuerzas políticas, a las sindicales, a las económicas, a las sociales, a todos, y seriamente, fijándonos unos objetivos, buscando una voluntad común, podemos hacer ese Plan y que no quede esa petición de colaboración en un simple "brindis a la galería". Pero veo muy difícil, también, la elaboración de ese Plan, porque a estas alturas del año estamos sin Presupuesto. Yo he oído al Presidente las explicaciones, al Presidente de la Junta las explicaciones que daba de por qué no teníamos Presupuestos y yo lo único que digo es que se está conculcando el Estatuto y que se está, no se está cumpliendo la promesa, que el propio Presidente hizo en Tordesillas, de presentar el Presupuesto no ya en los últimos meses del año anterior, pero ni siquiera en los tres primeros meses de este año. Indudablemente, parte de la culpa, estoy convencido, será del Gobierno Central, que no da las transferencias; pero, lo que es indudable, es que por lo menos se podían haber dado unos avances para conocimiento no sólo de los Procuradores, sino de todo el pueblo castellano-leonés. ¿Cómo vamos a convencer, cómo va a convencer la Junta a los castellano-leoneses de que tiene estudiado, tiene establecido, su Plan de actuación, cuando no es capaz de hacer su Presupuesto de Ingresos y Gastos ni siquiera de forma aproximativa a los tres meses de transcurrido el año? ¿Cómo van, cómo van a promoverse actividades de los agentes privados, empresas, cooperativas, trabajadores, si no saben cuál es la política económica, si no saben cuál es la actuación que vamos a tener en el año? Pero, además, la no aprobación del Presupuesto no hace sino agravar la situación económica de la Región, porque, como también decía el Presidente en su discurso de esta mañana, indudablemente, el Fondo de Compensación Interterritorial es una de las principales bazas para el desarrollo regional. Pero nos encontramos con que ese Fondo de Compensación Interterritorial nos trata lesivamente, nos trata muy mal, y eso no son palabras mías, ni del Grupo Popular; eso mismo ha dicho el Socialista José Bono, Presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha, que, en una situación muy similar a la nuestra, ha protestado contra el Fondo de Compensación, empleando los mismos argumentos que empleamos aquí nosotros cuando presentamos aquella Proposición no de Ley, que ustedes derrotaron, aunque eso sí, en tercera votación y costándoles mucho. Y mientras, aunque no esté aprobado el Presupuesto, los gastos corrientes, los gastos que no crean inversión (como han dicho los que me han precedido en el uso de la palabra), siguen y siguen creciendo. Y el paro, el índice transcendental (y que es la máxima preocupación de todos los que estamos aquí sentados), el paro crece de una forma alarmante. Estamos ya a finales de mil novecientos ochenta y tres en ciento trece mil parados. Ha crecido más del diez por ciento en el año anterior. Ya sé que la Junta no ha actuado más que durante unos seis meses y que, por supuesto, no es culpable directa de nada de ello; pero el paro sigue creciendo y eso no lo podemos olvidar. Y, simultáneamente, se anuncia en Madrid el contrato, la firma del contrato-programa entre RENFE y el Ministerio de Transportes; y ese contrato-programa supone cerrar el cincuenta por ciento de las líneas de Castilla-León y el cerrar todas las líneas que se proponen, que son tres mil kilómetros, no significa ni siquiera el cinco por ciento del ahorro, con respecto al déficit total de RENFE; es decir, nuevamente se desarbola una Región

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para pagar unos sueldos que, probablemente, no están en esta Región sino en otra. Y ante esa actuación, (y debemos decirlo aquí con claridad), sólo se alzó la voz del Consejero de Transportes en una actitud personal pero digna y que, realmente, merece nuestro aplauso. Hoy el Presidente de la Junta de Castilla y León ha dicho que se va a oponer a este agravio que se hace a Castilla-León; que va a oponerse con todas sus fuerzas y pide nuestra colaboración. Pues bien; la tiene, y la tiene ya desde este momento para que se oponga rotundamente a una actuación que puede ser de transcendental importancia y borrarnos como Región a Castilla-León. Porque, lo que nuestros ciudadanos quieren ver en la Junta es una actuación, un preocuparse por sus problemas; por encima, totalmente por encima, de si las competencias son o no son, en ese momento, asumidas por la Junta. Es indudable que nadie puede pedir a la Junta que arregle, ni en nueve meses ni en cuatro años, los problemas que se han heredado desde hace quinientos; eso es indudable. Pero lo que sí se puede exigir a la Junta es que tome una actitud decidida, una actitud fuerte, frente a los que agravan esos problemas. Y si tomamos, y voy a tomar un solo ejemplo, porque no quiero extenderme más en esta primera parte de la comunicación, pero un ejemplo que para esta Región es básico, que es el tema de la Agricultura, tema capital más que ningún otro, vemos que nuestro Agricultor, indudablemente, no puede culpar a la Comunidad Autónoma de su situación que se arrastra desde hace mucho tiempo; pero no puede tampoco creer en todas esas medidas puntuales, que señalaba el Presidente profusamente en su intervención, que unas estaban ya preparadas de antemano, otras serán realizaciones de la Junta, y otros son simples buenos propósitos; sí, se siente abandonado; sí, se siente defraudado, porque la Junta de Castilla y León no alza la voz en temas, que -de acuerdo- no están transferidos, pero que le afectan enormemente y no le apoya y le abandona en temas como: la negociación de precios agrarios, que supone en el año ochenta y cuatro un retroceso de la renta del agricultor; la subida brutal de los costos de la Seguridad Social Agraria, una presión fiscal "inmisericordie" que está creciendo día a día; el aumento del endeudamiento agrario a extremos de incapacidad de poder ya pagar los intereses de los préstamos e, incluso, el no oponerse de una forma decidida y clara al mazazo que para nuestra Región, para muchas producciones de nuestra Región, puede ser ese documento que el Mercado Común nos ha enviado y que, si se aprobara en esos términos, sería verdaderamente definitivo para esta Región, definitivo para su desaparición. Por ello, y aquí ejemplifico (porque podría poner ejemplos de los demás sectores), nuestra, nuestras gentes, nuestros agricultores en este caso, lo que buscan sobre todo es comprensión, ayuda, estar convencidos de que la Junta está mirando por sus intereses y que está dispuesto a oponerse a aquellas actividades que defraudan a Castilla-León.

Y entramos en el segundo punto de la comunicación: "Construcción solidaria de la Comunidad". Llegamos aquí a un tema desagradable e, incluso, doloroso, que a mi Grupo querría que no se hubiera planteado nunca, pero son, porque no sólo son problemas personales sino colectivos los que aquí nos reúnen. Pero este problema tiene connotaciones políticas importantes y no puede ni debe ser soslayado como sería mi deseo. Quiero, en primer lugar, dejar muy claro que nuestro Grupo no cuestiona, bajo ningún concepto, la honorabilidad personal y empresarial del Presidente de la Junta; pero es un hecho que la situación financiera personal de don Demetrio Madrid saltó a los medios de comunicación a primeros de Enero y fue tratado de forma cada vez más frecuente y en más y mayor número de medios a medida que se acercaba el Congreso Regional Socialista de Castilla-León y ha continuado su tratamiento después. Esta situación personal que, insisto, no juzgamos en absoluto del Presidente de la Junta, sin embargo, tiene unas derivaciones políticas de las que no debemos ni podemos sustraernos. Por desgracia, y por esa desaforada cobertura informativa a un tema que no tenía esa entidad, para muchos españoles de otras Comunidades Autónomas en este tema, de forma principal, y en algunos casos incluso única, lo que conocen de la actividad política de nuestra Comunidad. Por ello, repito, quiero, desde ese punto pura y esencialmente político (y quiero reiterarlo para que quede extraordinariamente claro), hacer dos preguntas, cuya contestación creo que deben conocer los castellano-leoneses. La primera sería: ¿conocía el Partido Socialista Obrero Español de Castilla y León la situación financiera de don Demetrio Madrid, cuando le nominó como candidato a Presiente de la Junta y en la investidura el veintitrés de Mayo en Tordesillas? Segunda: ¿se puede considerar, se puede afirmar que las dificultades financieras de don Demetrio Madrid pertenecen al pasado y, por lo tanto, han quedado resueltas?

