Discurso del presidente de las Cortes por el XXXIX Estatuto de Castilla y León

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XXXIX ESTATUTO CYL
El presidente de las Cortes, Luis Fuentes, ofrece una declaración institucional con motivo del 39º aniversario del Estatuto de Autonomía de Castilla y León.
XXXIX ESTATUTO CYL
En la lectura, le acompañaron los miembros de la Diputación Permanente, el órgano de gobierno de la Cámara tras la disolución de las Cortes por el adelanto electoral.
XXXIX ESTATUTO CYL
Luis Fuentes reivindicó los logros obtenidos en estos 39 años de autogobierno y subrayó el compromiso irrenunciable con los ciudadanos de Castilla y León.
XXXIX ESTATUTO CYL
Al acto asistieron miembros de la Diputación Permanente, representantes de las Instituciones Propias y personal de las Cortes de Castilla y León.
El presidente de las Cortes de Castilla y León, Luis Fuentes, reivindica la vigencia del Estatuto de Autonomía, norma máxima en la Comunidad, así como traslada su solidaridad al pueblo uncraniano.
25/02/2022,   viernes

Cortes de Castilla y León
Gabinete de prensa

Muy buenos días

Comienzo expresando, en nombre de todos, la condena y repulsa de este Parlamento ante el ataque de Rusia a Ucrania.

Ningún objetivo político justifica el empleo de la violencia y por eso nos sumamos al posicionamiento del Gobierno y el pueblo de España a favor de la paz y mostramos nuestra solidaridad con las víctimas y los territorios afectados.


Como cada 25 de febrero conmemoramos la fecha histórica en la que se aprobó la Ley Orgánica que dio lugar al Estatuto de Autonomía de Castilla y León.

Una fecha en la que las principales fuerzas políticas castellanas y leonesas establecieron un sistema de autogobierno para hacer uso del derecho a la autonomía que reconoce la Constitución Española.

El Estatuto simboliza el momento en el que las gentes de esta tierra decidieron su futuro y su destino.

Gracias a esta norma institucional básica Castilla y León alcanzó la autonomía plena, en igualdad con el resto de territorios del Estado.

Treinta y nueve años después, revivimos ese momento bajo unas circunstancias atípicas, tras un adelanto electoral y a la espera de la constitución de un nuevo Parlamento.

Se abre una nueva etapa en la que encaramos una coyuntura que nos va a obligar a asumir grandes retos colectivos.

Y tenemos que hacerlo desde la responsabilidad y la solidaridad.

Se lo debemos a quienes hace cuatro décadas sentaron las bases del desarrollo social, económico y de modernización de esta Comunidad. Haciéndolo además con generosidad, pero, sobre todo, con respeto, tolerancia, responsabilidad y capacidad de escucha.

Así que hoy es un día de reconocimiento hacia ellos. De reconocimiento a una etapa crucial de nuestra historia en la que se conquistaron los derechos y las libertades que disfrutamos en el presente. Pero también este 25 de febrero es un día para mirar hacia delante. Con optimismo.

Porque no podemos caer en la complacencia ni en la parálisis.

Porque el compromiso con nuestros ciudadanos es a lo único que no podemos renunciar.

Porque debemos avanzar en una política con sentido de estado y altura de miras.

Porque, como ya he mencionado, ese fue el espíritu que guio el germen de esta Comunidad hace 39 años.

Siempre con vocación de servicio, sin dejar a nadie atrás.

Tenemos por delante muchísimos problemas por resolver y grandes desafíos que afrontar. Retos que han de abordarse sin tacticismos, desde la moderación y los valores constitucionales que han de guiarnos en una hoja de ruta que dirija todos los esfuerzos a superar esta crisis sanitaria, social y económica.

Y ese éxito solo puede lograrse con diálogo, con entendimiento y pensando especialmente en los más vulnerables y los más afectados personal y profesionalmente por la Covid-19.

