PNL/000245-1











4.- IMPULSO Y CONTROL DE LA ACCIÓN DE GOBIERNO

470.- Proposiciones No de Ley
PNL/000245-1


Sumario:

Proposición No de Ley presentada por los Procuradores D. José Ignacio Martín Benito y D.ª Ana Sánchez Hernández, instando a la Junta de Castilla y León a considerar la conveniencia de iniciar un expediente de declaración de bien de interés cultural para el “Puente Mayor” o “Puente de Piedra” sobre el Duero, en la ciudad de Zamora, para su tramitación ante la Comisión de Cultura y Turismo.



Resolución:

Proposición No de Ley presentada por los Procuradores D. José Ignacio Martín Benito y D.ª Ana Sánchez Hernández, instando a la Junta de Castilla y León a considerar la conveniencia de iniciar un expediente de declaración de bien de interés cultural para el “Puente Mayor” o “Puente de Piedra” sobre el Duero, en la ciudad de Zamora, para su tramitación ante la Comisión de Cultura y Turismo.

PRESIDENCIA

La Mesa de las Cortes de Castilla y León, en su reunión de 2 de febrero de 2012, ha admitido a trámite la Proposición No de Ley, PNL/000245, presentada por los Procuradores D. José Ignacio Martín Benito y D.ª Ana Sánchez Hernández, instando a la Junta de Castilla y León a considerar la conveniencia de iniciar un expediente de declaración de bien de interés cultural para el “Puente Mayor” o “Puente de Piedra” sobre el Duero, en la ciudad de Zamora.

De conformidad con el artículo 163 del Reglamento se ha ordenado su publicación y acordado su tramitación ante la Comisión de Cultura y Turismo.

Los Grupos Parlamentarios podrán presentar enmiendas hasta seis horas antes del comienzo de la sesión en que dicha Proposición No de Ley haya de debatirse.

En ejecución de dicho acuerdo se ordena su publicación en el Boletín Oficial de las Cortes de Castilla y León, de conformidad con el artículo 64 del Reglamento.

En la sede de las Cortes de Castilla y León, a 2 de febrero de 2012.

La Secretaria de las Cortes de Castilla y León,

Fdo.: María Isabel Alonso Sánchez

La Presidenta de las Cortes de Castilla y León,

Fdo.: María Josefa García Cirac



Texto:

A LA MESA DE LAS CORTES DE CASTILLA Y LEÓN

José Ignacio Martín Benito y Ana Sánchez Hernández, Procuradores por la provincia de Zamora, pertenecientes al Grupo Parlamentario Socialista de las Cortes de Castilla y León, al amparo de lo establecido en los artículos 162 y siguientes del Reglamento de la Cámara, presentan la siguiente PROPOSICIÓN NO DE LEY, para su debate y votación ante la Comisión de Cultura y Turismo.

ANTECEDENTES

La imagen de Zamora va unida a la peña donde se asienta la ciudad y al río Duero. Es una arraigada imagen, de la que ya se da cuenta en el Romancero:

“Allá, en Castilla la Vieja,

un rincón se me olvidaba:

Zamora había por nombre,

Zamora, la bien cercada;

de un lado la cerca el Duero,

del otro Peña Tajada...”

Y sobre el Duero, los puentes, el de piedra y el de hierro. El primero data, cuando menos, del siglo XIII; el de hierro es de finales del siglo XIX, proyectado por el ingeniero Prudencio Guadalajara. Es posible que el de piedra sea el mismo al que en 1167 se le conocía como “pontem novum”. Se diferenciaría así de un puente más antiguo, cuyos restos pueden verse aún derruidos sobre el lecho del río a la altura del barrio de Olivares.

El actual puente de piedra está construido con piedra arenisca, en fábrica de sillería, y cuenta con 16 arcos de forma apuntada (12 grandes y cuatro pequeños en los extremos), con distintos aliviaderos, a modo de arquillos sobre pilas. Une el centro de la ciudad con los barrios situados en la margen izquierda del Duero. En la documentación se le denomina Puente Mayor, para diferenciarlo de otros puentes, como los de Villagodio.