En otro tema diferente, la labor legislativa de la Junta, el envío de proyectos de ley a las Cortes para su discusión y aprobación, una de las tareas fundamentales de la Junta y quizá la tarea más fundamental que nos corresponde a nosotros como Procuradores en Cortes, ha de calificarse como de pobre, y creo que me paso positivamente en el calificativo, porque resulta cuando menos sorprendente, que en los últimos Plenos -que han estado muy espaciados- prácticamente la total actividad del Pleno haya recaído en las propuestas, bien sean preguntas, interpelaciones, proposiciones no de ley de la Oposición. Esto dice poco en favor de la actividad legislativa o de la actividad de propuesta legislativa de la Junta; pero, en algún caso, creo que ha sido mejor que haya

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sido así. Me estoy refiriendo al Anteproyecto de Ley de Coordinación de Funciones de las Diputaciones Provinciales que, en mi opinión, desconocedor de la Autonomía Provincial y desconocedor, asimismo, de la realidad municipal de Castilla y León, con muchos y muy pequeños municipios y con sólo diecinueve municipios, como decía hoy el Presidente, en los que está el cincuenta por ciento de la población, ha producido unos enormes recelos y suspicacias contra lo que se suponía era la actividad de la Junta y ha conseguido algo que parecía casi imposible de conseguir: que estuvieran en contra del Proyecto, del Anteproyecto, todos los Presidentes de la Diputación, incluidos los tres Socialistas. Y yo pienso que se podía haber hecho una Ley que reconociera el hecho Provincial y diera satisfacción a todos. Esto hubiera sido magnífico. Se podría no haber tocado el tema y haber asumido la indiferencia general. Eso hubiera sido sencillamente malo; pero no hacer nada concreto y conseguir la repulsa general, eso es calamitoso. Si además, como se dice (porque nadie ha dado explicaciones), detrás de este tema subyace la dimisión presentada por algún señor Consejero y retirada con toda celeridad, sin tampoco explicar por qué se presentaba ni por qué se retiraba, creo que es una razón de más para abandonar este proyecto y elaborar otro con una filosofía completamente diferente. Creo que para ese Anteproyecto que recoja de verdad lo que siente Castilla-León, pues, le pueden ser útiles, por un lado, las argumentaciones que dimos en la interpretación que el señor Soto Rábanos hizo sobre este tema; y, por otro, les puede ser también de mucha utilidad las declaraciones que ha hecho el Ministro de Administración Territorial, señor De la Cuadra Salcedo, que dice que: "prudencia en este tema, hasta que salga la Ley de Bases de la Administración Local". Y les sugiero que esto lo hagan cuando está todavía en fase de anteproyecto, y que no les ocurra como a su correligionario, el señor Ledesma (Ministro de Justicia), que presentó su reforma de la ley de Enjuiciamiento Criminal a la que, a pesar de toda la oposición del Grupo Popular, se consiguió aprobar y al cabo de unos meses, cuando se han disparado los delitos y cuando los comerciantes de toda España, incluidos los de Castilla y León, están con una sensación de inseguridad ciudadana tremenda, anuncia que mandará la reforma de la reforma de la Ley, esto es, la contrarreforma.

Quiero también señalar como negativa de la actuación de la Junta, desde nuestro punto de vista, la política de contratación de personal. Indudablemente, recogía hoy el Presidente unas palabras que, precisamente, si algo quieren los castellano-leoneses es ver en esa Administración Autonómica más cercana a nosotros, esa Administración Autonómica nueva, que se produzcan lacras que se decía que se producían en la Administración Centralista. Pues bien, a pesar de que nosotros hemos señalado una y otra vez, cada vez que se producían actuaciones anómalas; a pesar de que esas contrataciones basadas no en criterios de puro mérito y capacidad, en un momento en que el paro crece y crece enormemente, resulta muy hiriente, sin embargo, se han llevado a cabo. Y yo no quiero más que señalar algo que, según he leído en el periódico "El País", no ha sido desmentido; la propia Ejecutiva Regional Socialista se propone revisar, caso por caso, todas las contrataciones que ha realizado la Junta; porque piensa que ha podido haber clientelismo o amiguismo y no ha habido imparcialidad ni debida valoración de meritud.

Yo pienso que las Cortes de Castilla y León merecen, cuando menos, la misma información que tenga el Partido Socialista. Ahora se ha realizado una oferta de empleo pública. Pues bien; aparte de diversos defectos legales y jurídicos que tiene, hay una peligrosa, ha habido una aparente peligrosa tentación de vulnerar su espíritu, porque en esa oferta pública se señala que el ocupar una plaza provisionalmente es mérito preferente para ocuparla definitivamente. Si poco antes de publicarse la oferta pública se hacen una serie de nombramientos a dedo, pues resulta que ese espíritu se conculca de alguna forma. Y yo quiero decirle al Presidente de la Junta que tenía un ejemplo muy cercano que podía haber seguido, y es el procedimiento que instauró la Mesa y el Presidente de las Cortes para contratar el personal de las Cortes, que ha seguido un procedimiento verdaderamente modelo.

No quiero tampoco hurtar la contestación a las palabras que se han dicho sobre los recursos de inconstitucionalidad, palabras probablemente de las provincias de Segovia y León. No puede sostenerse, si no es con un ánimo sectario (y esto no lo digo por el Presidente de la Junta), el que los recursos presentados por el Grupo Popular sean lesivos para la constitución de nuestra Comunidad Autónoma. En un Estado de Derecho, con una Constitución y un Estatuto aprobados, no puede acusarse a nadie de utilizar aquellos caminos que la propia Constitución establece. Cerrar la vía en falso sería renunciar a ellos; por ello, el Tribunal Constitucional sentenciará, inapelablemente, ambos contenciosos, y su dictamen, que sin duda será impecable, será plena y totalmente asumido por el Grupo Popular. El dirimirá ese contencioso. Dejemos, por lo tanto, al Tribunal trabajar tranquilo.

Quiero ya entrar en el tema tercero de la comunicación del Presidente que hacía referencia a la política Autonómica, política de Transferencias. Es un temor, ya repetido muchas veces por miembros de nuestro Grupo y por miembros también de otros Grupos, que el Partido Socialista Obrero Español, que en estos momentos gobierna en España en doce o trece

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Comunidades Autónomas, se ha quedado sin política Autonómica después de la sentencia de la LOAPA. En estos momentos hay peligrosas, peligrosos síntomas de que hay un cierto retroceso en la voluntad autonómica de diversos Organismos del Estado. Eso se une a una situación, que no podemos negar, de crisis en varias Comunidades Autónomas. Tres Presidentes de Comunidades Autónomas han cesado en los últimos meses: Cantabria, de Coalición Popular, ha cesado por motivos políticos de desavenencias dentro de la Coalición. Por motivos ya diría económicos de los propios sueldos de los Consejeros y luego complicados por temas que están ya en los Tribunales, ha cesado el Socialista Hernández Rojo. Pero quizá el cese o dimisión más preocupante ha sido el cese del señor Escuredo en Andalucía. Es un hombre al que yo conozco personalmente, del que puedo asegurar (y lo aseguro ahora y lo aseguré siempre cuando tuvimos opiniones distintas, visiones distintas del proceso andaluz), aseguraré siempre que es un hombre impecablemente democrático y con un sentimiento autónomo auténtico; que verdaderamente quería para Andalucía una autonomía, como entonces se dijo, como la de los Catalanes y los Vascos. Por una serie de movimientos, que están en la prensa, resulta que un hombre así es sustituido por Rodríguez de la Borbolla, a quien también conozco, y creo que sin suponer en absoluto ningún desdoro, porque no es un calificativo banal, es un hombre típico funcionario del aparato de partido. Entonces, me pregunto, ¿Qué está pasando? ¿Qué está pasando? ¿Estamos ante una situación de retroceso autonómico? Si es así, la Junta debe de adoptar una posición firme, una posición decidida, una posición fuerte; porque, naturalmente, no nos preocupa (aunque también nos preocupe), cuál es el ritmo de transferencias que se está realizando ahora, en estos momentos, para las competencias que estamos asumiendo y que otras Comunidades, que van delante de nosotros, están asumiendo también. Es decir; pues el comercio interior, el transporte terrestre, museos, etcétera, son competencias del Estatuto y, como tales, estamos recibiéndolas lógicamente. Lo que nos preocupa es: ¿podremos edificar esa Comunidad Autónoma, sin esperar a esos cinco años que señala el Estatuto, mediante Leyes Orgánicas de Transferencia o de Delegación? Ese es el verdadero problema que se nos plantea. Esa es la auténtica situación difícil y la que tenemos que resolver. Por ello, yo quiero decir que el Grupo Popular no está satisfecho del funcionamiento de la Comisión Mixta de Transferencias; y no está satisfecho porque, transcurridos ocho meses, todavía no ha llegado a dar una comparecencia pública de qué, de cómo se está actuando. El señor Presidente ha dicho, en efecto, que la hará en los próximos días; pero quizá debía de haberse hecho antes.