Este terrible virus ha aumentado aún más las desigualdades sociales. Por eso, además de invertir en políticas útiles contra el desempleo, para obtener servicios públicos de calidad, para alcanzar el bienestar de nuestros mayores y posibilitar una educación aún mejor, hemos de seguir construyendo espacios de encuentro que nos alejen de la polarización y el enfrentamiento.

Por lo que respecta al Parlamento, estoy muy orgulloso, y lo digo con total sinceridad, del papel que ha desempeñado en estos casi tres años como garante de los principios que inspiraron el Estatuto.

De hecho, a pesar de unas dificultades desconocidas hasta la fecha, hemos seguido situando las preocupaciones de los ciudadanos en el centro de la actividad y del debate del día a día.

Miren, en 33 meses de legislatura la Mesa de estas Cortes, con la competencia que caracteriza a los empleados públicos de esta casa, ha tramitado 14.000 iniciativas, habiéndose aprobado 8 Proyectos de Ley, 400 Proposiciones No de Ley y 180 solicitudes de comparecencia sustanciadas.

Quiero agradecer este trabajo a todos los que han contribuido a conseguirlo y pido a los que lleguen que alcancen acuerdos para paliar los efectos de la peor crisis de nuestro pasado reciente, aún muy presente.

Ahora más que nunca se precisa de valentía y esperanza para que las nueve provincias actúen como una sola.

Lejos de dividir, hemos de remar todos hacia un mismo lado puesto que ahí reside nuestra fortaleza frente a la adversidad.

Una adversidad que no entiende de territorios y a la que hay que hacer frente común alzando la bandera de la responsabilidad, de la justicia social y de la cooperación bajo los principios de la libertad, la igualdad y la transparencia.

Como decía, en estos 39 años el Estatuto ha alcanzado su madurez mejorando la calidad de vida de los castellanos y leoneses y blindando sus derechos.

Por eso me gustaría reconocer tanto a mis antecesores como a los más de 500 procuradores que han representado con su voz a quienes les depositaron su confianza en las urnas.

Gracias por vuestro esfuerzo y dedicación al servicio del progreso social y económico de Castilla y León.

Pero sin duda, la responsabilidad ahora recae en los que llegarán en las próximas semanas. En los que recogen el testigo para seguir cuidando de nuestra norma fundamental y continuar con el avance de esta Comunidad.

Llegando a acuerdos a través del diálogo y poniendo el interés común por encima del particular.

La historia les exige estar a la altura de una ciudadanía que requiere de más y mejores empleos, de apoyo a los empresarios y autónomos y de oportunidades para que los jóvenes se puedan quedar.

De la misma forma, los esfuerzos tienen que dirigirse a lograr una mejor atención a la dependencia, a una educación que aspire a la excelencia y al refuerzo del sistema sanitario.

Pero, sobre todo, quienes nos representan están obligados a dar esperanza a una tierra de paso y acogida, ejemplo de solidaridad entre territorios y de cooperación con el Estado.  Una tierra que mira hacia Europa de frente, con la garantía de que un futuro mejor
es posible.

La incertidumbre que nos deja la pandemia exige cooperación entre instituciones sanas y fuertes.

Instituciones transparentes al servicio de todos, sin ningún tipo de discriminación.

Y es aquí donde hemos de movernos con el empuje de las mujeres y de los hombres de nuestra tierra que tantas lecciones nos han dado en los últimos tiempos. Mi gratitud hacia su infatigable lucha por una igualdad real en la que tenemos que estar todos a una. Sin fisuras. Tal y como recoge nuestro Estatuto.

Termino,

Este 25 de febrero nos recuerda lo que fuimos, lo que somos y por encima de todo, nos enfrenta a lo que queremos ser.

Un pueblo serio, resistente, humilde y hospitalario donde no cabe la exclusión y que camina por la senda del progreso con el objetivo de convertir a esta Comunidad en un lugar mejor bajo la bandera de la libertad, de la justicia social y de una paz hoy, por desgracia, más necesaria que nunca.

Bajo la bandera de Castilla y León.

Muchas gracias.

Sede de las Cortes de Castilla y León