En sus extremos estuvo defendido por dos torres, ya desaparecidas. Estas torres jugaron un papel destacado en la batalla que en 1476 se dio en la defensa del puente de Zamora, acosado por Alfonso V de Portugal durante la guerra de sucesión a la Corona de Castilla (Hernando del Pulgar: Crónica de los Reyes Católicos, cap. XLI).

En aquella ocasión, las torres fueron defendidas, entre otros, por Francisco de Valdés y en atención a esa defensa, los Reyes Católicos le concedieron en 1495 la merced de poderse enterrar en el monasterio de Nuestra Señora de la Victoria, de la Orden jerónima, que se fundó en Zamora, y que habría de levantarse en el lugar de la batalla. Otro de los caballeros que se halló en defensa de las torres y puente de Zamora fue Nuño de Villalobos (Archivo General de Simancas. Cancillería, Registro General del Sello, 1492 y 1495).

Tanto las torres como su pretil estuvieron almenadas. Sobre una de las torres se hallaba la figura de la gobierna, veleta de hierro forjado, que enviaba el reflejo del sol al otro lado del Duero y que actualmente, la gobierna se encuentra depositada en el Museo Provincial.

De ello da cuenta Rodrigo Méndez Silva, en su Población General de España (1675). “Tiene hermosa puente con dos Torres, 300 almenas, diez y siete ojos”.

M. Gómez Moreno en su Catálogo Monumental de España. Provincia de Zamora (Madrid 1927), recoge que “en su forma actual, acaso no traspasará el siglo XIII; pero después sufrió ruinas y parciales reconstrucciones, trabajando especialmente en ello Pedro de Ibarra; sucedióle, al morir, en 1568, Martín Navarro hasta 1574”. En 1591, los maestros de cantería Juan de la Puente y García de la Vega trazaron y dieron condiciones para reparar el Puente Mayor, obra que realizaron los hermanos Nates Naveda (M. C. González Echegaray et alii: Artistas cántabros de la Edad Moderna, 1991, p. 540).

En efecto, las continuas avenidas del Duero menoscaban con frecuencia la fábrica de la puente, por lo que era preciso un constante mantenimiento o labores de reparación. El Archivo Municipal de la ciudad guarda abundante documentación sobre obras y repartimientos en él efectuados (M. C. Pescador del Hoyo: Archivo Municipal de Zamora. Documentos Históricos, Zamora 1948).

Todo el siglo XVII está jalonado de reparaciones. En 1613 se proyectaban obras en los primeros arcos y en la torre de la entrada y en 1615 se practicaban diligencias para expropiar y derruir tres casas situadas en las inmediaciones del puente para facilitar la construcción de este. Esas obras estaban acabadas en 1616, pues en julio se practicaban diligencias para la recepción de las obras y un año más tarde se pretendía poner el escudo de armas en la puerta del puente. En abril de 1619 se concluían las obras de la primera de las torres. Años más tarde, en 1623 se reformaba el proyecto hecho por el contratista de la obra del Puente Mayor, de los arcos y torre de la entrada.

Las obras fueron continuas a lo largo de la centuria; en 1626 el corregidor de Zamora practicaba diligencia sobre los reparos que necesitaba el Puente Mayor. Las reparaciones continuaron en 1628 y su coste se repartió entre los pueblos comprendidos en 15 leguas a la redonda, que contribuyeron en una cuarta parte. En 1649 se reparó el chapitel de la torre del puente. Los vecinos de la ciudad participaron en varios repartimientos con motivo de las constantes obras de reparación que se llevaron a cabo entre 1650 y 1669. Un nuevo repartimiento entre vecinos de Zamora y los pueblos situados en veinte leguas a la redonda tuvo lugar en 1681,1683 y 1698.

Diversas reparaciones se ejecutaron también a lo largo del siglo XVIII. En 1712 y 1716 se hicieron repartimientos para obras en el puente. Proyectos y subastas de obras constan en 1734 y 1736 y nuevos repartos entre vecinos en los años 1741, 1743 y 1749. Nuevas obras de reparación tuvieron lugar en los años 1172 a 1774.