Por otro lado, el funcionamiento interno de la Comisión no parece que haya sido el adecuado. Resulta que varias veces ha habido convocatorias de esa Comisión a unas horas nocturnas y en lugares no apropiados, sin que nadie conociera lo que se iba a debatir. Hubo, incluso, una reunión en el propio Ministerio de Administración Territorial en la cual ni los participantes de la Sección de Castilla-León, ni los del Grupo Popular, ni los del Grupo Socialista conocían los temas que se iban a tratar. Allí salieron unos anteproyectos de transferencias distintos a los que tenía el Ministro y parece ser, parece ser, que el propio Ministro se levantó un tanto airado de esa reunión. No nos gusta su funcionamiento, no nos gusta; pero, sin embargo, estamos dispuestos a seguir ahí y a apoyarlo con toda nuestra fuerza, porque, indudablemente, estamos construyendo Castilla y León y se trata de superar cualquier desavenencia en pos de ese punto. Por ello, y acabo ya con esto, señor Presidente de la Junta y señores Consejeros, la actuación de la Junta en estos ocho meses no ha sido buena. No ha existido mayor eficacia en la tramitación de los asuntos. No se ha llevado a cabo ni una parte mínima del programa de investidura. Y no se ha transmitido, y eso es lo más importante, insisto en ello, al pueblo Castellano-Leonés la idea de que con la Autonomía las cosas van a ir mejor; y eso ha sido porque la política aplicada no ha sido acertada. Y por ello, nosotros le sugerimos, les pedimos, que la cambien. Abandonen la arrogancia, la creencia de que tienen la solución de los problemas, de todos los problemas, y de que no necesitan a nadie. Den un cambio total a esa política. Todos somos necesarios para construir Castilla y León; todos somos necesarios. Miren menos a sus recetas, quizá de programa de partido, que son legítimas y que con las cuales les eligieron y es lógico que las tengan en cuenta, pero hay muchos problemas que exigen una solución quizá más de andar por casa y más realista. Ustedes obtuvieron la casi mayoría absoluta y deben gobernar. Yo estoy de acuerdo con las palabras que usted ha dicho antes, de que deben de gobernar sin gobiernos de coalición. Deben hacerlo, naturalmente que deben hacerlo; pero deben, al mismo tiempo, buscar la colaboración en los temas importantes. Y ¿cómo pueden buscar esa colaboración? Pues tienen una forma muy sencilla, que es que esas ofertas, esas peticiones de colaboración que usted ha hecho aquí y que ha hecho reiteradas veces, que se lleven a efecto; y que se lleven a efecto no sólo por el Presidente, de cuya buena voluntad en ese aspecto no dudo, sino por los Consejeros, por los Directores Generales, por los funcionarios, es decir, por todo el aparato de la Junta que de verdad estemos continuamente todos, todos actuando. Por ello, y este es, para eso necesitarán, tendrán siempre el apoyo del Grupo Popular. Esta es nuestra síntesis. Ustedes están llevando una política equivocada: cámbienla. Porque recuerden ustedes

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que Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva. Muchas gracias.

(Aplausos).


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES):

Tiene la palabra el señor Presidente de la Junta.


EL SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA (SEÑOR MADRID LOPEZ):

Gracias, señor Presidente, señor Posada, que en nombre del Grupo Popular ha intervenido, considera y califica de negativa y escasa e incluso desafortunada, no habiendo conseguido, desde luego, convencer a sus correligionarios mi propia intervención. Situación que en el juego democrático, como ustedes pueden comprender, nosotros naturalmente contábamos con que esto pudiera ser así. A pesar de que, efectivamente, la terminación de su exposición y de su discurso coincide totalmente con la llamada a la colaboración a todos los Grupos Políticos, para decir también, y decirlo claramente desde esta tribuna, que este Presidente ha tenido importantes reuniones con sus Portavoces para intentar conseguir, aunque desde luego hay que decirlo, y sobre todo se desprende de sus palabras, que no hemos conectado lo suficientemente como para determinar que las funciones en un Estado de Derecho y en una Sociedad democrática, como aquí se ha dicho, con un partido que ha ganado las elecciones y tiene que gobernar, los diferentes planos de actuación del Ejecutivo y del Legislativo se corresponden, naturalmente, a unas posiciones a veces de oposición clara y rotunda en otras, cuando se trata de construir el Estado de las Autonomías de Castilla y León, y le recuerdo al señor Posada que construir Castilla y León en un pulso permanente con el gobierno del Estado no nos tiene que llevar, desde luego, a destruir España, sino todo lo contrario, no hemos conseguido esa conexión que yo en otras ocasiones y siempre que tengo oportunidad estoy pidiendo, porque soy totalmente consciente de que es necesario los esfuerzos comunes en aquellas cuestiones que se han llamado de Estado y que no solamente no impiden, sino que sería de desear, desde luego, que hubiera no solamente esa colaboración crítica, sino esa otra colaboración positiva y que, desde luego, en el discurso que yo esta mañana, en la intervención que hacía esta mañana, estaba invitando y me alegro de que así se haya recogido. Me alegro también del tono empleado en la intervención del señor Posada, que es un tono no solamente conciliatorio, sino es un tono de buscar de verdad las posiciones, no solamente en la colaboración en las cuestiones de actuación o de gobierno, de mejorar las condiciones de gobierno, sino también de crear la Autonomía, de crear lo que yo creo que él ha dicho (aunque no lo haya expresado con estas palabras), la propia conciencia Regional. Y tengo que decirle claramente que también se ayuda a no tener dudas públicas, como es inevitablemente, (y yo lo he dicho de la forma más suave posible esta mañana para que ese sentido todavía, aunque legítimo, desde luego), de tener presentados al Tribunal Constitucional los contenciosos correspondientes, puede significar, y lo tiene que reconocer el señor Parlamentario, que pueden llevar a la propia confusión de los ciudadanos en orden a terminar ya de una vez para siempre, de que Castilla y León son nueve provincias hermanas, que desean inequívocamente hacer la andadura necesaria para construir su propio futuro.

Cuando él hace y determina con sus opiniones que el descontento generalizado de los Castellano-Leoneses, me da la impresión de que esté recogiendo los resultados de un sondeo científico al que llega, con esa precisión tan exacta, diciendo que no hay ni un sólo Castellano-Leonés que tenga ilusión en ninguna de las cosas que está haciendo la Junta y se atreve a decir ni siquiera de las que se va a hacer en el propio futuro. Yo creo que eso es pasarse y decir demasiado que es lógico, en los instrumentos normales parlamentarios dialécticos, que pueda emplear este tipo de apoyos; pero yo creo que él tampoco se lo cree tal como lo dice. Es verdad que hemos planteado, y lo hice ya en el discurso de investidura, el proyecto para para la realización del Plan para el Desarrollo Regional. El Consejero de Economía y Hacienda, a una pregunta de Don Juan Seisdedos, tuvo ocasión de extenderse profundamente en los contenidos, en los calendarios, para determinar también que esa representación, que esa no representación, mejor dicho de la que habla el señor Posada, está absolutamente asegurada y cubierta en el Consejo Económico y Social, donde estarán representados sin ninguna duda. Hemos explicado en Comisión, hemos escrito en preguntas para contestación también, por escrito y oralmente, por qué no están presentados los Presupuestos. Y hemos dicho y lo hemos repetido, no solamente con el voluntarismo normal de explicar las cosas, sino con los datos suficientes en la manos, para decir que era un respeto importante a la Comunidad y a esta Cámara el hecho de que no hayamos presentado hasta estos momentos los Presupuestos Generales, los Presupuestos de la Comunidad. y Lo hemos hecho porque nos parecía mucho más importante para el propio seguimiento de esta Cámara de los resultados y de cómo se está, partida por partida, cuando ese Presupuesto tiene, como es lógico, todas las características técnicas necesarias para poder ser seguido, para que, a lo largo de todo este año, Sus Señorías pudieran hacer el seguimiento preciso sin ninguna necesidad inequívoca de que la realización técnica de los Presupuestos y su realización, también práctica, en el orden del gasto pudiera ser llevada y fiscalizada desde luego por esta Cámara.

