El profesor García Cárcel contrapone la evolución experimentada por las memorias de los ganadores y perdedores en la Batalla de Villalar en la conferencia de clausura del Congreso

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FOTO 1 Beatrice Perez
Beatrice Perez
FOTO 2 Fernando de Arvizu
Fernando de Arvizu y Salvador Rus
FOTO 3 Félix Martínez Llorente
Félix Martínez Llorente
FOTO 4 José Luis Egío
José Luis Egío
La ponencia del profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona pone fin a la cita congresual, que ha programado más de una veintena de conferencias y cerca de 30 comunicaciones en torno al episodio histórico de las Comunidades y sus protagonistas con el fin de ahondar en las dimensiones histórica, literaria, jurídica, política, cultural, social y artística del movimiento comunero y de abrir una tercera etapa historiográfica.
21/05/2021,   viernes

Cortes de Castilla y León
C&C

La localidad vallisoletana de Medina del Campo acoge mañana el epílogo del Congreso bajo el título “Monarquía y rebelión comunera. Una visión institucional y jurídica’.

El profesor de la Universidad de Barcelona Ricardo García Cárcel ha pronunciado este viernes la conferencia de clausura del Congreso Internacional ‘El tiempo de la libertad. Comuneros V centenario 1521-2021’, titulada ‘El sueño comunero y la España que no pudo ser’. En su intervención, el experto ha subrayado la ambivalencia de Villalar, escenario de la victoria del emperador y de la derrota de los comuneros, lo que pone el acento en las dos memorias del hecho histórico: la de los ganadores y la de los perdedores. En relación a la primera, el autor ha analizado las variables que han influido en su debilidad ya que solo ha tenido dos momentos excepcionales de glosa: la historiografía de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, así como en el franquismo. En ese hecho han influido, a su entender, factores como la imagen de un rey emperador sobrevenido o la torpeza en la construcción del relato sobre el Imperio, que nunca fue bien explicado a la sociedad española.

Por el contrario, ha enfatizado, la memoria comunera ha estado cargada de connotaciones emocionales positivas que alcanzaron su plenitud en el marco de la historiografía romántico-liberal de la primera mitad del siglo XIX y en la Transición, aunque en su opinión siempre hubo una cierta nostalgia de la Castilla y la España que no pudo ser, con la posible frustración de no haber podido desarrollar sus esencias, marcadas en el testamento de Isabel la Católica de 1504.

La jornada de hoy, denominada ‘Ideas políticas y sociedad’ y moderada por el profesor Eduardo Fernández, de la Universidad de León, arrancaba con la intervención de Martial Staub, de la Universidad de Sheffield, quien bajo el título ‘Más allá de la ideología: burgueses y ciudadanos en las comunidades medievales y modernas tempranas’, ha recordado la contribución de las ciudades al desarrollo de las formas de gobierno y las políticas, lo que permite afirmar que esta cuestión ha conformado las políticas modernas hasta la actualidad. En el caso del movimiento comunero, ha apostillado, no hay por qué estar de acuerdo con la teoría de Aurelio Espinosa de que las ciudades de Castilla, bajo el reinado de Carlos V, lograron construir una mancomunidad global “compuesta por una monarquía constitucional, una burocracia responsable y una meritocracia judicial y ejecutiva” aunque, ha precisado, es incontestable que la política local definió la ciudadanía española hasta bien entrado el siglo XX.

PORTUGAL, SEVILLA Y EL CANCILLER GATTINARA

A continuación, tomó la palabra la profesora Ana Isabel Buescu, de la Universidad Nova Lisboa, quien en la intervención ‘Portugal y las Comunidades de Castilla’ ha profundizado en el importante impacto que la rebelión social y política acaecida en España en los años 1520 y 1521 tuvo en Portugal, en concreto en los albores del reinado del rey Manuel y en los primeros años del reinado de su hijo y sucesor, Juan III. La alianza entre los Avis y los Habsburgo quedó establecida con el matrimonio del rey Manuel con la hija mayor de Carlos V en 1518, lo que se tradujo en un importante apoyo político, financiero y militar del rey de Portugal al joven monarca español. Además, ha destacado, la marcha de España de Carlos en el momento en que viajó para recibir la corona imperial le dio al rey Manuel un papel político inesperado durante el conflicto. Con Juan III, quien subió al trono en diciembre de 1521, el principal foco de la relación entre las dos coronas fue diferente ya que en el país vecino se refugiaron algunos comuneros, especialmente los exceptuados del Perdón General de 1522.

Béatrice Perez, de la universidad francesa de la Sorbonne, ha centrado su ponencia en la Sevilla de la época. Bajo el título ‘Inquisición y conversos en el contexto de las Comunidades en Sevilla. Aspiraciones confusas en tiempos nuevos’, Perez ha presentado los acontecimientos acaecidos en septiembre de 1520 en la ciudad hispalense, donde las guerras entre casas familiares, los conflictos religiosos entre conversos y cristianos viejos y el ascenso de los primeros y los genoveses, además de las tensiones por las dinámicas del comercio y la consolidación de élites mercantiles, conformaban una “tectónica social” que salió a la luz con motivo de la revuelta de 1520.