C. Fernández Duro, en sus Memorias históricas de la ciudad de Zamora (1882), se ocupa de la puente zamorana, de la que ya hay constancia documental en 1264, según recoge la Historia General de Santo Domingo, de Fr. Fernando del Castillo (1593).

Las riadas ocasionaron no pocos destrozos, tanto en el puente como en las torres situadas en sus extremos, lo que obligaba a continuas y costosas reparaciones a lo largo de los siglos. No solo las avenidas del Duero hicieron mella en la construcción, también la mano de los hombres; en la guerra de Sucesión a la Corona de Castilla, los portugueses rompieron una parte de los Arcos, lo que obligó a su reparación. El 22 de febrero de 1493 los Reyes Católicos expedían desde Barcelona una cédula por la que concedían a la ciudad la sisa de 300.000 maravedís para reparar la puente. Uno de los mayores destrozos fue la voladura del arco central por las tropas aliadas el 4 de noviembre de 1812, teniéndose que habilitarse el paso con armazón de madera. Los desperfectos ocasionados con motivo de la Guerra de la Independencia llevaron al ayuntamiento y a la junta de Policía de Zamora a levar una súplica al Consejero de Castilla para la reparación del Puente Mayor. El arco central no se recompuso hasta 1836. En estas obras desapareció el almenaje del puente. Por su parte, las dos torres del puente desaparecieron en 1906, junto al pretil de piedra.

El puente de Zamora en la literatura

El puente de piedra sobre el Duero ha sido fuente de inspiración literaria. Se desliza en la poesía de Claudio Rodríguez, cuando trasmite las sensaciones líricas del paisaje fluvial en “Al ruido del Duero”:

“Y como yo veía

que era tan popular entre las calles,

pasé el puente y, adiós, dejé atrás todo”.

La figura del puente aparece también en el poema a “Eugenio de Luelmo”, “que vivió y murió junto al Duero”, como reza su dedicatoria y al que dedica, entre otros, los siguientes versos:

La muerte no es un río, como el Duero,

ni tampoco es un mar. Como el amor, el mar

siempre acaba entre cuatro

paredes. Y tú, Eugenio, por mil cauces

sin crecida o sequía,

sin puentes, sin mujeres

lavando ropa, en qué aguas

te has metido?”.

El río, como símbolo de la niñez, impregna el canto del poeta:

“Las calles, los almendros,

algunos de hojas malva,

otros de floración tardía frente

a la soledad del puente

donde se hila la luz entre los ojos

tempranos para odiar. Y pasa el agua

nunca tardía para amar del Duero,

emocionada y lenta,

quemando infancia”

La paz o la soledad del paseo por el puente, inspiraron también los versos de Blas de Otero (1916-1979):

“Por los puentes de Zamora,

sola y lenta, iba mi alma.

No por el puente de hierro,

el de piedra es el que amaba.

A ratos miraba al cielo,

a ratos miraba al agua.

***

El Puente de Piedra de Zamora va ineludiblemente unido a la historia de la ciudad, al tiempo que ha sido imprescindible para la comunicación del sur con el norte peninsular. Constituye, además, un símbolo del esfuerzo continuado que los vecinos de Zamora y de los pueblos a la redonda llevaron a cabo para sostener esta importante infraestructura viaria.

Así pues, teniendo en cuenta su valor histórico, arquitectónico y sus evocaciones literarias, se propone la siguiente Propuesta de Resolución:

Las Cortes de Castilla y León instan a la Junta de Castilla y León a considerar la conveniencia de iniciar un expediente de declaración de Bien de Interés Cultural para el “Puente Mayor” o “Puente de Piedra” sobre el Duero, en la ciudad de Zamora.

Valladolid, 16 de enero de 2012.