Del Fondo de Compensación Interterritorial hemos dicho también, y ha habido otro debate en esta Cámara, las razones de cómo se han venido, históricamente ya, se puede hablar, la construcción desde

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las Cortes Generales para la determinación del Fondo de Compensación Interterritorial. Y nosotros creemos que es insuficiente la cantidad que en estos momentos se destina en general, no solamente a Castilla y León, sino para el Fondo de Compensación Interterritorial; que vamos a seguir intentando, no solamente que el volumen general de este Fondo aumente, sino que la participación, la cuota de participación de los Castellano-leoneses, siga incrementándose, como así ha ocurrido del año ochenta y tres al año ochenta y cuatro. Nosotros estamos intentando también, señor Posada, luchando en lo posible y dentro de las dificultades normales, no solamente que existen dentro del conjunto de España, sino de nuestra Comunidad, que el paro sea un elemento que desaparezca de la preocupación de los Castellano-Leoneses, de la preocupación de Sus Señorías y de la preocupación, desde luego, sobre todo, de los parados. Por lo tanto, estamos, desde cada una de las Consejerías, realizando actuaciones, proyectos que nos den como resultado las posibilidades de crear puestos de trabajo: de una forma directa o de una forma indirecta, añadiendo confianza a los agentes económicos, teniendo las conversaciones precisas, utilizando los instrumentos que tiene la Junta para conseguir desde que la política de empleo, desde que la actuación del desarrollo de las competencias que en estos momentos vamos asumiendo pueda, a través de ahí, de una forma directa o indirecta, en la creación de nuevos puestos de trabajo y nuevos puestos de trabajo estables. Por eso hablamos con, a veces preocupación, de cómo las posibilidades potenciales de nuestra Comunidad, desde las financieras hasta el desarrollo de lo que es la industrialización de nuestra actividad más importante hoy por hoy, probablemente que sea la Agroalimentaria, no suficientemente desarrollada; por eso, queremos, (y nuestros proyectos pasan por ahí), para que nuestros productos del campo, de la agricultura y de la ganadería, puedan ser transformados en nuestra Comunidad. Y ahí están trabajando, se lo aseguro, y están trabajando con firmeza cada uno de los Departamentos y cada una de las Consejerías, que, en estos momentos, tienen como horizonte claramente el desarrollo de todas las potencialidades. Y eso significa crear puestos de trabajo, y eso significa que en nuestra Comunidad el valor añadido de nuestros productos quede inevitablemente en nuestra Comunidad, para conseguir de verdad el asentamiento económico y el desarrollo se pueda realizar mucho más compensado con la realidad de nuestra propia Comunidad.

Por eso también agradezco, al mismo tiempo, la comprensión que tiene para las dificultades, para reconocer, como él muy bien ha dicho, las dificultades que en estos momentos existen en nuestra Región y en toda España, para la creación de puestos de trabajo y, desde luego, con los instrumentos que en estos momentos tenemos en el Gobierno, para conseguir que, efectivamente, esta buena disposición no sea sólo una buena disposición y declaración de buenas intenciones, sino que pueda hacerse realidad. En lo que llama él la segunda parte, agradezco enormemente la delicadeza con la que trata el aspecto personal, dándole la implicación política y desde el marco de la oposición, para que pueda entender que con esa misma delicadeza y con esa misma atención yo quisiera tratar inevitable este tema. Usted sabe que en un partido democrático, como sin ninguna duda tiene conocimiento en su funcionamiento interno, el Partido Socialista Obrero Español, evidentemente, tenía un Congreso Extraordinario convocado por su Secretario General que era yo mismo. En un Congreso Extraordinario, naturalmente, existe ese período llamado precongresual que, lógicamente, pues, es el lugar donde todos y cada uno de los compañeros, en esa legítima posición democrática, permanente, pero que se agudiza naturalmente en las situaciones pre-congresuales, las situaciones de todo tipo son absolutamente legítimas, independientemente que después de los resultados de ese Congreso, el Partido Socialista cierre filas y acepte sin ninguna fisura cuál han sido esos resultados.

Usted me hace, como un Tribunal casi inquisitorial desde esta tribuna, que yo haga declaraciones personales acerca de mi propia situación anterior y mi propia situación presente. Quizá habría que hacer también al conjunto de los aquí representados esa misma pregunta. Yo le puedo decir que he tenido, naturalmente, en una situación personal y que por fin alguien en la vida política no ha utilizado sus propias posibilidades, sino todo lo contrario, ha seguido siendo un ciudadano de "a pie", que ha tenido problemas y que, desde luego, ha tratado de solucionarlos por sus propios medios, desde luego, para no interferir y no contaminar de ninguna manera ni a las instituciones, ni al Partido, ni a nadie que no sea su propio ámbito personal, familiar, para dar respuesta a los problemas personales que cada uno puede tener en un momento determinado de suerte o de desgracia en la propia vida.

Yo no estoy de acuerdo, por otro lado, entrando en la tercera parte, de que la labor legislativa haya sido una labor negativa, sino todo lo contrario. Fíjese usted que llevamos realmente, de vida parlamentaria, los últimos 4 meses del año de mil novecientos ochenta y tres. Es muy poco tiempo para el rodaje inevitable, no ya solamente del Gobierno, sino de esta propia Cámara. Es un tiempo en el que unos y otros nos hemos aprestado a organizarnos internamente. La propia Junta no ha querido ser tan insensata de dedicarse a una producción "in extenso" y una producción indiscriminada de proyectos de Ley que hubieran hecho que incluso estas propias Cortes y su organización hubieran tenido dificultades y que incluso los propios Grupos Parlamentarios no hubieran tenido el tiempo suficiente de sedimento natural para que su propia

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organización se desarrollara, como yo espero que se desarrolle en el futuro. Los propios Grupos Políticos y los propios Grupos Parlamentarios han pasado también por esta misma necesidad de sedimento y de organización interna y ahora sí que estamos y lo sabe el Presidente de su Grupo Parlamentario, Portavoz señor Bosque Hita, a quien en estos momentos no tengo la oportunidad de ver, sabe cuál es el calendario legislativo propuesto en los próximos seis meses, que es del orden de trece proyectos de Ley, para que ya de una vez organizada esta Cámara, pueda tener toda la capacidad necesaria a través de sus propias organizaciones de las Comisiones de Trabajo, del nombramiento de las Ponencias y de una continua presencia y permanencia de los Procuradores en el Pleno de las Cortes de Castilla y León.

Por lo tanto, no se preocupe Su Señoría que en los próximos seis meses tendrá por el orden de doce o trece proyectos de Ley que producirá, desde luego, la Junta de Castilla y León, que ya están en fase de discusión en Junta de Consejeros y que vendrán aquí, indudablemente, para que Sus Señorías puedan tener un trabajo importante de colaboración y se sientan partícipes en la construcción de la Comunidad de Castilla y León, a través de las discusiones lógicas y a través de todas las aportaciones que deseen realizar. Hace algunas incursiones, en su discurso, de vez en cuando, a las críticas inevitables que se corresponden, y que la conocemos, que su propio Grupo Parlamentario del Estado hace en el Congreso de los Diputados y en el Senado. Y es una pena que no haya en estos momentos la suficiente comunicación, a través de lo que pueda estar pasando en el Senado, en el trámite de una Ley tan importante que se está haciendo y que la colaboración, desde luego, del Grupo Popular, yo creo que algunos compañeros de su propio partido que ya lo han mostrado por lo menos de la propia Coalición, están también poniéndose colorados.

En la política de transferencias, tengo que decirle claramente que nosotros estamos orgullosos de cómo se ha producido y cuál han sido las presiones profundas. Y tengo que volver a decir los mismos argumentos que ya dije en otro momento. Hemos tenido a veces dificultades y hasta enfrentamientos técnicos en la discusión con la Administración Central, para la determinación de las transferencias y, lo que es más importante muchas veces, su valoración, lo que se llaman los anexos y los flecos. No hemos querido hacer gala de este enfrentamiento porque nos parecía que eran situaciones puramente técnicas, posibles de soluciones, como así ha sido. Pero, fíjese usted; le voy a dar un simple dato: hace seis meses, hace cinco meses, las transferencias tenían un valor para Castilla y León de aproximadamente dos mil millones; hoy, le puedo decir que el montante de las transferencias supone trece mil millones de pesetas para la Comunidad de Castilla y León. Y esto hay que negociarlo, Y esto haya que hablarlo. Y esto hay que discutirlo. Y hay que hacer muchos viajes a Madrid. Y hay que templar muchas gaitas. Y hay que estudiar persona por persona. Y le puedo decir que tenemos ya, aproximadamente, siete mil cien funcionarios transferidos que han tenido que ser discutidos muchas veces con nombres y apellidos; y que ha tendido que ser discutido con la suficiente delicadeza no solamente para la construcción de Castilla y León, sino para no desmembrar, y en eso Ustedes creo que son muy sensibles, la propia capacidad del Estado Español, de España como una unidad; de manera que hemos sido lo suficientemente sensibles para también comprender que a veces la propia Administración Central del Estado tenga que tener su propio aparato de funcionamiento, pero que, desde luego, no se solapen los esfuerzos que se pueden hacer entre las diferentes Administraciones. Por eso, yo le digo que en el tema y en la Política de Transferencias y en cómo se ha llevado, yo tengo que decir que todos los Consejeros, y tengo que también felicitar a la Comisión Mixta porque, desde luego, se han llevado con una celeridad tan importante que, en estos momentos, concluido en los próximos meses el IRYDA y el ICONA, estamos muy cerca de tener del noventa al noventa y cinco por ciento de lo que establece nuestro Estatuto. Pero usted no para aquí y se le ve cuál ha sido, en todo caso, sus propios orígenes políticos o geográficos, y está pidiendo mucho más; está pidiendo no solamente que se llegue al tope de la capacidad de nuestro Estatuto, sino que, sin esperar a los cinco años, se pueda por Leyes Orgánicas poder conseguir algún tipo de transferencia, que supongo que usted está apuntando a Educación o al INSALUD quizás, poder tener una mayor capacidad de autogobierno. Yo me alegro profundamente de que usted confíe tanto en esta Junta, que desee para ella no solamente la capacidad de autogobierno actual, sino mucho más; eso es porque está usted confiando claramente en el Gobierno que me honro presidir. Y esta es una buena ocasión para agradecerle a usted esta confianza que deposita al querer abarcar y abrir más, mucho más, el abanico de autogobierno que, en estos momentos, yo tengo el honor de representar.