El programa matinal se ha completado con el profesor de San Pablo-CEU Alejandro Rodríguez de la Peña y la conferencia ‘El sueño imperial de Carlos V’, trabajo en el que se ha centrado en el humanismo italiano y la idea imperial universalista entre 1519 y 1530. Como especialista en historia de las ideas, el experto ha ahondado en la formación retorica-ideológica del proyecto imperial carolino de la mano de la figura de Mercurio de Gattinara, quien fuera canciller de Carlos V. En este marco, ha apuntado al político como “clave” porque en él se encuentra “algo que no es tan evidente”: “una síntesis de una tradición que hunde sus raíces en Dante, una tradición humanista italiana y un proyecto dinástico que es el borgoñón”.

LUZ PARA ACLARAR TÓPICOS Y ANÁLISIS DE LA LEY PERPETUA

El profesor Fernando de Arvizu, de la Universidad de León, abrió en la tarde de este jueves el tercer bloque temático del Congreso, ‘Derecho e instituciones jurídicas’, con la ponencia ‘Una reflexión política sobre la guerra de las Comunidades y sus consecuencias’ en la que buscó deshacer algunos tópicos sobre la materia, como la afirmación de que, a su llegada a España, Carlos I era joven e inexperto (había recibido una cuidada educación, así como información sobre los reinos que heredaba, y en su deseo de ser emperador del Sacro Imperio exprimió a Castilla y manipuló a las Cortes). Asimismo, durante su exposición, el profesor Arvizu recordó que la recaudación económica estaba en la base de la revuelta, pero junto a otras causas, como la actitud acaparadora de los flamencos, el rechazo a la elección imperial por parte de Castilla y el deseo de acortar el poder del rey y aumentar a la vez el del reino.

Por su parte, Rafael Ramís, de la Universidad de las Islas Baleares, se centró en la Santa Junta y en la Ley Perpetua de Ávila de 1520, para lo que se refirió a sus antecedentes y a sus consecuencias. La Ley Perpetua, redactada por la Junta de Procuradores de las Comunidades castellanas en una reunión celebrada en la catedral de Ávila en el verano de 1520 y conocida también como los Capítulos comuneros de Tordesillas, ya que fue promulgada en septiembre de 1520 en esta localidad vallisoletana, constituye un episodio central en las Comunidades y un momento singular en la historia jurídica de la Corona de Castilla, según el experto, quien la analizó desde dos ángulos: el estudio de las modificaciones que dicha norma quería introducir en la arquitectura jurídico-política castellana y el análisis comparado de las peticiones, por un lado, del brazo real en las Cortes desde el fallecimiento de Fernando el Católico, y de la Santa Junta, por otro.

LINAJES Y PENSAMIENTO POLÍTICO, TAMBIÉN PROTAGONISTAS AYER

La tercera conferencia de la tarde de ayer, ‘El noble linaje de los comuneros Padilla, Bravo y Maldonado’, dictada por el profesor Félix Martínez Llorente, de la Universidad de Valladolid, abordó el estudio del origen gentilicio de los respectivos linajes de cada uno de los cabecillas de la revuelta comunera ajusticiados en Villalar el 24 de abril de 1521. Todos ellos, recordó, procedían de ciudades –Toledo (Juan de Padilla), Segovia (Juan Bravo) y Salamanca (Francisco Maldonado)- en cuya administración y gobierno la antigua caballería urbana dispuso de un protagonismo y un poder exclusivo.

El tercer bloque temático concluyó con la exposición del trabajo ‘El trauma comunero y el Sonderweg hispánico a la Modernidad: potestas, soberanía y límites de la autoridad regia’ a cargo de José Luis Egío García, del Max Planck Institut. En su alocución, profundizó en la relación del movimiento comunero con la historia del pensamiento político y jurídico en la Castilla de los siglos XV y XVI, especialmente con el aristotelismo y el tomismo, ambos de gran importancia para los teólogos y juristas de la Universidad de Salamanca. En esta línea y a partir de una indagación en diversas fuentes, el autor ahondó en la idea de si la derrota de los comuneros podría entenderse o no como un parteaguas en la historia de este pensamiento político y jurídico, de forma que, tras Villalar, pudiera hablarse de una Castilla y una España ancladas en un camino propio hacia la Modernidad caracterizado por el absolutismo, la represión y la ausencia de participación popular en la política.

Cabe recordar que este sábado tendrá lugar un epílogo del Congreso Internacional en el Centro de Desarrollo económico Simón Ruiz de la localidad vallisoletana de Medina del Campo bajo el título ‘Monarquía y rebelión comunera. Una visión institucional y jurídica’.

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