Los Procuradores

Fdo.: José Ignacio Martín Benito y

Ana Sánchez Hernández

El Portavoz

Fdo.: Óscar López Águeda


PNL/000245-1

CVE="BOCCL-08-004443"





Boletín Oficial de las Cortes de Castilla y León
VIII Legislatura
Pag. 7879
BOCCL nº 67/8 del 9/2/2012
CVE: BOCCL-08-004443

4.- IMPULSO Y CONTROL DE LA ACCIÓN DE GOBIERNO
470.- Proposiciones No de Ley
PNL/000245-1
Proposición No de Ley presentada por los Procuradores D. José Ignacio Martín Benito y D.ª Ana Sánchez Hernández, instando a la Junta de Castilla y León a considerar la conveniencia de iniciar un expediente de declaración de bien de interés cultural para el “Puente Mayor” o “Puente de Piedra” sobre el Duero, en la ciudad de Zamora, para su tramitación ante la Comisión de Cultura y Turismo.

RESOLUCIÓN

Proposición No de Ley presentada por los Procuradores D. José Ignacio Martín Benito y D.ª Ana Sánchez Hernández, instando a la Junta de Castilla y León a considerar la conveniencia de iniciar un expediente de declaración de bien de interés cultural para el “Puente Mayor” o “Puente de Piedra” sobre el Duero, en la ciudad de Zamora, para su tramitación ante la Comisión de Cultura y Turismo.

PRESIDENCIA

La Mesa de las Cortes de Castilla y León, en su reunión de 2 de febrero de 2012, ha admitido a trámite la Proposición No de Ley, PNL/000245, presentada por los Procuradores D. José Ignacio Martín Benito y D.ª Ana Sánchez Hernández, instando a la Junta de Castilla y León a considerar la conveniencia de iniciar un expediente de declaración de bien de interés cultural para el “Puente Mayor” o “Puente de Piedra” sobre el Duero, en la ciudad de Zamora.

De conformidad con el artículo 163 del Reglamento se ha ordenado su publicación y acordado su tramitación ante la Comisión de Cultura y Turismo.

Los Grupos Parlamentarios podrán presentar enmiendas hasta seis horas antes del comienzo de la sesión en que dicha Proposición No de Ley haya de debatirse.

En ejecución de dicho acuerdo se ordena su publicación en el Boletín Oficial de las Cortes de Castilla y León, de conformidad con el artículo 64 del Reglamento.

En la sede de las Cortes de Castilla y León, a 2 de febrero de 2012.

La Secretaria de las Cortes de Castilla y León,

Fdo.: María Isabel Alonso Sánchez

La Presidenta de las Cortes de Castilla y León,

Fdo.: María Josefa García Cirac


TEXTO


A LA MESA DE LAS CORTES DE CASTILLA Y LEÓN

José Ignacio Martín Benito y Ana Sánchez Hernández, Procuradores por la provincia de Zamora, pertenecientes al Grupo Parlamentario Socialista de las Cortes de Castilla y León, al amparo de lo establecido en los artículos 162 y siguientes del Reglamento de la Cámara, presentan la siguiente PROPOSICIÓN NO DE LEY, para su debate y votación ante la Comisión de Cultura y Turismo.

ANTECEDENTES

La imagen de Zamora va unida a la peña donde se asienta la ciudad y al río Duero. Es una arraigada imagen, de la que ya se da cuenta en el Romancero:

“Allá, en Castilla la Vieja,

un rincón se me olvidaba:

Zamora había por nombre,

Zamora, la bien cercada;

de un lado la cerca el Duero,

del otro Peña Tajada...”

Y sobre el Duero, los puentes, el de piedra y el de hierro. El primero data, cuando menos, del siglo XIII; el de hierro es de finales del siglo XIX, proyectado por el ingeniero Prudencio Guadalajara. Es posible que el de piedra sea el mismo al que en 1167 se le conocía como “pontem novum”. Se diferenciaría así de un puente más antiguo, cuyos restos pueden verse aún derruidos sobre el lecho del río a la altura del barrio de Olivares.

El actual puente de piedra está construido con piedra arenisca, en fábrica de sillería, y cuenta con 16 arcos de forma apuntada (12 grandes y cuatro pequeños en los extremos), con distintos aliviaderos, a modo de arquillos sobre pilas. Une el centro de la ciudad con los barrios situados en la margen izquierda del Duero. En la documentación se le denomina Puente Mayor, para diferenciarlo de otros puentes, como los de Villagodio.