Habla en un momento determinado de una situación que también ha salido públicamente (y como aquí no hay que hurtar a nadie el debate político) sobre los funcionarios contratados por el Gobierno de la Comunidad, y, en general, por la situación del personal que está al servicio de la Comunidad Autónoma; yo diría al servicio, no de la Junta, sino de la Comunidad de Castilla y León. En estos momentos, como lo decía, aproximadamente, y sin aproximadamente, con exactitud plena, hay siete mil trescientos dieciocho funcionarios, siete mil trescientos dieciocho funcionarios transferidos que han sido, naturalmente, las dotaciones, con sus dotaciones económicas, que uno a uno

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se han tenido que hacer muchas veces en el contacto normal, no solamente en la Comisión Mixta de una manera global, sino a través de las reuniones, de las reuniones de los Consejeros, de las reuniones sectoriales, en innumerables esfuerzos, donde esos Consejeros que, además de tener que atender cada día su Departamento y su Consejería, tenían que estar perfectamente en el cañón, para que la dotación que nos venía acompañada fuera lo suficiente, para después poder hacer una buena gobernación de los asuntos de Castilla y León. Y hay que decir que en estos momentos, en los Servicios Centrales, además de los siete mil trescientos dieciocho funcionarios transferidos, hay trescientas veinte personas en los Servicios Centrales, de las cuales, altos cargos son veinticinco, y esos veinticinco, funcionarios; no funcionarios hay veintitrés; en total, cuarenta y ocho altos cargos.

Nosotros hemos recibido de la situación del extinto Consejo, aproximadamente ciento veinte funcionarios, a los que nos parecía que no había ninguna razón, ni de tipo ideológico, ni cargar sobre su suerte y su situación, y pendientes de esas ofertas transparentes, poderles ofrecer en igualdad de condiciones, para poder, si tenían esa capacidad técnica suficiente, para optar lógicamente a un puesto de trabajo estable en la Comunidad; y sólo aproximadamente sesenta personas, la mayor parte en los Gabinetes de los Consejeros, y en otros puestos como ya he dicho inevitables, y que era imprescindible en aquel momento poder tener una presencia de colaboraciones, hay unos contratos, que no significa de ninguna de las maneras que esa situación sea irreversible, que esas personas van a tener que concursar en su día como cualquier otro ciudadano más en el conjunto de las ofertas normales que saldrán de empleo de la Junta, para que todos los ciudadanos Castellano-Leoneses, y todos los españoles en definitiva, puedan tener la igualdad de oportunidades en un puesto de trabajo en la Administración de Castilla y León.

Es probable que me quede sin contestar alguna de las sugerencias, o alguna de las críticas que usted acaba de hacer en nombre de su propio Grupo. Yo quiero decirle que aquí no se acaba, de ninguna manera, el debate. Yo quiero decirle que nosotros estamos cada día mucho más en condiciones (siempre hemos tenido la voluntad de comparecer, pero cada día más), estamos en condiciones de comparecer cuantas veces sean necesarias; ustedes saben muy bien que el mayor número de comparecientes ante esta Cámara es un motivo, a veces, de duplicar el esfuerzo y el trabajo de los altos cargos y de los Consejeros, que no tienen que desatender sus funciones ordinarias de Gobierno; pero vendremos con mucho gusto cuantas veces, por la presidencia de esta Cámara o de los propios Grupos, y a propia iniciativa del Gobierno, tengamos que comparecer para discutir éstos y otros muchos aspectos que, sin ninguna duda, nos faltan en el recorrido inevitable que tenemos que hacer para construir nuestra Comunidad de Castilla y León.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Para un turno de réplica de quince minutos, tiene la palabra el señor Posada.


EL SEÑOR POSADA:

Señor Presidente, señoras y señores Procuradores. Es lógico que el Presidente de la Junta considere natural que no nos haya gustado su discurso y que hayamos calificado la actuación de la Junta negativa, de escasa y desafortunada. Pero puedo asegurarle que no es sólo y eso podría ser una primera explicación, pero no es sólo por el funcionamiento político del Gobierno y oposición; es que realmente la consideramos negativa, escasa y desafortunada.

Indudablemente en su discurso de esta mañana había una llamada a la colaboración. Yo la he recogido y la he vuelto a lanzar. Por supuesto que el Grupo Popular está dispuesto a colaborar; ahora bien, yo quiero decirle, señor Presidente, que usted ha hecho esta llamada otras veces, que nosotros siempre hemos dicho que sí, que cuando llegan los momentos culminantes es cuando se rompe, y, normalmente, tiene más poder, más posibilidades, aquél que tiene el Gobierno, que el que está en la Oposición. No se trata, por tanto, de que nosotros continuamente tengamos que ofrecer colaboración; lo que hay que hacer es que esas ofertas generales, esas ofertas que se dicen para pactar temas importantes, que luego culminen y lleguen a esos temas, que no se contraponga una oferta de colaboración global con, luego, situaciones de ruptura en cada caso particular. Entonces, esa colaboración, indudablemente, se necesita en los grandes temas; pero se necesita también que eso se aplique luego a los pequeños temas que se derivan de ese gran tema general. Entonces, en ese aspecto, yo insisto en que nuestra colaboración, colaboración que unas veces será crítica y otras veces será total, está ahí; pero exige unas contrapartidas, y exige un poder que es consciente de que está colaborando.

Por otro lado, en cuanto a lo que vuelve a insistir en lo del Tribunal Constitucional, debo decirle que los recursos y los caminos que la Constitución establece están para algo. Indudablemente, nunca detrás de una actuación de éstas deja de haber un grupo social. Indudablemente es mucho más importante que aparquemos ese tema; lleva su propio camino jurídico, dejemos que el Tribunal Constitucional decida, y lo que él decida lo aceptaremos todos; no utilicemos este tema como dificultad, puesto que no está ya en nuestro ámbito, sino que es en el ámbito del Tribunal en donde debe decidirse.

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En cuanto a las palabras que me atribuye de que no hay ningún Castellano-Leonés que le guste la actuación de la Junta, y no las he dicho porque me parece que todas las generalizaciones son malas, incluida ésta, la que acabo de decir. Pienso que la mayoría, o un grupo muy importante, o una gran cantidad de personas, no piensa que la actuación de la Junta está siendo útil; ni siquiera digo buena o mala, útil para ellos. Y eso he dicho en mis palabras, que ustedes lo habrán hecho, porque estoy convencido de que todos los que aquí nos sentamos, y los Procuradores de su Grupo, se habrán preocupado muchas veces de preguntar a los que le rodean, unos serán militantes de su Partido, otros simpatizantes, otros votantes y otros ni siquiera nada de eso, pero estoy convencido que preguntan, inquieren, y a mí me gustaría saber si de esa encuesta, no científica indudablemente, pero que todos hacemos, qué están derivando, qué se deriva de sus preguntas.

En cuanto a lo que me dice del Plan de Desarrollo, bien, era una forma de darle un acicate, porque un Plan de Desarrollo, para que sea eficaz, necesita ejecutarse entre todos, y efectuarse con una cierta rapidez; si no, se convierte en algo que siempre se hace (pero de eso estamos llenos en Castilla y León) que son unas estanterías llenas de libros en que son: estudio de la ganadería en la Comarca de tal. Bueno, pero el Plan es algo más, es mucho más, y si no tenemos unas ideas claras, no nos ponemos unos objetivos y no sabemos quienes lo estamos haciendo, que debe ser toda la Región, tendremos al final unos trabajos valiosos, como otros que ya hay, pero no tendremos un Plan de Desarrollo Regional.

Respecto al Presupuesto, indudablemente, yo le agradezco esa cortesía con la Cámara de no enviarlo hasta tenerlo perfecto. Pero quizá también los Procuradores hubiéramos agradecido, si no se puede mandar un proyecto de Ley, que en efecto ese sería el Presupuesto, unos avances de anteproyecto de Presupuestos, en el cual por lo menos conociéramos algo de lo que puede estarse ejecutando. En cuanto al Fondo de Compensación Interterritorial, naturalmente que ese tema, ya sé que ustedes les parecía insuficiente, y a usted, ya sé que ustedes querían más; pero, sin embargo, ese día primó en usted, cosa loable en el Estado Democrático que estamos construyendo, la disciplina de partido y votaron como su partido lo hacía en el Congreso y en el Senado, me parece bien, pero ustedes votar así cuando, insisto, este socialista, José Bono, considera que no se estaba favoreciendo a nuestra Región.

El paro es un tema que en efecto he citado y que indudablemente preocupa a todos. Por supuesto, estoy convencido también, de que en la Junta la preocupación máxima es el paro. Lo he dado por hecho y se estará actuando; lo que se trata es de actuar eficazmente. Pero, indudablemente, no, como he dicho también, tampoco pienso que se le pueda imputar, ni lo he hecho, a la Junta la situación del paro en Castilla-León.

En cuanto al tema personal suyo, yo acepto las explicaciones que habla de la situación precongresual; rechazo totalmente el que yo me hubiera considerado en ningún momento en un tribunal inquisitorial haciendo esas preguntas; preguntas que sí me hubiera gustado ver contestadas, porque creo que son interesantes y que zanjan definitivamente el tema, que es quizá lo más interesante para todos desde el momento de prestigiar las instituciones, zanjar ese tema contestando a esas preguntas, preguntas que, insisto, en modo alguno tienen carácter inquisitorial y que, si así han sido recibidas, pido disculpas porque no tenían ese carácter.

En cuanto a la labor legislativa, hombre, yo creo que entre la labor legislativa que se ha hecho, y la de inundarnos con proyectos de Ley que no hubiéramos sido capaces de sacar adelante, hay término medio que sería haber utilizado, por ejemplo, los tres o cuatro últimos Plenos en estudiar algún proyecto de Ley. Es decir, no quería una situación de avalancha, que a lo mejor ahora se produce y es tremenda; pero que creo que entre la avalancha y muy poquito hay un tema intermedio que hubiera sido el punto óptimo.

En cuanto a mis críticas que dice que hago a otras Cámaras como el Congreso y el Senado, bueno es; él hace luego otra al Senado. Y yo estoy, le contestaría una cosa: estoy convencido de que si hubiera buena voluntad por parte del Grupo al que él pertenece, por supuesto en Madrid habría un pacto escolar, que es lo que todos necesitamos.

Celebro, y celebro enormemente, que no me haya hablado del anteproyecto de Ley de funciones de las Diputaciones. Ojalá que se le haya olvidado, vamos que no se le haya olvidado, sino que simplemente lo haya abandonado y que vamos a ver si hacemos otra cosa; eso sería magnífico. Piénselo, de verdad, porque eso sería estupendo.

No se ha hecho gala, dice el Presidente, en el tema de las transferencias autonómicas de enfrentamientos. A mí me parece muy bien. Por supuesto, creo que a nosotros se nos pueden decir muchas cosas, pero indudablemente no que queremos destruir España; eso pienso que nadie puede pensarlo de nosotros. Ahora bien; no destruir España no quiere decir que, si tenemos una Constitución, no se organice un Estado Autonómico; porque España es algo y mucho más que el simple Estado Centralista que teníamos, es algo más. Y, por eso, cuando yo digo que quiero transferencias de las del otro, de las del capítulo del Estatuto que tienen que darse por Delegación o transcurridos cinco años, no me importa en absoluto

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que la Junta esté gobernada por los socialista. Creo, como he dicho antes, que su labor es negativa; pero, sin embargo, considero que la Comunidad Autónoma Castellano-Leonesa está muy por encima de los Gobiernos que democráticamente se irán dando (y yo tengo la esperanza de que esas competencias las gestionemos nosotros más tiempo que el Partido Socialista). Ahora bien, la satisfacción que tiene el Presidente de cómo ha ido la política de transferencias no creo que deba llevarle a considerar que la Comisión Mixta de Transferencias ha funcionado maravillosamente, porque los detalles que yo he contado de esa Comisión, son detalles que conoce a través de los representantes de su propio partido, y no parece que sea un modelo de funcionamiento. En cuanto al tema de funcionarios de la Comunidad celebro que se den unos datos y que se conozcan. Pero, aunque este número sea más o menos reducido, el tema sigue siendo el mismo: que no se puede crear en un momento de paro, en una situación de paro tan hiriente, no se puede crear la sensación (que a lo mejor se crea con un solo caso, con dos casos, con tres casos), de que está primando el clientelismo o el amiguismo sobre los méritos y sobre la capacidad. Y para eso hay una cosa muy clara que es la publicidad, la claridad, la transparencia, e, indudablemente, estas personas, que serán muy dignas y a quien no conozco, y no tengo nada contra ellas, no han accedido a sus puestos (esas sesenta personas contratadas en los Gabinetes) ni con publicidad, no con claridad ni con transparencia.

Finalmente, quiero decir que repito nuestra oferta de colaboración recogiendo las palabras del Presidente. Creo que debe darse un cambio a la Política de la Junta; noto que hay una cierta tendencia a admitir que ese cambio es necesario; creo que eso sería una gran cosa para todos en Castilla y León. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Tiene la palabra el señor Presidente de la Junta.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR MADRID LOPEZ):

Muchas gracias señor Presidente. Telegráficamente, señor Posada:

La oferta de colaboración, naturalmente, es aceptada por el Grupo Popular a iniciativa de la Junta de Castilla y León, y yo creo que, por la buena pedagogía política, y porque los ciudadanos entiendan muy bien cuál es el Estado de Derecho y el papel de los partidos políticos y de los Grupos, tendremos que incrementar cada uno naturalmente en el sitio donde está, cuál es el grado en las situaciones concretas en las cuales, no solamente desde unas posiciones teóricas sino prácticas, se podría buscar esos puntos de colaboración, e insistiendo, una vez más, que yo regularmente he tenido reuniones con los diferentes representantes de los Grupos Parlamentarios, buscando puntos de coincidencia para realizar algún tipo de acción de gobierno de Estado, en la cual, naturalmente, tendrían que estar de alguna manera vinculados todos los Grupos aquí representados. Si no hablé antes del proyecto de Ley de las Diputaciones, como usted lo nombró, es porque ya dije en el discurso que era un instrumento que habíamos producido, que desde la Consejería de Gobierno Interior se había producido, un instrumento importante, un borrador, o un anteproyecto en todo caso, que significara lo que usted está pidiendo. Y ha tenido ese efecto, ha tenido el efecto de que, sin entrar lógicamente en la Cámara donde haya sido, como es lógico, sellado como un documento a debatir, está teniendo ya la eficacia de que Presidentes de la Diputación de un signo o de otro, están en estos momentos reuniéndose, aunque sea para rechazarlo, aunque sea para proponer textos alternativos, aunque sea para poner enmiendas, para que efectivamente un texto tan importante que cose y arma nuestra Comunidad pueda venir de alguna manera ya a las Cortes, si no en su totalidad consensuado, sí por lo menos acercándose las posiciones diferentes, con lo cual yo creo que ha cumplido un papel absolutamente muy importante.

Me alegro también de la explicación que usted hace, -y perdone la interpretación que yo hacía de la generalización-, en cuanto al concepto de los ciudadanos respecto de la política de la Junta. Y la verdad es que debemos de hablar con personas diferentes unos y otros, porque desde luego, no solamente con las personas y comisiones importantes y crecientes que yo tengo la ocasión de hablar, o de escuchar, o de leer, yo lo que noto es que hay un creciente interés por las cuestiones regionales de maestros, de padres de los niños, de los empresarios, de los sindicatos, de las asociaciones en general, del mundo deportivo, del mundo cultural, del mundo de la cultura, y yo podría seguir en un etcétera interminable de expectación y de confianza en estos momentos. Yo diría, fíjese, para no ser petulante, no solamente en la Junta, sino esperanza en las Instituciones Castellano-Leonesas, que son su mayor exponente: esta propia Cámara.

Yo no quiero entrar, y menos en este tono ya, a hacer ningún tipo de sesgo que pudiera herir a usted o a su Grupo. Pero cuando usted está pidiendo tan insistentemente ese contenido, que por otro lado como usted bien lo sabe, esa bandera de la Autonomía su Grupo nunca se ha destacado excesivamente, hasta incluso haber manifestado públicamente el deseo de modificar el Título Octavo, yo les voy a decir a ustedes que la situación de nuestro Grupo, del Gobierno de Castilla y León y del Grupo que lo sustenta, está intentando conseguir el máximo de capacidad de autogobierno para Castilla y León; porque, yo también estoy de acuerdo con usted: desde aquí podemos, con seguridad, o tenemos el derecho y la obligación de administrar

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mucho más los intereses de los Castellanos-Leoneses. Para decir también que la Comisión Mixta no solamente es ese grupo de personas, que también son las Comisiones Sectoriales; y han funcionado, y le aseguro que me siento y se lo vuelvo a decir, profundamente orgulloso. Ustedes están hablando de un..., apropiándose, naturalmente, en este tono ya distendido a mí no me importa que ustedes se apropien de algo que nosotros levantamos como bandera en unas elecciones, que es el cambio; el cambio se está produciendo, el cambio se produce día a día, y esté usted seguro y tranquilo que le vamos a dar todas las posibilidades y larga vida de deseo para que pueda ver el cambio que se produce con un Gobierno largo del Partido Socialista para Castilla y León. Gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

Por el Grupo Socialista, tiene la palabra el señor Quijano.