En sus extremos estuvo defendido por dos torres, ya desaparecidas. Estas torres jugaron un papel destacado en la batalla que en 1476 se dio en la defensa del puente de Zamora, acosado por Alfonso V de Portugal durante la guerra de sucesión a la Corona de Castilla (Hernando del Pulgar: Crónica de los Reyes Católicos, cap. XLI).

En aquella ocasión, las torres fueron defendidas, entre otros, por Francisco de Valdés y en atención a esa defensa, los Reyes Católicos le concedieron en 1495 la merced de poderse enterrar en el monasterio de Nuestra Señora de la Victoria, de la Orden jerónima, que se fundó en Zamora, y que habría de levantarse en el lugar de la batalla. Otro de los caballeros que se halló en defensa de las torres y puente de Zamora fue Nuño de Villalobos (Archivo General de Simancas. Cancillería, Registro General del Sello, 1492 y 1495).

Tanto las torres como su pretil estuvieron almenadas. Sobre una de las torres se hallaba la figura de la gobierna, veleta de hierro forjado, que enviaba el reflejo del sol al otro lado del Duero y que actualmente, la gobierna se encuentra depositada en el Museo Provincial.

De ello da cuenta Rodrigo Méndez Silva, en su Población General de España (1675). “Tiene hermosa puente con dos Torres, 300 almenas, diez y siete ojos”.

M. Gómez Moreno en su Catálogo Monumental de España. Provincia de Zamora (Madrid 1927), recoge que “en su forma actual, acaso no traspasará el siglo XIII; pero después sufrió ruinas y parciales reconstrucciones, trabajando especialmente en ello Pedro de Ibarra; sucedióle, al morir, en 1568, Martín Navarro hasta 1574”. En 1591, los maestros de cantería Juan de la Puente y García de la Vega trazaron y dieron condiciones para reparar el Puente Mayor, obra que realizaron los hermanos Nates Naveda (M. C. González Echegaray et alii: Artistas cántabros de la Edad Moderna, 1991, p. 540).

En efecto, las continuas avenidas del Duero menoscaban con frecuencia la fábrica de la puente, por lo que era preciso un constante mantenimiento o labores de reparación. El Archivo Municipal de la ciudad guarda abundante documentación sobre obras y repartimientos en él efectuados (M. C. Pescador del Hoyo: Archivo Municipal de Zamora. Documentos Históricos, Zamora 1948).

Todo el siglo XVII está jalonado de reparaciones. En 1613 se proyectaban obras en los primeros arcos y en la torre de la entrada y en 1615 se practicaban diligencias para expropiar y derruir tres casas situadas en las inmediaciones del puente para facilitar la construcción de este. Esas obras estaban acabadas en 1616, pues en julio se practicaban diligencias para la recepción de las obras y un año más tarde se pretendía poner el escudo de armas en la puerta del puente. En abril de 1619 se concluían las obras de la primera de las torres. Años más tarde, en 1623 se reformaba el proyecto hecho por el contratista de la obra del Puente Mayor, de los arcos y torre de la entrada.

Las obras fueron continuas a lo largo de la centuria; en 1626 el corregidor de Zamora practicaba diligencia sobre los reparos que necesitaba el Puente Mayor. Las reparaciones continuaron en 1628 y su coste se repartió entre los pueblos comprendidos en 15 leguas a la redonda, que contribuyeron en una cuarta parte. En 1649 se reparó el chapitel de la torre del puente. Los vecinos de la ciudad participaron en varios repartimientos con motivo de las constantes obras de reparación que se llevaron a cabo entre 1650 y 1669. Un nuevo repartimiento entre vecinos de Zamora y los pueblos situados en veinte leguas a la redonda tuvo lugar en 1681,1683 y 1698.

Diversas reparaciones se ejecutaron también a lo largo del siglo XVIII. En 1712 y 1716 se hicieron repartimientos para obras en el puente. Proyectos y subastas de obras constan en 1734 y 1736 y nuevos repartos entre vecinos en los años 1741, 1743 y 1749. Nuevas obras de reparación tuvieron lugar en los años 1172 a 1774.