EL SEÑOR QUIJANO GONZALEZ:

Señor Presidente, señoras y señores Procuradores. Yo, ante todo, creo que debo de reconocer que, en este tipo de debates, la última intervención, que por norma reglamentaria le corresponde al portavoz del Grupo mayoritario, pues no diría que está carente de sentido, pero que de algún modo el debate se establece, no tanto entre Grupos, sino entre determinados Grupos: los que están en la oposición y la Junta, el Ejecutivo, que es en este caso concreto quien toma la iniciativa y se somete al debate. De ahí que por un lado, me encuentre con que muchas de las cosas que podría decir, pues evidentemente a estas alturas de la tarde, como vulgarmente se dice, me han sido pisadas; pero, por otro lado, también creo que me encuentro en unas condiciones de sintetizar determinadas cuestiones que se han ido produciendo a lo largo del debate y que, por tanto, el hecho de hablar al final (alguna ventaja tiene que tener) me permite tener delante todos esos datos a efectos de poder hacer una valoración general sobre lo que el debate ha significado. Y eso es justamente lo que voy a tratar de hacer.

Yo quiero, desde luego, comenzar mi intervención reconociendo y, en cierto modo, congratulándome de lo que yo creo que podemos denominar un tono general de ofertas de colaboración que ha ido siendo desgranado a lo largo de todas las intervenciones durante este debate, señalándose de una forma muy concreta que ese tono de colaboración se mantiene. Todos hemos hecho gala de él a lo largo del tiempo transcurrido; pero es positivo el que cada vez que hay oportunidad se mantenga esa afirmación de que existe un tono de colaboración, incluso por encima de las legítimas discrepancias que existen entre los Grupos. Me parece que eso es una muestra patente y evidente de la responsabilidad y de la seriedad de los Grupos Políticos representativos en esta Región y que están presentes en esta Cámara, y además me parece que a partir de ahí, se centra, con una cierta exactitud, cuál ha sido el tono y cuál era el objetivo del debate. Porque desde luego, si alguien pensaba, como podría haber ocurrido, que este tipo de debates pues necesariamente tienen que producir sangre, por decirlo también en un término vulgar, o por lo menos un enfrentamiento abierto entre las distintas posiciones, me parece que se ha equivocado al menos en esta ocasión en concreto. Yo creo, por tanto, que ese tono de colaboración que se ha manifestado debe mantenerse y, desde luego, mi Grupo sigue empeñado en este momento, por la expresión concreta que yo hago de ese estado de ánimo, en el sentido de la colaboración, de llevarla adelante. Decía por eso el representante del Grupo Popular que me precedió en el uso de la palabra, que a veces no se entiende muy bien por qué existiendo una oferta general de colaboración, esa oferta se quiebra en situaciones concretas y se rompe ante los asuntos concretos que hay que ir resolviendo. Yo no sé si eso es verdad o no, porque evidentemente quienes pueden estar en condiciones de constatarlo son ellos, que al fin y al cabo son quienes hacen la alegación. Pero yo también creo que esa oración puede volverse por pasiva, porque también puede ocurrir que a veces un apoyo formal constructivo, o aparentemente constructivo, global o verbal -pues tampoco se entiende muy bien-, que en la práctica luego resulte que de ahí se deduce una oposición permanente, una oposición a veces frontal, una oposición muy constante y, desde luego, una oposición en temas concretos. Por tanto, realmente, si el mensaje sigue siendo el de colaboración, apliquemos todos el principio de que la colaboración, o se manifiesta en ese sentido, o desde luego el, el principio puede volverse por pasiva en frente de unos o en frente de otros. Eso yo creo que es algo que conviene tener en cuenta desde un primer momento. Creo que, luego, hay que hacer una valoración absolutamente serena de cuál es el proceso en virtud del cual se produce este debate, porque me parece que, frente a un debate de estas características, no basta sólo con tratar de hacer valoraciones o sacar consecuencias de cuál es su resultado. Todo debate tiene, o al menos debe de tener, un sentido, y mucho más un debate parlamentario de estas características. Y me parece que por eso no está de más el tratar, aunque sea de una forma muy breve, de fijar cuál es el proceso a través del cual se ha llegado a este debate, porque en función de eso, evidentemente el debate tiene un sentido. Creo que hay que comenzar, en esa línea, reconociendo que el debate se ha producido a iniciativa de la Junta. Eso es un hecho incontestable que, desde luego, hay que afirmar, que nos congratulamos absolutamente de ello, porque me parece que es una manifestación concreta de que nuestra disponibilidad, nuestra intención y nuestra voluntad, y también nuestra actitud, de desarrollar una política transparente y participada ( y eso en términos parlamentarios

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implica debate, evidentemente), es cierta y es contrastable en la práctica. Por eso yo creo que también debo, y me parece que legítimamente puedo hacerlo, mostrar una cierta extrañeza por cuál fue el pretendido sesgo que el debate hubiera podido tener en otras circunstancias, porque todos sabemos que hubo otras posibilidades, o existían otras posibilidades también reglamentarias de haber llegado a este debate; posibilidades, por ejemplo, a través de la presentación de una alternativa por parte de la oposición, y eso parlamentariamente se llama Moción de Censura, que, evidentemente, se podía hacer y que no se hizo, y yo no voy a entrar a valorar el por qué no se hizo o el por qué se dejó de hacer o el por qué no se consideró conveniente, pero desde luego se podía hacer y, evidentemente, el debate hubiera tenido otro sentido, desde el momento en que una Moción de Censura permite discutir la alternativa de la oposición mucho más que el programa del Gobierno que en este momento está en el ejercicio de sus funciones. Se sustituyó esa posibilidad, que desde luego existía, por unas proposiciones no de Ley que, hay que decirlo con toda claridad, causan extrañeza si son contempladas desde el punto de vista reglamentario. De un lado porque, a través de ese mecanismo, desde luego, no se conseguía o no se hubiera conseguido llegar a un debate de estas características, eso hay que dejarlo bien claro; porque el procedimiento de tramitación de una proposición no de Ley es mucho más restrictivo de lo que un debate de estas características puede propiciar. Y desde otro punto de vista, porque el efecto que se pretendía conseguir con esas proposiciones no de Ley, directa o indirectamente, era un efecto desde luego incorrecto desde el punto de vista del procedimiento que se plantea. Por eso, quiero decir con claridad que este debate tiene su origen único y exclusivo en la voluntad de la Junta de culminar un proceso de información, que los Consejeros han ido poniendo en marcha a lo largo del tiempo, con un debate de política general; y no debe de buscarse otro origen distinto a este debate, porque los pretendidos orígenes que el debate pudiera tener por las razones que indicaba, a mi juicio y a juicio de mi Grupo, eran procedimientos invalidados de antemano, unos porque no se quisieron utilizar y otros porque a mi entender se utilizaron indebidamente. Hay más todavía, yo creo, en relación con este proceso previo al debate y el sentido que este proceso tiene. Y hay que decir con claridad que del tiempo transcurrido hasta el momento, si se tienen en cuenta, de forma estricta y de forma absolutamente objetiva, las circunstancias que han venido concurriendo, no se puede llegar a la conclusión, bajo ningún punto de vista, de que la valoración política que hasta ahora se ha realizado, de la gestión que hasta ahora se ha realizado, pues pueda concretarse en calificativos como: desafortunada, inexistente, nula, inválida en general, etcétera. Eso es, entiendo yo, una pretendida descalificación global, que a veces tampoco se compagina muy bien con la oferta de colaboración, desde luego; no hay que olvidar que han transcurrido nueve meses, días arriba, días abajo, aproximadamente nueve meses; ni siquiera ha transcurrido el plazo de gracia que normalmente se concede a todo Gobierno en una institución, que es de un año. Más diría yo, ese plazo de gracia se concede habitualmente a Gobiernos que acceden a una institución que ya estaba en funcionamiento; mucho más cuando, en este caso, no sólo hay el acceso de personas nuevas a una institución ya en funcionamiento, sino, además hay que crear la institución porque antes no existía. Por tanto me parece que, desde ese punto de vista, pretender que en ese período de tiempo, y bajo esas circunstancias, se puedan efectuar valoraciones globales negativas, me parece, desde mi punto de vista, que está absolutamente fuera de lugar; salvo que lo que se pretenda -y por eso decía que hay otros procedimientos más hábiles para conseguirlo-, pues sea el de simplemente desgastar, sin ofrecer una alternativa suficiente consolidada; o sea el de aprovechar una dinámica ajena, que, pretendidamente, en un momento determinado, puede ser utilizada por quien quiere obtener un beneficio político de ello. Y digo que ese tiempo transcurrido es escaso, y que además las circunstancias que han concurrido son especiales, porque hay una serie de hechos que son absolutamente innegables, y que yo creo que todos tenemos que reconocer porque hay cosas respecto de las que no cabe la discusión. No hay que olvidar que esta Junta se encuentra, cuando toma posesión de sus cargos en Junio de mil ochocientos ochenta y tres, con un Presupuesto elaborado por la anterior Administración preautonómica (no en mil novecientos ochenta y tres sino en mil novecientos ochenta y dos), y que esta Administración preautonómica prorroga a lo largo del año ochenta y tres. Esta Junta se ve por tanto en la necesidad, necesidad en el sentido estrictamente valorativo del término, no necesidad imperiosa porque podía haber continuado con el Presupuesto prorrogado, se encuentra en la necesidad, desde el punto de vista político, de hacer un Presupuesto nuevo para el año ochenta y tres, circunstancia que, por cierto, no se ha producido en otras muchas Comunidades Autónomas. Presupuesto que se elabora, también hay que decirlo, que se aprueba, en un tiempo record, como es el plazo prácticamente de un mes o mes y medio. Evidentemente, ése -todos lo sabemos-, es un Presupuesto de mantenimiento de la Institución; un Presupuesto que no tiene incorporadas todas las valoraciones definitivas de las transferencias, y que además en su gestión, para un plazo de tiempo relativamente corto, y por las necesidades que la nueva estructura que la Junta tiene, se ve afectado por una nueva dificultad, que, valórela cada uno como quiera, pero objetivamente es una dificultad: la necesidad de trasladar las instituciones y, por tanto, la necesidad de emplear un determinado tiempo y unas determinadas

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energías en poner a punto una Administración Regional. Esa es la pura realidad de lo que hasta ahora ha venido ocurriendo; al menos esos son datos tan absolutamente incontestables que yo entiendo están fuera de toda discusión. Si se tiene en cuenta, por otro lado, que las transferencias que en ese momento existen son unas transferencias que hay que calificar, sin ningún tipo de ambajes, de insuficientes, de inmaduras, de mal valoradas, de mal recibidas y de peor gestionadas, entre otras cosas porque muchas de ellas ni siquiera las gestionaba el órgano preautonómico, se tendrá todavía una dificultad añadida más; y es que hay que añadir a todos esos procesos y dificultades anteriormente señalados, el que se hace necesario buscar nuevas transferencias para ir llenando de competencias el Estatuto y para ir dando cumplimiento a las propias previsiones del Estatuto en la materia, y eso hay que hacerlo simultáneamente con una renegociación de las transferencias que ya existían. El panorama, leído objetivamente, podría ser, pues, un cierto modo dramático, y así se podría calificar desde el punto de vista de cuál ha sido el cúmulo auténtico de dificultades que han existido. Por tanto, si con todo este cúmulo de dificultades, leídas con absoluta objetividad, se puede hacer una valoración de la política realizada hasta ahora, yo, cuando menos, creo que esa valoración no puede ser, si no se tiene en cuenta esas dificultades, sería, o al menos no puede ser creíble. De ahí que el interés que este debate tiene, precisamente haya que ponerle en relación con todas estas circunstancias que he ido relatando anteriormente. Porque, de un lado, me parece que este tipo de debates tienen interés y tienen sentido en todo caso y en todo momento; otra cosa es que exista una conveniencia política de espaciar los debates en el tiempo, cosa perfectamente lógica; pero, en todo momento en que los representantes de una Comunidad Autónoma, como somos todos los que aquí nos sentamos, hacemos una especie de alto en la tarea parlamentaria habitual y ordinaria, y reflexionamos a propósito de la información que proporciona el Ejecutivo sobre el estado de la Región y sobre los proyectos políticos que ese Ejecutivo tiene, y que, por tanto, piensa realizar, me parece que eso, por definición, es una tarea objetiva, sobre todo (y es una tarea con interés), sobre todo si se tiene en cuenta que las dificultades señaladas, en cierto modo, entiendo yo, imposibilitan el poder hacer un debate de política general no antes de este momento. Se podía haber hecho más adelante; no pasa nada, en ese sentido, porque se haya adelantado, se haya anticipado en un tiempo que de algún modo rompa la regla general de esperar un año, y desde ese punto de vista, el debate no pierde absolutamente ningún interés.

Y finalmente, me parece que hay también otra circunstancia que resaltar sobre cuál ha sido el tono general del debate, y es el reconocer que de la intervención de esta mañana (y entre paréntesis digo que reconozco que las intervenciones de ese tipo son siempre difíciles, porque o uno se queda en líneas generales y es acusado de falta de compromisos concretos, o establece demasiados compromisos concretos y se dice que no tiene objetivos generales; eso ya sabemos todos cómo cada uno interpreta las técnicas parlamentarias en ese sentido), pero hay que reconocer que el programa que esta mañana se expuso es, desde luego, un programa completo. Yo voy a confesar, y cada uno lo interprete como quiera, que pocas veces he oído un diagnóstico general de la situación de la Región tan exhaustivo, tan completo, con soluciones tan medidas para los problemas particulares, como el que esta mañana se ha leído desde esta tribuna. Porque ese programa, desde luego, tenía no sólo objetivos generales a medio y largo plazo, que un programa debe de tener si realmente quiere serlo, sino además medidas sectoriales perfectamente organizadas y coordinadas entre sí, que es otro aspecto; el corto plazo, que también un programa para ser verdadero tiene que tener. Era, en definitiva, un inventario completo de problemas y de medidas organizadamente, por epígrafes generales, lo cual permite establecer una valoración global sobre él. Me parece que eso hay que reconocerlo y todo lo demás: el tratar de pretender que existía pues más o menos recetas sin ningún sentido concreto, o que faltaban las grandes líneas de planteamiento, etcétera, yo creo que son argumentos perfectamente

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hábiles y perfectamente utilizables, pero que no responden, al menos en este caso, a la realidad.

Quiero, desde luego, terminar reiterando que esa oferta general de colaboración, que desde todos los ámbitos y desde todos los ángulos de la Cámara ha venido siendo explicitada, la asumimos de una forma total y la expresamos de una forma inequívoca, de una forma absolutamente plena. A esa oferta nos apuntamos cuantas veces sea necesario. Desde luego, eso no va a suponer en ningún caso, y me interesa dejarlo igual de claro, una renuncia a aplicar un determinado programa que la mayoría de la población ha respaldado con su voto, porque entendemos que son dos circunstancias perfectamente compatibles; de tal manera que no se podría pretender legítimamente, entiendo yo, que el llevar adelante esa oferta de colaboración supusiera la renuncia a aplicar un determinado programa que ha recibido el respaldo mayoritario de la población. Eso quiero dejarlo igualmente claro.

Finalmente, señalar que, desde luego, en función del programa que esta mañana ha sido planteado, no sólo de realizaciones, sino de objetivos a corto, medio y largo plazo, el respaldo del Grupo Parlamentario que representa a la Junta es inequívoco, tanto a la gestión realizada como a los proyectos que aquí han venido siendo esbozados. Y, desde luego, si alguien hubiera pensado, como en algún momento del debate se

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ha podido traslucir, que la ejecución de ese programa en concreto puede llevar a situaciones de pretendida desestabilización a otros niveles del ejercicio de la política, etcétera, en ese aspecto, desde luego, se ha equivocado radicalmente por lo que a mi Grupo Parlamentario respecta. Muchas Gracias.

(Aplausos).


EL SEÑOR PRESIDENTE DE LAS CORTES (D. DIONISIO LLAMAZARES FERNANDEZ):

Tiene la palabra el señor Presidente de la Junta.


EL SEÑOR PRESIDENTE DE LA JUNTA (SEÑOR MADRID LOPEZ):

Señor Presidente, señoras Procuradoras, señores Procuradores. Si tuviera que comenzar de nuevo el debate, probablemente, de la intervención de esta mañana no tendría que quitar ni poner ninguna de las partes importantes de los contenidos que traté de expresar a Sus Señorías. Sigo pensando que la valoración general es una valoración ampliamente positiva; que no hay en mis palabras, ni en mis gestos, ni en el de mi Gobierno, ningún tipo de arrogancia de manera que pueda conducir a equívocos en el conjunto de esta Cámara y de los ciudadanos Castellano-Leoneses; y que hay interés en trabajar, trabajar con intensidad desde la colaboración, pero (y para tranquilizar a todos y agradecer al Grupo que sostiene al Gobierno, al Grupo Socialista) para realizar el programa con el cual nos presentamos a unas elecciones y que se ha convertido en el programa de Gobierno. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR LLAMAZARES FERNANDEZ):

De conformidad con el acuerdo de Junta de Portavoces, el plazo para presentar propuestas de resolución termina mañana a las diez de la mañana. Se va a interrumpir ahora la sesión, y se les convoca a ustedes para reanudarla mañana a las once de la mañana. Se levanta la sesión.


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