C. Fernández Duro, en sus Memorias históricas de la ciudad de Zamora (1882), se ocupa de la puente zamorana, de la que ya hay constancia documental en 1264, según recoge la Historia General de Santo Domingo, de Fr. Fernando del Castillo (1593).

Las riadas ocasionaron no pocos destrozos, tanto en el puente como en las torres situadas en sus extremos, lo que obligaba a continuas y costosas reparaciones a lo largo de los siglos. No solo las avenidas del Duero hicieron mella en la construcción, también la mano de los hombres; en la guerra de Sucesión a la Corona de Castilla, los portugueses rompieron una parte de los Arcos, lo que obligó a su reparación. El 22 de febrero de 1493 los Reyes Católicos expedían desde Barcelona una cédula por la que concedían a la ciudad la sisa de 300.000 maravedís para reparar la puente. Uno de los mayores destrozos fue la voladura del arco central por las tropas aliadas el 4 de noviembre de 1812, teniéndose que habilitarse el paso con armazón de madera. Los desperfectos ocasionados con motivo de la Guerra de la Independencia llevaron al ayuntamiento y a la junta de Policía de Zamora a levar una súplica al Consejero de Castilla para la reparación del Puente Mayor. El arco central no se recompuso hasta 1836. En estas obras desapareció el almenaje del puente. Por su parte, las dos torres del puente desaparecieron en 1906, junto al pretil de piedra.

El puente de Zamora en la literatura

El puente de piedra sobre el Duero ha sido fuente de inspiración literaria. Se desliza en la poesía de Claudio Rodríguez, cuando trasmite las sensaciones líricas del paisaje fluvial en “Al ruido del Duero”:

“Y como yo veía

que era tan popular entre las calles,

pasé el puente y, adiós, dejé atrás todo”.

La figura del puente aparece también en el poema a “Eugenio de Luelmo”, “que vivió y murió junto al Duero”, como reza su dedicatoria y al que dedica, entre otros, los siguientes versos:

La muerte no es un río, como el Duero,

ni tampoco es un mar. Como el amor, el mar

siempre acaba entre cuatro

paredes. Y tú, Eugenio, por mil cauces

sin crecida o sequía,

sin puentes, sin mujeres

lavando ropa, en qué aguas

te has metido?”.

El río, como símbolo de la niñez, impregna el canto del poeta:

“Las calles, los almendros,

algunos de hojas malva,

otros de floración tardía frente

a la soledad del puente

donde se hila la luz entre los ojos

tempranos para odiar. Y pasa el agua

nunca tardía para amar del Duero,

emocionada y lenta,

quemando infancia”

La paz o la soledad del paseo por el puente, inspiraron también los versos de Blas de Otero (1916-1979):

“Por los puentes de Zamora,

sola y lenta, iba mi alma.

No por el puente de hierro,

el de piedra es el que amaba.

A ratos miraba al cielo,

a ratos miraba al agua.

***

El Puente de Piedra de Zamora va ineludiblemente unido a la historia de la ciudad, al tiempo que ha sido imprescindible para la comunicación del sur con el norte peninsular. Constituye, además, un símbolo del esfuerzo continuado que los vecinos de Zamora y de los pueblos a la redonda llevaron a cabo para sostener esta importante infraestructura viaria.

Así pues, teniendo en cuenta su valor histórico, arquitectónico y sus evocaciones literarias, se propone la siguiente Propuesta de Resolución:

Las Cortes de Castilla y León instan a la Junta de Castilla y León a considerar la conveniencia de iniciar un expediente de declaración de Bien de Interés Cultural para el “Puente Mayor” o “Puente de Piedra” sobre el Duero, en la ciudad de Zamora.

Valladolid, 16 de enero de 2012.

Los Procuradores

Fdo.: José Ignacio Martín Benito y

Ana Sánchez Hernández

El Portavoz

Fdo.: Óscar López Águeda


PNL/000245-1

CVE="BOCCL-08-004443"



Sede de las Cortes de Castilla y León